domingo, 22 de agosto de 2010

EL BESO DEL HIGHLANDER

Karen Marie Moning

De vez en cuando hay que leer cosas ligeras, y este es uno de esos libros que, después de unos días, olvidas con facilidad. No obstante, una reflexión surge en mí después de su lectura. La intención de la autora, contar un viaje en el tiempo, está documentada con una bibliografía que aparece en las últimas páginas y parece que se planteó un relato serio; al final, lo que te queda del libro, es que es una de esas novelas romántico-eróticas de lo más mediocre. Y mi reflexión tiene que ver con la escasa docena de páginas de este tipo que te encuentras en el libro. Después de caminar siguiendo su lenguaje fluido y más o menos moderado, nos encontramos con las típicas y tópicas (y por qué no, vulgares hasta lo insoportable) descripciones de los encuentros sexuales de los protagonistas. Esto me lleva de nuevo a ese lugar extraño que es una editorial, donde unos señores (o señoras) deciden lo que debe gustarnos. Si soy sincera, esas páginas-pegote no sólo no me gustan nada, sino que me parece que encima entorpecen la trama y me las salto. Claro, que estoy segura de que habrá quien no se lea nada más… Al final, después de leer estos libros, siempre pienso en una peli que vi hace tiempo, una en la que la autora de estas novelas era en realidad un chico que se ganaba la vida con ello, pero en los libros ponían la foto de una mujer madura porque, al parecer, vende más. Mentiras editoriales que cada vez que convencen más de que, en cuestión de caminos, las pistas forestales siempre son más difíciles pero mucho más placenteras para los sentidos que las autovías.

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