Me fui olvidando de él poco a poco, envuelta en la tormenta en la que se mezclaron novelas publicadas, premios, sueños cumplidos, zancadillas, amistad, insultos... La verdad es que han sido unos años en los que no ha faltado de nada.
Hace un par de meses gané el HQÑ. Sigo enferma, pero ya no importa, así que, quizá para celebrar que he vivido cosas increíbles estos años gracias a esta pasión que es escribir, me lo hice.
Este.
Simboliza la luz de un faro. Sabéis que en mis historias, en mis estados, en mis post, los faros siempre han estado ahí. Porque yo vivía esa tormenta y necesitaba su luz para no perderme del todo. En ese tatuaje significa también otra cosa: es una estrella. Las estrellas son las personas que se fueron y a las que echamos tantísimo de menos que necesitamos atraparlas aunque sea en unas líneas en la piel.
Es mi padre.
Él no ha podido acompañarme en nada de lo que ha sucedido este tiempo, lo he echado de menos con desesperación, pero de alguna manera también lo he tenido a mi lado porque no hay un solo día que no piense en él, en la suerte que tuve de tenerlo. Hay personas muy grandes y mi padre lo fue.
Me ha parecido también una manera bonita de cerrar un círculo. Como esas novelas en las que acabas llegando al punto de partida, pero más grande, más fuerte, mejor. Yo no sé si he conseguido eso con esta aventura, solo sé que en mi viaje del héroe he madurado. He perdido, he ganado, he sufrido, he reído, he llorado y me quedo con quienes se han colado en mi corazón.
A lo mejor también acaban un día en mi piel.