viernes, 30 de noviembre de 2012

RESPIRA...


Respira…

Llevo así toda la tarde.

Obligándome a respirar y a contar hasta diez.

Hace unos días, La arena del reloj tenía nueve comentarios. Algunos procedían de personas que conozco, o más bien de personas que he conocido después de que ellos se enteraran de que estoy en el mundo a través de la novela. No hay ningún comentario de mi familia porque, aunque una persona ha tratado varias veces de expresar su opinión, al ser alguien próximo a mí, no se la admiten. ¡Tócate los pies! Como que no hay comentarios en Amazon que proceden del entorno de los autores, que deberían estar eliminados por esa regla de tres. Más de dos casos conozco…

Mi amigo Enrique Osuna (perteneciente al grupo de personas que he conocido a través del libro) retiró su comentario, como todos los que hizo en esta página, por las razones que explica en su blog y que yo conocía de antemano. Me pareció perfecto, cada uno es libre de expresar su opinión y cambiarla, o no querer que esté visible. Al fin y al cabo los dos sabemos lo que opina de la novela, hemos hablado de ello en privado y a mí, con eso, me basta. Es más, me sobra con que la leyera y nos pusiera en contacto hace ya un año porque me dio la oportunidad de conocer a una gran persona. Esto no me enfadó, ni muchísimo menos, porque fue decisión suya, de quien subió el comentario.



Hoy he perdido otro comentario en El medallón de la magia. Porque sí. Porque a alguno de los entes misteriosos que se ocupan de esta página no le ha parecido bien y lo ha fulminado. Tenía cinco estrellas y se ve que han pensado que eran muchas. ¡Fuera! Sin más.

Me ha sentado mal, pero peor ha sido cuando me he empezado a dar cuenta de que no era a mí sola a quien le le estaban desapareciendo comentarios. Hay quienes han perdido muchos más en esta poda de puntuaciones del último viernes de noviembre.

Mal de muchos… Hasta me conformé, soy así…

Hasta hace un rato.

He recibido una nueva opinión de cinco estrellas. En Su chico de alquiler. Ahora que está número uno en juvenil. Precisamente ahora, después de que lleva mucho tiempo ahí y a nadie se le había ocurrido dejar sus impresiones en la página española, porque en la de Estados Unidos hace tiempo que sí la tiene.

¿Problema?

Pues que el autor de ese comentario no se ha leído una sola línea de mi libro, sólo lo ha hecho para colar un enlace a una novela con la que no me da la gana que se relacione a la mía. He escrito un correo para quejarme, pero no he recibido respuesta. A lo mejor están cenando todavía.

Lo que no entiendo de esto es me quitan opiniones de gente que SE HA LEÍDO mis libros y me dejan una de alguien que encima de que sus palabras demuestran que no ha puesto nada más que vaguedades que no dicen nada, te lleva a un libro con el que no tengo nada que ver.

No me da la gana de que se quede.

He denunciado un abuso.

A ver si hay suerte y mañana no está.

(Dos días después, el comentario sigue, pero esta vez, la respuesta que he recibido es mucho menos tajante y se plantean investigar a una persona que tiene más de cien comentarios en la misma línea que el que me ha dejado en el libro. No creo que suceda nada. Incrédula que me estoy volviendo...)