Hoy transcribo las cuatro coplas que me gustan más. Comparto con vosotros poesía, tan necesaria para el alma.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
como se pasa la vida,
como se viene la muerte,
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
***
Ved de cúan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos;
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen;
de ellas, por su calidad,
los más altos estados
desfallecen.
***
Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño
corremos a rienda suelta
sin parar;
desde vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
***
Aquel de buenos abrigo
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.
La copla de pie quebrado, o copla manriqueña, me conquistó en el instituto, por esa cadencia suave que tiene y estos versos, plagados de metáforas y encabalgamientos, me encantan. Me he dejado una que todos conocéis, una que habla de ríos que van a parar al mar, una que me sirvió para pensar en lo que quería para la portada del libro de mi padre.
¡Buen día!
corremos a rienda suelta
sin parar;
desde vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
***
Aquel de buenos abrigo
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.
La copla de pie quebrado, o copla manriqueña, me conquistó en el instituto, por esa cadencia suave que tiene y estos versos, plagados de metáforas y encabalgamientos, me encantan. Me he dejado una que todos conocéis, una que habla de ríos que van a parar al mar, una que me sirvió para pensar en lo que quería para la portada del libro de mi padre.
¡Buen día!
Unos versos muy cercanos y acertados.
ResponderEliminarEstoy muy contenta porque a través de vuestros blogs me hacéis leer algo de poesía. Es un género que nunca le dedico demasiado tiempo, pero lo estoy solucionando. Ahora estoy leyendo el poemario "Toma mi mano" de Miren E. Palacios.
Besos
Grande Manrique.
ResponderEliminarCuriosamente lo leí (o releí, porque seguro que cayó en el instituto) casi a la par que "La arena del reloj". ¡Qué cosas tiene a veces la literatura!
Me gustan mucho las Coplas de Jorge Manrique. Un gusto volver a ellas en tu entrada.
ResponderEliminarUn beso.
Yo no soy muy aficionada a la poesía, desde los estudios la abandoné por completo, no porque no me gustase, supongo que ahora me da pereza su lectura aunque de vez en cuando como dice Margaramon gracias a estas entradas me reencuentro con ella.
ResponderEliminarNo tiene nada que ver pero hoy había un aviso de correos en el buzón :)
un beso!
Preciosos los versos de Manrique. Unas coplas que he leído varias veces y siempre se disfruta, siempre se descubre algo nuevo. Gran entrada la de hoy.
ResponderEliminarBesotes!!!
Marga, la poesía sólo es un rollo cuando te mandan buscar figuras literarias. En los colegios se les olvida a menudo que la poesía no está hecha para analizarla sino para emocionar.
ResponderEliminarUn besote.
Enrique, sí que es una casualidad. Esta obra, pequeñita en extensión, es de lo más grande que conozco.
ResponderEliminarUn beso
Paloma, a mí también me encantan. Repasarlas es un placer.
ResponderEliminarBesos
Tatty, vamos a crear una sección de poesías escogidas, para que vayas enamorándote.
ResponderEliminarEspero que sea el paquete que esperas.
Besos
Margari, tú nos has hecho ver que no podemos dejar de lado esta parte de la literatura (a mí por lo menos), porque nos aporta mucho.
ResponderEliminarBesos
¡Las Coplas! Un icono de la poesía medieval castellana y, dentro de la lírica, una de las elegías que no deben faltar en la mesilla de noche para los amantes de los versos. Y estoy contigo en que las emociones no se pueden analizar de una forma objetiva. Se sienten, se demuestran, se exteriorizan, pero es imposible interpretarlas siguiendo unos parámetros establecidos. Bsazo!
ResponderEliminarKoncha, hay que contárselo a algunos profesores de literatura. Se pierden en análisis absurdos, haciéndonos perder la oportunidad de disfrutar con verdaderas obras de arte.
ResponderEliminarUn beso
¡Me encantan las coplas de Jorge Manrique! Disfruté mucho estudiándolas, y más tarde enseñando esta parte de la literatura española a mis alumnos americanos. La primera que has reproducido se mantiene impasible en mi memoria. ¡Besos!
ResponderEliminarMayte, cuando acabé de leer tu libro, lo primero que me vino a la cabeza fueron estos versos. Probablemente sea la única poesía que me sé de memoria, de principio a fin.
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