Algunas madrugadas yo tengo ansia de charcos y salto sobre ellos sin medir las consecuencias.
Ya estoy harta de medir hasta lo que me divierte.
Hoy tenía ganas de mojarme los pies y reír a carcajadas y eso he hecho, que bastantes lágrimas tiene la vida como para no darle un capricho al pecho de vez en cuando. Quiero llenarlo de aire limpio y risas francas, de las que curan el alma.
Y, qué narices, que hoy he terminado la novela 19 y estoy contenta, me debía un capricho. No todo va a ser portarse bien.
Te pongo un cielo, para que veas la vida como yo esta noche, desde otra perspectiva.