MAYTE ESTEBAN. Escritora. Abrí paso en España al mundo de la autoedición. Hoy publico con HarperCollins.
viernes, 27 de marzo de 2015
viernes, 20 de marzo de 2015
ENREDADOS
Me regañan porque paso demasiado tiempo en el mundo virtual.
Contando las horas que trabajo, las que procuro dormir (aunque lo consiga solo
a veces), las que empleo en cocinar, limpiar, planchar, tender la ropa y
escribir… tampoco son tantas. Parecen más de las que son porque las redes sociales se quedan
abiertas en el móvil, para permitirme limpiar las notificaciones cuando la
rutina me regala un hueco.
Lo que he descubierto es que son necesarias para mí.
Una de las lecciones más dolorosas que he tenido que
aprender, desde que me dedico a escribir de una manera más o menos constante, es
que hay muy pocas personas a mi alrededor a las que les pueda hablar con total
libertad de esto. El resto se ha encargado, a veces de manera sutil y otras no
tanto (nada), de dejarme claro que es un tema que no les interesa, así que yo, que soy
muy educada, procuro mencionarlo lo menos posible.
Cuando gano premios.
A veces ni siquiera les digo que publico libros nuevos.
Al principio me parecía injusto y absurdo. Preguntamos una y
mil veces a alguien accidentado qué le ha pasado, y después cada día le
volvemos a torturar preguntándole qué tal lo lleva. Como si fuera agradable
recordar el porrazo que te diste escaleras abajo o lo mal que lo pasas cada
noche no sabiendo cómo colocar la pierna herida en la cama. Sin embargo, cuando
se trata de algo bueno, de buenas noticias, de progresos… entonces llega
alguien (quien menos te lo esperas, alguien muy cercano) y te reprocha que no
sepas hablar de otra cosa.
Flipas, claro. Ellos hablan de sus trabajos y tú escuchas
con atención, y esto, de alguna manera, es trabajo también. Y es importante para ti, no entiendes que no se pueda hablar de ello. Es como prohibir a una nueva mamá hablar de su criatura. Anda que no lo hacen (hacemos)...
Pero te quedas callado, porque comprendes a la perfección
que esa sido la última vez que vas a mencionar el tema. Al menos no volverás a
hacerlo hasta que te den un premio importante (y cuando te dan alguno aún te lo
sigues pensando).
Sin embargo, aunque racionalmente lo sepas, aunque te hayas
convencido de que es lo mejor, en ti queda un hueco, esa necesidad de compartir
lo que te está sucediendo, y es ahí donde entran las redes. Un mundo irreal donde hay gente a la que no le importa que
lo cuentes. Y si le importa, con eliminarte de sus notificaciones listo, ni te
enterarás de que estás hablando solo con un poco de suerte.
Poner un post en Facebook o un tuit suponen poder “hablar”
de alguna manera. He llegado a la conclusión de que la mayoría de las veces me da lo mismo la
hipotética respuesta, lo que necesito es soltar la alegría o la frustración de
alguna manera, que mi cerebro procese que ya se lo he contado a alguien, que lo
he compartido. Y seguir adelante.
Es verdad que hay muchas cosas que no se pueden poner en los
muros, sobre todo porque a veces se hacen interpretaciones peregrinas de tus
palabras (que me lo digan a mí), pero en este mundo virtual he encontrado alguna persona que está
viviendo lo mismo que yo. Incluso alguna con las mismas necesidades que yo.
Cubren el vacío de conversaciones. Suponen sacar de dentro todo esto para no acabar como una cabra.
Probablemente me he enredado en la red, pero creo que el
estrés de guardártelo todo era muchísimo peor.
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miércoles, 11 de marzo de 2015
SUMAR Y RESTAR
Hay quien basa su trabajo en sumar, en ir aportando algo nuevo cada día, procurando que sea bueno y que sirva para avanzar.
Hay otros que restan y se dedican a poner palos en las ruedas de los demás, buscando, supongo, obtener alguna ventaja.
Yo sumo.
Allá cada cual con lo que decide hacer, pero deberíamos recordar que la vida tiene la mala costumbre de devolvernos todo.
Hay otros que restan y se dedican a poner palos en las ruedas de los demás, buscando, supongo, obtener alguna ventaja.
Yo sumo.
Allá cada cual con lo que decide hacer, pero deberíamos recordar que la vida tiene la mala costumbre de devolvernos todo.
El reflejo de
Mayte Esteban
sábado, 28 de febrero de 2015
FINALISTA EL EL III PREMIO INTERNACIONAL DE NOVELA HQÑ
En una nube. Así llevo desde hace un par de días. Escribiendo y borrando frases que cuando releo no me sirven, porque no encuentro la manera de transmitir todas las sensaciones que me invaden en estos momentos.
¡He sido finalista en el III concurso Internacional de Novela HQÑ de Harlequin!
¡Estoy feliz!
¿Qué digo feliz? ¡Eufórica!
Esta novela es la que he me ha mantenido ocupada este verano, la que terminé de revisar justo antes de ponerme a darle los últimos toques a Brianda.
Como desde Harlequín aún no lo han hecho, no os voy a contar nada de ella de momento. Solo una cosa: estoy segura de que os va a gustar, porque es muy fresca y con un tema de actualidad que os hará pararos a pensar un poco. Y tiene no una, sino dos historias de amor.
Ay, que ya estoy impaciente, ¡¡¡quiero que la leáis ya mismo!!!
Me presenté al concurso muy ilusionada, pero consciente de que es un certamen internacional, en estos momentos hay mucha gente escribiendo historias de muchísima calidad y no era sencillo llegar hasta aquí. Sin embargo, me apetecía el reto, probarme, vivir la experiencia y os prometo que ha sido fantástica. Me teníais que haber visto cuando recibí la llamada, creo que hasta que no pasaron un par de horas no fui capaz de reaccionar de verdad, y lo mejor fue cuando decidí que esto se lo tenía que contar a mi madre. Agarré el teléfono, conté los tonos mientras iban sonando, impaciente por soltar la lengua y ella me contestó bajito:
-Hija, luego te llamo que ahora no puedo hablar.
Por supuesto, me reí, ella es así. La había pillado en un mal momento. Hasta tres horas después que me llamó, no pude contárselo. Menos mal que no me muerdo las uñas, no hubiera quedado ni una.
Otra hija, la mía, desde entonces me lleva dando miles de besos, diciendo que tiene la mejor madre del mundo. Aunque solo sea por esto, presentarse al concurso ya hubiera merecido la pena, por verla sentirse tan orgullosa de su mamá. Me la voy a comer cualquier día, o escribiré un personaje que se parezca mucho a ella, para que no se me olvide nunca lo preciosa que es. Mis chicos, los dos, también me han llenado de besos y abrazos, y anoche lo celebramos como se merece, los cuatro juntos.
Quiero verle la carita ya, va a ser la primera vez que no conozca el rostro de una de mis novelas, pero estoy muy tranquila porque sé que en Harlequin se están haciendo portadas fantásticas y estoy segura de que le pondrán un traje que le siente como un guante.
¿Os he dicho que estoy feliz?
Por si acaso, lo estoy.
Me he quedado pensando en el lógico despiste que pueden tener conmigo mis lectores. Empecé escribiendo una novela juvenil. Luego salté a otra intimista. Después, una juvenil fantástica y más tarde acabo ganando un premio a la Mejor Novela Sentimental por Detrás del cristal. Cuando todo el mundo esperaba algo parecido... ¡voy y publico una novela juvenil fantástica con tintes históricos! ¡Y ahora una romántica!
Seguiré así, buscando para cada una de mis criaturas el mejor sitio que pueda, dejándome llevar por la historia que me seduzca en cada momento porque disfruto muchísimo con esto.
Voy a seguir escribiendo, como digo siempre, porque no sé no hacerlo. No sé cómo se vive sin palabras.
Una cosa más.
¡¡¡¡Estoy feliz!!!!
Os dejo una foto con los nombres de la ganadora y las otras dos finalistas, a las que felicito desde el blog y deseo toda la suerte del mundo.
¡¡¡¡Estoy feliz!!!!
Os dejo una foto con los nombres de la ganadora y las otras dos finalistas, a las que felicito desde el blog y deseo toda la suerte del mundo.
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Raquel Arias
lunes, 23 de febrero de 2015
EL ALCAZAR DE SEGOVIA SERA HOWARTS EN UN DOCUMENTAL
Proyecto Patronus será el nombre del documental que se ruede
en torno al universo creado por J.K. Rowling sobre el mago más famoso del mundo Harry Potter.
El interés suscitado por las novelas de la escritora
británica, publicadas desde 1997, con millones de seguidores en todo el
planeta, ha llevado estos libros a estar entre los más vendidos del mundo. Asimismo,
las películas basadas en las novelas que han sido rodadas se han convertido en
algunas de las más vistas de la historia del cine y se han hecho rutas, se han
organizado convenciones temáticas, se han vendido miles de videojuegos...
Aunque la autora dio por cerrada la saga, los fans quieren más. En este documental, Proyecto Patronus (quienes han leído las novelas
saben lo que es un patronus, un encantamiento para repeler dementores), Fernando Vidal Llavata, productor y Beatriz
Martínez Arranz, segoviana licenciada en periodismo, entre otros jóvenes, se
han puesto manos a la obra para rodar en España un documental inspirado en la
saga de novelas.
Entre otros escenarios, los creadores del documental mostrarán el Alcázar de Segovia, que se
transformará en la escuela de magia más popular del mundo.
Financiar el documental
costará unos 3.600 euros de los que ya llevan recaudados 560 euros a través de
la página web Verkami. Están abiertos a las donaciones y cuentan que quienes contribuyan
al proyecto recibirán alguna recompensa. Un porcentaje de lo recaudado piensan
donarlo a la investigación de la esclerosis múltiple y a la Asociación Lumus.
Noticia recogida de El Adelantado de Segovia.
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