martes, 31 de diciembre de 2013

MIS DESEOS PARA 2014.



Acaba 2013, las últimas horas de este año se abren paso y se llenan de los preparativos de una noche mágica y es momento de pararse a pensar en lo que ha supuesto este año que se nos va de las manos.

Sería muy largo porque me han pasado tantas cosas que me eternizaría y no es el momento. Ahora es tiempo de deseos, de buenas intenciones para el año que a pasos agigantados se aproxima.

Sé que en 2014 me van a pasar cosas buenas, la publicación en papel de Detrás del cristal luce como una estrella que iluminará febrero pero no puedo dejar de pensar en que hay otras cosas que quizá oscurezcan un poco este momento. En 2013, en casa, hemos sorteado por los pelos la espada de Damocles del paro pero sigue ahí, parapetada tras la puerta, sin mucha pinta de marcharse. Quizá sea lo único que en estos momentos me preocupa seriamente porque no tener trabajo no es solo carecer de ingresos: es instalarse en una intranquilidad que se lleva por delante la salud y otras muchas cosas que sí son importantes.

Resumo mis deseos:

-Salud: para disfrutar de lo bueno y afrontar los contratiempos.

-Amor: porque sin él, nada tiene sentido.

-Dinero: bueno, al menos lo básico para pagar las facturas.

-Éxito: para todos los que quiero, que se cumplan las metas, que aparezcan otras nuevas.

-Tranquilidad: para que las conversaciones se centren en risas y proyectos y no en las malas vibraciones que producen aquellas cosas que se han ido cruzando y que no eran tan felices.

-Justicia: para que de una vez por todas quienes causan daño (de cualquier tipo) a los demás, tengan lo que se merecen.

-Trabajo: sin él, lamentablemente, todo se desmorona.

FELIZ 2014.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LOS DILETANTES DE ANTONIA ROMERO


Sinopsis:

Ada tiene dieciséis años y acaba de perder a sus padres en un accidente. Desde que despertó del coma tiene extrañas pesadillas que la atemorizan y cuando alguien la toca recibe visiones de sus vidas. Su hermana se hace cargo de su tutela y se la lleva a vivir con ella a un pequeño pueblo, cercano a Barcelona. Ada intenta integrarse, y acepta retomar sus clases de piano con Andrew, un misterioso y joven profesor que despierta en ella sentimientos contradictorios. Pero cuando su piel roza la del joven inglés se muestra ante ella un personaje de otra época, un accidente de caballo y su muerte. Andrew ayudará a Ada a recordar lo que ocurrió realmente la noche en que murieron sus padres, le mostrará un mundo de oscuridad en el que cuatro razas de vampiros pueblan la Tierra. Descubrirá que su destino era ser una Diletante y tendrá que aceptar una realidad de la que ya no puede escapar y en la que quizá no pueda sobrevivir.

Mis impresiones:

Siempre digo que no me gustan las novelas de vampiros, aunque me leí enterita la saga Crepúsculo. ¿Por qué lo hice? Bueno, porque una de mis chicas, Estela, llevaba tiempo sin leer y de pronto, al tropezar con Bella y Edward sintió una especial fascinación por ellos y me trajo el primero de los libros a casa entusiasmada. Yo intento compartir las lecturas para que puedan hablar de ellas con alguien y, de ese modo, fomentar su amor por los libros. Me parece mucho más motivador que una simple recomendación así que empecé a leer. El primero reconozco que me enganchó pero de ahí en adelante me costó horrores seguir con la saga y si lo hice fue precisamente para poder compartir impresiones con ella.

Cuando Antonia Romero presentó Los Diletantes yo ya había leído sus dos novelas anteriores, Peso Cero y La Tumba compartida, así que partía con la ventaja de saber que me gusta mucho cómo escribe. Antes incluso de leer ni una sola reseña de la novela sabía que era más que probable que me gustase, a pesar de los vampiros.

Y no me equivoqué.

El planteamiento de la novela que hace Antonia Romero me gustó desde el principio. Ada, la protagonista, aparece como una muchacha normal que ha perdido a sus padres en un accidente de tráfico y que por ello tiene que irse a vivir con su hermana. Ada ha permanecido dos meses en coma, debido a las secuelas, y la conocemos cuando empieza en un instituto nuevo en el que su hermana es la profesora de matemáticas. Nada en ella se sale de lo común salvo las extrañas visiones que tiene cuando toca a alguien, por lo que evita el contacto físico con todo el mundo. Los adolescentes que rodean a Ada son normales, con las mismas inquietudes y conversaciones que me encuentro a diario y el mundo que empezamos a conocer es perfectamente reconocible, lo que para mí es uno de los principales atractivos del libro. Todo empieza a cambiar cuando conoce a Andrew, un joven de veinte años que se convertirá en su profesor de piano, y que aparecerá para ayudar a Ada a recuperar la agilidad de sus dedos tras el accidente y retomar su entrenamiento con el piano.

Pronto, Ada se empezará a dar cuenta de que hay muchas incógnitas en torno a él. Las visiones que percibe con respecto a Andrew pertenecen a otra época y eso desconcierta a la chica tanto como lo que empieza a sentir por él. Ada va descubriendo su propia historia a la vez que el lector porque Antonia elige la primera persona para narrar esta novela, salvo en algunos momentos en los que le narrador se vuelve omnisciente para que los lectores podamos completar el cuadro.

Es interesante cómo Antonia nos presenta a las cuatro razas de vampiros que pueblan el mundo: Los Diletantes, los Cambiantes, los Vetalas y los Vampiros originales y cada uno de los roles que estos tienen dentro de la sociedad sin que los humanos sean conscientes de ellos. Todo está perfectamente construido de manera que la credibilidad en torno a la historia se sostiene.

Me han gustado mucho los personajes, perfectamente perfilados. Ada, la protagonista, va siempre cargada con su iPod y por ello en la novela aparecen constantes referencias musicales que también la perfilan (igual que somos lo que leemos, somos lo que escuchamos) y es mucho más madura que las niñas de dieciséis. Andrew es misterioso pero ejerce una atracción en ella tan grande como en el lector. Sus compañeros de instituto son reales, palpables, tanto que a David, por ejemplo, le pude poner rostro porque conozco a alguien sumamente parecido. Y otros personajes que me han encantado son la hermana de Ada y Verner, el Diletante que tiene como misión proteger a Ada.

La novela pertenece a una saga que se llama El Quinto Sello y es la primera de las cinco novelas que la conformarán. Teniendo en cuenta que la primera novela se llama Los Diletantes, la segunda, Los Cambiantes (ya está disponible en ebook), sospecho que cada una irá enfocada a una de las razas de vampiros aunque… os he dicho que son cuatro, así que en la quinta nos sorprenderá seguro.

No quiero contaros más, sólo añado que ha sido una lectura plenamente satisfactoria y que, a pesar de ser una saga, la novela es autoconclusiva, lo que no quiere decir que no deje con unas ganas tremendas de continuar queriendo saber.


Ahora que la Navidad nos deja un poco de tiempo. ¿No te apetece leer un poco? Puedes empezar por Los Diletantes, por ejemplo.


lunes, 23 de diciembre de 2013

REPASANDO 2013: LOS LIBROS QUE ME MARCARON ESTE AÑO.


Acaba el año y a todos nos da por hacer balance. En este blog, al llegar al final del calendario, me gusta revisar las reseñas que he hecho y pararme a pensar en los libros que más me han aportado.

Mis mejores lecturas.

Este año ha sido extraño en cuando a lecturas y reseñas porque hay un claro desajuste entre unas y otras. Probablemente he escrito muchas menos que en los anteriores pero estoy segura de que he leído mucho más aunque se han ido conjugando varios factores que han desequilibrado esta balanza.

- Algunos libros no me han dicho nada. Esos los he dejado sin reseñar porque mi tiempo es escaso y prefiero distribuirlo en cosas positivas y dejar de lado lo que no me aporta nada.

- He tenido momentos en los que mi atención requería centrarse en otras cosas. Eso ha provocado que se me hayan escapado novelas que sí me han gustado sin poderlas reseñar. Algunas veces las he reunido en una entrada pero otras no he tenido ni tiempo de eso y cuando lo encontré ya era tarde. Si pasa tiempo entre lectura y reseña se me escapan detalles, por eso las hago durante la semana siguiente a terminar la lectura. Pasado ese tiempo es normal que ya no las haga.

- Hay libros pendientes de reseñar. En algún caso porque tengo que hacer una relectura; en otro porque se trata de una colección y quiero hacerlo en conjunto; en otro porque aunque la reseña está a medio hacer y no he encontrado el momento de revisarla en condiciones para publicarla.

- Ha sido un año de muchas lecturas cero. Varios autores me han pedido que leyera sus manuscritos y los analizara y he estado atareada con libros de los que aún no puedo hablar. O que ya están ahí pero sobre los cuales he emitido mi opinión al mismo autor o autora antes de publicar la obra y que no sé si después habrá mutado, por lo que no me atrevo a decir absolutamente nada.

- He terminado una novela y me falta rematar una segunda. En este año la productividad se ha multiplicado. El verano fue un buen momento porque los niños ya son grandes y van solos a la piscina (sin mí, vamos, solos no van que se aburrirían mucho) y me han dejado tiempo para poder escribir con calma. Todas las tardes de un verano dan mucho de sí y he podido terminar una novela que arrancó en mi cabeza en 2010. Ya está registrada y a punto estoy de acabar la siguiente. La primera (ATCLV) es ficción contemporánea y a mí me gusta un montón. La segunda (LCDLF) es romántica y con esta me he divertido escribiendo como no lo hacía desde que escribí Su chico de alquiler.

- Ha sido el año de Detrás del cristal. El 15 de febrero, de madrugada, colgué mi cuarta novela en Amazon y como os he contado en el blog no se apeó del top 100 ni un solo instante desde ese momento hasta el 10 de julio, día en el que Ediciones B pasó a tener los derechos de la novela. Ha sido el año de mi firma con una editorial, ha supuesto un cambio en cuanto a mi propia percepción sobre mi escritura (sigo pensando que estoy aprendiendo pero ahora no me suspendo todo el tiempo como narradora como hacía antes). Detrás del cristal continúa con su magia y aunque en Amazon con el cambio de ASIN apenas volvió dos días al top, en noviembre se coló en el de Fnac y ahí está, esperando paciente a la cita que tenemos el 12 de febrero con los lectores de papel.


Me cuentan hace un año que estaría un día en semejante compañía y me da un ataque de risa.


¿Nos descubrirán? ¿Alguien se llevará el libro a casa, lo leerá, le gustará y lo recomendará? ¿Seguirán confiando en mí?

A saber.

Me hago preguntas pero no conozco ni una sola respuesta. Esto SÍ que es una lotería y no obtener una valoración positiva de tu obra. El esfuerzo puede inclinar la balanza, el talento puede sumar peso pero, para venderlo, ahí os digo que hace falta SUERTE. Voceadores en todas partes, agentes voluntarios (yo no lo puedo pagar) que la soplen y hagan que vuele. Os pediré un retuit, un boca oreja pero, tranquilos, no voy a pedir nada más porque sabéis que ni lo he hecho antes ni lo haré ahora. No es elegante y tampoco me gusta poner a nadie en compromisos más serios.

Y después de este rollo que os he metido, repaso los libros que destaco de este 2013 son los que os enseño a continuación. Podéis llegar a sus reseñas pinchando en el título.

Un bonsái entre tú y yo, de FJ Rohs. Una preciosa historia sobre la amistad de La Sastrería Literaria que me cautivó. No he dejado de recomendarlo desde que lo descubrí y espero que si os animáis a leerlo, os provoque al menos sensaciones parecidas a las mías porque fueron muy, muy agradables.


Diario de invierno, de Paul Auster. No puedo evitarlo, siento debilidad por este hombre. Leo lo que me hubiera gustado escribir en sus libros y éste, su autobiografía, me mostró algunos detalles coincidentes conmigo que me dejaron noqueada. Me ha gustado siempre de él que insista en que nuestras pequeñas decisiones condicionan lo que será nuestra vida porque no puedo estar más de acuerdo. Para bien o para mal.



La protegida Wittman, de Iván Hernández. Iván me ayudó con la portada de Detrás del cristal y tenía pendiente conocerle como escritor, así que poco después de publicar mi novela me decidí a leer algo suyo. Y empecé a lo grande, con su novela estrella. Me gustó su prosa muchísimo. He seguido leyéndole y he descubierto a alguien con un excelente sentido del humor y un talento desbordante. Christie Allien es mi personaje favorito pero… aún no he reseñado estos libros porque me los reservo, de momento. Son tan cortos que quiero hacer algo con todos, o al menos con unos cuantos. Vamos por el tres de momento, y digo vamos porque el día que salen me los leo, cual adolescente impaciente.


Ángeles de cartón, de Miguel A. Mian Ros. ¿Cómo no lo leí antes? Esa es la pregunta que me he estado haciendo durante este año. Me encantó. Y me deprimió. No por el libro sino porque estoy segura de que jamás voy a ser capaz de escribir tan bonito como lo hace Miguel. Lo súper recomiendo.


El alquimista Impaciente, de Lorenzo Silva. Mi única reseña con spoilers. Lo hice porque este libro ya tiene algunos años y me pareció que no le pasaría nada si lo diseccionaba un poco aunque se aleje de mi costumbre a la hora de hacer una reseña. En realidad no descubro con ellos la trama porque los uso para reflexionar en otra dirección. Me apeteció hacerlo así y me gustó la novela pero, sobre todo, me gustó escribir esta reseña.


Algo más que vecinos, de Isabel Keats. Una novela que logra que se te olvide que has puesto la olla a tope y estalle inundando la cocina de guisantes se merece estar aquí. NINGÚN libro de este año ha sido capaz de acaparar mi atención tanto como éste. ¿Por qué? Pues probablemente porque es muy divertido y muchas veces lo que necesitamos de un libro es  eso, divertirnos. Para hacérnoslo pasar mal ya está la vida, que es muy perra…


El caracol de Byron y La interpretadora de sueños, de Rafael R. Costa. Dos novelas del mismo autor que se han ganado por derecho estar aquí. Son maravillosas, me ha pasado con Rafael lo mismo que con Mian Ros: después de leerlos me entran ganas de que me den alguna clase para aprender a narrar porque jamás me aproximaré a ellos, a su forma de acariciar con las palabras.


La caricia de Tánatos, de María José Moreno. No conocía a María José como narradora y empecé por esta novela que me mantuvo enganchada. A pesar de su longitud apenas me duró unos días porque se lee muy bien y la autora logra que te sumerjas en la historia de Mercedes tanto que cuando acaba te quedas con ganas de más.


As de Corazones, de Antonia J. Corrales. Fui una de las primeras lectoras de la novela, de hecho la leí en el ordenador y a pesar de que me gusta muy poco leer aquí me duró apenas dos días en los que DISFRUTÉ leyendo. Ella tenía miedo, no sabía si a los lectores les gustaría su novela pero le dije que no temiera: no iba a ser así. 


Lo que encontré bajo el sofá, de Eloy Moreno. Unas horas me duró, no podía dejar de leer. Es el único libro en años que he cogido y no he soltado hasta verlo acabar. De hecho creo que sólo me había pasado hace siglos con uno de Pérez-Reverte. Lectura satisfactoria del todo y esta vez sin que explotase nada.



Sonríe de Mel Caran. Pues se quedó sin reseñar, por eso no tiene enlace a una reseña, sino a su perfil en Amazon. Lo descubrí un domingo por la noche, justo cuando terminaba una promoción gratuita a la que no llegué a tiempo. Sin embargo, su portada, la primera que tuvo, me llamó mucho la atención e hice algo que recomiendo: descargué el fragmento gratuito. Me dio una rabia terrible que se me acabase el diez por ciento de cortesía que te permite la página y no tuve más remedio que comprármelo. ¡Me encantó! Por su frescura, por lo original del principio. Por esa chispa que tiene. Sin embargo todo esto sucedió a la vez que publicaba Detrás del cristal, los primeros días de locos que viví y se me pasó reseñarlo.

Después conocí a Mel y puedo decir orgullosísima que a día de hoy somos amigas. Como ella ya lo ha contado en su blog creo que puedo decirlo ya aquí: Sonríe saldrá pronto bajo el sello Zafiro de Planeta. ¡No os imagináis lo contenta que estoy! ¡Lo sabía desde que leí ese diez por ciento!

Sólo era cuestión de tiempo que sucediera.



El último de esta lista de libros, por supuesto, Detrás del cristal. Para mí a la fuerza es el libro de mi año (obvio) pero de él no os digo nada más, suficiente paliza os he dado ya.


¡Y lo que os queda!


jueves, 19 de diciembre de 2013

¿CÓMO DEBERÍA DE SER UNA RESEÑA?


Si has llegado hasta esta entrada buscando instrucciones precisas sobre cómo realizar una reseña, te sugiero que dejes de leer porque no las vas a encontrar. Puede que haya quienes necesiten una plantilla que seguir a pies juntillas pero yo ni la uso ni la quiero. Tampoco, claro está, pretendo dar instrucciones.

Yo leo reseñas en la red. A veces lo hago para hacerme una idea de lo que voy a encontrar en un libro, otras porque las ha colgado alguien que conozco y quiero ver su opinión.

Como sabéis, también hago reseñas.

O lo que sea.

Las mías son más un cúmulo de sensaciones que un texto que convierta en cadáver a un libro y le haga la correspondiente autopsia. No destripo, valoro siempre desde la subjetividad de mi experiencia lectora y siempre, siempre, siempre, aviso de ello porque quizá una novela que a mí me ha parecido maravillosa, para otro lector puede ser un tostón infumable y, al contrario, una novela que me ha dejado con malísimas sensaciones, a otro le puede parecer la obra del siglo.

Para hacer esto suelo poner la sinopsis y la portada, mencionar a los personajes con un par de rasgos muy generales, perfilo ligeramente la trama interrumpiendo la narración casi en lo más interesante, hablo del punto de vista del narrador y quizá comento la ambientación. Pero desde luego, lo que no hago (y no porque no sepa hacerlo) es diseccionar el libro detalle a detalle porque con eso tal vez puedo demostrar que soy muy buena analizando textos pero no es mi objetivo.

Yo quiero empujar a la lectura, quiero que los demás sepan más o menos qué pueden encontrar y, por supuesto, quiero que desarrollen su propio criterio. Por eso en este blog no hay apenas reseñas negativas porque yo no voy a recomendar un libro que no me haya gustado. En la vida real no lo hacemos, ¿por qué aquí debería ser de otro modo? Yo no tengo compromisos, por eso también soy más libre de hacer lo que me venga en gana.

¿Qué pasa con un libro después de una reseña demasiado minuciosa? ¿Quién querría leerlo cuando no le hayan dejado nada por descubrir? Yo me lo pensaría…

Para mí una buena reseña es aquella que dice sin decir, que cuenta sin contar, que descorre la cortina para mostrarte un mundo pero que no te destroza nada de lo que allí encontrarás.

Hay muy buenos anfitriones en la red.

Y malísimos.

Exactamente igual que sucede con los libros: los hay buenos, regulares e infumables pero esta catalogación sólo debería dársela el lector.

martes, 10 de diciembre de 2013

PREMIO PARA EL ESPEJO DE LA ENTRADA


Hacía mucho tiempo que no tenía uno de estos y siempre es grato terminar el año así, un año en el que El espejo de la entrada rozará las cien mil visitas. ¡Increíble pensar esto cuando lo abrí! Este premio llega de la mano del blog de Sirkka Ports. Desde aquí lo agradezco y contesto las preguntas del cuestionario que lleva adjunto.



1.- ¿Cuántas obras tienes publicadas?

               Autoeditadas, tres: El medallón de la magia y Su chico de alquiler, que son juveniles, y una novela intimista que se llama La arena del reloj. Con editorial, más concretamente Ediciones B, tengo Detrás del cristal que de momento sólo está en formato digital pero que a partir del 12 de febrero estará en librerías en papel.

2.- ¿Autopublicación o editorial?

               Publicar, da lo mismo con quién. El caso es encontrar los canales para llegar a los lectores. Con una editorial, en papel, siempre es más sencillo lograr una distribución buena. A mí, con las autoeditadas, me ha sido imposible moverme fuera de mi entorno más próximo por falta de medios, básicamente tiempo y dinero, así que espero que con la editorial, al menos los lectores que me esperan en Vigo o en Cádiz lo tengan más sencillo. En digital creo que da lo mismo.

3.- ¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas o las dejas surgir sobre la marcha?

               Cincuenta por ciento. Tengo un objetivo claro pero me dejo llevar por la historia muchas veces. A veces estoy escribiendo y la historia da un giro inesperado que me obliga a replantearme partes anteriores pero no me importa. Escribir para mí es, sobre todo, diversión.

4.- ¿Cómo promocionas tus obras?

               Únicamente a través de las redes sociales porque no cuento con otros medios a mi alcance. Y el boca oreja que en mí es pura magia, de hecho creo que es lo más efectivo.

5.- ¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?

               Todos los días escribo algo aunque soy madre y trabajo, por lo que tengo que ajustarme al tiempo que me queda libre. Pero no lo dejo entre otras cosas porque no soy capaz de estar sin escribir, me falta algo si no lo hago.

6.- ¿Has cambiado algún final después de escribirlo?

               Muchas veces. Y el principio, y la parte central, y he eliminado a veces páginas y páginas que no me convencían… Le doy muchas vueltas a los textos antes de decidir que ya están. Y procuro no volver a leer los libros publicados porque cambiaría algo, seguro.

7.- ¿Ebook o libro en papel?

               Las dos cosas, me siento incapaz de elegir. Los dos formatos me han aportado muchas emociones y nunca he pensado que sean incompatibles.

8.- ¿Cuánto dura tu proceso de documentación?

               Depende de la novela. En el medallón fue muy largo y en otras apenas lo he necesitado, como es el caso de Su chico de alquiler porque la historia no lo requería.

9.- ¿Algún consejo a los nuevos escritores?

               Leer. Es la manera de aprender y aprehender.


Muchas gracias a por el premio. Si queréis entrar en su blog y ver su trabajo, aquí está el enlace.


http://sirkkaports.blogspot.com.es/2013/12/agradecida-por-la-nominacion-los-one.html?m=1


Con todo mi cariño le paso este premio al blog de Mel Caran para que sea ella ahora la que conteste al cuestionario.

domingo, 8 de diciembre de 2013

QUIERO SER CANTANTE

               -Quiero ser cantante.
               La afirmación me pilla tan desprevenida que hago un apunte sin pararme a pensar. Cuando las palabras abandonan mi boca es cuando empiezo a intuir lo absurdo de la conversación que se aproxima.
               -Ya, pero es que desafinas.
               -Bueno, pero quiero ser cantante porque es lo que más me ilusiona en la vida.
               -Desafinas mucho. –La crítica viene cargada de la sinceridad que sólo te brindan las personas que te quieren.
               -Pero quiero ser cantante, sueño con ello todos los días.
               Respiro, resignada: por este camino no llegamos a ninguna parte. Cambio de estrategia antes de que el bucle en el que hemos entrado se retuerza tanto que acabemos mareados.
               -¿Tú escuchas música?
               -No, nunca escucho música. No tengo tiempo. La vida es maravillosa y ofrece tantas cosas que acaparan mi atención que no me da tiempo a escuchar música.
               Pestañeo. ¿Alguien que quiere ser cantante no escucha música?
               -¿Cantas a diario? –pregunto sin acabar de recuperarme del desconcierto.
               -Tampoco, sólo de vez en cuando, si me apetece.
               -Me temo que para ser cantante hace falta ensayar. –No quiero ser cruel, todavía sigue hablando el cariño por mí.
               -Tengo un oído fabuloso, no me hace falta.
               -No es cierto, desafinas... un poco. –Me voy suavizando, ya estoy segura de que no escucha nada de lo que le digo.
               -Pero yo quiero ser cantante. Nada te da derecho a robarme la ilusión.
               Es verdad.
               Tiene toda la razón.
               Nada me da derecho a robarle a nadie sus sueños. Ni siquiera el intentar servir de colchón para el desencanto que no tardará en hacer su aparición.

               -Pues canta…

jueves, 5 de diciembre de 2013

ENCASILLAR: LO INJUSTO QUE RESULTA


Desde que empiezas a estudiar literatura, una de las cuestiones esenciales, de hecho es por donde se empieza, es la catalogación de las obras en géneros. Así, las obras literarias se clasifican en tres grandes grupos: narrativa, lírica y dramática, incluyendo algunas veces el género del ensayo en un epígrafe aparte y otras como un apartado de la narrativa.

Después, una vez entrados en harina, la narrativa, de la que me voy a ocupar ahora, se subdivide en muchas categorías más: romántica, erótica, policíaca, suspense… y paro porque me podría eternizar y no es el tema del que quiero hablar. Lo que quiero contar es que esto es un arma de doble filo porque, si bien es cierto que sirve como orientación a la hora de elegir o analizar una lectura, nos condiciona, nos llena de prejuicios que a veces nos apartan de novelas que nos podrían gustar muchísimo y que, sin embargo, descartamos en origen porque deducimos, por experiencias previas lectoras, que no nos van a aportar lo que buscamos.

Tremendo error.

Cuando publiqué Detrás del cristal, uno de los primeros comentarios que recibí fue del autor Félix Jaime Cortés, amigo personal, uno de mis autores referencia en esto de la autoedición, de cuando empecé. Él fue uno de los motores necesarios para que no me rindiera, para que siguiera adelante con mi sueño aun cuando parecía que no me iba a llevar a ninguna parte. Por eso, al final de la novela, cuando menciono en los agradecimientos a mis autores incondicionales, su nombre estaba ahí.

Félix se leyó la novela por compromiso, eso lo tengo claro desde el principio, y quiero que veáis lo que publicó en su reseña, un párrafo que resume la esencia de esta reflexión que os traigo hoy. Yo, al catalogar la novela en Amazon, me vi en la necesidad de ponerla en una categoría y aterrizó en romántica. Y, consecuencia de eso, éstas fueron las palabras de Félix:

«No me gustan las novelas románticas. Los que me conocen, aunque sea de manera superficial, lo saben de sobra, y al que no lo sepa, se lo digo ahora. Leí la novela de Mayte porque me la recomendó encarecidamente una persona a la que le encantó, y porque en cierto modo me sentía obligado al figurar como uno de los autores a los que se refiere Mayte en los agradecimientos del final del libro. Con estas premisas comencé a leer (…)

He llegado a la conclusión de que Mayte hace literatura. Literatura de verdad, con mayúsculas, comprometida con la razón, con el alma, con el sentimiento. Leyendo a Mayte da la impresión de que cuando escribe lo hace desde el mismo fondo de su alma, y eso es algo que muy pocos, poquísimos autores son capaces de conseguir, y sobre todo, de transmitir. "Detrás del cristal" es una muestra de su buen hacer. Pudiendo ser clasificada en el género romántico, en caso de que alguien fuera capaz, o sintiera esa necesidad a veces injusta que sentimos muchas veces de clasificar las cosas, la novela desborda sin embargo los clichés del género, y se convierte en algo más».

Eso que él señala de Detrás del cristal es lo que me pasa a mí con muchas otras novelas que leo y que encuentro, injustamente, enmarcadas en categorías que no se ajustan a lo que en realidad son. La última de ellas, una de las que me duele encontrar en romántica sin que lo sea, es As de corazones. Quizá el título pueda llevar a pensar que lo es. Quizá la sensación subjetiva de que ha sido escrita por una mujer, Antonia J. Corrales, nos lleve a pensar que se trata, simple y llanamente, de una historia de amor pero nada más lejos de la realidad. Es muchísimo más, desborda cualquier clasificación en este sentido y lo malo de esto es que estoy segura de que habrá personas como Félix a quien no le gusten las novelas románticas (hombres sobre todo) que no se tomarán la molestia de empezar a leerla y que, si lo hicieran, si rebasaran esa barrera subjetiva, disfrutarían con su lectura y sentirían su conciencia sacudida con esas reflexiones sobre el mercado financiero, o la Iglesia, que alejan a esta novela del género donde tan injustamente ha acabado catalogada.


Otro ejemplo: Sonríe, de Mel Caran. Si yo fuera cuadriculada, si mi cerebro estuviera lleno de prejuicios tontos, jamás me hubiera puesto a leerla. Y me la habría perdido, porque detrás de una novela erótica (que lo es y que generalmente no me gustan) descubrí un plus, una historia sobre la diferencia de edad en una pareja cuando la que es mayor es ella, que me fascinó por la frescura de los diálogos y por la capacidad de la autora para mantener mi atención en todo momento. Sobrepasaba el género, liquidaba de un plumazo la trivialidad que muchas veces encuentro en estas novelas y me convencía haciéndome creer que se trata más de ficción contemporánea con tintes de erotismo.



Una novela, un trabajo de años, con algo tan nimio como una clasificación que no se ajusta a ella, se pierde diluida entre miles de títulos pero, además, pierde potenciales lectores porque, sencillamente, ni se acercarán a la estantería donde la coloquen en las librerías. Desafortunadamente el librero-lector entró en extinción hace ya tiempo y ahora quedan los reponedores, que colocan los libros igual que se coloca el tomate frito o las lechugas, en sus estantes correspondientes. Sin la referencia de alguien que nos diga, "no, no te fíes de la estantería donde está, lee que no te vas a arrepentir", nos perderemos lo que contienen.

En el caso de la mía, sigo con ella porque es la que más conozco, uno de los temas que abordo es el de los malos tratos. Está presente en toda la historia, desde la primera página y no se me ocurre nada menos romántico. Es cierto que destaca menos que la otra historia más amable, la que sirve de motor de arranque a la novela, pero yo quería que fuera así porque está tratado de la misma manera que se trata este tema en la sociedad en la que vivimos: sabemos que hay gente que vive maltratada, la vemos a diario en nuestro entorno pero por cobardía, porque nos refugiamos en nuestros propios problemas, por no buscarnos líos o por lo que sea miramos para otro lado. Vemos el sufrimiento de las víctimas cuando nos miran a los ojos pero sólo nos paramos a pensar en él cuando ya es tarde. Hacemos como mi narrador, que se comporta como esa prensa maldita a quien solo le importan las víctimas cuando ya no hay tiempo, cuando se convierten en un titular con el que captar la atención del público de nuestra cadena, al que minutos después le venderemos un desodorante que conseguirá que las mujeres (o los hombres) caigan rendidos a sus pies.

Al clasificarla, yo misma, perdida entre las categorías, la puse en romántica. ¿Esto es romántica? No lo creo, es otra cosa, algo que de hecho me ha valido críticas muy crueles por parte de quienes conocen el género y que no han encontrado resueltas sus expectativas porque no he seguido las instrucciones del género. Consecuencia de esto es que en la nota de prensa que salió de la editorial cuando se anunció mi fichaje me "vendieron" como autora de romántica.

No sé si lo seré algún día, lo dudo porque aunque aproxime, me pienso seguir saltando los clichés del género cuando me venga en gana ya que pretendo, simplemente, contar historias con mi voz, pero lo que sí sé es que me va a costar mucho, como le está costando a Antonia J. Corrales, convencer a la gente de que no lo soy, o a Mel Carán de que su novela es algo más que erótica. Y, ojo, que esto no es menospreciar a ningún género en absoluto: tiene mucho arte saber manejarlos, un arte que a mí se me resiste por otro lado. Yo no acierto a lograr la tensión sexual necesaria, no me salen las escenas cargadas de erotismo con soltura, no me entran ganas de pintar protagonistas super guapos y super ricos porque como no me los encuentro a diario, y creo que yo soy más cronista de la realidad que me rodea, me cuesta dibujar sus mundos. Y a veces, muchas, los finales felices me los salto porque tampoco es que se prodiguen en la vida real.

Lo único que os pido con esta entrada es que le deis una oportunidad a cualquier novela, independientemente de lo que una etiqueta te haga creer que es.


Muchas novelas son, en esencia, ficción con matices de realidad, realidad vestida de ficción y la vida, por mucho que nos empeñemos no admite etiquetas.

Vosotros (si es que alguien lee esto), ¿encasilláis?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

NINA DE EMILIO CASADO MORENO

Hoy es el día.

Tras más de dos años de espera, ya está aquí la novela de Emilio CasadoMoreno, un inquietante thriller cuyo principal ingrediente es la ausencia de memoria de la protagonista, Nina, personaje que da título a la novela, una mujer que al despertar no recuerda nada de lo ocurrido el día anterior. Desde ese punto de partida el autor va contándonos su historia, reconstruyendo los vacíos, hasta descubrirnos la verdad que se esconde detrás de tan inusual trastorno.

Un sanatorio para enfermos mentales sirve de marco para la novela que estoy segura que hará pensar.

A partir de hoy está disponible en Amazon en dos formatos, en ebook y en papel.

Esta es la sinopsis de la novela, para que vayáis abriendo boca.

Pincha en la foto para ampliar

Emilio Casado Moreno es autor también de Crónica Insignificante y A cualquiera le gustaría tener alas, dos novelas que también están disponibles en Amazon y en Bubok. 

Ahora que toca preparar las Navidades, preparar obsequios... estoy pensando que no necesito que venga nadie a regalarme nada y me puedo hacer un regalito por haber sido buena. Un libro de papel, para alguien como yo, siempre es el mejor regalo. Seguro que no fallo.

Lo anoto en mi lista aunque... yo ya lo he leído.





¿Te atreves tú a conocer a Nina?

Puedes conseguir la novela pinchando en los siguientes enlaces.
A la izquierda, el formato digital, 0,99€.
A la derecha, formato papel, 14,81€.

lunes, 2 de diciembre de 2013

LIBRO SOLIDARIO DE LA MANO DE MARCOS CHICOT


Hoy le voy a ceder la palabra a Marcos Chicot, autor de la novela El asesinato de Pitágoras, una apasionante historia que fue finalista del Premio Planeta y que se convirtió hace unos meses en número uno en las listas de ebooks en Amazon. Como consecuencia de eso, la editorial italiana Duomo Ediciones se interesó por ella y hoy ya está en papel en las librerías. 

Pero hoy no venimos a hablar de El asesinato de Pitágoras sino de otro proyecto en el que Marcos está muy implicado. Como no lo voy a explicar mejor que él, le cedo la palabra.

Marcos Chicot:

Os traigo un proyecto solidario y literario. Se trata de un libro de cuentos en apoyo a la Fundación Garrigou. La Fundación Garrigou financia proyectos de educación para personas con discapacidad intelectual, y presta cobertura al colegio de educación especial María Corredentora, al que asisten niños con síndrome de Down (como mi hija Lucía) y otras discapacidades.

Cuatro escritores premiados (Lourdes Ventura, Paloma Orozco, Pepa Roma y yo), hemos escrito cada uno un cuento para niños y los niños con síndrome de Down del colegio han hecho las ilustraciones. Ha quedado un libro de cuentos precioso, un regalo ideal para Navidad o un cumpleaños. Su precio es de 10 euros, y el importe va destinado íntegramente a la Fundación Garrigou.

Se titula, Las increíbles historias de Nacho, Lucía, Bubu y el Elfo que quería ser grande.

Esta es la portada y contraportada del libro, para que podáis identificarlo.



El libro se puede adquirir ya en Madrid en la librería Rafael Alberti (C/ Tutor 57), y a partir del 5 de diciembre en Barcelona en la librería Maite (Vía Augusta, 64).

Además, os cuento que yo estaré el miércoles 4 de diciembre a las 19:00 (hasta las 20:00) en la librería Maite de Barcelona, para hablar con niños y mayores sobre cómo se nos ocurren los cuentos a los escritores, responder a preguntas, firmar libros de cuentos, etc. Y también estaré en la librería Rafael Alberti de Madrid el sábado 14 de diciembre a las 12:00 (hasta las 14:00).

Os dejo el enlace al vídeo de la Fundación Garrigou, donde salen los niños dando las gracias a todo el que apoya a la Fundación, y por tanto favoreciendo su educación. Este es el enlace, y también va dedicado a ti:



¡Muchísimas gracias!

Ahí lo tenéis, una preciosa idea para regalar y además, para los que estéis en Barcelona, una magnífica oportunidad para conocer a Marcos, que además de ser un escritor excepcional, es una persona comprometida. Y muy amable.


Muchas gracias a ti por compartirlo.