domingo, 15 de mayo de 2016

LO QUE DEJA EL INSOMNIO



Esta mañana me he levantado muy temprano, tan temprano que el día aún se estaba desprendiendo de la pereza. La tenue luz de los primeros rayos se hacía un hueco por la ventana, sin conseguir todavía llenar el espacio de mi salón. Podría poner aquí que ha sido para escribir, me haría quedar como una escritora responsable que aprovecha los momentos libres para dejarse llevar por su pasión, pero estaría mintiendo. Y no quiero mentir. Me levanto muy temprano todos los días, me acuesto muy tarde y me despierto doscientas veces porque no duermo bien.

Así de absurdo.

Puede que fueran más de las dos cuando me quedé dormida anoche. No eran las siete cuando he abierto los ojos hoy y ya no he sido capaz de volver a cerrarlos.

Cuando el sueño no me alcanza por las noches o cuando decide marcharse de mi lado mucho antes de que la alarma del reloj marque el inicio de otro día, yo aprovecho para hacer algo. Antes me levantaba y recogía la casa. Planchaba. Doblaba calcetines. Limpiaba el polvo. Ordenaba el interior de los muebles del salón, Leía... Cualquier cosa que hiciera poco ruido, para que el resto no se despertasen.

Ahora, cuando me despierto de madrugada, me escabullo despacito de mi cama, agarró la manta del sofá, pongo el portátil sobre las piernas y escribo.

Esta mañana he estado escribiendo.

Así se me olvidan el insomnio, las noches eternas, el darle vueltas a la cabeza y a este cuerpo inquieto que me ha tocado. Encuentro historias con las que soñar y que me mantienen entretenida durante las horas en vela y, a veces, hasta me ayudan a quedarme dormida pensando en ellas.

Lo escrito esta mañana podría calificarlo, sin temor a equivocarme, como basura y como tal irá mañana mismo a la papelera, cuando haya dejado pasar unas horas prudenciales para el juicio al que someto todo lo que escribo. Como yo misma sé cuándo es el momento de escribir y cuándo no, me he ido a dar una vuelta por las redes y ahí...

Ahí he encontrado la razón por la que estoy aquí, escribiendo este extenso preámbulo, hablando de mi insomnio a propósito, porque estoy segura de que solo llegarán hasta este punto cuatro personas, las cuatro que siempre me leen.

Y sabrán, de verdad, de lo que voy a hablar.

He tropezado con una entrada de blog. El título en engañoso, pensado para que cientos de incautos caigan en él en busca de algo que no van a encontrar. Usa la palabra GRATIS, palabra que creo que debe ir unida a cualquier tipo de sortilegio porque de verdad hace magia. Y usa escritura.

No voy a redireccionar a ella porque no me da la gana. De lo que quería hablar es de un par de cosas que me llaman mucho la atención. Una de ellas es precisamente esto, la manera que tenemos de llamar la atención cuando no tenemos contenido que mostrar y sí la necesidad imperiosa de que nuestro blog sea muy visitado. Ahí se recurre al famoso método de "me meto con alguien, monto un pollo y las visitas se multiplican" o a ese otro de "me burlo de muchos y aunque solo sea para que me insulten, pero consigo atraer tráfico".

En esta entrada se hablaba de la inutilidad de los talleres de escritura y de lo fácil que es comerciar con las ilusiones de tontos que se dejan engañar por escritores frustrados que no sirven nada más que para vender humo a incautos que, lo que deberían hacer, es dejarse de monsergas y leer y escribir que es como se aprende.

Todo, eso sí, dicho con mucha más gracia que yo.

Sin embargo, a mí no me ha hecho gracia. Debe ser el madrugón, o que soy de las personas que nunca se han creído con la capacidad suficiente como para ir dando lecciones de vida. Debe ser porque ha llamado idiotas a quienes acuden a los talleres de escritura y estafadores a los que los imparten. No me ha hecho gracia porque yo estoy en esa tesitura (y ojo, no cobro nada, no puedo estafar nada más que el tiempo de las personas que vienen un día al mes para compartir impresiones). No me ha hecho gracia porque creo que aprender y enseñar son acciones complementarias. Es cierto que se puede aprender solo, pero también lo es que, si nadie te señala tus errores, tu aprendizaje puede acabar siendo un completo fracaso. ¿Qué hay de malo en que alguien te señale el camino correcto? ¿Que tiene de perverso aprender los métodos básicos para desarrollar un texto?

Nada, sino más bien lo contrario.

Aprender para desarmar. Los buenos, los escritores brillantes, al final es lo que hacen, pasarse por el arco del triunfo las normas y reinventar, pero para reinventar algo hay primero que conocerlo y no es pecado mortal ni preocuparse por aprender ni por intentar enseñar lo que sabes. Incluso, si me apuras, no es ni siquiera pecado leer un best seller porque ayuda también a aprender (en este artículo, leer best sellers está penado con que insinúen que tu nivel intelectual está por los suelos).

Pero no voy a ser dura, no es mi estilo y, quién sabe, a lo mejor esta persona duerme poco como yo. O tiene otras carencias en su vida que se le escapan por los dedos y le hacen decir estas cosas con las que no estoy nada de acuerdo.



10 comentarios:

  1. Es verdad lo que cuentas y se podría extrapolar a muchas situaciones.
    No valorar lo que hacen los demás, insultar, utilizar tópicos...
    Un beso amiga, un beso_ escritora.

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  2. Hablar así, como lo hace esta persona en su blog, despretigiando el trabajo ajeno, ya es un insulto y, sobre todo, un ejercicio de prepotencia y autosuficiencia, mucho peor que lo que hacen, según él, aquellos a quienes critica. Estoy de acuerdo contigo en que los hay que buscan visitas como sea, y recurren a la polémica en toda su extensión, lo cual no deja de ser otro indicio de mediocridad.
    Ni caso, amiga Mayte. Si entras al trapo de todo lo absurdo que se dice por ahí, solo podrás dedicarte a escribir entradas como esta y no a escribir novelas, que es lo tuyo y lo que nosotros de verdad queremos leer.
    Un beso!!

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  3. De vez en cuando me apetece opinar. Ya veo que has leído lo mismo que yo.
    Un beso

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  4. Me molestan mucho, como a ti, los que se creen en posesión de la verdad absoluta y echan por tierra con insultos y descalificaciones a los que hacemos lo que nos gusta. Mi lema es : vive y deja vivir. Y lo llevo a rajatabla.
    Y yo leo lo que me da la gana. Best sellers, novelas indies, Cela, Baroja, Dovstoyesky, Marías, Pérez Reverte, Juanjo Millás, todo lo que puedo de policíaca y negra, y así un largo etc. Y me importa un bledo lo que opinen de mí.
    Y creo que los talleres de escritura son necesarios para todo aquel que quiera escribir cada vez mejor. Yo acudiría a alguno si tuviera tiempo y lo impartieran cerca de donde vivo. Y no me dedico a escribir, pero me apasiona aprender.
    Así que ni caso y escribe, y sueña, y vive sin preocuparte de los que no tienen educación ni respeto por nada ni por nadie. Un abrazo. :))

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  5. Quizá ese blog que señalas indique lo de gratis porque opinar es gratis. Yo no lo he leído, pero no importa, porque esas opiniones no me interesan. Una ida me decía el otro día: siempre e que voy a una charla, aunque sea de nivel básico, aprendo algo. Quizá el contenido lo conozca, pero aprendo otro punto de vista, algo que haga cambiar mi visión, que me ayude a entender lo que sé de otro modo, y muchas veces eso lo cambia todo.
    Pues eso resume birn mi opinión. Y es que de todo se aprende, de un taller de escritura también. Otra cosa es que aparte de aprender tengas que tener otras aptitudes. Pero eso es otro tema.

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  6. Más caótico que leo yo, Agata, creo que pocos. Tan pronto estoy con poesía del Siglo de Oro, con un best seller de novela negra, una romántica o me da por releer a Delibes. Y soy feliz, y me da lo mismo lo que opinen de mí porque no me gusta Faulkner (lo que he leído de él, que no es todo, por supuesto) o porque se me atragantan las novelas que están llenas de adjetivos y oraciones que se subordinan eternamente. Pero no me meto con los que les gustan, ni siquiera las comento y no se me ocurre llamar a nadie idiota porque no lea como yo.

    Y estoy contigo, si hubiera talleres de escritura cerca, iría, por supuesto, porque es verdad lo que dice Mercedes, incluso de lo que sabes, cuando alguien te lo cuenta de nuevo, aprendes. Otro punto de vista, un matiz, la diferencia que nos hace a todos únicos aparece ante tus ojos. Yo eso no me lo quiero perder.

    Puede que nunca aprenda del todo, que no escriba perfecto, pero lo feliz que voy a ser por el camino no me lo quita nadie.

    Besos

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  7. Bueno, yo he leído en ocasiones 'Best Seller' y no debo apenarme por ello. De hecho, los hay que valen la pena, mucho más que otros libros que pecan de creerse mejores que los que venden muchos ejemplares. Por eso tampoco creo que, quien escribiera esa entrada, tuviera razón en su opinión sobre los talleres. Es una buena forma de saber detectar tus errores cuando tienes (o has tenido) a alguien que te los ha remarcado. Aunque sea un escritor frustrado, si sabe del tema, es mejor que nada.

    Eso sí, nunca he ido a uno (pero sí me he interesado por varios).

    Por cierto, aunque escribas basura, al menos no puede decirse que has estado evadiendo la escritura. A veces hay que escribir aunque luego seas consciente de que no vale la pena ni dejarlo como recuerdo de un desvelo en el que hiciste lo que más te gusta ;)

    Muchos saludos, como siempre, un placer leerte <3

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  8. Criticar la labor de otros, insultar es fácil... Y más ahora que nos acogemos a este casi anonimato de las redes sociales. Les gusta más destruir que crear. En fin... Que soy también de las que leen un clásico o un best seller, según el momento o las ganas. Y tampoco me apeno. Disfruto tanto de los unos como de los otros. O me encuentro con clásicos que no me gustan nada al igual qeu best sellers. Que lo que cuenta es disfrutar de este acto de lectura que nos gusta tanto y con el que tanto aprendemos.
    Besotes!!!

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  9. Yo paso de estos tipos de comentarios o post. Lo importante y lo bueno es leer en si. Da igual si coincides en gustos o no, siempre es respetable el de cada uno, lo compartas o no.
    Ni siquiera me molesto en leer los que critican si lees esto o aquello... menos me paro a entrar en debate.
    Pero tu ya me conoces Mayte...
    Besotes!

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  10. El insomnio lo carga el diablo. Y solo te voy a decir que odio las verdades absolutas, las polémicas y la manía de desprestigiar lo que no va con nosotros. Y ya recomendaría yo a más de uno/a la asistencia a un taller y la lectura, mucha lectura que con eso se aprende. Y no sigo, que hoy me caliento, y no es plan.
    Duerme mucho y seguido.
    Besos

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