miércoles, 22 de febrero de 2012

NUEVOS EN CASA. Febrero.

Este mes han vuelto a llegar cuatro libros a casa. Estoy un poco dispersa y todavía no he acabado con los anteriores, me queda La casa Riverton, atascado desde hace semanas. Supongo que no es su momento y probablemente saque el marcapáginas del lugar donde lo tengo y lo posponga para cuando pueda disfrutarlo plenamente. Debería haber reseñado Marca de nacimiento, pero dejé pasar unos días después de terminar la lectura y después no me apetecía hacerla, así que sin reseña que se queda. Eso es lo mejor de este blog, las únicas ataduras que tengo con él son las que quiera ponerme yo misma.

Los cuatro libros que han llegado este mes, los tenéis aquí, en una foto de familia.


Ahora os los presento de uno en uno.

Asesinato en el jardín de Sócrates. Sascha Berst. 

Atenas, 404 a.C., un joven campeón olímpico aparece asesinado y la misión de encontrar al asesino recae en el capitán de los arqueros de Atenas. En sus investigaciones, ante nuestros ojos desfilarán personajes como Sócrates, Hipócrates o Platón...

El precio en rojo indica claramente dónde me lo encontré. Sí, lo confieso, en un cajón de supermercado. Un libro en pasta dura, de más de 400 páginas y con un trasfondo histórico. Una tentación. Lo quería guardar para mis horas de parque en el verano, pero no sé si seré capaz. Soy débil...



Niños feroces, de Lorenzo Silva.

Lázaro tiene tanto talento como escritor como dudas sobre su capacidad para narrar una historia. Su maestro le brindará la oportunidad para disiparlas en la figura de un antiguo combatiente español que, siendo tan joven como él, luchó en el frente ruso y en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, y cuyo relato parecía aguardar pacientemente a que Lázaro lo convirtiera en una novela.

Este no es mío. Me lo pidió mi hijo, tenía un especial interés en leerlo y el día que llegó se puso a ello. Hace un par de días que lo terminó y está preparando sus impresiones para ese blog por el que tengo debilidad (normal, por otra parte, ¿no?).


La Búsqueda. Blanca Miosi.
Una apasionante novela, basada en hechos reales, que nos hará recorrer de la mano de su protagonista Waldek Grodek, desde los campos de concentración nazi hasta las dictaduras de Sudamérica.

Visitando blogs, mi hijo se fijó en el libro de Blanca. Le interesó al instante, es un apasionado de la Segunda Guerra Mundial. Nunca se cansa de leer sobre el tema. Como Blanca es una persona muy próxima y me sonaba que el libro estaba en papel, le preguntamos. Nos indicó una de las pocas tiendas de Madrid en las que quedaba un ejemplar. Nos costó que nos lo mandaran, porque el servidor dio problemas, pero finalmente lo conseguimos. En tiempos digitales, estando Blanca en los primeros puestos de Amazon, nosotros nos volvimos locos tratando de rescatar un libro de papel. Ayer comenzó a leerlo. Tendré que esperar.

A la hora del pan con chocolate. Concha Morales.
(Veinte retratos de la infancia)


Este pequeño poemario llegó por correo también ayer. Supongo que algunos de los que sois habituales sabéis que este es el libro de Koncha (ese es el nombre en su perfil), una de las personas que comentan en este blog y que tiene también un blog muy cálido: Desde Vallekas.

Ya lo he leído. Dos circunstancias se han unido: que es cortito y que ayer no trabajé, lo que me dio la oportunidad de echarle un vistazo que se convirtió en una lectura completa.





¿Habéis leído alguno?

lunes, 20 de febrero de 2012

GUIOMAR

Hace cuatro meses tuve que volver a Segovia sola desde Madrid. No había llevado el coche por dos razones: Madrid me supera, demasiados carteles, demasiadas carreteras alrededor para alguien como yo, acostumbrada a asomarse a la ventana y ver sólo campos de cultivo y, además, el coche tenía apenas un mes y yo muy poquito control sobre él. De hecho, me sigue controlando todavía, aunque ya le voy cogiendo el aire a sus miles de botoncitos multitarea.

Así que, en esas condiciones, sólo quedaban dos opciones: autobús o tren. Elegí el AVE. El tiempo se reducía drásticamente y la diferencia de precio, simplemente era ridícula. Después de correr por la estación de Chamartín, porque no sabía ni dónde tenía que ir, logré llegar al andén y acomodarme en un asiento. No me fijé, con las prisas, que esto no es un cercanías y que tenía asignado mi propio sitio. Me senté sin criterio y no me di cuenta hasta que estaba casi al final del trayecto. No pasó nada porque tampoco, a esa hora, había demasiada gente con destino Segovia. Hubiera sido bastante embarazoso.

En el tren, a través de la megafonía, escuché un nombre repetido: Guiomar. Es como han llamado a la estación del AVE segoviana, en honor a Pilar Valderrama, la mujer que se esconde tras los versos del último Machado. Durante el trayecto traté de leer, pero estaba cansada porque la noche anterior había sido muy intensa y se me caían los ojos. Así que, puesta mi mirada en el paisaje mientras no fue un túnel, empecé a pensar en esa mujer. En realidad sabía muy poco de ella, y me propuse investigar. Al llegar, el cansancio, el sueño y quién sabe qué más cosas, desviaron mi curiosidad. Hasta ahora.
Empecé ayer a buscar datos en internet sobre ella, alguna pista que me hablase de la intensa personalidad de una mujer que logró conmover el corazón de uno de nuestros mejores poetas. Pensé que tenía que ser maravillosa, para haber sido capaz de sacar esas emociones de su alma. Machado se dibuja en mi mente como un gran ser humano, y a un gran hombre, deduje, le acompaña una gran mujer. O eso dicen algunos que deben tener el mismo criterio que yo para elegir asiento en el tren…

Bueno, no sé si soy pésima investigadora o he elegido fatal mis fuentes, pero el caso es que me he encontrado con una enorme decepción. Pilar Valderrama, la mujer a quien Machado protegió bajo el pseudónimo de Guiomar, me ha parecido egoísta, interesada, vanidosa, una poetisa de ingenio moderado que trató de aprovecharse del afecto que él sentía para acceder con su obra a lugares vetados a su talento limitado. No lo consiguió, al parecer, no salía en los libros de texto cuando yo estudiaba, que recuerde, salvo por haber sido la "amante". Y así, entre comillas, porque su amor no pasó de unos encuentros en los que solo había palabras. Tampoco en eso fue generosa con un hombre que le entregó su corazón maduro.

Sin embargo, parece que él sí estaba enamorado. Profundamente. Las cartas que intercambiaron fueron más de doscientas (aunque solo se salvaron unas decenas, todas de la pluma de Machado, las suyas se perdieron) y el valor que tienen ni siquiera es literario. Más bien tienen el carácter de documentación, sobre la persona que fue. Como las tenía ella, trató de borrar pasajes que le parecieron comprometidos (aunque ella ignoraba los adelantos del mundo moderno y el poder de CSI) para salvaguardar su honor de mujer casada y católica. Hoy, gracias a esas técnicas, parece que algunos fragmentos se han podido recuperar. La pregunta que encuentro en mis "investigaciones dominicales" también me la hago yo.

¿Por qué se enamoró de alguien con mentalidad tan opuesta a la suya, si lo suyo fue encima un amor que no incluyó lo físico? ¡Quién sabe! El corazón no siempre se deja aconsejar, es enemigo acérrimo de la razón cuando se acelera. No escucha, no quiere escuchar. Late y late, se inquieta y se descompasa sin que su dueño pueda ponerle frenos. Machado amó, de eso no hay duda, pero me quedan muchas dudas sobre las intenciones de ella. Amó, quizá es cierto, pero usó la cabeza y no el corazón. La estación lleva su nombre porque el tren era el medio de locomoción que empleaban para sus encuentros.

Esperaba encontrar otra cosa. Quizá un amor desmedido, lleno de barreras insuperables. Quizá un amor tranquilo, un pacto por ambos lados en igualdad de condiciones. Ya digo, quizá he elegido mal las fuentes y alguien será tan amable, en los comentarios, de contarme otra versión. También he decidido, por mi cuenta, claro, que el honor de que le pusieran su nombre a la estación del AVE, si todo es como encontré, le viene grande.

Tu poeta
Piensa en ti. La lejanía
Es de limón y violeta,
Verde el campo todavía.
Conmigo vienes, Guiomar;
Nos sorbe la serranía.
De encinar en encinar
Se va fatigando el día.
El tren devora y devora
Día y riel. La retama
Pasa en sombra; se desdora
El oro del Guadarrama.
Porque una diosa y su amante
Huyen juntos, jadeante
Los sigue la luna llena.
El tren se esconde y resuena
Dentro de un monte gigante.
Campos yermos, cielo alto.
Tras los montes de granito
Y otros montes de basalto
Ya es la mar y el infinito.
Juntos vamos; libres somos,
Aunque el Dios, como en el cuento
Fiero rey, cabalgue a lomos
Del mejor corcel del viento
Aunque nos jure, violento,
Su venganza,
Aunque ensille el pensamiento,
Libre amor, nadie lo alcanza.
Antonio Machado.

sábado, 18 de febrero de 2012

LA BIBLIOTECA DE AZUQUECA APADRINA A AUTORES NOVELES (2)

¡Ya esta! Como os conté hace unos cuantos días, la Biblioteca "Almudena Grandes" de Azuqueca de Henares ha puesto en marcha un programa muy interesante para este año: el apadrinamiento, por parte de los diferentes clubes de lectura que se reúnen cada semana, de un autor novel. Este apadrinamiento tiene como objetivo dar a conocer obras de autores que empiezan, facilitándoles en encuentro y la interacción con lectores de carne y hueso. Internet nos proporciona la oportunidad de "conocer" de alguna manera algunos de ellos, pero tiene que ser mucho mejor poder preguntarles nuestras dudas sobre la novela, o simplemente nuestras impresiones, en persona.

Los nombres que se barajaron en esta idea fueron unos cuantos y, finalmente, los seleccionados para este año (espero que sólo sea el primero) son cinco:

Mónica Martín, autora de Títeres.
Óscar R. Arteaga, autor de Nivaria
Karol Scandiu, autora de Erotika.
Emilio Casado Moreno, autor de Crónica Insignificante.
Mayte Esteban, autora de La arena del reloj.

¿Os suenan?

Mónica será la que inaugure este proyecto, ya mismo, el día 28 de este mismo mes de febrero, con su novela Títeres. Para quienes queráis conocerla un poquito más, os dejo el enlace de su blog: Mónica Martín.

El siguiente, Óscar R. Arteaga, que con su novela Nivaria celebrará el Día de la Mujer un poquito más tarde. El 22 de marzo estará en la Sala de conferencias del Centro Cultural de Azuqueca de Henares, a las siete de la tarde, hora a la que serán todos los encuentros. Este es el blog de Óscar.

La tercera que llegará, en una fecha muy propia, 24 de abril, casi, casi el día del libro, será Karol Scandiu, con su novela Erótika. Karol ha diseñado, además, el folleto que publicita esta iniciativa. Este es su blog, Deseo y Oscuridad.

Este lado del folleto tiene un breve resumen de las obras y un mini semblante biográfico de cada uno.



 Para el día 23 de mayo, todo un lujo, Emilio Casado Moreno estará charlando con los lectores de Crónica Insignificante. Se prevé buen tiempo, acompañado de lluvia de seguidores. Podéis saber más de esta obra y su autor en este enlace.

Para cerrar el programa, una novela que tiene una fuerte vinculación con Azuqueca de Henares, La arena del reloj. Su autora es Mayte Esteban, a lo mejor no hace falta que os ponga un enlace de su blog. El 12 de junio, a las siete de la tarde se hablará de este pequeño fragmento de vida que es su libro.


Creo que no hace falta deciros lo contenta que estoy por compartir este cartel, con autores que sé que pronto van a encontrar un hueco en el panorama literario. Este proyecto me ha mantenido entretenida los últimos tres meses, un pelín nerviosa también, y ver que ya está casi aquí es genial. Me ha encantado participar en esta idea, una más de una biblioteca muy especial porque está viva. La única pega es que, por la distancia y el trabajo, alguno de los días me lo tendré que perder. Haré todo lo posible para que no sea así, aunque hoy por hoy no lo puedo asegurar. Hace unos años, seguro que estaba la primera. Me pasé más tiempo en esa biblioteca que en mi casa.

Se puede decir que yo he crecido allí.

viernes, 17 de febrero de 2012

JORGE MANRIQUE

En estos días estamos analizando las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, uno de los libros clave de la literatura en lengua castellana. Me encanta Jorge Manrique porque me identifico con lo que dice y, sobre todo, con esa necesidad de expresar el amor hacia su padre. Me pasó lo mismo, ya lo sabéis. Salvando las distancias oceánicas, siendo mucho menos original que él, escribí justo por esa sensación La arena del reloj.

Hoy transcribo las cuatro coplas que me gustan más. Comparto con vosotros poesía, tan necesaria para el alma.

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
como se pasa la vida,
como se viene la muerte, 
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado, 
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.

***
Ved de cúan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos;
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen;
de ellas, por su calidad,
los más altos estados
desfallecen.

***

Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño
corremos a rienda suelta
sin parar;
desde vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.


***


Aquel de buenos abrigo
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.

La copla de pie quebrado, o copla manriqueña, me conquistó en el instituto, por esa cadencia suave que tiene y estos versos, plagados de metáforas y encabalgamientos, me encantan. Me he dejado una que todos conocéis, una que habla de ríos que van a parar al mar, una que me sirvió para pensar en lo que quería para la portada del libro de mi padre.

¡Buen día!

miércoles, 15 de febrero de 2012

LA PORTADA

Lo prometido dicen que es deuda. Aquí tenéis la portada de El medallón de la magia. Y alguna cosita más del libro, que ya está a punto de dejar de ser invisible…



Estos días he dejado que personas que han estado al margen de todo este proyecto leyeran el libro. Siempre lo hago, tratando de suplir de alguna manera el hecho de no tener a nadie "profesional" detrás. Este proyecto de escritora que soy va a su bola completamente y he descubierto que, a pesar de todo, los resultados son mucho mejores que mis propias expectativas. Dejé que lo leyesen adultos, a pesar de que en principio se escribió para un niño y las palabras de vuelta han sido las mejores.

Leído en muy poco tiempo, disfrutado a tope.

Así que, con el miedo unos grados por debajo, dentro de unos días la novela estará disponible para todo el mundo. ¿Mi plan? Dejarla que se mueva, como las otras dos, en el plano real, en formato libro de papel primero. Concentrarme en ello, aunque también apostaré por un formato digital, con el único objetivo de que sea más accesible para quien sienta curiosidad. En ello estoy aunque como todo lo que haces por primera vez, me está costando. Tengo un barullo mental de términos informáticos que para que os cuento. Menos mal que hay almas caritativas que me orientan (gracias Armando, Arantza… ¿qué haría sin vosotros?).

En todo este tiempo, desde que en 2009 se me ocurrió la feliz idea de autoeditar La arena del reloj, mis planes han ido cambiando. He pasado por todos los estados de ánimo que se os puedan pasar por la cabeza: desde la euforia del principio, cuando tuve el primer ejemplar entre mis manos, la emocionante presentación del libro, los comentarios positivos… El periplo sudamericano de Su chico de alquiler fue también extraño y genial a la vez (mi primera entrevista vino de Costa Rica y mi primera recomendación de Chile; la primera reseña y las que significaron más para mí, de México). 

Frente a eso, alguna vez no hace demasiado he sentido que no merecía la pena el esfuerzo y quise dejarlo todo abandonado. TODO. Menos mal que tengo alguien que creo que no me merezco que me dio un buen tirón de orejas. Todo esto hasta que empezó este 2012 y el eco que provoca internet hizo visible lo invisible y empecé a recibir mucho más de lo que ni siquiera me atreví a imaginar. 

Por eso, ahora tengo clara una cosa: no me importa no tener una editorial que respalde todo esto. A lo mejor es que no conozco la sensación, o quizá es que me da lo mismo (va a ser esto último). Me parece que me quitaría trabajo, no tendría que hacerlo todo sola, pero también restaría magia al proyecto. No me importaría quedarme aquí, desarrollar lo que sea sólo a través de internet y de este blog.

Dije que este libro sería el último que publique y de momento así será. Sé que os he contado que hay otra novela casi terminada (os enseñé la portada de Nadia, gracias de nuevo, preciosa), que El medallón tiene su continuación, pero habrá que darles su tiempo. 

A ellas y a mí misma. 

Esto requiere toneladas de energía que ahora necesito para otras cosas más importantes.

No significa que deje de escribir o de seguir de cerca todo lo que se avecina (que es mucho) desde este espejo. Eso es imposible. Digamos que necesito unas pequeñas vacaciones mentales para recargar pilas. 

Mientras tanto, ahí os dejo lecturas, para que las disfrutéis.