domingo, 21 de noviembre de 2021

ERLENDUR. HONOR VIKINGO DE JOANA ARTEAGA




 Sinopsis:

Erlendur vive entre dos mundos tan opuestos, que tiene divididos el alma y el corazón. Solo su estricto código de honor, que siente como la única constante en su vida, parece procurarle algo de cordura y estabilidad.

Pero todo puede cambiar en un suspiro, uno mágico e inesperado. Un suspiro que dura lo que tarda en probar los labios de Cassandra, que está tan perdida como él, pero que tiene el don de señalarle el camino y rescatarle de los abismos.

Una aldea perdida, un pueblo orgulloso y bárbaro, y mucho honor vikingo componen los elementos de una historia de amor llena de emoción y lucha por encontrar el sitio de cada uno.


Mis impresiones:

He perdido ya la cuenta de las novelas que llevo leídas de Joana Arteaga. Me sigue pareciendo que es una maestra narrando emociones, que hace frases brillantes y que conmueve siempre con todo lo que escribe.

Esta novela, Erlendur. Honor vikingo, la traigo hoy al blog porque tiene algo especial: el punto de partida. La historia es original, hace un planteamiento que sorprende hasta a Cass, la protagonista de la novela. 

Voy a contar un poquito de la trama, pero es que en este caso es necesario para entender por qué digo que es tan original.

Cass ha montado en un barco que recorre los fiordos noruegos, en uno de esos cruceros para solteros, y las cosas no están yendo bien. No es porque no esté ligando, es que el viaje no está cumpliendo ninguna de las expectativas que puso, empezando por  su amiga y siguiendo por su cuerpo, que se empeña en ponérselo complicado. El doctor del barco la visita y, después de tratarla, le deja unas rutas para que, en una de las paradas del barco, baje a tierra y le dé el aire.

Y sí, hace aire. Viene una ráfaga, la deja sin mapa cuando se ha metido en medio del bosque y ocurre lo inevitable: se pierde. Cuando logre encontrar a otro ser vivo, el barco ya se habrá ido y ella creerá que ha hecho un viaje en el tiempo, porque todo es tan extraordinariamente irreal, que es hasta posible.

Pero no, no es un viaje en el tiempo, es algo mucho más interesante.

La novela está escrita en presente y alterna las perspectivas del Erlendur, el vikingo, y Cass, la chica londinense que está perdida. En esta historia, que tiene su gran parte de romance, también hay reflexiones sobre el honor, sobre las decisiones que toman los padres por los hijos. Sobre rectificar o enrocarse en ideas que no llevan a ninguna parte. Sobre seguir tus deseos o amoldarte a lo que se espera de ti.

Es una novela para leer, no para contar, porque, como he dicho antes, la narrativa de Joana se saborea. Si no estuviera muy feo, la compararía con otras que venden mucho y perderían por goleada, así que solo voy a decir algo que es verdad: ella tiene magia en los dedos. Sus personajes son pura pasión, tanto en lo que se refiere a la lógica relación que aparece en una novela romántica, como las que tienen con los otros a los que se tienen que enfrentar.

Me ha encantado la ambientación de la historia, Valgar, y, sobre todo, Cass. Su forma de expresarse, tan distinta a la de los demás, siempre con los pies tan en el suelo y con ese manejo de la ironía y el humor que me ha gustado tanto.

¿La recomiendo? Pues claro.

La puedes encontrar en Amazon por 2,99€ o también se puede descargar en kindle Unlimited. 

Puedes descargarla aquí

martes, 9 de noviembre de 2021

CONCHA MÉNDEZ (1898-1986)




Concepción Méndez Cuesta, Concha Méndez, fue una niña que soñaba con viajar, con ser capitana de barco y ver el mundo con sus propios ojos. Su mente inquieta y su enérgico carácter serían la nota dominante en toda su vida, en la que la literatura tuvo una importancia esencial.

Concha nació en Madrid en 1898, el año del desastre, cuando lo que quedaba del Imperio que había empezado en la época de los Reyes Católicos se desmoronaba definitivamente. Su infancia fue feliz y acomodada: nació en una familia numerosa -eran diez hermanos- y recibió una esmerada educación en un colegio francés. Sus veranos los pasaba en San Sebastián, y fue allí donde conoció al que sería durante siete años su primer novio: Luis Buñuel. Con él, y de la mano de la amistad de Maruja Mallo, fue conociendo también a varios de los integrantes de la generación del 27: Alberti, Lorca y Cernuda, con los que le unió un vínculo entrañable.

Sus inquietudes literarias no tardaron en aparecer. Contemporánea de esa generación, formó parte del grupo de mujeres literatas conocidas como las Sinsombrero. Fue poetisa, autora teatral y guionista, amen de editora de revistas literarias donde colaboró activamente durante casi toda su vida.

Su producción literaria arranca en 1926 con un libro de poemas, Inquietudes, al que le siguen Surtidor en el 28 y Canciones de mar y tierra en el 30.

Es en esos años cuando deja su relación con Buñuel, se va de casa en el 29 y cumple su sueño de infancia de viajar: Londres, Montevideo, Buenos Aires... nada está lejos para esta mujer incansable y resuelta, que aprovecha su estancia en Argentina para hacer contactos. Conoce a Guillermo de la Torre y esa es la puerta que se le abre para publicar semanalmente en el diario La Nación sus poemas. Pero quiere volver a España y lo hace en el 31, cuando llega la República. Regresa y contacta de nuevo con viejos amigos como Lorca, que será quien le presente a Manuel Altolaguirre, otro miembro de la generación del 27, con quien se acabará casando.

La vida se vuelve luminosa para ello, los proyectos cuajan y en ese momento, junto al que ya es su marido, funda la revista Héroe, en la que colaborarán los grandes autores españoles de ese momento. Pero ella necesita más, sus inquietudes, esas que expresa en su primera obra, no tienen límites y explora la faceta de autora dramática. Del 31 al 35 publica tres obras: El personaje presentido, El ángel cartero y El carbón y la rosa, las dos últimas enfocadas al público infantil. 

No se va a olvidar de la poesía, en esos años verán la luz Vida a vida, Niño y sombras y Lluvias entrelazadas, aunque para cuando publica las últimas ya no está en Madrid, sino en Londres. Allí le toca vivir una dura experiencia, la de perder a su primer hijo, al que dedica esa segunda obra de este momento. Sin embargo, al poco la vida la compensa y tiene a su hija Paloma.

En Londres, junto a su marido, se pone como meta la difusión de la obra del 27. Funda con él dos revistas, Poesía, 1616 y Caballo verde para la poesía, esta última dirigida por el escritor Pablo Neruda.

No se quedará allí, pronto se trasladarán a París, pero la Segunda Guerra Mundial les hace tomar la decisión de abandonar la capital francesa y marchan a Cuba. Es en ese nuevo exilio donde publica El ciervo herido, otra obra poética.

En 1944 se trasladan de nuevo, esta vez a México, país en el que estará hasta su muerte, salvo breves visitas a España. En México su vida personal se desmorona: su marido la abandona por una cubana y ya solo publicará una obra en el 45, El solitario (Nacimiento), al que seguirán 31 años de silencio literario.

Es en el 76 cuando aparece su Antología poética y en el 79 la que será su última obra escrita, Vida o río. Después de esto aún tiene una historia que contar, la suya propia, pero ya es una mujer mayor y no la escribe, sino que la cuenta, la graba en unas cintas que será su nieta Paloma quien se encargue de compilar y publicar en 1991, Memorias habladas, memorias armadas. Paloma decide suprimir lo más personal y el libro no es una biografía como tal, sino una sucesión de anécdotas en las que aún se puede ver el fuerte carácter de esta mujer.

Concha Méndez, una de las Sinsombrero, una de nuestras autoras olvidadas a la que merece la pena recordar.


Se desprendió mi sangre para formar tu cuerpo.

Se repartió mi alma para formar tu alma.

Y fueron nueve lunas y fue toda una angustia

de días sin reposo y noches desveladas.


Y fue en la hora de verte que te perdí sin verte.

¿De qué color tus ojos, tu cabello, tu sombra?

Mi corazón que es cuna que en secreto te guarda,

porque sabe que fuiste y te llevó en la vida,

te seguirá meciendo hasta el fin de mis horas.

martes, 2 de noviembre de 2021

CON SUERTE... EN NAVIDAD: LA PORTADA

 Hoy dejo en el blog la portada de la próxima novela que publicaré con el selló HQÑ de HarperCollins Ibérica. Se llama Con suerte... en Navidad y su mayor fortaleza son unos personajes muy especiales, además de que se lee en poco más de una tarde. 




Y que te ríes, porque tiene algo loco esta historia; es desenfadada.

Solo voy a decir una cosa hoy: está escrita para evadirse un rato. El año pasado, 2020, fue muy duro para muchos; 2021, para mí, ha sido todavía más, así que solo tengo ganas de divertirme, de leer por placer, de dejar el libro con una sonrisa que me permita encarar 2022. Y eso es lo que os presento ahora.

Espero que me acompañéis.


domingo, 3 de octubre de 2021

OCTUBRE, MES DE LAS ESCRITORAS

Aprovechando que el mes de octubre es el mes de las escritoras, La colina del almendro estará a mitad de precio. Los seis euros que cuesta el ebook sin descuento se quedan en 2,84€ en Amazon. No está mal, ¿verdad?



Durante todo #octubre, #lacolinadelalmendro estará a mitad de precio en #ebook. Aprovecha para conseguir esta fascinante novela que ya ha cautivado a miles de lectores. Disponible en #KindleUnlimited

Y un enlace para la compra. Este:

La colina del almendro

¿No me digas que todavía no has oído hablar de ella? Es una novela de venganza, superación, amor y guerra, ambientada en la Inglaterra de principios del siglo XX. Es un viaje por la lucha sufragista y el reflejo de un momento de grandes cambios para la humanidad. Y es la historia de Mary Davenport.

Más de 5000 lectores ya se han enamorado de ella. ¿Te apuntas? 



viernes, 1 de octubre de 2021

APRENDER DE LOS ERRORES: UNA NOVELA QUE NO ME HA CONVENCIDO




Estos días he leído una novela que no me ha convencido. La descargué porque me la sugería el kindle tras mi última lectura; miré la sinopsis, leí el fragmento gratuito y me pareció que estaba muy bien escrita. Eso, en novelas digitales ya va siendo excepción más que norma (siento mucho escribir esto, pero me está pasando), así que decidí que, como el principio estaba dentro de lo correcto y la sinopsis no estaba mal, la leería.

En poco más de dos capítulos me di cuenta de que me había precipitado.

La novela está escrita de manera correcta, el archivo no tiene fallos significativos, pero tiene otros de los que he ido siendo consciente a medida que avanzaba con la lectura.

Un error es la claridad narrativa. Me está costando muchísimo visualizar lo que me cuenta. No es porque no haya descripciones, sino por lo contrario: son exhaustivas. Y eso, el exceso de datos, sobre todo porque me los da todos juntos, lo estoy sintiendo como un error. La descripción física del personaje hasta sus más mínimos detalles interrumpe la acción de un modo tan brutal que supone que me "olvide" de eso otro que me estaba contando. Ese parón desdibuja lo que para mí es esencial, ese hilo conductor que hace que la historia te absorba.

Pierdo el hilo, nunca mejor dicho.

Otro error, siempre desde mi punto de vista, lo constituyen los personajes de ambiente. Esos personajes, en las buenas novelas, no tienen importancia alguna. Son como sillas, las pones porque tiene que haber un lugar donde sentarse, y las pones acordes con la época en la que transcurre la novela porque, de otro modo, resultarían chocantes. A las sillas se les presta la mínima atención: silla de caoba, silla baja, sillita, sillón... Ya. No me hace falta remontarme al carpintero que la talló en su día o al señor que fue con su hacha a cortar el árbol al bosque para hacer esa silla.

En esta novela, se remontan a la prehistoria para contar cualquier idiotez. Para hablar hasta de un personaje con el que se cruzan por la calle y al que no vuelves a ver.

Al principio, como no conocía la historia, intentaba memorizar todos esos datos, porque suponía que, si me los daba, era porque eran importantes. Ya sabéis, la famosa pistola de Chejov. No puedo citar la frase exacta, pero viene a decir que todo en la narración debe ser imprescindible o, de no ser así, debe suprimirse.

Si me dejaran boli rojo, esta novela perdía la mitad de sus páginas, porque se puede prescindir de casi todo.

Ya solo con estos dos errores la lectura se me estaba complicando, pero vino un tercero a tocar las narices. El tercer error tiene que ver con la construcción de personajes. Hay una cosa muy útil que se llama observar la vida para darse cuenta de que estos que me presentaba la novela respondían a arquetipos de cartón piedra. No tengo nada en contra de usar arquetipos, pero siempre que respiren. Puedo jugar con el tópico de una madrastra mala, no me importa; pero puedo matizarla. Que sea mala, que no acabe pareciendo tonta, por favor.

Puede que a veces pensemos que lo que estamos leyendo nos hace perder el tiempo. Es cierto, tal vez, si solo eres lector. En mi caso, al escribir, no lo estoy perdiendo porque de lo que no está bien también aprendo. Me sirve para tratar de no cometer los mismos errores o para hacer una reflexión que nos sirva en clase como ejercicio. Pero solo lo resisto si lo que encuentro, por lo menos, está bien escrito.

Por eso no la abandoné.

Tampoco la voy a valorar con estrellitas, porque no serían muchas. Puede que haya alguien que no escribe que esto que estoy diciendo ni siquiera lo entiende y no lo entendería. Y no soy quien para bloquear con un comentario negativo la lectura de nada.

Por mucho que no me haya convencido.