Desde que empecé a hacer reseñas en el blog siempre han sido libros que acabo de terminar. Sin embargo, hoy decido rescatar uno que ocupa su sitio en las estanterías de casa, La lista de los catorce, de Nacho Guirado. Me gustó mucho en su momento y creo que se merece tener un sitio por aquí.
Lo primero que me llamó la atención es que la historia arranca en Guadalajara, ciudad en la que nací. No conozco muchas novelas en las que mi tierra tenga protagonismo, (Viaje a la Alcarria, de Cela y poco más) así que esa fue la primera razón para acercarme a la novela. Una razón idiota, pero al fin y al cabo, me empujó a leer. La otra razón fue el que el protagonista fuera su abuelo, que estuvo prisionero en la cárcel de Guadalajara hasta 1943. Mi abuelo materno también estuvo allí, desde 1939 hasta más o menos ese año. Esta última fecha no la tengo del todo clara porque mi madre nació después, pero ambas calculamos que salió aproximadamente en aquel año.
Así que, con mis dos razones, empecé una novela que me duró muy poquito entre las manos.
La lista de los catorce arranca el 6 de diciembre de 1936, con el bombardeo de la aviación franquista que arrasó la ciudad de Guadalajara. Ese domingo, día de mercado, muchos civiles mueren y la respuesta popular no se hace esperar. Se produce el asalto de la prisión, con el objetivo de vengarse a través de los prisioneros franquistas. De entre los presos, catorce son de Yunquera de Henares, y de ellos sólo uno logrará salvarse, Ramón Lobo.
Años después, en 1943, Ignacio Blas Notario, sindicalista socialista, es conducido desde Guadalajara a Asturias. Su pena de muerte ha sido conmutada por veinte años de trabajos forzados. El sufrimiento vivido durante la guerra no le abandona, pero en Asturias aparece una luz, Luisa, una muchacha de la que se enamorará. Con ella intentará superar las heridas, construir una nueva vida en Asturias y seguir adelante, pero la aparición de Ramón Lobo, frustrará esas expectativas.
La novela está basada en la historia de la familia del autor, concretamente la vida de su abuelo materno. No es una historia de ganadores y perdedores, es algo más. En esta novela hay amor, traición, historia… Nacho Guirado ha sabido crear, a partir de elementos reales, un relato de ficción que se sostiene, que te mantiene leyendo con interés durante sus 448 páginas. Creo que hacer esto es realmente difícil.
Cuando inventamos partiendo de cero, cuando como autores creamos personajes, somos libres de hacer lo que queramos con ellos, de componer las situaciones que hagan que todos los elementos encajen a la perfección. Sin embargo, cuando te encuentras con la realidad, es complicado. A lo mejor tú, como escritor, querrías contar historias espectaculares pero topas con que la realidad es otra, más sencilla o más absurda. Nacho ha confesado en entrevistas que algunas veces tuvo que tirar de imaginación para completar el relato.
Nacho Guirado nació en Oviedo en 1973 y trabaja como fisioterapeuta y osteópata. Ha sido finalista del premio de novela corta Cristóbal Zaragoza con su obra El beso que no di. También obtuvo el segundo premio de novela corta Ciudad de Dueñas (Palencia) con Antes de las doce y en 2005 ganó el primer premio en el Certamen Internacional Alfonso Grosso de Sevilla con Retratos de familia. Finalmente ganó el premio de narrativa de la Diputación de Guadalajara por su novela No siempre ganan los buenos. Ha escrito dos novelas negras: Muérete en mis ojos y No llegaré vivo al viernes. De éstas también he leído No siempre ganan los buenos, novela que por cierto, le he debido prestar a alguien y no ha vuelto a casa.
Lo primero que me llamó la atención es que la historia arranca en Guadalajara, ciudad en la que nací. No conozco muchas novelas en las que mi tierra tenga protagonismo, (Viaje a la Alcarria, de Cela y poco más) así que esa fue la primera razón para acercarme a la novela. Una razón idiota, pero al fin y al cabo, me empujó a leer. La otra razón fue el que el protagonista fuera su abuelo, que estuvo prisionero en la cárcel de Guadalajara hasta 1943. Mi abuelo materno también estuvo allí, desde 1939 hasta más o menos ese año. Esta última fecha no la tengo del todo clara porque mi madre nació después, pero ambas calculamos que salió aproximadamente en aquel año.
Así que, con mis dos razones, empecé una novela que me duró muy poquito entre las manos.
La lista de los catorce arranca el 6 de diciembre de 1936, con el bombardeo de la aviación franquista que arrasó la ciudad de Guadalajara. Ese domingo, día de mercado, muchos civiles mueren y la respuesta popular no se hace esperar. Se produce el asalto de la prisión, con el objetivo de vengarse a través de los prisioneros franquistas. De entre los presos, catorce son de Yunquera de Henares, y de ellos sólo uno logrará salvarse, Ramón Lobo.
Años después, en 1943, Ignacio Blas Notario, sindicalista socialista, es conducido desde Guadalajara a Asturias. Su pena de muerte ha sido conmutada por veinte años de trabajos forzados. El sufrimiento vivido durante la guerra no le abandona, pero en Asturias aparece una luz, Luisa, una muchacha de la que se enamorará. Con ella intentará superar las heridas, construir una nueva vida en Asturias y seguir adelante, pero la aparición de Ramón Lobo, frustrará esas expectativas.
La novela está basada en la historia de la familia del autor, concretamente la vida de su abuelo materno. No es una historia de ganadores y perdedores, es algo más. En esta novela hay amor, traición, historia… Nacho Guirado ha sabido crear, a partir de elementos reales, un relato de ficción que se sostiene, que te mantiene leyendo con interés durante sus 448 páginas. Creo que hacer esto es realmente difícil.
Cuando inventamos partiendo de cero, cuando como autores creamos personajes, somos libres de hacer lo que queramos con ellos, de componer las situaciones que hagan que todos los elementos encajen a la perfección. Sin embargo, cuando te encuentras con la realidad, es complicado. A lo mejor tú, como escritor, querrías contar historias espectaculares pero topas con que la realidad es otra, más sencilla o más absurda. Nacho ha confesado en entrevistas que algunas veces tuvo que tirar de imaginación para completar el relato.
Nacho Guirado nació en Oviedo en 1973 y trabaja como fisioterapeuta y osteópata. Ha sido finalista del premio de novela corta Cristóbal Zaragoza con su obra El beso que no di. También obtuvo el segundo premio de novela corta Ciudad de Dueñas (Palencia) con Antes de las doce y en 2005 ganó el primer premio en el Certamen Internacional Alfonso Grosso de Sevilla con Retratos de familia. Finalmente ganó el premio de narrativa de la Diputación de Guadalajara por su novela No siempre ganan los buenos. Ha escrito dos novelas negras: Muérete en mis ojos y No llegaré vivo al viernes. De éstas también he leído No siempre ganan los buenos, novela que por cierto, le he debido prestar a alguien y no ha vuelto a casa.