Hoy voy a hacer una entrada antipática. Tal vez porque está
lloviendo, porque la borrasca Bruno me ha afectado a la cabeza o porque me ha
sentado mal el café. Yo qué sé. Voy a hablar de los libros de 2017... que no he
leído.
Han sido muchos más que los que he leído, me he puesto las
botas a leer fragmentos de las novelas que hay en Amazon y la mayoría me han
parecido prescindibles. Mal escritos, peor puntuados, muy mal estructurados y
sin alma. Pero, eso sí, muy bien posicionados, que por eso los elegí.
Por eso y por tener una bonita portada, pero no me los leí.
Pero bueno, es cosa mía, que al parecer soy una elitista y
muy antigua, porque sigo creyendo en las buenas historias contadas con cabeza,
en la ortografía correcta y todas esas cosas que son minucias para la gente de
hoy, esos que ponen escritor en su perfil y luego escriben en sus post: "q
buen día ace" y se quedan tan anchos.
No solo he dejado esos libros sin leer, aún sigo dándole vueltas a otro, El cuento de la criada, que sí leeré aunque me cueste meter diez o doce en medio (sigo insistiendo en que es buenísimo, pero no le viene nada bien a mi estado de ánimo). También he dejado este que sostengo en mi mano, el de la foto:
Y aquí toca que la gente se eche las manos a la cabeza y
piensen que, definitivamente, mi café tenía algún tipo de alucinógeno o
sustancia alteradora de la conciencia que me ha dejado más trastornada de lo
que estoy.
Pues no.
Estoy perfectamente, incluso el café lo tengo en la taza
(frío).
No lo he leído por dos razones. La primera y la más poderosa
es que no me da la gana de leerlo ahora. Porque no, porque ya me lo leeré
dentro de cuatro, cinco o seis años, cuando ya de igual si el libro es leído o
no. Cuando, con mucha probabilidad, nadie se acuerde de qué era lo que pasaba
en esta novela. La segunda, que he acabado hasta el último pelo de la cabeza de
ver esta novela en Twitter. Con todo el tema de Cataluña me puse las botas
silenciando perfiles. ¿Hay necesidad de estar todo el día de mal humor? Yo,
desde luego, con la mierda de año personal que he tenido, lo último que me
importa es esto, así que me acabé quedando casi en exclusiva con blogs y
editoriales.
Y aquí llegó el problema.
Todo el mundo, durante un tiempo, tuiteaba la novela y sus
frases hasta una saciedad desesperante. Como si no existieran más libros en el planeta Tierra. Como si se acabase el mundo si tú no lo leías a la vez que los demás. Acabé del libro y de las reseñas del
libro más que harta.
"¿Y por qué lo tienes?"
Esa pregunta me la hacéis vosotros. Pues lo tengo porque a
otra persona le tocó en uno de los infinitos sorteos que se hicieron de la
novela, firmado por el autor y como ya lo tenía, me lo regaló. Yo se lo
agradezco, pero no me lo voy a leer. Me niego hasta que se me haya olvidado
todo. Hasta que el libro me provoque atracción, algo que después de tanto martirio
ya no me produce.
Y con respecto a los libros que me han gustado este año,
están en el blog. Hay alguno más, que no me ha dado tiempo a reseñar por
aquello de que este año está entre los peores que recuerdo, pero no muchos. Mi
libro de este año, por supuesto, es Entre puntos suspensivos, pero no lo es de
nadie más.
Cosas que pasan los años impares.