sábado, 8 de septiembre de 2012

EL MANUSCRITO DE AVICENA DE EZEQUIEL TEODORO





SINOPSIS (extraída de Amazon):

Bujará (Persia). Año 999. Avicena escribe con firmeza sobre un pedazo de piel. Al acabar, levanta la barbilla y sonríe a las decenas de miles de libros que le rodean en la Gran Biblioteca. Ha terminado su obra más brillante. Y también la más peligrosa.

Madrid (España). Año 2011. El médico español Simón Salvatierra recibe una terrible noticia: su esposa ha sido secuestrada por Al-Qaeda mientras investigaba un manuscrito milenario.

Una vertiginosa aventura a través de los siglos protagonizada por cruzados, masones, espías y terroristas. Y un codiciado poder que podría redimir o aniquilar a la humanidad.

Llevaba meses viendo en las redes la primera novela de Ezequiel Teodoro y en la pasada Feria del Libro de Madrid tuve la oportunidad de conseguirla de manos de su propio autor; firmado, claro. Ha habido más oportunidades de comprarlo pero siempre se cruzaba algo y creo que era porque tenía que suceder precisamente ese día. Los caminos del destino, que por más que los esquives, te acaban alcanzando, supongo.

El manuscrito… se vino a casa pero me costó unos días encontrar el momento para comenzar su lectura. No vuelvo a ir a la Feria del Libro dos días. A pesar de mi firme propósito de no volver a casa con más ejemplares de los que me daría tiempo a leer, caí en la misma trampa de siempre, en una que me pongo yo sola. Se me acumulan ejemplares sin remedio. Finalmente, un día de este verano, abrí sus páginas y me sumergí en la lectura.

Lo primero que tengo que decir es que, no sé por qué, pensaba que toda la historia estaba ambientada en la época del médico árabe. Supongo que el título me indujo a pensar que así era, pero me equivoqué. La historia tiene varios capítulos en los que Avicena es el protagonista, momentos de flash back en los que el autor nos traslada a su tiempo, pero la parte central de la trama se sitúa en la actualidad, en pleno siglo XXI. Esta novela de acción se mueve en múltiples escenarios. Las escenas se suceden en España, Francia, Rusia, Gran Bretaña, Estados Unidos… y seguro que me dejo algún lugar.

En principio, Ezequiel nos muestra a los personajes, su situación personal en el momento en el que arranca el relato. Mientras leía tenía la sensación de que estaba extrayendo piezas de una historia y las situaba encima de la mesa, sin demasiado orden, y sólo al avanzar la lectura empecé a poder ir encajándolas. Esa es la sensación que me ha quedado con el libro: la de ir resolviendo un puzle. Poco a poco los personajes muestran lo que tienen en común, vemos por qué actúan como lo hacen.

Lo que menos me ha gustado es que, a lo largo del libro, me he ido encontrando con una confusión en los tiempos verbales, que a veces saltaban del presente al pasado sin justificación, y creo que eso es algo que entorpece la lectura de cualquier novela. Al menos a mí me pasa, necesito claridad en la exposición para no perderme, más cuando se trata de un libro que cambia constantemente también los personajes, con las historias que aparecen inconexas al principio y que tardan bastante en entrelazarse. Hay que ser muy hábil para no perder al lector cuando se elige este método. Siempre digo que el trabajo de corrección, personalmente, es el que más tiempo me ocupa cuando me enfrento una novela mía, porque me da miedo caer en errores de este tipo, fácilmente subsanables y que contribuyen, cuando ya están resueltos, a empujar al lector a no abandonar. Como de momento no pienso publicar nada nuevo, lo que tengo escrito está siendo corregido con paciencia y mucho tiempo. 

No me gusta desvelar las tramas, sólo os diré que en medio de este laberinto de historias encontradas nos cruzamos con un médico, una empleada de museo, el M16, el CNI, la KGB… y con un grupo de terroristas árabes que buscan el manuscrito porque contiene la clave para colapsar financieramente el mundo occidental para acabar de ese modo con su predominio en el mundo. 

Una novela trepidante.

¿Te animas?