lunes, 30 de noviembre de 2015

EL KINDLE FLASH DE HOY: LA CHICA DE LAS FOTOS

Hoy me guardo en el blog que La chica de las fotos, la novela con la que quedé finalista en el III Premio Digital HQÑ, está en oferta. Durante las 24 horas de hoy baja desde su precio habitual hasta los 0,94€. Una oportunidad de conocer una novela que estoy segura de que te entretendrá y, si sabes leer entre líneas, también te hará pensar un poco.


A las doce en punto, como en el cuento de Cenicienta, volverá a su precio normal, así que, si aún no te has animado, es el momento de hacerte con ella. Pincha en el título para llegar a ella.


*Nota del 1 de diciembre.

Me guardo esta captura, porque es emocionante verla ahí. Sobre todo por el empeño que han puesto en que no estuviera.


martes, 24 de noviembre de 2015

NUEVAS FORMAS DE RELACIÓN CON LOS LECTORES


Hace ahora cuatro años se me ocurrió una entrada para este blog que titulé “La relación autor-lector”. En ella hablaba de la nueva vía de comunicación que las redes sociales abrían entre los escritores y los lectores, una aproximación única que las nuevas tecnologías permitían. Algo que, hasta ese momento, era impensable. Los autores nos encontrábamos que podíamos tener de primera mano las impresiones que causaban nuestros escritos casi de manera inmediata, mientras que los lectores podían hacernos preguntas y dejarnos sus sensaciones. Eso suponía toda una revolución, una proximidad que nunca se había dado y que, en estos cuatro años, se ha ido consolidando, de tal manera que creo que apenas quedan escritores que no tengan una vía de contacto abierta con sus lectores.

Al menos vivos.

Para esta ocasión conté con las palabras de varios autores que se abrían paso en esos momentos y a los que tuve acceso precisamente por esa facilidad que dan las redes. Entre ellos hay nombres que se han hecho un hueco en el panorama literario actual, auténticos fenómenos de ventas, incluso los hay con cientos de miles de fans. Otros, como es normal también, han ido reconduciendo sus pasos, porque este es un camino muy duro y no todo el mundo tiene la templanza de mantenerse. O quizá la calidad, de eso también se podría hablar.

Hoy la reflexión, aunque pensé en principio volver a contactar con algunos autores, la voy a hacer sola. La facilidad para hablar con ellos sigue existiendo, las redes juegan un papel esencial, pero también hay otros caminos que no podemos olvidar. Existen otras maneras de encontrarse con los lectores, más de tú a tú, y es en esas en las que he empezado a notar cambios.

Lo primero que he detectado es que las presentaciones de libros están empezando a quedarse obsoletas. Cada vez es más frecuente que un autor se tome la molestia de hacerse cientos de kilómetros para un encuentro con lectores y, llegado al lugar, sentado detrás de una mesa bien colocada, con sus libros expuestos y un par de personas de apoyo para hablar sobre el libro, al otro lado no haya más… de media docena de personas.

Con suerte.

Eso no es rentable. No lo es porque el acto queda frío, porque los escritores, la mayoría, no vivimos de esto y cada encuentro con los lectores nos cuesta tiempo y dinero. Demasiado esfuerzo para la escasa compensación que supone, que no es más que conservar unas fotografías que atestigüen que sucedió. Por eso no es raro encontrar a autores que expresan sus reticencias a las presentaciones clásicas. Si contamos con que, desde casa, sentados tras la pantalla del ordenador, podemos mantener una charla con el lector mucho más enriquecedora, ¿para qué salir de nuestro confortable refugio? ¿Para vender… uno o dos libros? ¿Para firmarlos?

Sigue habiendo presentaciones, claro, pero cada vez me encuentro con más autores a los que este método no les atrae en absoluto.

Sin embargo, he visto otras estrategias que, quizá por la innovación que suponen, sí parecen encauzar el tema. Una de ellas es organizar una ruta sobre el libro con la presencia del autor. Es cierto que no todas las novelas se prestan a esto, pero las que sí lo hacen están obteniendo resultados que merece la pena pensar en ellas. Mucho más enriquecedores que el sentarse tras una mesa, porque quienes acuden a estos actos muchas veces llevan ya leída la novela. Y siempre hay tiempo para una firma, tal y como sucede al final de una presentación. Con respecto a esto tengo que decir que he tenido dos experiencias. Estuve en Barcelona, haciendo dos rutas, la de La catedral del mar y la de La sombra del viento, sin los autores presentes y en Toledo con Eloy Moreno, siguiendo los pasos de Lo que encontré bajo el sofá. Me encantaron ambas, pero sobre todo la segunda, porque no solo vivías los escenarios de la novela, sino que podías preguntar al autor sobre lo que quisieras en el mismo lugar donde transcurre la novela. Dejé mis impresiones en una entrada del blog. En esta, además, fui con personas que no habían leído el libro y a las que también les gustó mucho. Algunas leyeron el libro después. Otras no leen ni así, pero ese es otro tema.

Otra de las cosas que se están haciendo son charlas en un ambiente mucho más íntimo. He tenido la oportunidad de acudir a una y la verdad es que es infinitamente mejor que una presentación. Ahí se habla de un libro leído previamente, se pregunta al autor mientras te tomas un café y el momento se convierte en una experiencia literaria de las de recordar durante mucho tiempo. Mirad si no la crónica del encuentro con Mikel Alvira en el Hotel de las Letras en Madrid hablando de La novela de Rebeca. El autor convocó a quienes quisieran ir por Twitter y la verdad es que estuvo genial. Fuimos muy pocos, aunque estaba abierto para quienes quisieran, quizá porque es algo muy nuevo y la gente no acababa de entender qué sería eso.

Con los blogueros también se están planteando encuentros muy enriquecedores. El autor cuenta con impresiones de lectores de primera mano y esto nos sirve para chequear las sensaciones que causa la novela casi al tiempo de ser publicada. Todavía no he acudido a ninguna de estas, me he tenido que conformar con leer las impresiones en distintos blogs, pero creo que es otra manera para el autor de acercarse al lector que está en auge. Podéis ver una de ellas en este enlace que he “robado” del blog El búho entre libros, del encuentro con César Pérez Gellida en Madrid con motivo del lanzamiento de Khimera. ¿Que el resultado de esto, la crónica en el blog no resulta demasiado objetiva? Es algo que me sugieren desde un comentario de Facebook mientras comento que estoy escribiendo esta entrada. Pues no sabría qué deciros con respecto a los demás. En mi caso, desde luego que no me tomaría la molestia de escribir ni una línea de algo que no me haya aportado algo positivo.

Este año al blog le faltarían, si hiciera eso, reseñas de al menos treinta novelas que no me han dicho nada de nada. O me han dejado sensaciones tan poco memorables que no merecen ni que me siente a escribir sobre ellas. Pero ahí está cada uno, para tomar decisiones sobre lo que escribe y lo que no, lo que apoya y lo que deja pasar. Si es que lo digo muchas veces, pero creo que es cierto, los libros de los que no se habla, se mueren.

Pero sigo, no me quiero desviar, que me conozco.

La última que he visto es muy original, y aún está pendiente. He visto anunciada en las redes una cata de vinos en una bodega con Mikel Alvira. Otra manera, sin duda, de disfrutar la novela que se sale de lo que conocíamos hasta ahora. Me pilla lejos, si no me plantearía ir para vivirlo de primera mano. Ya sabéis que no sé estarme quieta.

Por supuesto, siguen haciéndose presentaciones clásicas y las firmas en las Ferias de Libros, pero los cambios están ahí. La aproximación entre lectores y autores sigue dando pasos. Se consolidan las redes como elemento esencial, pero se abren otros caminos muy interesantes que no hay que perder de vista.


¿Se te ocurre alguna más?

lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Y SI NO ES CASUALIDAD? DE SARA VENTAS


Sinopsis:

Celia tiene una vida ordenada que comparte desde hace cuatro años con Rubén, su novio, un abogado guapo y trabajador, aunque poco espontáneo y nada detallista. Ella está convencida de que todo lo que ocurre en el universo, lejos de estar escrito en las estrellas, es fruto de la casualidad. El día que cumple treinta años sus amigas le regalan un precioso vestido acompañado de una casual noticia: tienen la dirección de Marco Ferlini, un antiguo amigo a quien perdieron la pista y con el que Celia mantenía una estrecha relación de amistad con derecho a cama. Con el resentimiento y la curiosidad de saber qué habrá sido de su vida, Celia se decide a escribirle una carta. Pero la respuesta no es la que esperaba. Atraída por la impertinencia de su misterioso remitente, Celia se ve arrastrada a mantener una fluida correspondencia con él, creándose entre ellos un mundo paralelo al margen de sus vidas. ¿Quién se esconde tras esa correspondencia? ¿Podrá el destino cruzar sus vidas de nuevo?

*La reseña contiene un mínimo spoiler que espero que no os destroce la lectura. Prometo que es mínimo.

Mis impresiones:

Me ha encantado.

Así de contundente es mi primera valoración de la novela, lo primero que me sale de dentro contar sobre la última (segunda) novela de Sara Ventas.

Hace unos años leí Treinta postales de distancia. Era una de las novelas que en ese momento triunfaban en Amazon y la compré porque su argumento despertó mi curiosidad. Recuerdo perfectamente que leí un treinta por ciento de la novela de una sentada, maravillada por ver que era una novela independiente que estaba dejando en mí mejores sensaciones que muchas de las que llevaban detrás un sello editorial avalando de alguna manera su calidad. Eran los primeros tiempos de la autoedición y Sara creo que fue una de las responsables de que mucha gente se animase a emprender ese camino.

Tiempo después, como no podía ser de otro modo, Sara tenía la novela en papel, con una editorial, incluso existe la versión en inglés de Treinta postales de distancia. Yo quería tenerla y la compré, y con ello le conseguí una lectora más de rebote, puesto que mi hija, aunque en principio no tiene la edad objetiva para esta novela, la leyó y le encantó.

Con estos precedentes, sabía que en cuanto estuviera disponible la segunda novela de Sara Ventas correría a comprarla, aún sin saber nada de la sinopsis. Me arriesgaba, pero poco, se ha tomado su tiempo para escribirla y eso también era sinónimo en mí de ciertas garantías. Por lo menos la de saber que ha mimado el texto, que se ha tomado su tiempo en crear una historia.

Lo que no esperaba es que me asaltase al leerla esa sensación tan maravillosa que solo sucede de vez en cuando, la que me grita “esta novela la querría haber escrito yo”.

Sara plantea una historia que arranca en 2003. La elección de la fecha no es casual. Aun siendo una historia actual, tenía que ser de un momento en el que no se hubiera popularizado en exceso el uso del correo electrónico, para que el comunicarse por carta, incluso sonando un poco anticuado, resultase más verosímil. Y es que las cartas son las protagonistas absolutas de ¿Y si no es casualidad? Las cartas y esa discusión que se traen Celia y Marco sobre la casualidad y el destino, las dos posturas que cada uno defienden con encontrados argumentos.

Sara usa dos narradores para esta historia. Por una parte tenemos a Celia, que escribe en primera persona, y a la que conocemos a través de sus palabras, además de las cartas. Celia es un poco cuadriculada, en su vida no hay aventura y eso se lo echará en cara Marta, su hermana, que es bastante más loca que ella. La decisión de escribir a Marco Ferlini, un antiguo amigo con el que perdió el contacto después de la universidad, surge a través de una de sus amigas, que en el día de su treinta cumpleaños le dice haber conseguido su dirección. Al principio Celia no piensa escribirle, pero lo piensa mejor y en su primera carta, que pretende ser cortés, acaba echándole en cara que desapareciera sin más, dejándola con miles de preguntas.

Marco, el destinatario de la carta, no está presentado en primera persona por el narrador, sino en tercera. Vive en Verona y es italiano, traductor de español, y recibe la carta con sorpresa. No es el Marco que busca Celia, todo es un terrible malentendido, pero en lugar de contestar simplemente señalándole su error inicia con ella una correspondencia en el que ambos van a ir conociéndose.

La novela tiene un montón de giros, pero es una novela, sobre todo, de personajes. Celia y Marco se desnudan en esas cartas, vemos cómo, poco a poco, pasan a buscar con ansiedad en sus buzones la respuesta del otro, y no solo porque Celia esté aterrada de que Rubén, su novio, descubra que sigue manteniendo contacto con alguien que le contó que no era quien buscaba.

Hay más personajes, todos merecen la pena y están muy bien perfilados, desde la hermana de Marco, las amigas de Celia, su familia... no ha dejado ningún detalle de ellos y tienes la sensación de que los conoces.

Sabéis que nunca destripo las novelas en las reseñas, me gusta que las descubra cada uno, pero no puedo dejar de contar mis sensaciones. Me ha gustado la ambientación, cómo está escrita, las cartas, los personajes... Me ha gustado todo. Le deseo a Sara mucha suerte y os digo que se ha colado entre mis mejores lecturas del año.

Y la quiero en papel pronto.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL FINAL DE UNA NOVELA ROMÁNTICA



A raíz de la lectura de la reseña de una novela romántica esta mañana, surge en mí la necesidad de escribir esta reflexión. ¿Por qué? Bueno, porque en esa reseña, la comentarista me ha demostrado, además de que ha hecho del libro una lectura superficial del todo, que no tiene ni la más remota idea de lo que es el género romántico.

Califica al libro de previsible.

¡Acabáramos! ¿Y le parecerá que ha descubierto América porque había “intuido” el final? Pues siento decir que no ha sido su intuición, ha sido que la novela cumplía a rajatabla las “normas” del género. ¡Porque las hay! La novela romántica, como todos los géneros que están asentados ya, las tienen y son muy claras. La principal, mirad en manuales si queréis, en tratados y hasta en la Wikipedia si no tenéis paciencia para más, es que el amor triunfe ante la adversidad. No es que haya averiguado con sus maravillosas dotes detectivescas que eso iba a suceder, es que TIENE que suceder para que la historia se adscriba en ese género.

Para que funcione.

Los finales de las novelas románticas tienen que ser positivos, dejando al lector con una sensación que es la que en realidad se busca al elegir este género. La justicia emocional, esa que en la vida muchas veces no se da, pero que en la ficción, que todo lo puede, nos permite hacer soñar. El lector de romántica, el de verdad, acepta esto y el que se acerca a él, a ver qué pasa… pues pasa que es capaz de llamar previsible, además señalándolo como algo negativo, a algo que no es más que parte de los arquetipos entre los que se mueve el género. Diciendo que el autor lo ha hecho mal… ¡cuando en realidad es todo lo contrario!

La novela romántica es una historia con final feliz. El argumento pone su principal foco en el amor, ya sea imposible o lleno de dificultades, amor que acaba venciendo, y detrás de esta primera historia puede haber otras subtramas que la enriquezcan, pero nunca debe perder esa “previsibilidad” en el final.

Que no es mala sino… norma.

Yo lo que he pensado al leer esa reseña es que mucha gente, cuando escoge un libro, no se conoce a sí mismo nada.


lunes, 9 de noviembre de 2015

LA LIBRERÍA A LA VUELTA DE LA ESQUINA. VARIOS AUTORES.


Sinopsis:

Diez autores y once relatos rinden un espléndido homenaje a librerías, libreros, libros y lectores. Policíacas, misteriosas, románticas, fantásticas, realistas... historias extraordinarias con el protagonismo indiscutible de una librería siempre única, como la imaginación de quien la describe y la habita, de quien la dota de personajes y llena sus estantes de libros raros y maravillosos para que el lector se pasee por entre sus prometedores estantes. Por estas páginas transitan encantadoras investigadoras, clásicos que cobran vida, libreros excéntricos, herencias librescas, detectives suspicaces, acertijos de siglos pasados, palabras mágicas que conjuran hechizos olvidados, James Joyce, Hemingway, una dragona y hasta el mismísimo señor de las tinieblas. 

Entra, lector, ponte cómodo y respira sin prisas el aroma de la literatura bajo el tenue polvo de sus estantes. Traspasa el umbral de estas librerías, eres más que bienvenido.

Mis impresiones:

Sabía de esta antología de relatos desde que empezó a gestarse por lo que, en cuanto la vi publicada, me hice con ella. Tenía varios elementos que despertaban mi interés, empezando por el tema de fondo, el que hace de nexo conector entre todos los relatos: que estaban ambientados en librerías. Por otro lado, entre los autores que participan hay algunos a los que he leído antes y que me gusta su estilo al narrar, y otros tienen blogs que suelo visitar. Lo compré y me dije que lo leería entre otras lecturas, ya que se trata de cuentos cortos. Y eso hice. En cuanto acabé con el libro anterior, me puse con ellos.

Belén Barroso tiene el honor de arrancar, con su relato La típica librería, donde enseguida hace gala de su sentido del humor, ese que pudimos conocer ya en su novela Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre. El relato es una metáfora de lo vívidas que pueden ser las historias que nos llegan a través de los libros, tanto que a veces pareciera que nos hemos metido de cabeza en ellas.

Ana Bolox es la siguiente, con Un cadáver en la librería, un relato que me recordaba a Agatha Christie. La protagonista es muy divertida y cuando te quieres dar cuenta ya lo ha terminado esta pequeña historia con sabor detectivesco.

En El colmado de papel, Javi de Ríos, al que podéis conocer por sus blogs y por su libro de relatos Cuentos para gente impaciente, nos cuenta una historia de misterios familiares que tienen de fondo una librería heredada del abuelo del protagonista. A mí se me ha quedado corto, creo que esta historia podría dar mucho más de sí.

Ítaca es la primera aportación de Alejandro Gamero, a quien conocéis seguro por su blog, La piedra de Sísifo. Un relato plagado de referencias literarias donde incluso podremos escuchar al mismísimo James Joyce. En un segundo relato, algo más oscuro que el anterior, La maleta, nos ofrece una trama de misterio, impecablemente escrita, como no podía ser de otro modo en él.

Nicte, de Rebeca C. Garin plantea una historia de misterio en torno a un asesinato y en la que se van revelando secretos familiares.

Hacia la mitad del libro llegamos al relato de Ana González Duque, la doctora Jomeini para muchos de los que la conocéis desde hace tiempo a través de su blog y sus novelas. La desaparición del librero de la luna aúna misterio y fantasía, con una escritura de esas que te llevan en volandas por todo el relato. Me ha parecido precioso el relato.

Cuando leí el siguiente título, El té de los viernes en Moonlight Books ya sabía que tenía que ser el relato de Mónica Gutiérrez Artero, Serendipia para quienes nos movemos en los blogs, la autora de Cuéntame una noctalia y Un hotel en ninguna parte. El relato es Mónica en estado puro, tiene una ambientación maravillosa y lo lees queriéndote quedar con los personajes para siempre. A mí me dio mucha pena que se terminase, quería que siguiera contándome qué pasó con Alice y Percival.

La sorpresa la puso para mí el relato de Aranzazú Mantilla, Satán en una pequeña librería. Me encantó cómo escribe la autora y su faceta cómica en este relato que nos presenta a alguien que ya está tardando en escribir una novela.

El sueño de Camelia es el relato de Desirée Ruiz Perez, a la que podéis conocer por su novela Ofelia descalza. Es otra de esas historias, como la de Mónica o Javi, que me apetecería que fuera más larga. Un cuento de los que encierran una novela, con un secreto familiar muy romántico.

El último relato se titula La puerta y lo ha escrito JAP Vidal, que desde hace años escribe relatos en su blog, recogidos en una antología titulada Historias para el camino. Es otra historia fantástica muy lograda, con la que ponemos fin a este libro.

Me consta que los autores han puesto mucho cariño en este proyecto y desde aquí les mando mis felicitaciones.

Añadido: mil disculpas a Silvia, MientrasLeo, porque ha hecho un prólogo tan literario como los relatos y no tengo perdón, ¡se me olvidó! No dejéis de leerlo.


domingo, 8 de noviembre de 2015

ENSAYANDO PORTADAS: OASIS DE ARENA

El relato está maquetado y listo para la primera revisión, esa que tienen que hacer otros ojos que no sean los míos porque yo ya no veo nada. La decisión sobre lo que haré con él está tomada y solo queda centrarse en dos temas: portada y sinopsis. La segunda me daba un poco de pereza, creo que con una historia tan corta me va a costar mucho, así que empecé por la portada. Estas son las dos opciones que barajo.


OPCIÓN 1

OPCIÓN 2
Ahora solo me queda decidir. Tengo también dos opciones para esto: dejarme llevar por la que más me atraía de un primer vistazo o jugar al pito pito.

Cualquiera me vale, estoy muy conformista últimamente.


domingo, 1 de noviembre de 2015

NECESITO RESOLVER UNA DUDA

El otro día me contó mi madre que estaba leyendo el relato que he ido publicando por entregas, Oasis de arena, pero no le resultaba cómodo. Es normal, para alguien que no se maneja bien con internet –le daré tiempo, seguro que lo logra- es un poco difícil ir saltando de enlace en enlace, así que he pensado que podría hacer una cosa: maquetarlo y meterlo en su Kindle para que pueda leerlo del tirón.

Y ya que estaba pensando en maquetarlo, se me ha ocurrido otra cosa. ¿Por qué no lo subo a Amazon? 

La verdad es que lo único que necesitaría para hacerlo sería escribir una sinopsis y crear una portada, pero todo es ponerse. Podría incluirlo en el programa KDP y de ese modo, quien esté suscrito, lo descargaría gratis independientemente del precio que le pusiera yo al relato (que ya os aviso que es muy posible que fuera 2,99€). Me da igual que alguien piense que es demasiado para tan pocas páginas, no le voy a poner una pistola en el pecho a nadie para que lo compre, incluso puede que hasta me abstenga de publicitarlo. Solo pienso que no quiero que se pierda entre las cientos de entradas de este blog, que me está dando muchos problemas en las últimas semanas y cualquier día no me dejará ni volver a entrar.

También he pensado que puedo recopilar algunos relatos que he ido escribiendo en este blog en una antología, pero eso me parece menos sensato porque entre ellos el único hilo conductor que hay es que los he escrito yo, pero no se parecen en nada ni tienen nada en común.

Estoy valorando la idea, pero me gustaría saber qué os parece. Tengo muchas preguntas.

¿Lo subo?
¿Me estoy quieta?
¿Me dedico mejor a estudiar matemáticas?
¿Me tomo un café y me echo una siesta?
¿Lo alargo?
¿Quedo con alguien para comer y me dejo de tonterías?
¿Leo un poco?
¿Sigo escribiendo?
¿Lo dejo para siempre?


¡Sacadme de dudas!