jueves, 17 de noviembre de 2011

ME HA LLEGADO NIVARIA, de ÓSCAR R. ARTEAGA

Estoy muy contenta. El otro día, en Facebook, vi un concurso en el que te podías apuntar para ganar un ejemplar de la primera Novela de Óscar R. Arteaga, Nivaria. La verdad es que no soy mucho de concursos, tuve una mala experiencia con un blog (mandé los datos mal, porque en ese momento http o url para mí eran chino) y me contestaron con un email un tanto fuera de lugar, así que, elegantemente, me hice a un lado y me olvidé de concursos. Sin embargo, el otro día, lo volví a intentar. Las normas eran sencillas y claras, y el libro me apetecía muchísimo, así que os podéis imaginar cuando el día 15 abrí el correo y vi que el libro era para mí.

Acabo de abrir el paquete y ya estoy deseando empezar a leer, aunque tendré que esperar un poco. Tengo que acabar el libro que leo en estos momentos y otro reposa en la estantería, gritándome cuando lo miro que va primero, que por mucho que este me haya llovido del cielo no va a consentir que se cuele. ¡Faltaría más! Los libros son muy puñeteros cuando se empeñan en que los abras y los disfrutes. Te miran de lado, con el título ascendiendo hacia el cielo, orgullosos, y no consienten que te olvides de ellos así como así.

Nivaria traía algo más, un pequeño obsequio nada más abrirlo. Palabras. ¿Qué más necesita un lector? Igual que el escritor necesita escribir para darle sentido a su vida, el lector se nutre de palabras. Estas, las que trae en la primera página, manuscritas, son la dedicatoria personal. No sé se le puede pedir algo más al día...

Desde aquí le agradezco a Óscar su amabilidad, prometo disfrutar el libro y contarlo después. Palabra de lectora.

Y vosotros, ¿habéis ganado alguna vez un libro? ¿Qué os hace sentir una dedicatoria personal?

martes, 15 de noviembre de 2011

LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN de MEGAN MAXWELL



Título: Las ranas también se enamoran.
Autor: Megan Maxwell.
Páginas: 381
Editorial: Versátil Romántica.


Sinopsis (contraportada):

Marta Rodríguez es una joven y divertida madre soltera que conduce una Honda CBF 600. Trabaja en el taller de moda flamenca de Lola Herrera, donde hace un poco de todo. Pero la vida de Marta, y su entorno, dará un giro de 180 grados cuando el hijastro de su jefa, Philip Martínez, un empresario inglés, serio a la par que sexy, se cruce en su camino. ¿Qué será Philip, una rana o un sapo en el gran charco de la vida?



La novela arranca a la vez que 2010, en una fiesta en la que se celebra el año nuevo. Marta, una chica de barrio, y sus dos mejores amigos y compañeros de trabajo, Patricia y Adrián, se divierten y brindan porque en ese año aparezca su gran amor, una rana que le haga olvidar a todos los sapos que han pasado por su corazón, como el Musaraña, su último ex. Por pedir, que no quede, y Marta brinda por una rana que se parezca a Hugo Silva. Pero la vida, que es como es, le pondrá delante a un inglés, rubio, descolorido y encima conde, con el que, además, no parece congeniar en absoluto.

A lo largo de los 45 capítulos, Megan Maxwell nos cuenta con un estilo sencillo y muy llano la historia de amor entre Marta y Phil. Pero Megan no se centra solo en ellos, sino que dibuja un entorno de personajes que le sirven de excusa para los encuentros y desencuentros constantes entre los protagonistas. Marta tiene una hija de dieciséis años, Vanesa y trabaja para Lola Herrera, diseñadora de moda flamenca.

El artificio argumental que la autora emplea para que dos personas de mundos tan distintos como los de los protagonistas se entrelacen es la relación de la jefa de Marta, con Antonio, un español afincado en Londres desde que se casase con su primera esposa. Antonio es el padre de Phil y es en una feria de abril donde los dos personajes, a través de Lola, finalmente conocíendose, después de unos cuantos encuentros en los que saltan chispas. No es, sin embargo, hasta que regresen a Madrid, cuando finalmente empezará a surgir algo entre ellos, algo que, por supuesto, no es más que sexo. O eso intentan.

La historia es un constante choque entre los protagonistas que nada más empezar su relación se dan cuenta de que es más intensa de lo que pretendían. Me ha parecido muy divertido y muy imaginativo el regalo que Phil le hace a Marta en un momento de la novela. Los que lo habéis leído supongo que sabéis a qué me refiero y me vais a perdonar que no lo desvele para dejar que los futuros lectores se sorprendan también. A mí no se me hubiera pasado por la cabeza semejante presente entre dos enamorados. Y mucho menos la reacción de Marta. Otro detalle que me ha parecido muy divertido son las ranas que aparecen al principio de cada capítulo, en diferentes posiciones. Visualmente, el libro es muy interesante, desde el interior a la portada, que está muy lograda. Llevaba apeteciéndome desde que la vi. Creo que el título está muy bien, aunque tengo que decir que me parece que éste te acaba desvelando el final. Unas simples interrogaciones podrían haber generado alguna duda sobre el desenlace de la historia, aunque supongo que en el fondo da lo mismo. Cuando el lector se acerca a una novela de este género lo que espera es un final así.
Hay un detalle que no me ha gustado, y es el exceso de expresiones coloquiales. Sé que hablamos así, pero los que me conocéis sabéis que tengo declarada la guerra a las frases hechas. Manías que le entran a una cuando se va haciendo mayor...

Megan Maxwell se está haciendo un hueco en el complicado mercado literario actual. También es autora de otros títulos como Fue un beso tonto, Te lo dije, Diario de una Chirli, Deseo concedido, con las que ha ganado varios premios. Olvidé olvidarte será su próxima novela, que se publicará en formato digital bajo el sello Zafiro, de la editorial Planeta. Megan es, además, miembro de Adarde, la asociación de escritoras románticas. Si queréis saber más de ella podéis visitar su página web .

¿Os animáis a leerlo?

lunes, 14 de noviembre de 2011

NOVIEMBRE DEDICADO A CRÓNICA INSIGNIFICANTE.


Hace unos días, desde el blog El universo de los libros se planteaba una sección, Un mes, un libro, en la que Tatty, la administradora, nos pedía colaboración para difundir la novela de Emilio Casado Moreno. Como es el libro que más me ha gustado en los últimos meses, no me lo pensé y me apunté a la iniciativa. En principio se pedía hacer una mención a la novela, una reseña del libro o una entrevista al autor. Como eso ya lo he hecho en otras ocasiones, tenía que pensar algo diferente. Ahí va mi idea, una carta abierta a una editorial, la que quiera escuchar.

* * *

Estimados amigos:

Me dirijo a ustedes para hablarles de una novela, Crónica Insignificante, de Emilio Casado Moreno. Puede que no hayan oído nada de ella, al fin y al cabo sigue sin estar publicada bajo el respaldo de una editorial. Sin embargo, no es anónima. Prueben a poner el título en cualquier buscador de internet. Verán reseñas, muchas, de blogs que se dedican a leer por placer. No encontrarán nada más que buenas críticas.

Lo normal sería que ustedes me dijeran a mí como lectora: escuche, hay una novela que hemos publicado que quizá le gustaría leer. Sin embargo, soy yo la que les dice: perdonen, hay una novela que quizá estén interesados en publicar. Es buena, tanto que sorprende que nadie en su sector se haya dado por enterado.

Sé que estamos en tiempos de crisis, tiempos en los que nadie arriesga nada si no está seguro de que la inversión funcionará, reportará beneficios que justifiquen el riesgo. Con Crónica Insignificante, se lo aseguro, no se arriesgan. Ya tiene una legión de lectores convencidos de que quieren un ejemplar en papel. Ya tienen reseñas positivas, no les hará falta convencer a nadie de que se interese por el libro y haga una crítica de él.

Ustedes pueden esgrimir un argumento: hay ejemplares dispersos en formato digital, la piratería está a la orden del día y quizá no compense. Bueno, a eso les respondo que yo misma la he leído de este modo y ese argumento no me convence. Quiero el libro físico, lo espero para volver a leerlo con calma, para sentirlo en mis manos. ¡Qué le vamos a hacer! Los lectores empedernidos tenemos algo de románticos y todavía nos gusta perdernos entre las hojas de papel, sentir su tacto, su olor.

Pero aún podrían argumentar otra cosa: está autoeditada. Ya sabemos que esto no tiene buena prensa. Respondo de nuevo. La autoedición, bajo mi punto de vista, sólo tiene un problema. Los filtros. No hay nadie detrás del autor que le diga, esto sí, aquello no. Pero en este caso sí que hay filtros. Los propios lectores que la novela ha ido ganándose y que la recomiendan sin dudarlo. Prueba superada.

Ha habido muchos ejemplos, a lo largo de la historia, de novelas que han peregrinado por editoriales buscando el apoyo necesario para llegar a los lectores y han sido rechazadas muchas veces. Harry Potter, por poner un ejemplo. Ni con toda su magia logró llegar a la primera a una editorial. Supongo que aquellas que no se arriesgaron con una autora nueva, con una historia para niños, deben seguir tirándose de los pelos por su poca visión de futuro.

En este mes de Noviembre, dedicado por los lectores, porque sí, porque nos da la gana, a Crónica Insignificante, me atrevo a recomendarles que empleen un tiempo en su lectura y en valorar sus posibilidades. Si estoy equivocada, me disculpo de antemano por hacerles perder el tiempo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL ETERNO OLVIDO de ENRIQUE OSUNA






Título: El eterno olvido
Autor: Enrique Osuna.
Páginas: 360.









Antes de empezar a hablar del libro, os diré cómo llegó a mis manos. En esta misma página hay una pestaña en la que, al abrir, sólo aparece una dirección de correo electrónico. Lo tengo ahí, por si alguien se quiere poner en contacto conmigo. Enrique vio el blog y le pareció que quizás pudiera estar interesada en leer su novela. Me pareció buena idea y me animé. La sorpresa vino unos días después, cuando se puso de nuevo en contacto conmigo para decirme que había descargado La arena del reloj y se lo había leído. La reseña en su blog ha captado la esencia de lo que yo quería transmitir con el libro. Desde aquí aprovecho para darle las gracias. Además, coincidió con el día en el que empecé El eterno olvido. No sé si es una casualidad o simplemente magia.


Sinopsis (extraída de Amazon):

Kamduki es un juego de Internet que pretende encontrar la persona más inteligente y audaz del planeta. Justo cuando se encuentra inmerso en la resolución de las pruebas, Samuel conoce a dos chicas: Marta y Lucía; una moderna y desinhibida; otra sensual y enigmática. El amor irrumpe en escena, mientras Samuel se va obsesionando con las pruebas a medida que las va superando. No puede sospechar la terrible realidad que esconde aquel diabólico juego, ni que su vida jamás volverá a ser la misma.La sombra del pasado, el amor y la crueldad se entremezclan en una aventura sin retorno en busca de un sueño. El eterno olvido no es solo una novela de amor, intriga y suspense; es la constatación de que lo mejor y lo peor de las personas transitan sobre una línea demasiado delgada.

Cuando empecé a leer la novela, no encontré nada de esto que dice en la sinopsis, por lo que llegué a pensar que me había equivocado de libro. Más tarde constaté que no era eso, sino que en realidad aparecen tres historias sucesivas en la novela, relacionadas entre sí.

La primera es la historia de Noelia y su abuelo, una historia dura en la que el autor aprovecha para introducir tanto al personaje femenino principal, y la justificación de su conducta posterior, como reflexiones sobre la sociedad y el mundo en el que vivimos.

La segunda nos presenta a Samuel, el protagonista masculino, y empieza, ahora sí, a desarrollar lo que se planteaba en la sinopsis. Un día Samuel descubre Kamduki en internet y, por ponerse a prueba, se apunta a resolver los enigmas que plantea. Con esto me sentí... ¡torpe! Algunos eran tan obvios cuando leías la respuesta que parecía imposible que mi cerebro no hubiera sido capaz de resolverlos. Tengo que decir, también, que la prueba número seis la resolví mientras la iba leyendo. Supongo que fue casualidad, pensé justo lo que había que pensar cuando dieron las pistas y cuando llegó la solución me dije que para algo soy geógrafa... Ahora en serio. Fue pura suerte que la primera idea que tuve fuera la solución. Las pruebas van aumentando de dificultad, a la vez que la obsesión de Samuel por conseguir el premio. No lo hace solo. Contraviniendo las normas le ayudará una amiga, Lucía, una muchacha muy inteligente a la que conoce una noche.

La tercera parte de esta historia, para mí la más intensa, empieza cuando Samuel acude a Noruega a recoger el premio.Ahí, la narración se vuelve angustiosa, la novela se acelera y la pluma de Enrique te obliga a buscar momentos para terminar la lectura. Por si todo esto fuera poco, el epílogo añade un toque de misterio más a todo el entramado que ha creado.

En el libro no sólo son interesantes las reflexiones, sino también cómo ha introducido el juego del ajedrez en la narración. Por eso aparece en la portada.

Voy a rescatar una frase, sólo una, que quizá por mis propias circunstancias personales actuales me ha llegado. Habla, como no, del olvido.

"El mismo día que fallece una persona nace su olvido, apenas apreciable en su incipiente aparición, caprichoso y esporádico luego, firme y robusto con el paso de los años."
 
¿Qué os parece? ¿Os animáis a leerlo?

domingo, 6 de noviembre de 2011

MAÑANA ENTRE PINOS

Vivo en un lugar especial, estoy segura. Lejos de la ciudad, de sus gases nocivos, sus atascos, las prisas y la soledad de las grandes aglomeraciones humanas. Estoy lejos, pero no tanto. En menos de una hora, si la elijo bien, puedo estar en el centro de Madrid, y en unos cuarenta minutos, si consigo aparcar, me puedo hacer una foto debajo del acueducto de Segovia. Tengo acceso a internet, varios supermercados, servicio de urgencias médicas y talleres por si se me rompe el coche. Y tiendas de muebles de verdad. Y gimnasio. Y tres panaderías donde hacen pan de madrugada... No me falta lo básico y como plus, tengo pinares, muchos pinares que rodean el municipio y que otorgan el privilegio de un paseo un domingo antes de comer.

Esta mañana, de repente, nos asaltó la idea de salir en familia a dar una vuelta al pinar. Caían algunas gotas, pero no importó. Cinco minutos en coche y ya estábamos dentro del bosque, dispuestos a explorar. El objetivo en estas fechas suele ser recoger setas, pero este año, con lo poco que ha llovido a finales del verano es casi una tarea imposible. Nos conformábamos con ver alguna.

Empezamos un paseo sin esperanzas y en pocos minutos nos dimos cuenta, por la ausencia de destrozos que arman algunos en el pinar, que no debía haber ni un solo níscalo (o nícalo, como dicen los segovianos). Así que el objetivo se transformó. Con ver una seta cualquiera, nos conformábamos. Empezaron a aparecer discretamente ante nuestros ojos unas pequeñas setas no comestibles, una especie que tiene como misión descomponer los restos orgánicos que caen al suelo. Suelen crecer en las piñas, y se llaman micenas de las piñas. Aitana empezó a contar: una, dos, tres... Alex se unió a su juego: veintisiete, veintiocho... Juraron que pararían al llegar a cien. Bueno, hasta ciento treinta. Casi mejor hasta doscientas. Esta vez sí, mamá, cuando lleguemos a trescientas paramos...  Lo dejaron, finalmente en trescientas treinta y nueve.

Aparte de esta especie, no pudimos encontrar nada. Ni un solo níscalo, ni boletus, ni siquiera alguna amanita muscaria, y eso que Aitana nos advirtió con énfasis que no la tocáramos si la veíamos, que es venenosa. Eso indica que la visita al museo con el colegio, el curso pasado, fue provechosa. Sin embargo, no fue tiempo perdido. Pasamos un buen rato en familia, pudimos respirar el olor del bosque húmedo, del tomillo, de los pinos... En cinco minutos estábamos en casa de nuevo. Listos para comer y para pasar la tarde en casa, que el clima invita a poco más.

Y tú, ¿qué harás hoy?