Si
tengo que definir este mes de enero que se acaba, diría de él que se trata de
mi enero más lector. Por mis ojos han pasado una docena de títulos.
Más o
menos.
Los he
ido agrupando en categorías.
* * *
Libros incompletos.
Lecturas que aún no he terminado porque lo
que me pedían era leerlas despacio, saboreándolas.
Es el
caso de En los lugares de la inocencia
perdida, de José Luis Palma. Voy leyendo poco a poco, entre libro y libro.
En realidad se cruzaron algunos que tenía que leer forzosamente y fui
aplazándolo aunque sigo sumergida en la historia de Eduardo, Mareko y Dakota.
Poquito a poco, recordando con ellos retazos de la Historia de nuestro país que
se entremezclan con su propia historia personal. Me está gustando mucho cómo
escribe José Luis Palma, seguro que repito con él en algún momento. (Digital)
Otro
que no he terminado es Lágrimas de
tequila, de Cita Franco Parrilla. La explicación para que esté incompleto
es sencilla: son relatos. Siempre los leo con calma, de uno en uno. Me gusta
que se queden conmigo un tiempo, pensar en lo que me han contado. Si los leyera
seguidos creo que se perderían muchas sensaciones por el camino y por eso no
corro. Me están gustando mucho, Cita tiene una prosa que te lleva de la mano y
hay una inmensa ternura en este libro. (Digital)
* * *
Los obligatorios.
Lecturas (o relecturas) de clásicos que
necesito revisar periódicamente.
Este
mes ha sido el turno de volver a posar mis ojos sobre El árbol de la ciencia de Pio Baroja y de empaparme de novelas ejemplares de Cervantes. Han
salido airosas del lance, Riconete y
Cortadillo y El celoso extremeño.
El licenciado vidriera no es que me
haya emocionado, pero bueno, lo he leído a gusto, pero El coloquio de los perros... ese ha sido mi cruz. Seguro que no
tenía el momento, quién soy yo para criticar a Don Miguel, pero vaya, que no he
disfrutado nada, nada la lectura. Creo que de no ser por él, hubiera leído
incluso algún libro más este mes. (Papel)
* * *
El divertido.
Ese que necesitas en los momentos en los que
reír viene muy bien.
He
vuelto a la jefa del Chick-lit, Shopie
Kinsella, y me lo he pasado en grande con La reina de la casa. Al principio tuve la sensación de que no era
su mejor novela pero poco a poco me fue convenciendo cada vez más. Lo que
notaba es que quizá es el menos "ligero" de los que he leído hasta
ahora de ella. La chispa que tienen otros no está tan lograda pero a cambio me
encontré con algunas acertadísimas reflexiones que había ido dejando caer y que
me gustaron. (Papel)
* * *
El intrascendente.
Ese que aunque no lo hubiera leído no habría
pasado nada.
Como construir una súper heroína de Sandra
Barneda. Cayó
en mis manos una tarde, me la leí y poco más. Entretiene. Es corto. Poco más
que decir, que creo que es uno de esos libros que se publican aprovechando el
tirón de un nombre. (Digital)
* * *
Lectura cero.
De las que me hace llegar la gente que confía
en que le diga realmente lo que pienso de diversos aspectos del libro antes de
salir del horno (del todo).
O más
bien diría yo, una relectura cero, porque ya lo había leído una vez, en una
versión anterior. Como aún es pronto para hablar de ello, discretamente me
guardo el título pero os diré que me ha encantado. Otra vez. Los pequeños
retoques que se han hecho en la novela la agrandan aún más y cuando esté en las
librerías (que va a estar seguro) voy a gritar a pleno pulmón que yo la leí de
las primeras. Me tiene fascinada (¿se nota?). (Digital)
* * *
El que me sorprendió.
Porque lo encontré por casualidad y me dejó
muy buen sabor de boca.
El chico perfecto no sabe bailar el twist de
Bea Magaña. La
razón para comprarlo fue tonta del todo. Yo no conocía a Bea pero su nombre me
sonaba porque tenemos amigos comunes en Facebook, así que, a través de un
enlace de Antonia Romero (gracias por descubrírmela) fui a ver la novela a
Amazon. La mención a Segovia en la sinopsis picó mi curiosidad y allá que fui.
Se saltó toda la inmensa lista de lecturas que tengo porque se me ocurrió
empezar a leerlo y ya no pude parar. La historia que cuenta me gustó mucho pero
para mí tenía el extra de mostrarme la Segovia que conocí en mi adolescencia,
cada uno de los bares que frecuentaba, las calles, la plaza de toros... es que
podía ver cada escenario en mi mente perfectamente dibujados. Me trajo además
buenos recuerdos. Magia pura, Bea, no sé cómo darte las gracias porque aunque
para otros lectores esto no sea tan relevante la ambientación, para mí sí que
lo fue. Lo recomiendo. Y si eres de Segovia, más. (Digital)
* * *
Los que esperaba impaciente.
Esos que llevan en mi lista mucho tiempo pero
que quería leer en papel.
El final del Ave Fénix, de Marta Querol fue el primero de ellos. Me lo
trajeron los Reyes y en cuanto pude me puse con él, aunque es cierto que el
prólogo me dejó tan tocada que tuve que hacer una pausa. Marta no lo sabe (si
lee esto se enterará) pero hay una escena que viví en primera persona, algo que
ella ha escrito en ese prólogo que me pasó cuando mi padre murió, en sus
últimos momentos: una lágrima que los médicos pueden decir lo que quieran pero
que para significó algo que la medicina no puede explicar. Después de esto me
sumergí en esta saga familiar que cuenta parte de la vida de Elena Lamarc y ahí
estuve, varios días esperando que llegase la hora de leer para poder ponerme
con él. Ahora acaba de publicar Las guerras de Elena en papel y en cuanto lo
vea me lo traeré para casa. Eso seguro. (Papel)
Y la
última... Bajo los tilos de María José
Moreno. No sé el tiempo que la he aplazado. Desde que supe que estaría en
papel y que contendría algún capítulo más que la versión que yo tenía, la dejé
de manera consciente porque además, aunque leo divinamente en mi kindle, aún sigo
sintiendo que algunos libros especiales quiero tocarlos, olerlos mientras leo.
¡Tanto esperar y no me duró nada! La verdad es que está tan bien escrito, fluye
de manera tan magistral que cuando te quieres dar cuenta... ¡lo has terminado!
Me gustó mucho cómo María José ha sabido ir dosificando la intriga para que
quieras leer y leer. No es casualidad que haya gustado tanto, es un libro de
los que recomendaré sin lugar a dudas y ya he empezado a encargar alguno para
regalar. (Papel)
Por
cierto, hoy mismo, a las ocho de la tarde, en la Librería Luque de Córdoba,
María José Moreno presenta su novela. Y a mí, por una pirueta del destino, me
la va a firmar. Unas manos familiares harán de correo para ello, mi cuñada
Pilar está allí y será ella la que asista a la presentación y quien se traiga
el libro.
Hasta
aquí este mes de lecturas, en el que no ha habido reseñas en el blog. La verdad
es que he preferido relajarme un poco y dedicarme a leer, sencillamente, por
placer.
Como debería ser siempre.