viernes, 4 de mayo de 2012

RENOVADA

Hace unas semanas que el tiempo no me sobra. Voy de un lado a otro, siempre acelerada, con la sensación de que, por el camino, me voy dejando cosas sin hacer. No actualizo el blog lo que debería, no me paso por los vuestros (y cuando paso lo hago a la carrera, sin darme tiempo casi ni a comentar), se me acaba el día y las tareas se van acumulando en una lista que no para de crecer (hoy he acabado con la plancha, menos mal). Si hasta los libros leídos se quedan sin reseñar porque, de tanto esperar, se me han ido olvidando algunas cosas...

Entre los olvidos, el que más me preocupa, es el abandono de mis propias cosas. Sé que muchos lo sabéis, porque compartís mi perfil en las redes sociales, pero habrá quien todavía no se haya enterado de que La arena del reloj está en Amazon, acompañando a El medallón de la magia. Con portada renovada. Hasta eso se me había olvidado contar aquí.

Pincha en la portada para llegar a Amazon

Pincha en la portada para llegar a Amazon


¿Por qué está ahí después de tanto tiempo? Pues por la sencilla razón de que me pareció un buen escaparate, una manera fácil de acceso para quien lo quiera buscar desde cualquier lugar del mundo. No esperaba que ocurriera demasiadas veces, cuatro años circulando por la red son muchos para cualquier cosa, en este mundo tan rápido y tan volátil, pero es un libro especial que consigue, sin mi ayuda, lo impensable: se vende. Me han comprado en la tienda americana, en la alemana, en la del Reino Unido y, por supuesto, en la española. Ventas más que discretas, no os vayáis a pensar, pero que este mes rebasan a las de mi libro más reciente. Me supero a mí misma.

Curioso.

¿Lo mejor? Sin duda no son las ventas, sino los comentarios de vuelta, las palabras que me regalan los lectores. Me siento orgullosa, sobre todo, del padre que tuve. De su capacidad para transmitirme el amor a los libros, de su aliento para que no dejase de perseguir mis sueños... incluso, aunque a veces piense que no, de lo pesado que era para que me superase a mí misma. El "tú puedes" que me repetía incansable (él, porque yo, a veces, estaba harta de oírle).

Estos días, varias frases revolotean por mi cabeza:

Lo imposible solo tarda un poco más.

La vida te devuelve lo que le entregas. Cuando eres honesto y generoso, te compensa. Cuando actúas mal, también te lo hace saber.

Creía que llegar a tantos lectores desconocidos era un imposible. La arena del reloj ha tenido, y lo sigue teniendo, un recorrido en papel que no me deja de sorprender, pero este, sinceramente, no lo esperaba. Supongo que aspiraba a que las personas que amo lo leyeran (me faltan algunas que espero que algún día lo hagan), pero nunca pensé en desconocidos. Ese poco más que ha tardado, me empuja a pensar que otros sueños, los que uno no se atreve a poner en palabras, no sea que se estropeen, al final, serán. Lo imposible, que aunque tarde, llega.

La otra frase me hace pensar en balanzas. Lo que das y lo que recibes... pues lo estoy comprobando, encuentro un equilibrio. Poco a poco, sin prisa, como hay que hacer siempre las cosas. La vida no es eterna pero tampoco conviene poner el pie en el acelerador a tope, porque un frenazo brusco, ante cualquier contratiempo, puede hacer que te dejes los dientes en el cristal. (Soy, lo reconozco, muy conservadora con respecto a mis dientes, así que no tengo nada que decir entonces sobre mi alma.)

Control.

Paciencia.

No parar nunca pero no llevarse por delante ni a nada ni a nadie, para no tener que preguntarse, jamás, por qué a mí...

miércoles, 2 de mayo de 2012

PROFUNDOS



No soporto la profundidad excesiva. Me carga. Hay algunos blogs en los que encuentro que la gente escribe como si los demás estuviéramos siempre dos o tres pasos por debajo de su nivel cultural, que emplean un lenguaje sazonado con ironía y un pelín de mala uva, una crítica desmedida a todo para demostrar lo que saben en contraposición con el común de los mortales. Hoy, no sé por qué, aterrizar en algunos de esos blogs me ha molestado. Me gusta el lenguaje sencillo. No exento de cuidado gramatical, sin perder de vista un diccionario bien nutrido, pero sinceramente no puedo con las personas que utilizan su capacidad de expresión para decirnos soterradamente que están por encima del bien y el mal. Por encima de los que utilizamos las palabras como medio de comunicación y no como dardos envenenados.

Cuando escribo trato de ser clara. Creo que es justo que el lector entienda lo que estoy poniendo en palabras y procuro dejarme de majaderías porque, a la larga, la perjudicada con ellos soy yo.  Un cambio de estado de ánimo puede hacerme olvidar qué quería decir con aquel juego de palabras tan elaborado que construí. Si hasta ni yo me entendería. Quizá por eso y porque la edad te quita muchas tonterías de encima, hace tiempo que no practico ese juego. Me dedico a otro, al de las emociones, uno que se me da mejor porque tengo un cerebro descontrolado que se deja llevar por ellas más allá de lo aconsejable y aprovecho ese defecto para nutrir con él a personajes imaginarios. Todavía estoy en proceso de aprendizaje, no he creado el definitivo. Algunos que viven de momento en el disco duro de mi ordenador se aproximan, pero les hacen falta tiempo y reposo para llegar. O a lo mejor no llegan jamás a ninguna parte.

No sé por qué me dio por reflexionar aquí, supongo que por el hecho de ser este un espejo donde te miras normalmente de reojo al salir de casa, pero que en mi caso me lleva un poco más de tiempo. Me asomo a este espejo y cuando me miro en él me da por pensar: en lo que leo, en lo que escribo, en lo que siento, en lo que vivo, en lo que deseo, en lo que tengo, en lo que anhelo… y voy a parar porque en realidad lo que hago es reflejar una parte de mí.

Subjetiva.

Imposible.

Irreal, a lo mejor, a ojos de otros.

jueves, 26 de abril de 2012

TENGO GANAS DE MORIRME PARA VER QUÉ CARA PONGO, DE MIGUEL ALBANDOZ.



EDITORIAL: Nieva Ediciones
ISBN: 978-84-937560-5-5
EAN: 9788493756055
PRECIO:  18 € I.V.A. incluido
AÑO: 2010
LUGAR DE EDICIÓN: Avilés
NÚMERO PÁGINAS: 272

SINOPSIS:
Conozcan a Facundo Palomero la tarde en que la fortuna le sonríe con una quiniela de catorce aciertos, lo que despertará una rabia desmedida en su vecina, doña Justa.
Compartan las tribulaciones de Vicente Valladar, cuya vida pende de un hilo si no consigue saldar la deuda que tiene con una familia de malhechores; para lo cual le vendría de perlas el dinero de la quiniela de Facundo.
Asistan a una reunión de la junta directiva de ´Apochical´ y descubran qué es un esponjo, una púlgara o una biela rusa.
Bailen al son de una orquesta capaz de lograr que cualquier melodía suene como el ´Porompompero´.
Diviértanse con las peripecias de la gran estrella del asesinato profesional, las alucinaciones de un carbonero reconvertido en exterminador y los despropósitos de un camarero cojo la mar de desagradable.

MI OPINIÓN
Oí hablar de esta novela, por primera vez, a mediados de diciembre, cuando fue una de las cuatro seleccionadas por un blog como Fuera de Serie 2011. Leí en su momento Crónica Insignificante y Siete Historias, las novelas de Emilio Casado y Ángels Om y tenía la sensación de que, si compartía galardón con libros que me habían gustado mucho, esta novela no me decepcionaría en absoluto. No me equivoqué. La verdad es que la he disfrutado muchísimo. Su lectura me ha llevado dos tardes, porque una vez que empiezas a leer no puedes dejarlo a menos que sea absolutamente imprescindible. Si no hubiera sido por eso, porque mis obligaciones me frenaron, creo que me la habría leído de golpe porque el tipo de humor que se esconde en sus páginas me encanta. Sé que alguien me llamará exagerada (porque ya me lo han llamado) pero tiene varios puntos esta novela que me traen a la memoria a un maestro con quien creo que jamás estaré de acuerdo en muchas de sus ideas, pero cuyos libros me tienen rendida desde que los descubrí: Enrique Jardiel Poncela. El teatro del absurdo, su humor inverosímil, mordaz e ilógico, la ironía, los contrastes de registros de los distintos personajes… me tenían fascinada ya en COU. Encontrarte con un libro de humor que emplea estos recursos… el siguiente paso lógico, en mi loca lógica, era rendirme a sus encantos.

La historia es complicada de contar porque hay tantos personajes… pero trataré de no liarme. Facundo Palomero, vecino de Arroyoscuro, acierta una quiniela de catorce resultados y consigue una pequeña fortuna. Una de las primeras cosas que hace, aparte de comprarse toda una serie de elementos absurdos, es liquidar la hipoteca de su casa, fomentando así la enemistad con su vecina Justa, antigua propietaria de los terrenos donde está su casa, que quiere recuperar la propiedad de Facundo para poder legarle una casa a cada uno de sus cuatro hijos. Pondrá todo su empeño en lograrlo, aunque no con demasiado éxito. Por otro lado conocemos a Vicente Valladar, huérfano hecho a sí mismo, presidente de la asociación benéfica Apochical (Apoyo a las chicas de alterne), que está teniendo problemas económicos por culpa de su adicción al juego. Una apuesta insensata en el hipódromo le pondrá en un grave aprieto (¡ese caballo! Ya sé que no es normal, pero me sentí identificada con el caballo cuando se da la vuelta cuando casi está a punto de cruzar la meta). La conexión entre los dos hay que leer el libro para descubrirla.

Los amigos de Facundo, Virgilio, librero del pueblo que apenas vende libros, Evaristo, el dueño de una cadena de tiendas de cuartos de baño y Olegario, se reunirán con él para celebrar el premio, recordando viejas costumbres de la infancia antes de ir a comer a un asador vasco donde les esperará un camarero cojo con muy mala leche y una desgracia. Ahora, si hay un personaje que me ha hecho reír ha sido Hermógenes Portosilandínez, "técnico especialista en desinfección, desinsectación, desratización y control de plagas", o por abreviar y porque no cabe en una tarjeta de visita: exterminador…, "discreción absoluta"…

De las conexiones entre estos personajes y algunos más que me dejo, resulta esta desternillante historia. ¡Si es que no os puedo destripar la novela! No sé si alguna vez me ha resultado tan difícil contar algo de un libro sin cargármelo. Pasan tantas cosas que creo que lo mejor es que os animéis, vayáis a Amazon, le deis a comprar (un eurito de nada) y os pongáis con ella. Os aseguro dos cosas: que la historia está muy bien hilada, que os mantendrá intrigados todo el tiempo y que, además, os vais a reír. Pero nada de sonrisas, se os van a escapar carcajadas, muchas más a medida que avancéis, y cuidado no os atragantéis en alguna de ellas, que como Miguel se entere acabaréis convirtiéndoos en un personaje de alguna de sus novelas. Es que todo aquí es único, desde los nombres de los personajes hasta el lenguaje que emplea una de las prostitutas. Lo dicho, a leer que estáis tardando.

El libro también tiene su versión en papel que se puede conseguir en la web del autor.

Sobre el autor (extraído de su web):

Nacido en Vitoria, en 1962, trabaja desde hace más de 20 años en televisión. Ha sido editor de vídeo, grafista, cámara, guionista y redactor. Labores que ha desempeñado en una larga lista de programas.

Tras licenciarse en Ciencias de la Información, Publicidad y Relaciones Públicas, se dedicó a traducir de inglés a español documentales y series para televisión, como "Arnold",  "St. Elsewhere", "Bellamy's bugle", "Newhart", "Bless me, father" o "Yes, Prime Minister".

En 1991 inició en Murcia su relación con Televisión Española, para la que ha trabajado también en los centros territoriales de Castilla La Mancha, País Vasco y Andalucía, participando en informativos, retransmisiones y programas como "Tendido Cero", "Agrosfera", "Contraportada", "Euskadi de cerca" o "El menú de Karlos Arguiñano".

 Entre 1996 y 2000 trabajó en los estudios de Telecinco en Fuencarral, Madrid, donde tomó parte, entre otros espacios, en "Día a día", "Las noticias titulares", "Qué me dices", "Entre hoy y mañana", "Caiga quien caiga" y "El informal".


miércoles, 25 de abril de 2012

FOTOS DE LA CHARLA DE ERÓTIKA

Presentando la novela

Eva Ortiz, Karol Scandiu y Sandra Yagüe.

El público en la Sala de Conferencias del Centro Cultural


Ayer, en la Biblioteca Almudena Grandes de Azuqueca de Henares, tuvo lugar el encuentro con la autora Karol Scandiu. Os dejo algunas imágenes del encuentro con los lectores.

domingo, 22 de abril de 2012

EL HIJO DEL HERRADOR, DE RICARDO A. FERNÁNDEZ


Siempre me gusta contar los caminos por los que los libros acaban cayendo en mis manos. Este no es un blog de reseñas al uso, es mi blog y, como tal, quiero que conserve recuerdos que son míos, las vivencias que han rodeado la lectura igual que recuerdo el argumento o a los personajes de cada novela. El hijo del herrador se vino a casa conmigo tras visitar el mercadillo medieval que organizaron en Cantalejo (Segovia). Entre los puestos de artesanía, productos alimenticios, tabernas que recreaban la esencia medieval y el recinto donde se organizaban luchas entre caballeros, a mí, como no podía ser de otra manera, me llamó la atención uno en el que, expuestos encima de la mesa, había un montón de libros. Tras ellos estaba su autor y acabé allí, hablando un buen rato con alguien con quien comparto mi principal afición: escribir.

Me perdí, claro. Mientras el juglar entretenía a la multitud yo me entretenía en una charla amena y acabé con un ejemplar de esta novela entre mis manos y la promesa de leérmela en cuanto encontrase un momento. Cumplí mi promesa y tengo que decir que la cumplí encantada, porque el libro me ha gustado mucho.

Sinopsis:


La Hispania medieval sirve como escenario a esta historia de conflictos personales que se engarzan hábilmente con los de Estado. La sociedad segoviana aparece retratada como un microcosmos en el que los odios y venganzas entre vecinos, las intrigas para alcanzar el poder local y las desgracias personales son espejo de lo que sucede en los distintos reinos.
Los caprichos del destino llevan al humilde hijo de un herrador de Segovia a conocer de cerca los vaivenes de la política de los distintos reinos peninsulares. Un buen día recibe el encargo de servir al Obispo de Osma y esto marcará para siempre su existencia...






Mi opinión:

Ricardo Fernández divide esta novela de 600 páginas en siete capítulos. Durante todos ellos irá desgranando la vida de un personaje peculiar, Diego López, el hijo de un humilde herrador de Segovia y entrelazados iremos conociendo acontecimientos clave de la historia de nuestro país.

El primer escenario que conocemos es la pequeña ciudad de Segovia, donde los padres de Diego, mucho antes de su nacimiento, hacen frente al asedio sufrido a manos de los leoneses. Las decisiones de Julián López, el padre de Diego, alimentan la enemistad con un personaje, Enrique Gil, que tras traicionar a su pueblo acabará convirtiéndose en el político más importante de la ciudad. En esta parte el relato se mueve en la tercera persona, con un narrador externo, ya que es el mismo Diego quien nos cuenta la historia y todavía no ha nacido. Será en la segunda parte cuando aparezca y entonces sea él quien, progresivamente, vaya brindándonos su voz y nos muestre, de primera mano, cómo vivió acontecimientos como la derrota de Castilla en la batalla de Alarcos. Será un hecho clave porque Diego, en su huida tras perder la batalla, salvará la vida de un clérigo que se acabará convirtiendo en el Obispo de Osma y reclamará sus servicios. A su lado, Diego López entrará en contacto con los musulmanes, conocerá a su primer amor, Shamina, con la que le separa la enemistad de sus pueblos y la religión y purgará sus pecados haciendo el Camino de Santiago. Éste, personalmente, ha sido el capítulo que más he disfrutado. A su regreso, Rodrigo Jiménez de Rada, el obispo, ya convertido en Arzobispo de Toledo, le encargará la tarea de hacerse cargo del infante Fernando, heredero del trono de Castilla. Tras un principio un tanto accidentado se ganará su confianza aunque finalmente las cosas no acabarán como más le hubiera gustado a Diego. Éste se enamora de nuevo de una dama de compañía de la hija del rey, Irene. El libro acaba con la victoria Castellana sobre los musulmanes en 1212.

El hijo del herrador es una novela que sorprende nada más empezar. La razón es el uso del lenguaje. Desde el principio, Ricardo elige utilizar un vocabulario y giros en las expresiones que recojan el sabor medieval del que quiere impregnar toda la historia. Lo explica al principio para que nadie se lleve a engaño y aunque pudiera parecer que eso entorpecerá la lectura, a mí no me ha pasado. Enseguida te acostumbras a ese ritmo diferente que le da a la narración. Creo, de hecho, que es su propia marca de escritura.

Me ha parecido una novela amena, muy bien documentada, y en la que, sin esfuerzo, nos vamos empapando del modo de vida de nuestros antepasados y conocemos los hechos que nos han conducido hasta nuestro presente.

El blog de la novela es este y, de momento, me parece que sólo está en papel, ya va por la tercera edición. Si vais a algún mercadillo medieval, fijaos bien, a lo mejor está por ahí Ricardo, con esta o con su segunda novela Lágrimas por Qurtuba. Mañana mismo estará firmando ejemplares en Córdoba, protagonista de ésta su última novela, en la librería El lapicero. Una excelente manera de celebrar el día del libro.