Cuando
no se manejan certezas sino aproximaciones corres el riesgo de errar el
cálculo. Lo que tú creías se transforma en lo que es y te descoloca por
completo porque los indicios, que otras veces te ayudaron a encontrar el
camino, esta vez han servido de tan poco que el sendero se ha terminado en un
precipicio al que no sabes si asomarte o saltar.
O darte
la vuelta.
No estoy
acostumbrada a interpretar tan mal las señales.
Me
retiro a reflexionar.
Todo en esta vida tiene solución, y si podemos ayudarte a encontrarla, avísanos. Ánimo y muchos biquiños!
ResponderEliminarCon independencia de qué se trate, lo cierto es que el texto que has escrito me gusta muchísimo.
ResponderEliminarYo lo rescataría y se lo regalaría a algún personaje.
Vaya, todos alguna vez nos hemos equivocado.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Una cosa es equivocarse y otra, diferente, suicidarse. No tengo ninguna intención. Mi padre me enseño que uno de los rasgos de la inteligencia es la prudencia.
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