Jueves otra vez, y os adelanto algo más de El medallón de la magia. Creo que esta es una de las historias relacionadas con ella que más me gustó inventar.
Álex, mi hijo, tiene una mancha desde que era un bebé. Nació sin ella, o al menos yo no me fijé en que hubiera nada especial en él cuando me lo dieron. Poco a poco empezó a notársele una zona un poco más oscura en el lado derecho del cuello y en su interior, con el tiempo, empezaron a salir lunares. No me pareció normal, un día eran cinco y a la semana siguiente doce, así que le llevé a su pediatra, que inmediatamente me mandó al dermatólogo donde le diagnosticaron un nevus spilus, una lesión cutánea que se considera habitualmente benigna, aunque se han descrito cambios malignos, por lo que hay que vigilarla anualmente.
Me ha salido un niño aprensivo, así que para que no lo identificase como un problema serio, inventé una historia: no era nada malo, sólo una marca que le señala como alguien muy especial. Amanda, la protagonista femenina de El medallón de la magia, como Álex, tiene también sus marcas en el cuello. Intentaba que su "tatuaje natural" fuera para él algo distinto a una enfermedad.
Ahí os dejo una foto de la mancha real. La imaginaria, la de Amanda, protagoniza la portada del libro, que os mostraré muy pronto.