lunes, 24 de diciembre de 2018

NO ES UNA NOVELA, ES UN GRANO EN EL CULO.


Dentro de ese cuaderno hay 38 capítulos de una novela, diseccionados al milímetro. En mi portátil están esos 38 capítulos desarrollados.

Es una novela bonita.

Fluye, entretiene, a ratos emociona y otros hace pensar. No será candidata a un premio nunca, porque yo no escribo tan bien, pero lo que está escrito no es un horror. Aunque dudo mucho que la termine.

Cada vez que la retomo, pasa algo que me bloquea y me impide llegar a ese final que tengo claro.

Reviso. Releeo. Pienso y le doy vueltas mientras paseo, y al final de la revisión he avanzado un capítulo, o dos. He modificado un hilo de la trama. He fulminado un montón de frases y he añadido otras. Me han salido personajes y a alguno me lo he cargado. Incluso, en mi desesperación, he escrito dos novelas en medio, frustrada porque no encuentro el camino.

A veces pienso en borrarla entera, pero soy cabezota. No quiero rendirme. No quiero darle el poder de vencerme. No quiero reconocerle que es un grano en el culo.

Esa novela está ahí.

A lo mejor nunca sale...