lunes, 5 de agosto de 2024

NO LE PUEDO DECIR A UN LECTOR CÓMO RESEÑAR MIS LIBROS

Ayer tuve una conversación sobre las reseñas de mis libros que quiero compartir. Me dijeron que tengo que decirles a mis lectores cómo me deben valorar, qué tienen que poner para que las reseñas de mis libros sean creíbles. 

Por ejemplo, tienen que ser cortas, nada de enrollarse con cosas del libro, porque las largas no se las va a creer nadie. Solo un "me ha gustado" y poco más.

Tampoco deben mencionar mi nombre, porque eso significa que me conocen y son palmeros, lo cual invalida su opinión a ojos de los demás.

A ver cómo lo digo.

NO LE PIDO A MIS LECTORES QUE ME RESEÑEN JAMÁS, ASÍ QUE NO TENGO "CONTROL" SOBRE LO QUE PONEN.

LLEVO DESDE 2008 PUBLICANDO Y HAY GENTE QUE REPITE CON MIS LIBROS. YA VES...

JAMÁS LE VOY A DECIR A NADIE CÓMO TIENE QUE EXPRESARSE, BASTANTE TENGO CON APRENDER A EXPRESARME YO.

Partiendo de esa base, que cada cual se crea lo que le venga en gana.

A mí no me caen reseñas como una lluvia porque no estoy visible en la plataforma donde se ponen, porque vendo más en la calle que en Amazon (gracias al cielo) y porque el perfil de mis lectores son gente que, en la mayoría de las ocasiones, no tiene ni puta idea de cómo se pone una reseña. Es más fácil que me la ponga un hater que 100 personas a las que les ha entusiasmado el libro, porque muchas de esas personas lo primero que tienen es ya una edad y cero acceso a redes sociales.

No me hace gracia que se me cuestionen cosas que no son verdad, porque muchos días me quitan las ganas de escribir. Yo sé lo que vendo, lo veo en los recuentos de royalties y en las presentaciones a las que asisto, donde me quedo sin libros muchas veces. Lo veo en lo que me dice la gente que me para por la calle (increíble, ¿verdad?, pero me paran hasta en la farmacia) y en los mensajes que me llegan a través de las redes también, aunque no tengo la "fortuna" de que las pongan visibles y, como es normal, no voy a compartir mensajes privados. ¿Podría pedir permiso? Probablemente, pero no quiero, la gente tiene derecho a mantener sus opiniones en privado.

Yo misma lo hago en muchas ocasiones, muchos libros de los que leo no digo ni una sola palabra. Por las razones que sean, porque no me gustan o porque no me da tiempo, porque no me encuentro bien cuando los termino, porque para mí no es una obligación contarle al mundo lo que leo o lo que no...

En la última novela tengo 18 valoraciones en tres meses. Solo la tercera semana de julio vendí 18 ejemplares de la novela, todos llevan mi firma, pero por lo que sé nadie se ha ido a la página a poner nada de ellos, entre otras cosas porque no los compraron allí y no hay nadie que se lo recuerde con correos pidiéndole que reseñe lo comprado.

Tampoco yo se lo voy a recordar, es que ME LA PELA.

Pero unas cuantas ya se lo han leído porque me lo han contado a mí. Por la calle, a través de mensajes, a través de otras personas...

Pero claro, será mentira, me lo dirán por quedar bien conmigo, no me van a decir que no les gustan mis libros, qué tonterías tengo.

Yo sé dónde está cada una de mis novelas, qué fortalezas y qué debilidades tienen. Me da lo mismo que una lectora de la conchinchina le dé por decir que es lo peor que ha leído en su vida y lo deje ahí, en primer plano, durante un año entero, porque sé que una opinión es algo relativo. Salvo la narrativa, que es imperdonable que no esté bien (y de esa estoy segura), lo demás depende de tantos factores subjetivos que sé que el mismo libro puede causar sensaciones opuestas en los lectores.

Ejemplo REAL sobre Oasis de arena: "lo que menos me ha gustado es que los personajes no tuvieran nombre"; "lo que más me ha gustado es que los personajes no tuvieran nombre". 

¿Quién lleva razón? NADIE Y LOS DOS.

La razón por la que sigo publicando con editorial no son las valoraciones, sino que a la gente que le gustan mis novelas sigue comprándolas. No pongo pistolas en el pecho de nadie, ni pido nada, ni me enredo en favores que tenga que devolver. Es verdad que algunas novelas tienen más aceptación que otras, que no voy a superar La colina del almendro y que todo el mundo me lo va a recordar en cada novela nueva que escriba (rebajando su valor a la nueva, estoy segura, porque no me alcanzo a mí misma y dándole menos "puntuación" que si esa novela la hubiera escrito otra persona sin cambiarle una sola coma), pero, oye, escribí La colina..., lo hice bien una vez.

No le voy a decir a un lector cómo reseñar mis libros, sobre todo porque el tiempo lo necesito para escribir y aprender cada día un poco, no para preocuparme de esto que es secundario.