martes, 8 de mayo de 2018

EL PROCESO DE REVISIÓN Y DAR LAS GRACIAS



Ayer leía sobre las veces que se ha de corregir una novela. Cada uno tiene su técnica y sus necesidades personales, supongo que en esto no hay reglas. Para mí, es algo así:

-A diario corrijo lo del día anterior. Es una manera también de chequear por dónde voy y empaparme del tono de la novela, del tiempo verbal... porque escribo varias a la vez y es importante que no me confunda.

-Varias veces, sobre todo si tengo parones ajenos a mi voluntad, releo la novela hasta el punto en el que la he dejado. Aunque sean 200 páginas y me lleve varios días en los que no "escribo". Pero sí que lo estoy haciendo, en realidad. Pulo frases. Quito errores tontos. Evito desajustes temporales y contradicciones.

-Terminado el primer borrador, le doy un repaso entero.

-La envío a un lector cero.

-Me la devuelve y la reviso.

-La envío a otro.

-Vuelvo a hacer lo mismo.(El número de lectores cero como mínimo es tres, así que depende de cada novela las veces repito esto).

-Vuelvo a leer la novela entera y reviso todo antes de enviarla a ninguna parte.

-Cuando me confirman si se publica, vuelvo a mirarla antes de la correctora.

-La revisa ella, me la envía y la vuelvo a repasar.

-Se la devuelvo con notas.

-Ponemos en común todo para estar de acuerdo.

La suelto.

Hoy me he puesto a pensar que para qué tanto esfuerzo invisible, y la respuesta ha sido clara: esto es lo que les dejaré a mis hijos, mis palabras, parte de mi alma dispersa en cada personaje, un trocito de mi mundo diseminado por cada página, disfrazado de ficción a veces, otras casi, casi, al desnudo. Solo por eso ya merece la pena la paliza que me doy. Puede que haya gente que no lo valore, pero yo sí. Y valoro también la oportunidad de hacerlo que me dieron en HarperCollins Ibérica. Hoy. Porque sí. Sin que haya pasado nada especial esta mañana. Solo porque creo que tenemos más costumbre de quejarnos que de dar las gracias y cuando se merecen, hay que hacerlo.

Pues eso, gracias por contribuir a que pueda dejarles mis palabras.