martes, 20 de febrero de 2018

ANTES DE QUE LA VEAN OTROS OJOS

Pixabay


En estos días que hemos vivido rodeados de plagios -no parece haber fin en este tema-, se me ocurre que podemos hablar de la protección que podemos darle a nuestras novelas. Un paso imprescindible para mí es el Registro de la Propiedad Intelectual de la obra en la delegación de Cultura de tu provincia.

Sé que es pesado, que si encima el registro lo haces en persona y no online te cuesta dinero: fotocopias numeradas de la obra por una cara, encuadernadas, con una portada en la que aparezca el nombre del autor y, si lo usara, su seudónimo y las tasas de gestión (unos trece euros la última vez que fui). Firmadas en la primera y la última página.

Te pones a sumarle a eso el combustible del coche, el aparcamiento y un café que te tomes porque te lleva la mañana y se pone en un pico.

Yo no me lo salto porque entiendo que forma parte del proceso. Asumo que si quiero tener algo a lo que agarrarme si me plagian, como pasó en Wattpad, tengo que tener los documentos que demuestren que ese libro es mío y no de otra persona. Y, si tuviera que denunciar en un tribunal, poder aportar pruebas del delito.

Porque el plagio es un delito, no nos olvidemos.

Existe una plataforma, SafeCreative, en la que se pueden hacer registros en la red. Sirven, supongo, pero la fiabilidad de tener documentos oficiales yo no la desestimo por esto, a pesar de que sea mucho más caro. Al fin y al cabo, como mucho en un año he registrado dos novelas y otros años ni siquiera una.

Tampoco es para tanto.

Os voy a decir lo que hago yo. En cuanto tengo la obra la registro en esa página, antes de pasarla a los lectores cero. Confío en ellos plenamente, para eso son mis lectores cero, pero quiero que quede constancia en alguna parte de que ese texto ha salido de mi cabeza ya en esa fecha. No creo que vayan a hacer un mal uso de él, pero la vida me ha ido demostrando que ser cauto siempre viene bien.

Cuando ya la han revisado y paso yo a hacerle la siguiente revisión, cuando me convenzo de que todo está en su sitio, es cuando visito la sede de Cultura, que en Segovia está en la Plaza de la Merced. El trámite me lleva toda la mañana, porque tengo que recorrer 100 Km entre la ida y la vuelta, aparcar, algo que en el centro de Segovia es complicadísimo y esperar en el banco a que me toque pagar. No sé cómo puede haber tanta gente siempre...

Solo cuando esto está hecho, envío la novela a la editorial.

Ese es mi sistema, de momento, va bien.