domingo, 22 de febrero de 2009

CARNAVAL

Foto: Mayte Esteban

Las bolsas de basura del día de la paz, mágicamente se transformaron en estos originales disfraces de payaso. Lo mejor de la mañana... sus sonrisas y... ¡el chocolate!

La realización del disfraz es muy sencilla: un agujero en la bolsa para la cabeza, dos para los brazos e imaginación en los detalles (los hicieron ellos). Después un lazo de papel o una corbata y una peluca grandota. Para rematar un poco de pintura de teatro en la cara y ya tenemos a todo el circo en marcha.

La verdad es que vamos a echar de menos este colegio cuando nos vayamos al otro a septiembre. Nunca nos olvidaremos de Juani, que nos ha enseñado muchas más cosas de las que pudimos imaginar al principio. Aquí está, con todos sus niños. Iba a poner los nombres pero ¡¡¡no los reconozco!!!



YO MISMA

Esto de los blogs es extraño. Yo tomando precauciones, no fuera a ser que este mundo raro que es Intenet me gastase una jugarreta y resulta que este espacio mío está desierto. A veces, ni yo me acuerdo de que existe. Eso es bueno, en realidad. Es todo un descubrimiento el saber que estoy realmente sola entre la multitud y además sentir que, no sólo no me importa, sino que me encanta. Es fascinante mirar a la gente, observar sus vidas y cómo se desenvuelven con la certeza de que no te están viendo a ti.

Es más, ni les importas.

Todo esto me da una libertad nueva, la de contarme lo que quiero, como que estoy orgullosa de mi premio literario. Por fin alguien lee alguna de mis historias y, sorprendentemente, le gusta. Sólo es un premio menor, pero es ese mínimo reconocimiento que no tengo de los que me rodean. Me podría pasar la vida gritándoles que me dieran su opinión sobre mis cuentos, mis novelas, mis pequeños relatos y no me harían más caso que si les estuviera informando sobre la última variación de la audiencia de Telecinco. Por eso ese relato, que se llama "Vidas de Papel", es tan importante para mí. No por lo que cuenta, por el tiempo que invertí en su creación o por que realmente me fascine la historia.

Es importante porque alguien lo leyó.

Lo podría colgar aquí, por partes... es lo que voy a hacer. Ahora ya está "registrado", así que no hay problemas de plagio. Aunque es una historia tan cotidiana que cualquiera puede escribir algo así... y parecérsele tanto que pasarían por relatos salidos de la misma mente.

sábado, 7 de febrero de 2009

LOS ESPEJOS.

Hoy sigo sin cumplir promesas, pero me encuentro delante de este espejo y me apetece decir que sigo en ello, que escribo de nuevo sobre un espejo y una mujer, esa que Velazquez situó de espaldas para que siempre la veamos a medias, difusa. 

Así es como me gustaría verme a veces, difusa, porque ha llegado el tiempo en el que el espejo no me devuelve el reflejo de mi misma sino de la persona en la que el tiempo me está convirtiendo. Y no me reconozco. Menos mal que por dentro sigo encontrándome en cada reflexión, en cada pensamiento. 

Soy yo, la misma de siempre.


sábado, 4 de octubre de 2008

PROMESAS ROTAS

Siempre lo hago. 

Siempre me digo que voy a cumplir una promesa y después se me olvida. 

Es verdad que he estado liada con la novela, con todo el rollo del registro de la propiedad intelectual, pero también es cierto que desde que terminé de escribirla, no hay nada en proceso. Si acaso una pequeña gran historia, de esas que soy capaz de concentrar en diez líneas, y que quiero que pase a ser un relato corto. Con eso de haber ganado un premio tonto en un concurso, he perdido un poco el miedo de mandar a mis hijos a la guerra. Para quien no me conozca, es como llamo yo a presentar mis relatos a concursos. 

Lo de publicar cada día está más complicado. Me estoy planteando lo de la autoedición en serio. En realidad sólo quiero que se lo lean mis amigos y siempre será mejor que lo que les presente tenga un aspecto más agradable que unos simples folios encuadernados en espiral.

domingo, 6 de julio de 2008

VACACIONES

Con las prisas de los exámenes, hace mucho que no he renovado este espacio. Es sólo mío porque nadie consigue acceso, pero me da lo mismo. Me hago a mi misma la solemne promesa de escribir mi novela, ahora que he terminado el curso y que he logrado, por fin, ganar un concurso con esto que es lo que más me apasiona.

Un beso a Ana, por haber vencido en esta nueva batalla.

Sé que quizá sea la única que encuentre el camino para tropezar con mis palabras.