viernes, 5 de enero de 2018
BASTA CON VIVIR DE CARMEN AMORAGA
Sinopsis:
Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola, enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que oculta sus verdaderos sentimientos.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar donde está. Justo cuando comienza a reconciliarse con sus recuerdos, empieza a observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.
Crina llegó a España engañada por su propia pareja, que la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al bebé que espera. Pepa, inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide volcarse en ayudar a esa desconocida.
Mis impresiones:
Esta novela ha sido el regalo que he recibido estas navidades. Me lo ha hecho Margalida Ramon, a quien conozco a través del blog desde hace al menos siete años y la verdad es que fue toda una sorpresa encontrarme con el paquete en casa, una felicitación de Navidad que llegó tarde, acompañada de un libro que me apetecía leer. Había caído en mis manos el principio a través de un tuit y me gustó cómo empezaba. Lo comenté y Marga ha hecho que mi deseo se cumpla.
Basta con vivir es una novela que está escrita en presente. Los capítulos cuentan por separado las historias de los dos personajes que se mencionan en la sinopsis, Pepa y Crina, presentándonos dos vidas completamente distintas. Pepa es una mujer hermética y malhumorada a la que una serie de disgustos encadenados le rompieron el corazón y no ha hecho ningún esfuerzo en salir de la coraza en la que se protege del mundo, sino que se ha pasado la vida quejándose de su suerte y culpando a los demás. Crina era una joven estudiante de medicina que llegó a España engañada por el que ella creía que era su novio. De un día para otro, su vida feliz se convierte en el infierno de verse convertida en una prostituta. Cuando ambas coinciden, Crina está embarazada, al cuidado de unas personas que la mantienen en un piso hasta que dé a luz, momento en el que le quitarán a su hijo.
Es una novela lenta. Esto, que lo he contado porque aparece en la sinopsis y no desvelo nada, podría resumir las 250 primeras páginas de una novela de poco más de 300. No se trata de un libro en el que predomine la acción, sino que se basa en las emociones, sobre todo las de Pepa, que es la verdadera protagonista del libro. Asistimos a su renacer como persona, nos cuenta cómo se ha ido autodestruyendo durante toda la vida y cómo, en un momento dado, decide darse una oportunidad y salir del círculo vicioso en el que lleva años dando vueltas a lo que no pudo ser en el pasado.
La escritura tiene algunos párrafos brillantes, otros se recrea en la lengua coloquial, usando recursos que en algún momento me han recordado a la forma en la que está narrada Patria, ese lenguaje que transcribe los pensamientos del personajes. Esto aporta fluidez y hace que resulte menos denso el libro, que como digo está hecho de emociones, recuerdos, fragmentos de unas vidas contadas a saltos. Los demonios de Pepa se exponen ante nosotros y, a través de lo que se nos cuenta, vamos reconstruyendo a esa mujer rota que, cuando conoce a Crina a través del panadero, un jubilado que camina con un andador, encuentra el camino para recomponerse. En algún momento, su amiga Paqui le dice que de todas las actividades a las que se ha apuntado, la que más le gusta es el voluntariado. Porque ayudar a los demás, en el fondo, es muy egoísta. Lo hace porque es la manera se sentirse bien con uno mismo.
Y parte de esto puede ser lo que le sucede a Pepa al ayudar a Crina. Ese corazón roto con el que ha vivido tantos años se empieza a reconstruir al poner la tragedia de otro ante sus ojos, la de Crina, la de una mujer joven que está aterrada porque le van a quitar a su bebé. Eso sí que es grande, y no que te deje en plena juventud tu novio Ramón -al perro que tiene le ha puesto ese nombre-, o que tengas cáncer, o que tu padre se muera, o que tus amigas, las muy hijas de puta decidan todas tener sus hijos a la vez ahora que tú no puedes. Y te quedes sola y perdida, sin ganas de vivir.
La parte final de la novela tiene un ritmo más acelerado, porque pasan más cosas y la historia da un par de giros muy interesantes.
Lo que menos me ha gustado ha sido lo largas que son algunas frases, secuencias infinitas de oraciones subordinadas aunque responden a la perfección a esa intencionalidad coloquial. A mí me agotaban.
Es una novela interesante que recomiendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)