Sinopsis:
Jorge es un abogado brillante. Saca adelante su bufete,
trabaja sin descanso en los casos más complicados, es extremadamente
responsable y, cuando acaba el día, se pone al límite en el gimnasio,
entrenando y golpeando el saco de boxeo hasta agotar todas sus fuerzas. Algunas
veces el entrenamiento funciona. Otras, nada ni nadie puede apartarlo de esa
pulsión que lo lleva a lo más oscuro: su adicción al sexo rápido con
desconocidas. Un aseo público, un parque, un reservado... Es su oscuro secreto,
eso que intenta mantener a raya durante todo el día para que no acabe
devorándolo. Jorge, el depredador con sonrisa irresistible, el que logra vencer
las defensas de cualquier mujer... Aunque esto no es del todo verdad: hay una
que se le resiste. Irene Ávila. La joven e implacable juez Ávila, de carrera
meteórica, temida y respetada a la vez. La que se pasea por los juzgados sin
mirar a nada ni a nadie, concentrada en su trabajo, bella y distante, escudada
tras sus gafas negras. Inalcanzable, como si fuera un reto a la medida de
Jorge.
Hasta que un cambio de última hora convierte a Irene en la
encargada de instruir la demanda de un cliente vital para el bufete. Entonces
una sospecha que no ha sido capaz de apartar resurgirá con fuerza. Jorge cree
reconocer en ella a esa mujer que un día le entregó su cuerpo sin miramientos,
sin límite alguno, en la absoluta oscuridad de un club de intercambio. ¿Se
trata acaso de la misma mujer? ¿Tiene Irene una doble vida? ¿Será capaz Jorge
de seguirla hasta el centro de esa sombra que amenaza con engullirlos a ambos?
Mis impresiones:
Me gusta Marisa Sicilia. Desde que leí La dama del paso, que también está reseñada en este blog, descubrí que es una narradora con una sensibilidad especial y con una gran
maestría para crear personajes de los que te enamoras. Da igual que sea una novela histórica o una contemporánea, se mueve como pez en el agua en cualquier género que aborde. En esta novela, ¿quién
se resiste a Jorge? Irene, la juez que está llevando el caso en el que él
representa al acusado, pero es que para ella, Marisa se reserva el misterio de
su pasado, que nos irá desvelando poco a poco. Sus heridas son enormes y tendrá que enfrentarse a ellas hasta poder decidir qué quiere hacer con su ordenada vida.
La novela parte de una situación que después entenderemos.
Jorge entra en un bar y selecciona a una mujer que le parece atractiva, con la
que tiene un encuentro sexual en los lavabos. Rápido. Salvaje. Impersonal.
Ni siquiera necesita el nombre de la desconocida porque,
aunque se lo pregunte, lo va a olvidar. En realidad lleva mucho tiempo así,
olvidándose de las mujeres con las que comparte unos minutos en los que intenta
calmar su ansiedad. Viene de una historia que no acabó bien y el compromiso no
lo quiere en su vida. No hay ni una sola mujer que le interese. ¿O sí? Una de
las desconocidas con la que tuvo un encuentro en un bar de intercambios le pareció
que no lo era tanto. Reconoció a la mujer que menos pensaba que podría
encontrar allí, la juez Irene Ávila, pero duda.
Sexo. Corrupción. Dinero. Infidelidades. Prensa. Amor.
Traumas del pasado.
Esos son los elementos, y no necesariamente en este orden,
que Marisa pone sobre el tablero en esta historia contemporánea. Una trama de corrupción urbanística, algo de mucha actualidad, en la que Jorge tiene que defender al acusado (más que culpable como veremos desde las primeras líneas), le sirve de excusa para desarrollar esa otra historia romántica y dotarla de un marco creíble y con peso.
Ha sido un placer. Porque se lee sola, no creo que si le dais una oportunidad os dure un par de días (te entran
ganas de no soltarla). Porque está muy bien escrita. Porque los personajes
enamoran. En esta novela, sobre todo el protagonista masculino, Jorge Márquez,
al que dota de una personalidad irresistible. Es de esos a los que te dan ganas
de pedirle el teléfono, aunque sepas que no es más que ficción.
Llevaba días entre psicópatas, leyendo novelas duras y la
verdad es que ha sido una delicia cambiar de tercio, relajar la lectura y
encontrarte con una en la que te encuentras cómodo leyendo y avanzando por las
páginas. Y no es que las anteriores no me hayan gustado, ya leísteis la reseña
anterior, pero de vez en cuando es necesario distanciarse de las historias tremendas
que nos cuenta la novela negra.
Espero seguir teniendo suerte entre las lecturas que
selecciono. En este caso, así ha sido.