jueves, 5 de mayo de 2016

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE SAINT PIERRE DE CAROLINA P. ALCAIDE



Sinopsis:

En la hermosa isla de la Martinica, una colonia francesa en el Caribe, la sociedad de antiguos amos y esclavos está condenada a desaparecer del mismo modo que los grandes veleros van siendo sustituidos por el vapor. Todo cambia, pero la ciudad de Saint Pierre sigue viviendo en el pasado, de espaldas a los nuevos tiempos y al enorme volcán que proyecta su sombra amenazadora sobre la isla.

Julie, una joven que apenas conoce la vida fuera de su casa y su familia, llega a un mundo que a la vez la deslumbra y la inquieta. Pronto se verá obligada a enfrentarse a los peligros de la naturaleza y también a los que desencadenan su belleza y su inocencia.

El azar, o quizá el destino, la llevará a conocer a Marcel, un hombre de mar noble y lleno de ilusiones. Poco a poco irán descubriendo en su interior sentimientos que solo conocían por los libros, un amor difícil entre dos personas que pertenecen a mundos distintos que se pondrá a prueba cuando se desate la furia del volcán.

La historia de Julie y Marcel está ambientada en los momentos previos a la catástrofe de Saint Pierre en el año 1902. Es un canto al primer amor, en apariencia débil como una llama que se apaga con un soplo pero que una vez enraizado en el corazón es capaz de resistir a la mayor tragedia.

Los últimos días de Saint Pierre es la vez es un libro de viajes, de Historia, de aventuras y, sobre todo, de amor.

Mis impresiones:

Quienes os pasáis por el espejo ya sabéis que lo que voy a contar de esta novela es positivo, no solo porque, salvo rarísimas excepciones, yo no hago reseñas negativas, sino porque es la novela que resultó ganadora del IV certamen HQÑ, del cual fui jurado y fue la novela que más me gustó de todas las que leí. Pero no solo fue la que más me gustó, me gustó mucho más que otras novelas que he leído a lo largo de este año.

Los últimos días de Saint Pierre es una novela deliciosa. Bien escrita, bien argumentada, con la dosis justa de historia de amor y que se sustenta en hechos reales que nos harán conocer cómo era la vida en esa isla en 1902, año en el que el Mont Pelé despertó.

Empiezo por la portada. Me encanta. Tiene ese aire de postal antigua en sepia que cuadra perfectamente con la ambientación de la obra. Además, el detalle del pelo de la muchacha, fundiéndose con el humo del volcán, me parece muy acertado. En la parte inferior, el mar, otro de los protagonistas de esta obra, y una embarcación que nos lleva a pensar en la Rosaline, la goleta en la que trabaja Marcel, el joven héroe de esta historia.

Durante toda la novela se recrean los últimos días que vivió esta población, antes de que una erupción volcánica acabase con ella. Para ello, la autora se vale de unos personajes muy especiales, y digo esto porque ahora he hecho una relectura de la obra y no había olvidado nada de ellos. Cuando los personajes tienen algo que los hace únicos, permanecen en nuestra memoria por muchos libros que hayamos leído después. Marcel y Julie lo son tanto que se habían quedado conmigo. No es corriente un joven marinero que en cuanto pone un pie en tierra corre a la biblioteca para elegir tres libros, la compañía que necesita en sus horas de ocio cuando viaja en la Rosaline. No lo es Julie, una muchacha recién llegada a la isla, al ser hija del jefe de aduana, a la que le preocupa algo más que aparentar y lucir vestidos. Los libros van a ser lo que hagan que estos dos personajes, tan distintos, acaben conociéndose y estableciendo un lazo de amistad que, sin que se den cuenta, se convierte en algo más profundo.

Las referencias literarias a clásicos son constantes en la obra y quizá eso fue una de las cosas que más me llamó la atención cuando la leí. Y no solo eso, también la facilidad con la que yo navegaba entre sus páginas, cómo me deslizaba por ellas con la misma elegancia que la goleta cuando surcaba las aguas caribeñas. La ansiedad de Marcel por volver a ver a Julie y compartir su pasión con ella (literaria, en principio) era la misma que yo sentía por seguirlos entre las páginas de la novela.

La primera vez, me la bebí. La segunda, me ha durado aún menos.

Podría haber hecho esta reseña sin leerla de nuevo, incluso podría no haber comprado el libro, puesto que ya conocía la historia, pero en cuanto supe que estaría disponible lo hice porque necesito compartir este libro. Que lo leáis porque estoy segura de que os va a encantar. No es una historia de las que se escriben ahora, no es una novela romántica para mujeres. Que va. Esa es una de las cosas que más me gustaron mientras la leía. A veces hay novelas que me digo que un hombre no las valoraría igual, quizá por educación, por sensibilidad o por prejuicios. Es algo que tengo claro que no sucede con esta. Es una novela para todo el mundo.

Es una gran novela.

El final me dejó con la boca abierta. No porque fuera sorprendente, no. La sorpresa vino cuando supe de los hechos reales que acontecieron en Saint Pierre y me di cuenta de que, a pesar de ser una historia de ficción, se sustentaba en sucesos reales. Se cerraba el círculo de la narración con el final perfecto para el libro, pero además cuadraba con la realidad como un vestido hecho a medida.

Si os gusta la historia, leedla. Tiene su parte, las luchas de poder en una época convulsa (principios del siglo XX), el caciquismo, unas elecciones, los problemas raciales...

Es corta, se os irá de las manos antes de lo que os gustaría y la recordaréis.

martes, 3 de mayo de 2016

UN DÍA ESPECIAL

Hace unos años me acerqué al registro de la propiedad intelectual para registrar mi primera novela. El objetivo, como he dicho mil veces, era documentar un proceso en primera persona, porque tenía que dar una charla sobre autoedición y siempre he sido bastante suicida. No se me ocurrió mejor idea que hacerlo de primera mano, con la primera novela que escribí (con todas las carencias que puede tener una primera novela escrita con veinte años).

No pudo salir mejor.

Años después, sigue siendo una novela que se lee a diario (eso lo sé porque Amazon me da esos datos) y, a pesar de algunos tropezones, ha ido incluso mejor de lo esperable en mis sueños más locos.

Hoy me enfrento a un reto. Uno que puede ser igual de suicida que aquel que emprendí entonces, y es poner en marcha otra novela que tiene mucho que ver con ella. No creo que sea una segunda parte, sobre todo porque el tema no tiene nada que ver y porque me he esforzado mucho en que se pueda leer de manera independiente, sin tener en cuenta la primera. Claro que hay datos que las relacionan y tenía que ser así porque los protagonistas son los mismos. Ha pasado el tiempo y ellos han madurado, su vida ha seguido y ahora se enfrentan a otro momento vital.

No será una novela juvenil, sino ficción contemporánea. Los mismos personajes, como he dicho, pero en otro momento y con otras preocupaciones radicalmente diferentes.

Ahora, en unos minutos, pondré en marcha en plan que tengo para ella. No tengo ni idea de qué va a suceder, pero la verdad es que, releyendo esta mañana algunos fragmentos (sí, ya sé que dije hace días que no la tocaría, pero no he sido capaz) me siento orgullosa de ella. Mantiene el mismo tono, el mismo narrador, tiene fragmentos de humor y lo que esperaba de ella, ya lo tengo.

Lo demás, como la otra vez, será un regalo.

Volveré a ver al maestro, a contarle a mi manera que sigo aprendiendo, que no me rindo a pesar de todo.

Porque rendirse antes de empezar, es absurdo.

lunes, 2 de mayo de 2016

PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA (fin)

Quedan apenas sesenta páginas para terminar.

He estado una semana sin leer, por un exceso de asuntos personales que me han dejado sin tiempo y es como si hubiera empezado otra novela nueva. En el ritmo, que se acelera tanto que los acontecimientos ahora pasan demasiado fugaces. La escritura la noto diferente, pero quizá es mi memoria o la pausa. La novela se centra más en los hechos y menos en el pasado.

Espero haberla terminado en la próxima entrada.

Reabro esta entrada porque no voy a hacer una más. Concluí el libro y la sensación es extraña. Mucho mejor la primera parte que esta segunda en cuanto a escritura y demasiada velocidad para mí en la segunda.

No sé si haré más reseñas fragmentadas. Me lo voy a pensar.

jueves, 21 de abril de 2016

LIBRO VIAJERO: LA CHICA DE LAS FOTOS

El blog La novelera que habita en mí ha puesto en marcha una iniciativa muy bonita, un libro viajero. Para los que no lo sepáis, el blog lanza un libro y espera a que se apunten las personas que quieren recibirlo en casa. El primero de la lista recibe el ejemplar en papel y una vez hecha la lectura debe enviárselo al siguiente (la administradora le proporcionará los datos). Lo único que tiene que hacer es escribir en el ejemplar algo y una fotografía que publicaremos en las redes.

Esto ya lo experimenté con Detrás del cristal y la verdad es que fue maravillosa la acogida. Durante un año y medio el libro estuvo de casa en casa y me llegó repleto de palabras de los lectores, porque yo soy la última que lo recibirá.

Si os queréis apuntar, tenéis todos los datos aquí

En este caso no voy a ser la única que tenga un libro viajando, pues a la vez habrá otro autor que tendrá uno de los suyos, José de la Rosa. El elegido para esta iniciativa es Gigoló, así que, si os apetece, también podréis participar.

¡Animaos!




PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA (III)

La novela avanza y la lectura también, aunque a un ritmo menor del que desearía. Hay dos factores que lo impiden: mis propios compromisos para el día del libro, que me tienen enredada y que, durante bastantes páginas, la acción se ha ralentizado.

Me cuenta el pasado de los protagonistas y la trama espera paciente a que termine.

Yo, que soy nerviosa por naturaleza, no consigo que la lectura me sumerja del todo porque necesito un poco más de acción. Sé que es básico que conozca a los personajes para después poder juzgar sus decisiones, pero este ritmo pausado, que contrasta con lo sencillo que fue empezar y lo deprisa que me bebía las páginas, está frenando el que la termine antes.

El fin de semana se acerca. El 23 me esperan a mí los lectores lejos de casa, así que seguro que el final no lo conozco hasta la semana que viene.

Sigo...