viernes, 10 de enero de 2014

DOS MIL CATORCE EMPIEZA A ANDAR.


Este año viene cargado de antemano con un extra de sueños que se van a ir cumpliendo. Uno de los míos, uno de mis "imposibles" se hará realidad en un mes, así que no puedo estar más contenta.

Si tengo que definir este 2013 que acabó, diría que ha sido para mí el año más estresante al que me he tenido que enfrentar en mi vida. A finales de 2012, después de pensarlo mucho, decidí que iba a publicar Detrás del cristal en Amazon, a pesar de que alguien se empeñó en decirme meses antes que era una historia sin mucho (o ningún) potencial. No tenía nada que perder. Durante 2012 había colgado en la página mis tres novelas anteriores, había sido apadrinada por el club de lectura de la Biblioteca Almudena Grandes, el blog El universo de los libros me dedicó su sección "Un autor, un mes" y aunque las novelas habían tenido cierta repercusión en la red, incluso una editorial importante se interesó por El medallón de la magia, tampoco se puede decir que hubiera logrado demasiado éxito.

Quizá salir del absoluto anonimato entre los cientos de escritores que en ese momento lo estaban intentando, un montón de reseñas acumuladas, mil pirateos, pero poco más.

Así que, sin arriesgar mucho, decidí darle una oportunidad a una novela que a mí me había encantado escribir.

Pensé que una portada bonita no era capaz de hacerla sola. La de Su chico de alquiler es resultona, la de La arena del reloj me encanta pero sé que no llama demasiado la atención, pero la del medallón… me sigue trayendo por el camino de la amargura, así que, un sábado por la mañana, cuando tenía ya el archivo de texto listo, escribí a Iván Hernández. Enseguida nos pusimos de acuerdo y empezamos a trabajar el mismo lunes. Creo que más gratificante incluso que el hecho de encontrar esa imagen que resumía la novela, la tipografía que me parecía más adecuada o esa frase en la portada, fue encontrar a una persona con la que era muy sencillo trabajar, llena de ideas para discutir.

En pocos días la teníamos y antes de lanzar el libro decidí que necesitaba unas vacaciones. Ya sé que febrero no suele ser el mes más adecuado para irse de vacaciones pero lo hice, porque necesitaba ese descanso que al final no fue tanto porque me llevé el ordenador (no sé estar sin él) y volví a darle un repaso al texto.

Publiqué la novela y soy consciente de que el efecto amigos la metió en el top de cabeza. Quince días después seguía ahí y, por las ventas que llevaba, deduje que no eran sólo amigos ya los que se estaban interesando por ella porque, entre otras cosas, no tengo tantos. Algo estaba pasando que superaba mis expectativas, los comentarios eran buenos pero seguían siendo de conocidos por lo que aún no creía que eso se sostuviera demasiado tiempo.

Ya, lo sé, soy un poco escéptica en general con lo mío.

El caso es que marzo empezó con fuerza. Varios correos de editoriales se me amontonaban para pedirme valorar la novela por si podían incluirla en sus catálogos. Por eso me estresé. No me lo podía creer porque partía de esa premisa, del pensamiento negativo de desconfianza que me generó la primera opinión privada sobre ella. Dejé que lo hicieran pensando que ni siquiera se molestarían en contestar.

Me volví a equivocar.

Otras cuestiones se empezaron a mezclar y cada día la tensión acumulada en mí estallaba como una llantina nocturna sin la cual era incapaz de quedarme dormida. Hace tiempo que tengo problemas con el peso y esto sumó para restar, hasta el punto de que en el verano pesaba tan solo 48 kg, algo insuficiente a todas luces para mi estatura.

Pude contar que tenía un contrato firmado pero me lo guardé, salvo para determinadas personas próximas, hasta que Ediciones B lo hizo público el 10 de julio. ¿Por qué? Pues por algo que me temía y mira, ahí no me equivoqué. Mientras fui invisible, mientras mis tres primeras novelas no las conocía casi nadie, no me dejaron comentarios negativos en ninguna de ellas. Si acaso uno que era absolutamente constructivo en El medallón de la magia y que siempre agradeceré, pero esa mala idea que llegó de pronto, varias opiniones pésimas encadenadas en el verano, no la había vivido y sabía que no me libraría de ella porque lo he visto en otros autoeditados a la mínima que empezaban a destacar.

Producto de la envidia, supongo, nadie me va a convencer de lo contrario. Triste, muy triste para alguien como yo que siempre se entusiasma con lo bueno que le sucede a los demás. Creo que los lectores necesitan muchos libros al año, que no leen uno solo ni un solo género así que no percibo que el resto de personas que escriben sean una "competencia" a derribar sino más bien me gusta pensar que podemos apoyarnos para hacerlo cada vez mejor.

A lo mejor soy idiota perdida.

Reconozco que me hicieron daño, sobre todo el ver que algún perfil está creado en exclusiva para machacarme (no tiene más libros comentados en Amazon y eso da que pensar). Por eso, a partir de entonces, cada vez que llega un comentario me pongo nerviosa, se me cierra el estómago y tengo que pedirle a alguien que lo lea primero. No soy capaz de hacerlo sola. Precisamente, el que yo sea la persona más crítica conmigo misma que existe me ha hecho pulir todos mis textos (menos Su chico de alquiler) hasta la extenuación. He puesto mucho empeño que dos líneas en muchas ocasiones sin argumentos fundían sin compasión.

Yo sé que esto no es importante, como me dice mi amigo Pinti mil veces es algo a lo que tengo que acostumbrarme, sé que llegarán más porque obviamente no puedes gustarle a todo el mundo, pero reconozco también que estos últimos meses en los que la novela no está visible en Amazon me han brindado paz. Ocho comentarios seguidos de cinco estrellas te devuelven la tranquilidad, sobre todo si proceden de personas que no esperas o no conoces.

He engordado un poco, pero no ha sido el ego sino de verdad verdadera.

Estoy mucho más tranquila para afrontar 2014, la publicación en papel ya está ahí, a días de hacerse realidad y espero que este año mi apetito no sufra estragos.


Sé que debería pedir como deseo para este próximo año ser superventas, mantenerme después de haber conseguido tanto en este año pero soy así: me conformo con no volver a pesar 48 kg. Con mantenerme donde estoy ahora.

lunes, 6 de enero de 2014

MULTIPLICACIONES EGIPCIAS: ¡MÁS QUE FÁCILES!

¿Alguna vez os habéis preguntado cómo multiplicaban los egipcios? Supongo que no, como no es normal tampoco preguntarse dónde guarda la vecina los botones que se le caen a las camisas, pero cuando os cuente el método que usaban, con el que probablemente hicieron los cálculos para construir las pirámides, seguro que lo que os preguntaréis es cómo habéis podido vivir todos estos años sin saberlo.

Ahí se me ha ido la mano un montón, me temo.

El método egipcio hace unos cuantos años que lo conozco pero siempre que se lo explico a los chicos, aquellos días raros en los que apenas hay deberes ni exámenes a la vista y los noto un poco dispersos, obtengo como recompensa toda su atención y se afanan en resolver ellos mismos multiplicaciones, sorprendiéndose de que sea casi tan rápido y tan sencillo como apretar las teclas de la calculadora.

Bueno, tampoco es eso. No es tan sencillo ni tan rápido pero es infinitamente más sorprendente.

Como lo más sencillo es empezar con un ejemplo, tomad lápiz y papel y seguidme. 

Vamos a multiplicar 18 x 11.

Para multiplicar colocaremos números en dos columnas. En la de la izquierda nuestro primer número, 18, y en la derecha el número 1. Después iremos doblando sucesivamente las dos cifras:

18          1
36          2
72          4
144        8

No seguiremos porque 8 + 8 = 16 y ya es mayor que 11, la segunda cifra de nuestra multiplicación, por eso ya no nos hará falta. Ahora, con las cifras de la derecha, buscamos sumar 11. Nos va a sobrar alguna fila, así que la tachamos. Sumamos el resto de las cifras:

18          1
36          2
72          4
144        8
198        11

Y ahora, la prueba de la verdad… Coged la calculadora (o usad la cabeza, lo que os resulte más fiable) y multiplicad 18 x 11. Sorprendente, ¿verdad? En realidad no hemos multiplicado en ningún momento, sólo hemos sumado.

Ya sé que siempre hablo de libros en este blog pero hoy, por alguna razón, me apetecían más los números.



domingo, 5 de enero de 2014

PRIMEROS PASOS EN PAPEL PARA DETRÁS DEL CRISTAL

Falta poco más de un mes para la publicación en papel de Detrás del cristal, bajo el sello Vergara (Ediciones B) y ya os puedo decir que ha dado un paso en este formato: minúsculo, pero un paso.

¡Ya está en el boletín de novedades de febrero!

Si tenéis mucha curiosidad podéis pinchar aquí y podréis no sólo verla a ella, sino a todo el resto de libros que saldrán en febrero. No está muy lejos, página 15.


Hoy, día de Reyes, tengo mariposillas en el estómago, mucha ilusión por lo que se aproxima y empiezo a ser consciente del todo de que ese sueño se materializa. Pronto podré verlo, incluso tocarlo, sentir su tacto, su aroma, escuchar el sonido de las páginas cuando las pase. Degustarlo, de algún modo (aunque no pienso chuparlo que la tinta es tóxica).

Hoy también, tras casi 50 días seguidos, se ha bajado del top de Fnac. Ha sido increíble verlo ahí día tras día porque no esperaba que entrase en él y mucho menos que fuera capaz de sostenerse tanto tiempo. Entre uno y otro, Amazon y Fnac, han sido más de 200 días en los que la motivación se multiplicaba (este trabajo de escritor publicista es agotador, sin alicientes es directamente, inoportuno para la salud). Se tomó un respiro de cuatro meses desde el verano para que yo también descansar y terminara ATCLV sin distracciones. Ahora parece que hará lo mismo, para que me pueda concentrar en esta otra versión que ya está prácticamente aquí.

Confío en ella, en que sabrá encontrar la manera de llegar a los lectores, como lleva haciendo desde hace casi un año. Piruetas del destino, el libro digital se publicó el 15 de febrero y el de papel llegará el día 12.

No sé cuántos ejemplares tiene la edición exactamente (aún me tienen que pasar el dato correcto y no quiero equivocarme con la cifra) pero lo que sí sé es que hay menos puntos de venta en España que ejemplares disponibles, así que si tenéis mucho interés es conseguirla, os recomiendo que la encarguéis en vuestra librería, sobre todo si como yo vivís en un sitio pequeño. Seguro que así la tendréis con vosotros en cuanto salga.

Y si hacéis que se agote la edición, no os cuento lo contenta que me pondré.

Incluso hasta puede que mis baterías se recarguen a tope y sea capaz de escribir otra novela más.

¡Felices Reyes y que os traigan muchas cosas!

jueves, 2 de enero de 2014

EL MEDALLÓN DE LA MAGIA


Hace dos años, andaba medio loca preparando la subida a Amazon de la primera novela que expuse en esta plataforma, El medallón de la magia. Entonces no tenía ni idea de maquetar, de hacer una portada, de moverme por las redes pero creía en esta historia y me lancé a la piscina virtual.

En este tiempo la novela ha tenido sus altibajos y aunque ha sido número uno de su categoría en muchas ocasiones, ha estado en el top 100 de Amazon un montón de días, e incluso en las primeras posiciones, quizá sea mi novela más desconocida, la menos pirateada y la menos vendida.

Existe para ella una versión en papel en Lulu y curiosamente, en papel se ha vendido más que Su chico de alquiler. Ha sido elegida dos veces como lectura para primero de E.S.O. y me sorprende cuando las madres de los chicos me dicen que les picó la curiosidad y se la leyeron también. Pequeñas cosas que he sabido degustar con placer.

Siempre que me preguntan cómo conseguirla tengo que enviar a la gente a Lulu, una página que a la mayoría de los mortales no le suena de nada. Pensé que Lulu no es un buen lugar para tener una novela en papel porque también parece que a la gente le cuesta más comprar ahí que en Amazon. Así que, ni corta ni perezosa, este verano me puse a trastear, intentando subirla a Createspace. Tuve un contratiempo con ella y ha estado parada pero esta semana, por fin, le di a publicar.

¡Y salió todo bien!

Ahí está, con portada nueva (la tercera que le hago), y con un pequeño subtítulo: AMANDA, porque creo que la segunda parte se llamará también El medallón de la magia pero con otro nombre propio detrás. Aún lo estoy pensando pero es la opción que más fuerza está tomando en mi cabeza.

Si queréis saber la verdad, no es que piense que se vayan a vender miles de ejemplares (ni cientos, ni decenas) pero lo que pretendo es que cuando alguien me la pide, la pueda encontrar con facilidad. Nada más. Supongo que cuando tenga ganas haré lo mismo con Su chico de alquiler.

Os presento su nueva cara.

Y su precio, 11,86€. El día que acierte a poner un precio en Amazon os prometo que hago una fiesta, por más que lo pienso no sé por qué me salen precios tan raros en papel. Es que a veces no cuadran ni con el cambio del dolar al euro...


La niña está lista para quien quiera conocerla pero, cuidado, viene con un fantasma de regalo.


miércoles, 1 de enero de 2014

RETO SERENDIPIA RECOMIENDA 2014: ¿LO LOGRARÉ?




Empiezo el año con un reto. 

Los que me conocéis bien sabéis que no me suelo apuntar a nada porque dispongo de poco tiempo para las redes. Es cierto que puede parecer que estoy mucho, pero eso tiene truco: no apago el ordenador, lo tengo siempre al lado, y suelo contestar al instante para que no se me acumule la tarea y, sobre todo, no se me olvide algo. Mientras, plancho, hago la comida, limpio, bajo a comprar (no, ahí no me lo llevo pero no lo apago)... Incluso a veces preparo disfraces para el cole o escribo y sigue encendido, activada la función de aviso de actividad. Los únicos ratos en los que definitivamente no estoy conectada a este mundo virtual son los que dedico a mi trabajo.

Y no siempre, porque cada vez con más frecuencia tenemos que consultar algo en internet o acudir al aula virtual, así que tampoco me libro. Pero las redes, en ese tiempo, se quedan mudas. 

Cuando se trata de retos, lecturas conjuntas, sorteos… si le robo a los míos más minutos por todo esto acabaré sintiéndome culpable, así que pensé que no iba a comprometerme más. Sin embargo, algo en el reto de Mónica - Serendipia me llamó la atención porque no me obliga a nada más allá de lo que pueda hacer.

¿En qué consiste?

Primero:

Se trata de recomendar tres libros desconocidos o casi desconocidos y decir algo de ellos, una pequeña frase que resuma por qué me han gustado. Después poner un link con la reseña que en su día hiciera de esos libros.

Segundo:

Elegir tres libros entre los demás libros que propongan los blogs para leerlo y reseñarlo. El plazo es amplio, TODO 2014.

Aquí podéis ver la entrada del  Reto Serendipia.

Mis tres recomendaciones:

El caracol de Byron, de Rafael R. Costa. Por la calidad de su prosa, porque me sentí transportada al faro de Byron Bay.

Un bonsái entre tú y yo, de FJ Rohs. Me divirtió, me hizo reír, me hizo pensar. Y me regaló un amigo. ¿Qué más se puede pedir?

Ángeles de cartón, de Miguel A. Mián Ros. Me subyugó la forma de narrar del autor.

Ya sé que voy a mi bola, que leo lo que me apetece en cada momento y que no es precisamente lo que lee todo el mundo. Además, hace una semana que publiqué un post con las mejores lecturas de este año que ha acabado y tampoco ha sido nada complicado elegir.