lunes, 19 de octubre de 2020

DÍA DE LAS ESCRITORAS

 Hoy lunes 19 de octubre es el día de las escritoras. No siempre es 19, es el lunes más cercano al 15 de octubre, fecha en la que se recuerda a Teresa de Jesús, una de las primeras mujeres escritoras reconocidas.

Puede decirse que soy escritora.

A día de hoy llevo siete títulos publicados con editorial y tres premios (uno pequeñito, de pueblo, otro que otorgó Penguin Random House a un microrrelato que siempre se me olvida y ser finalista en el HQÑ en 2015). Tengo otras cuatro obras autoeditadas. He colaborado en antologías, revistas, he hecho entrevistas, vídeos, he dado clases durante años en un taller de narrativa. Todas mis novelas han ocupado lugares destacados de ventas en digital, algunas de ellas (más de la mitad) durante medio año seguido de media. Y sin embargo...

Sé que no soy escritora.

No estoy hablando de que padezca el síndrome del impostor, no. Este texto no va de esto. Sé que por mucho que me esfuerce, por mucho que pula mis palabras, por mucho interés que ponga o por muchos libros que venda, no soy escritora a los ojos de mucha gente. Porque me muevo en un género menor, porque mis palabras jamás van a tener el valor que las de otras mujeres -y no digamos de hombres- a las que les han puesto otros sellos en la frente, aunque en esencia yo esté diciendo lo mismo y, muchas veces, incluso, haya elegido mejor las palabras.

Qué soberbia al decir esto, ¿verdad?

Me da un poco lo mismo ya lo que piensen los demás, vivo a la sombra de mil prejuicios y de ella no voy a salir. Plantadme otro adjetivo, la espalda ya soporta lo que sea.

Sin embargo, aunque en el fondo crea que no es mi día, porque no me lo he ganado aún ni me lo voy a ganar nunca, quiero celebrarlo. Porque las palabras son mi motor y en mi mundo pequeñito, ese que está hecho de muchas horas a solas, muchos libros leídos, muchas palabras escritas, ahí sí lo soy.

Ahí soy escritora porque ahí puedo ser lo que yo quiera.

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