Bueno, pues ya es jueves otra vez, así que toca otro pequeño adelanto de la novela. Esta vez es el argumento, de qué va toda esta historia de El medallón de la magia.
¿Qué pensarías si de repente te enteras que has heredado una casa? ¿Y si en esa casa vive el fantasma de un soldado de Felipe IV? Amanda, una adolescente de dieciocho años, recibe una herencia de una tía abuela a la que no conoce, una mansión ruinosa cerca de Toledo. Dentro de la casa, protegiendo una fabulosa colección de libros antiguos habita el espectro de Alonso, quien transmite a Amanda una misión que debe cumplir: recuperar un medallón mágico que lleva perdido siglos. Tiene que ser ella porque solo una bruja de su estirpe puede cumplir el encargo. Claro que Amanda deberá primero convencerse de que es una bruja.
Ya queda poco…
El jueves que viene, algo más.
MAYTE ESTEBAN. Escritora. Abrí paso en España al mundo de la autoedición. Hoy publico con HarperCollins.
jueves, 12 de enero de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
LAS CRÍTICAS
Cuando exponemos nuestro trabajo, cualquiera que sea, pero sobre todo cuando se trata de cuestiones en las que se ve implicada la creatividad, nos exponemos a las críticas. Estas a veces son buenas y otras no. Creo que de todas tenemos la obligación de aprender. De hecho, siempre he pensado que hacer algo mal y que alguien lo señale es la mejor manera de mejorar, porque la reflexión que debe seguir a esto es lo que te hace abrir tu mente, ver las cosas con otra perspectiva. Si nadie señala tus puntos débiles, jamás aprenderás.
Con mis alumnos suelo emplear este sistema. Más que decir, qué bien, todo el rato, suelo mostrarles lo que está mal. Nunca se me olvida buscar el lado positivo, eso sí, porque siempre, en todo, lo hay. En un examen catastrófico, donde la nota ha sido un dos, a lo mejor encuentro que, por otro lado, no han cometido ni una sola falta de ortografía. Primero vamos a lo que está mal, a lo que se olvidaron, a lo que se puede y se debe mejorar, e inmediatamente después vemos lo que estaba bien y los felicito por ello. No se enfadan conmigo. No veo por qué debería hacer lo mismo cuando la que comete errores soy yo.
Nadie es perfecto.
Además, creo que cada uno, a lo que hace, le aplica su subjetividad, su propia manera de entender el mundo. No me imagino una sociedad en la que todo el mundo estuviera de acuerdo en absolutamente todo.
Sería aburrida y peligrosa.
Con mis alumnos suelo emplear este sistema. Más que decir, qué bien, todo el rato, suelo mostrarles lo que está mal. Nunca se me olvida buscar el lado positivo, eso sí, porque siempre, en todo, lo hay. En un examen catastrófico, donde la nota ha sido un dos, a lo mejor encuentro que, por otro lado, no han cometido ni una sola falta de ortografía. Primero vamos a lo que está mal, a lo que se olvidaron, a lo que se puede y se debe mejorar, e inmediatamente después vemos lo que estaba bien y los felicito por ello. No se enfadan conmigo. No veo por qué debería hacer lo mismo cuando la que comete errores soy yo.
Nadie es perfecto.
Además, creo que cada uno, a lo que hace, le aplica su subjetividad, su propia manera de entender el mundo. No me imagino una sociedad en la que todo el mundo estuviera de acuerdo en absolutamente todo.
Sería aburrida y peligrosa.
lunes, 9 de enero de 2012
EL ENIGMA DE LOS VENCIDOS. ARMANDO RODERA.
Parece que las navidades ya se han acabado y volvemos todos a poner en marcha la rutina. Yo quiero empezar por el primer libro que he leído este año: El enigma de los vencidos, de Armando Rodera.
El libro me lo proporcionó Armando por dos razones: una, porque es un encanto y es amigo mío y dos, porque soy una pánfila que no era capaz de descargarlo yo sola. Después de mil pruebas con los libros que se ofrecen gratuitos en Amazon (empecé por ellos porque conozco perfectamente mi relación con la tecnología), no aparecía ninguno por ningún lado. Era como si mi ordenador se los hubiera engullido, secuestrándolos para él solito. Así que hablé con Armando y directamente me lo pasó él. Ahora ya he aprendido y me lo pienso comprar, porque me parece la manera más justa de reconocer su trabajo. Sé que he aprendido porque, por arte de magia, el otro día empezaron a aparecer todos los libros que descargué, bien colocaditos en la aplicación que también descargué para poder leerlos. Si hubieran sido tomates creo que hubiera acabado tan pringada como si me hubiera ido de fiesta a Buñol. Lo bueno es que tengo lectura para rato…
Pero vayamos a la novela.
Sinopsis:
El enigma de los vencidos cuenta la historia de David Sanroman, un joven madrileño que por circunstancias se ve obligado a emigrar a Sudamérica. Cuando regresa, mediada la década de los ochenta, se hace cargo de una tienda de antigüedades que ha heredado en Madrid. En un sótano oculto en el negocio, descubre una maqueta sorprendente, un extraño juego de mesa que le llevará a resolver, al lado de dos adolescentes, Rubén y Samuel, y su amigo Pedro, el enigma de los vencidos.
Mi opinión:
Empecé a leer El enigma de los vencidos y enseguida me vi envuelta en la historia que cuenta Armando. Al principio no me di mucha cuenta de por qué, pero al cabo de un tiempo de lectura empecé a ser consciente de la razón: Armando elige, para esta novela, la primera persona. Es el propio David quien nos va contando su aventura, aproximándola al lector de manera que le hace partícipe de algún modo de la trama. Me gustan las historias contadas en primera persona, novelas en las que como lector te implicas desde la primera página.
La novela está dividida en doce capítulos, cada uno de ellos con su título independiente, que de alguna manera anticipan el argumento. Empieza alternando dos momentos temporales: el presente de David y su regreso a Madrid, para después llevarnos al pasado, para explicar las razones que le han conducido hasta donde está ahora. Vuelve de nuevo al presente literario (mediados de los ochenta) y ese es en el momento en el que hace su aparición la fabulosa maqueta de Madrid y los enigmas que han de ir resolviendo. Entonces la novela adquiere un ritmo trepidante, impidiéndote dejarla. Los enigmas se van sucediendo y en algunos de ellos me ha sorprendido la imaginación que ha puesto Armando. El poema con las letras descolocadas me dejó a mí descolocada también. Sólo fui capaz de imaginar la resolución de un enigma y medio. Y también la resolución fue a medias: lo había leído en otra parte.
Los protagonistas de la novela, como se puede ver en la sinopsis, son David Sanromán, su amigo Pedro, periodista de profesión, y dos adolescentes: Rubén y Samuel, este último muy importante por su participación en la otra trama de la novela, la historia de amor frustrada entre Elena Fournier y David. Con respecto a esto, debo decir que he echado un poco de menos que hubiera más presencia femenina en la novela. Elena aparece en poco más de un capítulo, aunque su presencia es patente en toda la novela, en los recuerdos de David, y Sara, una sevillana que les ayuda a resolver alguno de los enigmas.
El escenario principal de este libro es Madrid, más concretamente el Madrid de los Austrias aunque hay otras ciudades españolas que también aparecen como Bilbao, Santander, Sevilla o San Sebastián. El exilio de Sanromán le lleva a Brasil, y Armando aprovecha para descubrirnos paisajes espectaculares del país sudamericano. No sé si los conoce de primera mano pero la sensación que da tras leer sus descripciones es que los ha vivido.
Mi recomendación: que no os la perdáis. Hace pasar muy buen rato, transmite muy buenas sensaciones y es una novela que engancha. Encima, cuando se termina, a mí por lo menos me ha dejado muy buen sabor de boca. Me ha gustado mucho, la verdad.
Una cosa más, antes de que se me olvide, la imagen de la portada es de Miguel Ángel López y en ella se encuentran elementos claves de la novela.
¿Te animas a descubrir los enigmas que esconde este libro? Lo tienes en Amazon a un precio irresistible. Así que, no esperes, consigue El enigma de los vencidos ahora mismo.
El libro me lo proporcionó Armando por dos razones: una, porque es un encanto y es amigo mío y dos, porque soy una pánfila que no era capaz de descargarlo yo sola. Después de mil pruebas con los libros que se ofrecen gratuitos en Amazon (empecé por ellos porque conozco perfectamente mi relación con la tecnología), no aparecía ninguno por ningún lado. Era como si mi ordenador se los hubiera engullido, secuestrándolos para él solito. Así que hablé con Armando y directamente me lo pasó él. Ahora ya he aprendido y me lo pienso comprar, porque me parece la manera más justa de reconocer su trabajo. Sé que he aprendido porque, por arte de magia, el otro día empezaron a aparecer todos los libros que descargué, bien colocaditos en la aplicación que también descargué para poder leerlos. Si hubieran sido tomates creo que hubiera acabado tan pringada como si me hubiera ido de fiesta a Buñol. Lo bueno es que tengo lectura para rato…
Pero vayamos a la novela.
Sinopsis:
El enigma de los vencidos cuenta la historia de David Sanroman, un joven madrileño que por circunstancias se ve obligado a emigrar a Sudamérica. Cuando regresa, mediada la década de los ochenta, se hace cargo de una tienda de antigüedades que ha heredado en Madrid. En un sótano oculto en el negocio, descubre una maqueta sorprendente, un extraño juego de mesa que le llevará a resolver, al lado de dos adolescentes, Rubén y Samuel, y su amigo Pedro, el enigma de los vencidos.
Mi opinión:
Empecé a leer El enigma de los vencidos y enseguida me vi envuelta en la historia que cuenta Armando. Al principio no me di mucha cuenta de por qué, pero al cabo de un tiempo de lectura empecé a ser consciente de la razón: Armando elige, para esta novela, la primera persona. Es el propio David quien nos va contando su aventura, aproximándola al lector de manera que le hace partícipe de algún modo de la trama. Me gustan las historias contadas en primera persona, novelas en las que como lector te implicas desde la primera página.
La novela está dividida en doce capítulos, cada uno de ellos con su título independiente, que de alguna manera anticipan el argumento. Empieza alternando dos momentos temporales: el presente de David y su regreso a Madrid, para después llevarnos al pasado, para explicar las razones que le han conducido hasta donde está ahora. Vuelve de nuevo al presente literario (mediados de los ochenta) y ese es en el momento en el que hace su aparición la fabulosa maqueta de Madrid y los enigmas que han de ir resolviendo. Entonces la novela adquiere un ritmo trepidante, impidiéndote dejarla. Los enigmas se van sucediendo y en algunos de ellos me ha sorprendido la imaginación que ha puesto Armando. El poema con las letras descolocadas me dejó a mí descolocada también. Sólo fui capaz de imaginar la resolución de un enigma y medio. Y también la resolución fue a medias: lo había leído en otra parte.
Los protagonistas de la novela, como se puede ver en la sinopsis, son David Sanromán, su amigo Pedro, periodista de profesión, y dos adolescentes: Rubén y Samuel, este último muy importante por su participación en la otra trama de la novela, la historia de amor frustrada entre Elena Fournier y David. Con respecto a esto, debo decir que he echado un poco de menos que hubiera más presencia femenina en la novela. Elena aparece en poco más de un capítulo, aunque su presencia es patente en toda la novela, en los recuerdos de David, y Sara, una sevillana que les ayuda a resolver alguno de los enigmas.
El escenario principal de este libro es Madrid, más concretamente el Madrid de los Austrias aunque hay otras ciudades españolas que también aparecen como Bilbao, Santander, Sevilla o San Sebastián. El exilio de Sanromán le lleva a Brasil, y Armando aprovecha para descubrirnos paisajes espectaculares del país sudamericano. No sé si los conoce de primera mano pero la sensación que da tras leer sus descripciones es que los ha vivido.
Mi recomendación: que no os la perdáis. Hace pasar muy buen rato, transmite muy buenas sensaciones y es una novela que engancha. Encima, cuando se termina, a mí por lo menos me ha dejado muy buen sabor de boca. Me ha gustado mucho, la verdad.
Una cosa más, antes de que se me olvide, la imagen de la portada es de Miguel Ángel López y en ella se encuentran elementos claves de la novela.
¿Te animas a descubrir los enigmas que esconde este libro? Lo tienes en Amazon a un precio irresistible. Así que, no esperes, consigue El enigma de los vencidos ahora mismo.
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domingo, 8 de enero de 2012
LA LISTA DE LOS CATORCE DE NACHO GUIRADO
Desde que empecé a hacer reseñas en el blog siempre han sido libros que acabo de terminar. Sin embargo, hoy decido rescatar uno que ocupa su sitio en las estanterías de casa, La lista de los catorce, de Nacho Guirado. Me gustó mucho en su momento y creo que se merece tener un sitio por aquí.
Lo primero que me llamó la atención es que la historia arranca en Guadalajara, ciudad en la que nací. No conozco muchas novelas en las que mi tierra tenga protagonismo, (Viaje a la Alcarria, de Cela y poco más) así que esa fue la primera razón para acercarme a la novela. Una razón idiota, pero al fin y al cabo, me empujó a leer. La otra razón fue el que el protagonista fuera su abuelo, que estuvo prisionero en la cárcel de Guadalajara hasta 1943. Mi abuelo materno también estuvo allí, desde 1939 hasta más o menos ese año. Esta última fecha no la tengo del todo clara porque mi madre nació después, pero ambas calculamos que salió aproximadamente en aquel año.
Así que, con mis dos razones, empecé una novela que me duró muy poquito entre las manos.
La lista de los catorce arranca el 6 de diciembre de 1936, con el bombardeo de la aviación franquista que arrasó la ciudad de Guadalajara. Ese domingo, día de mercado, muchos civiles mueren y la respuesta popular no se hace esperar. Se produce el asalto de la prisión, con el objetivo de vengarse a través de los prisioneros franquistas. De entre los presos, catorce son de Yunquera de Henares, y de ellos sólo uno logrará salvarse, Ramón Lobo.
Años después, en 1943, Ignacio Blas Notario, sindicalista socialista, es conducido desde Guadalajara a Asturias. Su pena de muerte ha sido conmutada por veinte años de trabajos forzados. El sufrimiento vivido durante la guerra no le abandona, pero en Asturias aparece una luz, Luisa, una muchacha de la que se enamorará. Con ella intentará superar las heridas, construir una nueva vida en Asturias y seguir adelante, pero la aparición de Ramón Lobo, frustrará esas expectativas.
La novela está basada en la historia de la familia del autor, concretamente la vida de su abuelo materno. No es una historia de ganadores y perdedores, es algo más. En esta novela hay amor, traición, historia… Nacho Guirado ha sabido crear, a partir de elementos reales, un relato de ficción que se sostiene, que te mantiene leyendo con interés durante sus 448 páginas. Creo que hacer esto es realmente difícil.
Cuando inventamos partiendo de cero, cuando como autores creamos personajes, somos libres de hacer lo que queramos con ellos, de componer las situaciones que hagan que todos los elementos encajen a la perfección. Sin embargo, cuando te encuentras con la realidad, es complicado. A lo mejor tú, como escritor, querrías contar historias espectaculares pero topas con que la realidad es otra, más sencilla o más absurda. Nacho ha confesado en entrevistas que algunas veces tuvo que tirar de imaginación para completar el relato.
Nacho Guirado nació en Oviedo en 1973 y trabaja como fisioterapeuta y osteópata. Ha sido finalista del premio de novela corta Cristóbal Zaragoza con su obra El beso que no di. También obtuvo el segundo premio de novela corta Ciudad de Dueñas (Palencia) con Antes de las doce y en 2005 ganó el primer premio en el Certamen Internacional Alfonso Grosso de Sevilla con Retratos de familia. Finalmente ganó el premio de narrativa de la Diputación de Guadalajara por su novela No siempre ganan los buenos. Ha escrito dos novelas negras: Muérete en mis ojos y No llegaré vivo al viernes. De éstas también he leído No siempre ganan los buenos, novela que por cierto, le he debido prestar a alguien y no ha vuelto a casa.
Lo primero que me llamó la atención es que la historia arranca en Guadalajara, ciudad en la que nací. No conozco muchas novelas en las que mi tierra tenga protagonismo, (Viaje a la Alcarria, de Cela y poco más) así que esa fue la primera razón para acercarme a la novela. Una razón idiota, pero al fin y al cabo, me empujó a leer. La otra razón fue el que el protagonista fuera su abuelo, que estuvo prisionero en la cárcel de Guadalajara hasta 1943. Mi abuelo materno también estuvo allí, desde 1939 hasta más o menos ese año. Esta última fecha no la tengo del todo clara porque mi madre nació después, pero ambas calculamos que salió aproximadamente en aquel año.
Así que, con mis dos razones, empecé una novela que me duró muy poquito entre las manos.
La lista de los catorce arranca el 6 de diciembre de 1936, con el bombardeo de la aviación franquista que arrasó la ciudad de Guadalajara. Ese domingo, día de mercado, muchos civiles mueren y la respuesta popular no se hace esperar. Se produce el asalto de la prisión, con el objetivo de vengarse a través de los prisioneros franquistas. De entre los presos, catorce son de Yunquera de Henares, y de ellos sólo uno logrará salvarse, Ramón Lobo.
Años después, en 1943, Ignacio Blas Notario, sindicalista socialista, es conducido desde Guadalajara a Asturias. Su pena de muerte ha sido conmutada por veinte años de trabajos forzados. El sufrimiento vivido durante la guerra no le abandona, pero en Asturias aparece una luz, Luisa, una muchacha de la que se enamorará. Con ella intentará superar las heridas, construir una nueva vida en Asturias y seguir adelante, pero la aparición de Ramón Lobo, frustrará esas expectativas.
La novela está basada en la historia de la familia del autor, concretamente la vida de su abuelo materno. No es una historia de ganadores y perdedores, es algo más. En esta novela hay amor, traición, historia… Nacho Guirado ha sabido crear, a partir de elementos reales, un relato de ficción que se sostiene, que te mantiene leyendo con interés durante sus 448 páginas. Creo que hacer esto es realmente difícil.
Cuando inventamos partiendo de cero, cuando como autores creamos personajes, somos libres de hacer lo que queramos con ellos, de componer las situaciones que hagan que todos los elementos encajen a la perfección. Sin embargo, cuando te encuentras con la realidad, es complicado. A lo mejor tú, como escritor, querrías contar historias espectaculares pero topas con que la realidad es otra, más sencilla o más absurda. Nacho ha confesado en entrevistas que algunas veces tuvo que tirar de imaginación para completar el relato.
Nacho Guirado nació en Oviedo en 1973 y trabaja como fisioterapeuta y osteópata. Ha sido finalista del premio de novela corta Cristóbal Zaragoza con su obra El beso que no di. También obtuvo el segundo premio de novela corta Ciudad de Dueñas (Palencia) con Antes de las doce y en 2005 ganó el primer premio en el Certamen Internacional Alfonso Grosso de Sevilla con Retratos de familia. Finalmente ganó el premio de narrativa de la Diputación de Guadalajara por su novela No siempre ganan los buenos. Ha escrito dos novelas negras: Muérete en mis ojos y No llegaré vivo al viernes. De éstas también he leído No siempre ganan los buenos, novela que por cierto, le he debido prestar a alguien y no ha vuelto a casa.
sábado, 7 de enero de 2012
FELICIDADES
Hoy toca felicitar a Alejandro, mi hijo. (Álex, perdón, siempre se me olvida que tú ahora quieres que te llame así).Ya tiene, ¡puf!, ¡doce años! El tiempo, eso que algunos dicen que no existe, se encoge cuando le recuerdo chiquitín y no parece tanto. No tenía que haber nacido tan pronto, le faltaban unas semanas, pero decidió salir a echar un vistazo por si los Reyes le habían traído algo. Siempre ha sido impaciente este niño.
Tampoco me extenderé en contaros cómo fue nuestro encuentro. Dos palabras, como hice con su hermana: larguísimo y desconcertante. Sin tener ni idea de qué iba la cosa me convertí en mamá. Yo siempre metiéndome en líos. No venía con instrucciones y tardé tres años, con sus días y sus eternas noches, en encontrarle el botón de apagar el llanto. Ahora, afortunadamente ya no llora nada, come bien, se viste solo (aunque tengo que darle la ropa…), saca muy buenas notas y excepto porque siempre deja las deportivas en medio para que yo tropiece con ellas, se puede decir que es un buen chico. Es una broma. Es un tesoro, como hijo y como persona.
Tampoco me extenderé en contaros cómo fue nuestro encuentro. Dos palabras, como hice con su hermana: larguísimo y desconcertante. Sin tener ni idea de qué iba la cosa me convertí en mamá. Yo siempre metiéndome en líos. No venía con instrucciones y tardé tres años, con sus días y sus eternas noches, en encontrarle el botón de apagar el llanto. Ahora, afortunadamente ya no llora nada, come bien, se viste solo (aunque tengo que darle la ropa…), saca muy buenas notas y excepto porque siempre deja las deportivas en medio para que yo tropiece con ellas, se puede decir que es un buen chico. Es una broma. Es un tesoro, como hijo y como persona.
¡FELICIDADES, AMOR!
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