Sinopsis:
Los cadáveres de dos jóvenes hallados en la orilla de un
lago de forma casi simultánea. Un condado cuyos habitantes guardan oscuros
secretos. Un prometedor agente especial de la Unidad de Análisis de Conducta del
FBI asignado al caso. Un crimen similar acaecido casi dos décadas antes...
Enrique Laso nos deslumbra con su primera incursión en el
género policíaco con una novela inquietante, cargada de suspense y misterio Una
novela fascinante que te agarra desde la primera página y que te mantiene atado
a ella hasta su deslumbrante final.
Mis impresiones:
Hace tiempo que quería leer algo de Enrique Laso, así que,
aprovechando que veía constantemente en Twitter los enlaces de la versión
digital de Los crímenes azules, al final hace unos días me hice con la novela.
Tengo una torre de libros pendientes encima de la mesilla de noche, pero me
gusta alternar las lecturas digitales con el papel y al leer la sinopsis de la
novela me resultó tan atractiva que no me lo pensé.
La novela empieza con una cita que comprendes en toda su
dimensión al terminar la lectura:
“En ocasiones la
victoria, el éxito, tiene un sabor amargo. Deja un regusto terrible en el
paladar que se queda atrapado en la memoria durante años, y que impide disfrutar
nunca jamás de la gloria.
Esta es, pues, la
historia de un enorme fracaso…”
El protagonista de las novela es Ethan Bush, un prometedor
agente, miembro de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI. Su primer caso
permitió atrapar a un asesino en serie que llevaba en su haber 21 víctimas y
por eso han pensado en él para resolver los asesinatos de dos jóvenes en Kansas:
Clara Rose y Donna Malick. Para ello tendrá que trabajar codo con codo con su
equipo, que viajará con él desde Quantico (Liz, Mark y Tom), y Clark Stevens,
sheriff del condado de Jefferson y sus hombres. Los federales se instalarán en
Oskaloosa y pronto serán informados por el sheriff de que hay otro caso,
ocurrido 17 años antes, que tiene muchas papeletas para estar relacionado con
los que acaban de suceder: el asesinato de Sharon Nichols.
Lo que en principio parecía una investigación sencilla, poco
a poco se va complicando. Aparecen posibles sospechosos, pero ninguna prueba
sólida los incrimina. Ethan está perdido y encuentra consuelo en la compañía de
Patrick Nicols, el padre de Sharon, la primera víctima, con el que sale a
correr y que le recuerda a su padre, muerto diez años atrás. En el transcurso
de la investigación, Ethan Bush descubrirá lo diferente que es la sociedad
rural a ese mundo urbano donde él creció. Aprenderá que la investigación debe
hacerse, si cabe, con más pies de plomo, pues en este mundo es complicado
moverse con discreción.
La novela está narrada en primera persona desde la
perspectiva del agente Bush, aunque en algunos fragmentos podría confundirse
con un narrador omnisciente, sobre todo cuando nos pone en antecedentes sobre
los personajes que van entrando en la novela. Esta dualidad hace que no
perdamos detalle, salva el escollo que podría suponer un narrador de este tipo
para tener todos los ángulos de la investigación. Cuando él hace este repaso
tienes la sensación de que está consultando un informe sobre el individuo, del
que no deja escapar un solo detalle.
Confieso que, en mi despiste monumental, no supe quién era el
asesino hasta el final. Es verdad que un par de veces lo pensé, pero no se me
ocurría cómo encajar el por qué y es la clave en este libro. Saber por qué
acaba con las vidas de unas jóvenes que apenas estaban empezando a vivir.
Los personajes de la novela están todos bien perfilados,
aunque por esa postura del narrador al que más vamos a conocer es a Ethan. Creo
que es un personaje tan interesante como para protagonizar más novelas. Tiene
un punto de pasado atormentado y mente brillante que hacen de él alguien muy
atractivo como protagonista de una saga de libros.
Nada más empezar, y de manera inevitable, pensé que esta
novela podría ser un capítulo de Mentes criminales, una serie de televisión que
he seguido durante mucho tiempo. A medida que avanzaba la lectura supe que,
además de las coincidencias obvias con la serie, había otra cosa. El libro es
muy cinematográfico, es muy sencillo visualizar lo que nos cuenta. No sería
extraño que acabase convertido en una película, como le ha pasado a otra de las
novelas de Enrique Laso, Desde el infierno, dirigida por Luis Endera. La
historia de su gestación es muy interesante porque se financió a través de un
proyecto de crowdfunding, se rodó en 2013 y ya se puede ver online. Aquí
tenéis más información sobre esto.
El título de la novela me encanta. Suena bien y encaja a la
perfección con el argumento, además de que tiene su propia explicación dentro
de la novela.
De vez en cuando, el narrador hace algunas reflexiones que
hacen que te pares a pensar. Esto, el que la novela se lea casi sin darte
cuenta, que mantiene la tensión y entretiene, hacen de ella una excelente
opción de lectura.
¿Os animáis?