No sobran en el mundo los abrazos ni las palabras dulces que
hacen palpitar el corazón, que les dan alas a los dedos y suavizan los rigores
de la vida. No sobran la oxitocina, serotonina y dopamina, y si no sobran, el
sistema inmune se resiente. Como a una planta que se le niegan el agua y el sol,
se arruga y la seguridad, energía y fortaleza ceden sus sillas al estrés, que
como buen señor de este siglo se ha pedido todos los asientos de primera fila.
Qué fácil es abrazar para mejorar la vida, la memoria, el
corazón triste, el insomnio y la autoestima y qué complicado se pone a veces
encontrar ese confort, esos brazos que reciben dispuestos a apretar tu cuerpo
con algo más que cortesía.
Ni siquiera es un beso lo mejor que puedes darle a alguien,
es un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si dejas tu comentario, entenderé que aceptas formar parte del reflejo de este espejo. Gracias por tu visita.