sábado, 26 de marzo de 2016

ESE NARRADOR MENTIROSO

Llevo desde ayer enfrascada en una "lectura ligera", una de esas novelas que elijo entre otras de más entidad para distraerme, para no sentirme atascada. Para que no empiece a cundir el pánico dentro de mí, pensando que mi lista de libros que deseo leer sigue engrosándose y yo no avanzo.

Me está pasando una cosa con ella que ha hecho que, aunque me queda menos de un 10% para terminarla, tenga que parar a reflexionar sobre ella. Que mejor que aquí, en mi espejo, donde voy anotando todo lo que tiene que ver con lecturas y escritura.

Creo que estoy teniendo un problema con el narrador de esta novela.

Es uno omnisciente, ese que todo lo sabe, que lo controla todo, que cambia el foco de un personaje a otro cada dos por tres y te ofrece todos los ángulos posibles de la historia. No es testigo, es parte, aunque no sea narrador protagonista, como cuando el autor elige contar la historia en primera persona. Es un narrador que conozco bien porque lo he usado muchas veces, porque es el narrador que suele aparecer en las novelas que más me gustan.

En esta novela me tiene descolocada.

Llevo un 90% de la novela intentando averiguar qué es lo que pasa, por qué, si es un narrador que me convence siempre, por qué en esta novela no. Y ahora, a un porcentaje mínimo de terminar de leer la historia, he apagado el kindle a la vez que ha sonado un "ya lo sé" mental. Y he venido corriendo a mirarme en el espejo, para anotarlo, para que esto me sirva de recordatorio cuando sea yo la que escriba una historia.



Este narrador es un mentiroso.

No el omnisciente en general, sino este en concreto. Me está mintiendo desde el principio y eso era lo que me descolocaba. Un narrador omnisciente puede ser cualquier cosa menos mentiroso, porque entonces la novela se desarma.

¿En qué me ha mentido? Bueno, en sus apreciaciones sobre la protagonista de la novela. Me la describe como una mujer resuelta, valiente y decidida, una heroína de novela en toda regla, pero cada vez que ella abre la boca, cada vez que protagoniza una escena, la veo tonta, insegura, despistada, veo como mete la pata como una campeona y resulta hasta cómica en su torpeza. ¿Por qué el narrador me intenta colar unas virtudes que son desdichas por el diálogo a cada momento? Si me hubiera dicho de ella esto mismo que acabo de descubrir, creo que me encantaría. Porque una protagonista imperfecta no tiene nada de malo, al contrario, pero un narrador mentiroso, eso ya son palabras mayores.

Por eso, he venido al espejo a tomar unas notas, a decirme en voz alta que cuando escriba tenga mucho cuidado con las cosas que le hago decir al narrador. Que si quiero dibujar una protagonista valiente y decidida, tendré que ponerla a prueba, pero con retos muy, muy serios. Y si no lo consigo y me sale torpe, despistada e imperfecta, tendré que obligar a mi voz narrativa a que no mienta.

Le hago (me hago) quedar como un idiota.