jueves, 11 de mayo de 2017

QUERIDO LECTOR

Sé que te tengo despistado perdido. Es normal que no sepas qué pensar de alguien que cambia género cada poco, saltándose todas las leyes lógicas del marketing. Alguien con tan poca visión comercial que ambienta novelas románticas en Castilla y León en lugar de en Nueva York o París, que firma con un nombre sin ningún glamur y que revienta estereotipos a la mínima que un personaje le da la excusa para salirse del carril.

Yo también pensaría que alguien que ignora todo lo que recomiendan para triunfar en estos días en la literatura está un poco mal de la cabeza. O, no sé, quizá le daría alguna vuelta más al pensamiento y llegaría a la conclusión de que esa persona está segura de lo que busca, que quizá no sea lo más habitual en estos tiempos, pero es perfectamente lícito. Nada más –y nada menos- que aprender cada día un poco más. No tenemos veinte vidas, no podemos dedicar cada una de ellas a especializarnos en algo, así que hay que exprimir la única que está a nuestro alcance. Para mí, aprender es vivir con más plenitud. Cuantas más cosas, mejor, y compartirlas con otros completa este proceso.

Por eso espero que me perdones que haya dejado por esta vez lo que estaba haciendo hasta ahora. Esto no es una novela romántica. Ni intimista. Ni juvenil. Ni histórica…

Espero que, a pesar de todo, leas el libro que acabo de escribir, que en muy pocos días estará disponible. Si de paso te lo compras, te lo agradeceré muchísimo.  Incluso, te digo más, si eres autor, a lo mejor con los beneficios a mí me sobra algo de dinero para comprarme tus libros y nos acaba viniendo bien a los dos.

No doy más vueltas. Esto que pondré pronto en tus manos, sé que te lo estás temiendo desde que empecé a escribirte esta carta, no es una novela. Es otra cosa, una especie de bambalinas de la construcción de un libro, ese espacio oculto a los ojos del público donde se gesta la ficción. Invisible y necesario. Revelador y mágico. Imprescindible saber cómo funciona y bastante más desconocido de lo que debería. Un espacio que llevo años recorriendo y que me apetece compartir contigo. Me ofrezco a servirte de guía si tienes ganas de ver una novela desde otra perspectiva.

Imagina un espectáculo teatral. Antes de que se levante el telón, para que todo salga perfecto, hay muchas cosas que deben funcionar con la precisión de un reloj suizo. El director tiene que ocuparse de marcar las pautas a los actores, técnicos de luces y sonido, caracterizadores, tramoyistas… Debe programar ensayos, pruebas de vestuario, maquillaje, decoración del escenario… y dejarse la piel en cada momento para que, llegado el día del estreno, el espectáculo salga redondo. Para que todos esos elementos encajen y el espectáculo acabe siendo un éxito.

No hay apenas elementos que se dejen al azar.

La verdad es que, en el teatro, para que todo parezca natural el esfuerzo es arduo; exactamente es eso lo que sucede en la construcción de una novela, que es de lo que trata este libro que tienes entre las manos. En él, lo que pretendo es que me acompañes mientras te explico lo que se cuece entre detrás del escenario, antes de que el telón se levante. Que eches conmigo un vistazo a todas las decisiones que tendrá que ir tomando el autor -más o menos el equivalente al director de escena- para escribirla. Si quieres ser -o ya eres- escritor, quizá te venga bien refrescar la memoria. Si todavía no te has atrevido a empezar esa novela que ronda por tu cabeza, tal vez te sea útil para reflexionar antes de sentarte a escribir, e incluso sepas a qué libros acudir para seguir investigando. Si solo eres lector, te aseguro que mirarás de otro modo el trabajo que hay detrás de la escritura de un libro.

Quizá después hasta lo valores de manera diferente.

Añado algo más: si eres padre y te encuentras en el aprieto de repasar temas de lengua con alguno de tus hijos, tal vez también te pueda ayudar, porque muchas cosas de las que en él aparecen forman parte de los temarios de la ESO y Bachillerato, aunque se pasa por ello –cuando se pasa- de puntillas.

Lo dicho, en unos días lo pondré en tus manos.

No te voy a decir nada más de él de momento, ni título, ni fecha de salida, ni te voy a enseñar la portada. Sé, empecé por ello esta carta, que el marketing recomienda lo contrario, pero ya he sido víctima demasiadas veces de los piratas. Por eso voy a hacerlo todo como ellos: atacando por sorpresa.

¿Te apetece acompañarme?

Yo estaría encantada de hacer este viaje contigo.

Atentamente:

Mayte