martes, 12 de noviembre de 2013

AS DE CORAZONES DE ANTONIA J. CORRALES.


Sinopsis:

Un broker que sueña con ser escritor, una enfermera que, a pesar de adorar a los niños, se niega a ser madre y una editora que jamás quiso serlo. Atrapados por un secreto inconfesable que dominará sus vidas. Amor, rencor, traición, superación personal, crítica social y la realidad más cruda y más hermosa.

Ayala, Samantha y él: Bastián. ¿Cuántas formas hay de amar? ¿Realmente el amor lo disculpa todo? ¿Es Dios el culpable de nuestras desgracias, o confundimos su nombre y en realidad es el Diablo?
As de corazones: tres vidas paralelas contadas en primera persona que encogerán tu alma y se harán un hueco en tu corazón.

Páginas: 368 / Formato: 15 x 23 cm / ISBN: 978-84-15420-66-8

PVP: 14.00 €

Mis impresiones:

Seguro que os preguntaréis cómo he leído ya As de corazones, la última novela de Antonia J. Corrales, si no por la fecha de publicación no debería haberme dado tiempo. Tiene un pequeño truco. Hace unas semanas, Antonia me escribió y me preguntó si me apetecía leerla. ¿Cómo no me iba a apetecer, si llevo esperándola un montón de tiempo? Le dije que sí inmediatamente y ella me pidió que cuando la terminase fuera completamente sincera con ella, con las impresiones que la novela me causara. Sé que se sentía inquieta, como cualquiera de nosotros nos encontramos antes de poner delante de los ojos de los lectores nuestro último trabajo y quería tener un banco de pruebas previo al lanzamiento.

Y también me pidió una cosa más.

Una pequeña frase, un resumen, algo que condensara las sensaciones que provoca As de corazones. Inconscientemente hice algo que repito cada tarde cuando preparamos comentarios de texto: una frase nominal. En ella los verbos están ausentes y sirve de resumen de un texto. En realidad no me di cuenta de lo que había hecho hasta después, hasta que pasadas unas horas las palabras circularon de nuevo por mi mente y fui consciente de que si esto fuera un examen de PAU, habría empezado bien. Esto es, para mí, lo que define la última novela de Antonia:

Profunda, intensa, una caricia para los sentidos y un disparo al corazón.

Porque As de corazones es eso, una historia cuyas palabras son una caricia, donde tres personajes Bastián, Ayala y Samantha, se van turnando para contarnos en primera persona sus vidas, hechas de retazos, como la manta de la familia de Ana, la madre de Ayala, donde cada uno aporta un pedazo de tela y, con él, parte de su alma. Envuelta en una escritura magnífica y arropada por una trama impecable, As de corazones conmueve, pero también dispara las sensaciones del lector con cada palabra.

Tres, como ya he dicho, son los personajes que vertebran la historia. Los tres se van cediendo la palabra, introduciéndonos poco a poco en sus respectivos mundos y así vamos destapando el pasado, las mentiras, los secretos encerrados en cofres ocultos. Bastián es bróker, aunque en interior anhela ser escritor. Se mueve en el sector de las finanzas en su escalón más bajo y desde el principio destapa un mundo de apariencias en el que nadie dice la verdad, en el que la mentira es un as para ganar la partida de este póker mentiroso.

No voy a contar mucho más, sabéis que no es mi costumbre destripar novelas, mucho menos ahora que todavía está empezando a desvelarse ante los lectores. Simplemente quiero que tengáis pinceladas de sensaciones y ésta es una de esas novelas que las desbordan. Pero hay más, mucho más. No sólo contiene una historia que merece ser contada sino profundas reflexiones perfectamente expresadas, críticas a esta sociedad, al mundo de la edición, a la Iglesia, a nuestra pasividad cuando los problemas nos quedan tan lejos como África. Este continente, presente en la novela como también lo estuvo en la anterior, En un rincón del alma, es uno de los escenarios donde se ambienta, compartiendo protagonismo con la Toscana, Madrid, Barcelona y Tenerife, incluso Canadá en los momentos finales.

As de corazones es una novela que habla del destino, cómo teje sus hilos invisibles y nos conduce con él. Es una novela con una narrativa poderosa que te envuelve y que estoy segura de que van a ser muchos los lectores que la disfruten.

¿Te atreves?

Hoy es el gran día, Antonia, te deseo toda la suerte que te mereces y que tu novela haga disfrutar a los lectores tanto como me ha hecho disfrutar a mí. En el fondo de nuestro corazón, eso es lo que más deseamos, que quienes se aproximen a nuestras letras sientan.

Tú, lo consigues, escritora.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

ESCRIBIENDO...

  

             A veces escribo por el puro placer de contar, sin más intención que eso, dar vida a unos personajes, insertarlos en una historia divertida y lograr que se desplacen por las páginas dejando, al final, un buen sabor de boca a quienes se acercan a conocerlos. Son novelas felices, sin importancia alguna, entretenimientos y aprendizajes necesarios para quien como yo se ha puesto como meta convertirse en una especie de juglar moderno. No voy de plaza en plaza, sino que uso esta plaza moderna que es internet y ahí voceo mis cuentos con más o menos capacidad para convocar público a mi alrededor. Busco, como esos antepasados medievales, transmitir felicidad, regalar a la gente unos momentos de desconexión de la rutina, darles argumentos para sonreír y, por qué no, para soñar.

               Ellos cambiaban sus palabras por unas pocas monedas, una cena caliente y una cama. Yo lo de la cena y la cama lo tengo ya, lo de las monedas, a pesar del pirateo, también. ¿Por qué no seguir por ese camino?

               Otras, sin embargo, necesito hablar de luchas, anhelos, deseos, mil miedos que dibujo a golpe de palabras. Entonces la novela que escribo no es entretenimiento, es algo diferente, las frases se desdoblan escondiendo a veces varios significados y el tono cambia, escapándose entre las líneas una parte de mi alma. El resultado es más crudo, más intenso y más difícil, porque una cosa es inventar la vida, imaginar historias locas, y otra hacer un collage donde realidad y ficción se van pasando el testigo silenciosas.

               Quizá en estas ocasiones convocar al público sea más complicado pero yo soy mi primera lectora y quiero leer exactamente eso que escribo porque hasta que no lo dejo como me gustaría verlo no desisto. Aquí me dan igual las monedas, la cena y la cama. Aquí me siento cómoda de verdad.

               Escribir Su chico de alquiler fue un placer. Reconozco que tenía mucho por aprender, que aún estaba practicando y que quizá hoy no me atrevería a dejar que nadie la leyera pero es tarde. Ya hace años que se me escapó y no se puede dar marcha atrás. Con ella, porque conozco sus limitaciones, me conformo con que me digan que es divertida, intrascendente y loca. Lo es. No tiene nada real, es pura ficción, aunque hace bien poco haya tropezado con un tipo que se ha casado cuatro veces y tiene hijos varios, como Mario, pero ya se sabe, la realidad siempre, siempre, acaba superando a la ficción…

               (Por cierto, es un best seller. Lo digo por aquellos a quienes les molesta. Simplemente es un best seller porque ha vendido, no implica calidad extrema pero eso ya está en la misma definición.)

               La arena del reloj es ese otro lado, donde la vida se da la mano con la muerte, en esa cuenta atrás presente desde que nacemos. Tampoco sé si a día de hoy dejaría que nadie pusiera sus ojos sobre ella, por más que sé que ha supuesto algo muy grande al menos para dos personas, y con eso me conformo, con haber sido un revulsivo para sus vidas, con haberles hecho pensar que la vida sigue siempre y que aferrarse al pasado es necesario, no olvidar, pero que hay que hacerlo al feliz, al que nos completó y no a los recuerdos tristes que nos machacan.

               Detrás del cristal es algo a medias. Una historia loca en la que la realidad se cuela en pequeñas dosis. Un ejercicio narrativo que sigo considerando de aprendizaje, que me ha enseñado varias cosas. La primera, que sé narrar manteniendo el interés. La segunda, que no debo nunca más utilizar un planteamiento de historia tan radical porque corro el riesgo de que no entiendan que no es más que un revulsivo, la historia necesaria para romper la tranquilidad y, a través de la narración, volver a recuperarla al final. Ha sido una prueba de fuego, me ha regalado una oportunidad, me ha hecho sentir muchas emociones y por ello creo que el trabajo, el tiempo, las horas que empleé en ella fueron provechosas.

               Ahora tengo entre manos dos historias.

               Una de ellas no tiene más objetivo que entretener. Es una historia romántica, de final feliz y apenas moraleja, algo hecho para disfrutar escribiendo, para divertirme con algunos personajes que esconden arquetipos de los que no pienso escaparme porque no es pecado hacerlo, aunque haya quien se empeñe en señalarte con el dedo cuando decides optar por algo así. Va bien, está casi terminada y me está sirviendo para practicar con un tipo de narración que no domino: el relato de escenas con un sutil toque erótico. No soy una cobarde, sé que no me salen muy allá pero poniéndole ganas, esfuerzo y dejándome corregir por una maestra que tengo muy cerca, seguro que lo consigo. Si algo tengo claro en esta vida es que hay que escuchar a quien sabe, dejarse aconsejar, borrar y reescribir si es necesario y no encabezonarse en lo que tus propias convicciones te anclan a veces impidiéndote avanzar. Es una historia para mis chicas de Facebook, para algunas mujeres con las que interactúo cada día y que me están aportando cosas muy buenas. Por ellas, para ellas, para mí. Porque me encanta la felicidad que me transmiten a pesar de sus problemas, porque me río cuando quedamos para destrozar una peli juntas, porque cuando te sienten triste saben leer entre líneas y siempre están. Es mi manera de darles las gracias por no ser una pose, de esas que hay tantas en la red social, esas de gente con dos caras: la pública y la que muestran en privado.

               La otra es mucho más intensa. Está escrita desde las tripas, poniendo el corazón, dejándome llevar por tres mujeres que son la suma de muchas que he ido conociendo. Es vida. Es hoy. Es dura pero sin ausencia absoluta de luz porque también he descubierto que si oscureces las historias, si haces que el lector lo pase solo mal, al final tampoco tú acabas demasiado satisfecho. No voy a negar las sombras de la vida pero tampoco le apagaré las luces del todo porque así no se puede vivir, entre tanta oscuridad, sin el más leve atisbo de esperanza en lo que hacemos y lo que vivimos. Me aferro a que después de los tropezones siempre hay una mano que te levanta, que se presta a acompañarte y sé, por experiencia, que antes de coger esa mano hay que mirar bien a los ojos de quien te la ofrece porque detrás de todas las sonrisas no hay ángeles escondidos. Pero detrás de algunas, definitivamente existen. Son las menos y cuesta verlas pero aparecen.


               Hay más proyectos. El medallón sigue parado, hay otra historia tomando cuerpo en mi cabeza. Tengo relatos cortos que espero poder encontrar el momento de sacarlos de dentro de mí. Y mientras tanto, entre todo esto, vida. Paseos, viajes, compras y comidas. Colegio y clases. Seguir leyendo y encontrarme cada día con la que soy al otro lado del espejo.

martes, 29 de octubre de 2013

EL ARTISTA Y SU CONTEXTO

"Escribir, pintar, esculpir… cualquier faceta del arte no puede entenderse separada de la vida de su autor porque el arte es expresión de nuestro yo más íntimo."

No sé si es exactamente la frase o la he recreado a mi antojo (es bastante posible) pero sé que se me quedó enganchada en el subconsciente cuando la escuché hace mucho, mucho tiempo, en una clase de literatura de Ángela, la profesora que tenía en el instituto.

Hasta ese momento, cuando las clases empezaban con el consabido contexto histórico y biografía del autor, a mí me entraban ganas de ponerme a mirar por la ventana, y de hecho creo que lo hacía, esperando a que llegase el meollo del tema, el análisis de la obra literaria en cuestión. Me metía en mi mundo y pasaba olímpicamente de lo que me contasen de la vida de tal o cual literato, pintor o escultor, porque pensaba que para qué.

¡Qué vas a pensar en plena adolescencia!

Sin embargo, mira por donde ahora soy yo la que tiene que explicar a veces literatura o arte y con el tiempo, la experiencia y el descenso del alboroto hormonal he acabado comprendiendo a Ángela perfectamente: uno no es capaz de captar la esencia plena de una obra literaria sin conocer las connotaciones del momento en el que se gestó. Se pierden datos, se queda a medias porque nos falta información para comprender aunque sea una simple línea, como cuando Celestina, a su muerte, grita "confesión" como su última palabra. Y es más, no se puede comprender tampoco del todo una obra si deja de lado esa vida que llevó el autor, sus vivencias íntimas que condicionaron vivamente su producción literaria.

El artista es un ser humano, claro está, pero es un ser humano con una sensibilidad elevada, da igual si es pintor, escritor o escultor, es siempre alguien observador del mundo y con capacidad para redibujarlo en un cuadro, en una hoja en blanco o hasta en una fría piedra. Pero si sólo fuera eso, observación, todos escribirían del mismo modo, dibujarían igual y las esculturas saldrían tan idénticas que parecerían simples copias de la realidad.

El artista interpreta y la interpretación está cargada de subjetividad.

Y cada artista tiene una huella única porque cada vida es única.

A todos nos pasan cosas más o menos parecidas pero ni las procesamos igual ni las contamos del mismo modo. Cada vivencia, cada vez que te roza la realidad, te va transformando. Todo lo que nos sucede nos llena de capas que al artista se le escapan en cada una de sus creaciones. Lo bueno y lo malo surgen como matices en cada obra.

Conocer la vida del artista enciende focos a quien se acerca a su obra, la ilumina de tal modo que es mucho más sencillo captarla.

Estoy pensando en biografías de artistas que he tenido que estudiar y explicar, y en mi mente salta como un resorte Goya. Las etapas que se establecen en su pintura se corresponden con momentos vitales. En la primera, la luz inunda sus creaciones. Es la época de los cartones para tapices, obras costumbristas, alegres, que reflejan una sociedad idealizada. Obras de juventud donde todo lo que le pasa a él es maravilloso: consigue un buen trabajo como pintor, viaja a Italia, se inserta en la vida de la Corte donde adquiere prestigio y respeto. Poco a poco su obra va cambiando. Al inicio de su sordera se suma la invasión francesa que le obliga a ser testigo de primera mano de los horrores de la guerra. Las experiencias de este tiempo oscurecen su paleta hasta el punto de llegar a esa etapa de pinturas negras, las de la Quinta del Sordo, donde se refleja su carácter atormentado por lo que ha visto y porque la sordera le está aislando del mundo. No es feliz, la vida le ha pasado por encima como un tren de mercancías (perdón por la metáfora, sé que no había trenes en su tiempo) y sus pinceles trasladan ese malestar a las creaciones que salen de su mente. En una etapa final la pintura recupera algo de luz cuando sale de España y emprende la última parte de su vida, más tranquila y presumiblemente más feliz que la anterior.

Tal y como le sucede a Goya podemos observar lo mismo en, por ejemplo, Kaftka. Hijo de un padre autoritario y una madre sumisa, ese autoritarismo que sufre desde niño se mezcla con acontecimientos brutales de principios del siglo XX: la guerra mundial y la Revolución Rusa que van configurando sus ideas y atormentando su carácter. La tuberculosis, que será finalmente la causante de su muerte, va marcando también su yo, reservado y solitario, a lo que se suma la oposición de su familia hacia su vocación literaria y sus cinco intentos frustrados de matrimonio.

Esa soledad quizá no elegida, esas vivencias intensas que le proporciona un mundo en convulsión, necesita expresarlas y como consecuencia escribe un relato corto, extraño, inquietante pero fascinante a su vez que es La Metamorfosis. Su soledad empuja la creación y le sale oscura, difícil.

Son dos ejemplos pero podría estar horas repasando biografías que demuestran lo importante de ese contexto histórico y vital.

A través de las palabras, de las pinceladas, de cada golpe de cincel, aunque nos tratemos de esconder, se nos ve el alma.


Cuando me vuelvan a preguntar para qué estudiar ese rollo que siempre viene al principio de los temas, creo que remitiré a los chicos a esta entrada.

jueves, 24 de octubre de 2013

SUCEDIÓ EN FEBRERO, SUCEDERÁ EN FEBRERO.

El 15 de febrero de 2013 publiqué Detrás del cristal en Amazon.

Mi plan para darla a conocer incluía cambiar cada poco tiempo la portada ya que Iván Hernández hizo variaciones, imágenes que incluían frases distintas, y pensé que era divertido, de vez en cuando, renovar ligeramente la cara de la novela.

Es que no sé estarme quieta.

Sin embargo, las circunstancias que rodearon a la novela nada más ver la luz me obligaron a frenar mis intenciones y me estoy dando cuenta de que no he dejado que estas portadas se vean. Es una pena que se queden en el disco duro de mi ordenador, que cualquier día petará y hará que encima se pierdan para siempre.

¿Por qué hoy las presento?

Quizá para celebrar que me acabo de enterar de que será el próximo mes de febrero (2014) cuando Detrás del cristal verá la luz bajo el sello Javier Vergara (Ediciones B). 

Sucedió el febrero...

Sucederá en febrero...

¿Será mi mes de la suerte? No lo sé. El número mágico en mi vida siempre ha sido el 4 pero nunca pensé en un mes. Aunque la novela acaba en febrero, concretamente el 16 de febrero... Será su mes.








Fue un día difícil en el que volvió a confiar en alguien.
Ya nunca serían extraños. 





Él existía pero por mucho que fuera su complemento
perfecto estaba enamorado de otra.
Sin embargo, jugaron.






En ocasiones el amor nos pone una venda y somos capaces de confundir el cielo con el infierno.





viernes, 18 de octubre de 2013

LA CARICIA DE TÁNATOS DE MARÍA JOSÉ MORENO




Sinopsis:

"Mercedes Lozano Rivera es una especialista en psicoterapia interpersonal adicta al trabajo. Hace diez años su novio la dejó a las puertas de la iglesia para casarse con su mejor amiga. Desde entonces trata de llevar una apacible existencia personal y profesional lejos de la familia y de los hombres hasta que una serie de acontecimientos ponen su vida boca abajo.
De pronto, Mercedes se enfrenta a un grave caso clínico de maltrato psicológico sufrido por una de sus pacientes: Marina. Sin saber cómo, se verá inmersa en una vorágine de acontecimientos, y quedará atrapada en la tupida tela de araña de la maldad".
Personajes marcados desde su infancia que intentan sobrevivir como pueden, una partida a dos bandas entre el bien y el mal, lobos disfrazados de corderos, víctima y verdugo, engaños y mentiras… 

Mis impresiones:

Esta es la primera novela que leo de María José Moreno. Bajo los tilos, la novela que saldrá bajo el sello de B de Books permanece en mi lector, pero como me enteré de que había ampliado la trama he preferido dejarla para cuando pase a papel porque estoy segura de que desde que se produzca el lanzamiento hasta que lo tenga en mis manos no pasará mucho tiempo.

Elegí La caricia de Tánatos como lectura porque iba viendo a diario en las redes comentarios de diversos lectores y poco a poco fue despertando mi interés. Es un libro que no me ha defraudado, enseguida te sientes identificada con Mercedes, la psicóloga cordobesa protagonista de la novela. Te sumerges en su vida y te angustias con ella cuando empieza a recibir unas misteriosas llamadas telefónicas en las que el interlocutor no contesta.

La vida de Mercedes no ha sido fácil. Desde que nació siente que su madre no tiene con ella la relación que sería normal entre una madre y una hija y sufre por ello aunque se empeñe en decir algunas veces que lo tiene asumido. Para ella, el personaje esencial de su familia fue su padre y nos cuenta cómo es la relación que tiene con sus tres hermanos. Todos, diez años antes del inicio de la novela, la arropan cuando José Luis, su novio de toda la vida, la abandona a pocos días de la boda para marcharse con Lola, su mejor amiga de la infancia. Decide centrarse en su profesión de psicóloga, después de pasar una temporada en Estados Unidos donde un compañero de profesión le sirve de ayuda para superar el trauma.

Ya en la actualidad, Mercedes conoce a Miguel, psicólogo que trabaja de forense, por el que se siente inmediatamente atraída. Ambos vienen de relaciones que no han ido demasiado bien y se muestran cautos en cuanto a sus sentimientos. Por otro lado, Mercedes no puede evitar sentir en algunos momentos que su relación con Miguel tiene ciertas similitudes con la que está viviendo una de sus pacientes, Marina, que se convierte en el centro de la preocupación de la psicóloga. Y no es para menos. Después de haber logrado salir de una relación en la que sufría malos tratos y en la que era fuertemente dependiente, ha caído en las redes de otro manipulador.

Pero no es esa la única trama de la novela, hay otra que circula en paralelo, una que habla de descubrimiento de secretos familiares que han permanecido sepultados por un pacto de silencio familiar y que le acabarán dando la clave de lo que le toca sufrir.

La novela se inicia el 10 de septiembre de 2010 pero enseguida la historia que nos esboza se interrumpe para empezar a contarla desde que comenzó. Desde ahí se estructura en cuatro partes de similar extensión, en las que se reparten los 23 capítulos narrados en primera persona. Remata la novela con un epílogo en el que nos queda claro que aunque la historia que cuenta La caricia de Tánatos ha terminado, no lo ha hecho del todo, hay una pequeña parte, la que tiene que ver con la recuperación sentimental de la protagonista, que se ha quedado colgada.

Puede que os preguntéis por qué se llama La caricia de Tánatos. Según la mitología griega Tánatos era el hermano gemelo de Hipnos (el sueño), y personificación de la muerte sin violencia. Ese camino, la no violencia física, es el que escoge el personaje más siniestro que circula por la novela para conseguir sus fines.

Tendréis que leer para saber más.

De momento esta novela es la primera de una trilogía que está escribiendo María José Moreno sobre el mal, cuya segunda parte ya está en marcha. La estaré esperando.

En el momento de publicar esta entrada, La caricia de Tánatos está en puesto 28 del top 100 de amazon. Por algo será...