lunes, 11 de julio de 2022

RECOMENDACIONES DE LECTORES PARA ESTE VERANO

Recomendaciones de lectores en Twitter

Antes de que el verano nos inundase con sus olas de calor, pedí a lectores en Twitter que hicieran sus propias recomendaciones de novelas para leer en estos meses estivales, unas que salieran de lo que les ha gustado y no de lo que dicta el mercado. Han sido muy variopintas y aquí las reúno. Algunas las podría recomendar porque las he leído y me gustaron, pero otras no lo he hecho, me limito a recoger las recomendaciones de otros.

 Las novelas de Marta Querol


Al recomendarlas en grupo, pondré en cada una su enlace al lado de la sinopsis.

El final del ave Fénix: Los Lamarc I

Lucía Company acompaña a su madre en los últimos días de su vida. Sabe que el tiempo se acaba y hay mucho por solucionar. En esos momentos finales, íntimos, se despliega ante ella la compleja y apasionante vida de su madre, Elena Lamarc, una mujer excepcional adelantada a su tiempo y cuya lucha por hacerse un hueco en una sociedad de hombres pone en peligro su batalla más importante: la del amor de los suyos.La historia de los Lamarc y los Company desde 1934 hasta nuestros días cobra vida en "El final del ave Fénix", ópera prima de la escritora Marta Querol, con la que quedó entre los diez finalistas en el Premio Planeta 2007.La novela nos muestra con una prosa diáfana y ágiles diálogos, las entrañas y convencionalismos imperantes en la España del siglo XX, la lucha de la mujer por encontrar su lugar en la sociedad, y nos sumerge por completo en unas vidas que sentiremos como propias. Un homenaje a las mujeres de otra época.


Las guerras de Elena: Los Lamarc II

España, 1968. Verónica ha dinamitado el matrimonio entre Elena y Carlos. Es el primer paso en una guerra que Elena, en defensa del futuro de su hija, necesita ganar. Pero ganar sus guerras puede descubrirle verdades terribles sobre los seres que ama, incluso sobre sí misma.La lucha contra una sociedad embalsamada, las circunstancias adversas, los valores tradicionales y lo inevitable del destino, constituyen la vida de Elena y condicionan la de su hija que crece en el centro de las hostilidades. Con los últimos años del franquismo como telón de fondo, Las guerras de Elena es una obra de intriga social donde se desgranan las pasiones permanentes del ser humano y permite al lector convivir con personas en lugar de con personajes.En esta segunda entrega de los Lamarc la autora da un giro a la historia que la acerca a los thrillers de espionaje que triunfaron en los años de la Guerra Fría y muestra con maestría la evolución psicológica de los personajes que nos conquistaron en "El final del ave Fénix".


Yo que tanto te quiero: Los Lamarc III

Valencia, 1977. En España se celebran las primeras elecciones generales después de la muerte de Francisco Franco. Política, revueltas sindicales y reuniones acaloradas son parte de la vida cotidiana en un país en ebullición.Lucia no es ajena a ese torrente de ideas y manifestaciones culturales, pero tampoco a la ruptura del matrimonio entre sus padres, cuyo divorcio, una guerra de engaños y misterios, amenaza con acabar incluso con su vida.Yo que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a su madre, la pieza clave de un rompecabezas que comenzó en El final del ave Fénix y que nos acerca a la historia reciente de España desde una óptica nueva.


El infiltrado

Los naturales de Arlodia han convivido durante siglos con las almas de los recién fallecidos antes de que emprendan su último viaje. Es un lugar donde la vida y la muerte conviven en paz y sus habitantes cumplen un importante papel en el equilibrio de fuerzas entre el Bien y el Mal. Sin embargo, la llegada de un misterioso y encantador viajero va a alterar la apacible existencia de los lugareños hasta enfrentarlos a situaciones desconocidas. Solo Gabriela es capaz de ver lo que el recién llegado esconde, y con la ayuda del páter Cósimo luchará por descubrirlo.

Una intrigante trama donde los dilemas morales se mezclan con lo sobrenatural y el thriller. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar con los estímulos adecuados? El libre albedrío, el poder de los seres tóxicos y la influencia de las circunstancias en la conducta sustentan una trama que discurre por un mundo con sus propias normas.


Hermosas cicatrices, Kristel Ralston



Brooke Sherwood tiene a su nombre varias deudas, una licencia de conducir caducada y ansias de abandonar su ciudad. Cuando una súbita oportunidad de trabajo llama a su puerta, ella no duda en aceptarla y se traslada a un rancho de Texas para intentar remontar su vida desde las cenizas. Lo que menos imagina es que el mayor obstáculo para tener éxito en su empleo, mide un metro ochenta y tres de estatura, posee una actitud arrogante y tiene fieros ojos azules que consiguen despertar emociones peligrosas que ella prefiere ignorar. Su insufrible vecino, "el cretino", intenta conseguir que la despidan, pero Brooke está dispuesta a encararlo, aún si eso implica acercarse al fuego que podría acabar quemándolos a ambos.

Lincoln Kravath es un obstinado empresario que ha crecido entre la élite ranchera de Texas. Su experiencia con las mujeres le recuerda de forma constante que las emociones son un lujo innecesario. Con la intención de consolidar su legado familiar, él empieza a negociar la adquisición del rancho que colinda con el suyo. El día en que llega una nueva administradora, "la princesita", el plan de Lincoln se tambalea, pues ella intenta retrasar el proceso de compra. El apuesto cowboy tirará de los hilos necesarios para que Brooke fracase y regrese a Los Ángeles, llevándose así la irresistible tentación de instarlo a romper los límites que él se prometió no volver a cruzar jamás por una mujer.

En el caos hay belleza y aún en la oscuridad existe un tenue brillo. Cuando Brooke y Lincoln descubran la verdad que guarda el otro ¿podrán lanzarse en caída libre y creer en un futuro menos hostil para ambos o vencerá la huella dejada por las decepciones?

Editorial independiente: edición kindle 4.99€


Bajamares Antonio Tocornal

Editorial ‎ Ediciones Insólitas; N.º 1 edición (21 febrero 2022)



Roque Espino es un pequeño islote deshabitado rodeado de bajíos y de farallones como agujas que aparecen y desaparecen con las mareas. La navegación por sus aguas es una trampa mortal en la que han zozobrado muchas embarcaciones. El islote necesita de un farero para prevenir los naufragios, pero nadie quiere ese trabajo. En el Roque solo hay arena y rocas, lagartos, el cementerio donde se han ido enterrando los marineros muertos que a lo largo de la historia han ido dejando las bajamares, y soledad.Un joven decide solicitar el puesto y pasa allí toda su vida sin volver jamás a tierra firme. Solo se relaciona con el barquero que le trae las provisiones, y con su «otro yo» que descubre —o que intuye— en su interior.Para no perder el lenguaje, encarga a tierra firme un gran diccionario enciclopédico ilustrado cuyos tomos estudia durante toda su vida. La enciclopedia es su único vínculo con el resto del mundo.

Edición en tapa blanda: 18€


Besar a un ángel, Susan Elizabeth Phillips

Editorial ‏ B DE BOLSILLO (1 marzo 2015)



La bonita historia de amor entre Daisy una superficial mujer de la alta sociedad, con Alex, un apuesto y desalmado joven que la arrastrará a la aventura del circo itinerante.

La bonita y superficial Daisy Devreaux debe elegir entre ir a la cárcel o casarse con el misterioso hombre que su padre ha escogido para ella. Las bodas concertadas no se dan en el mundo moderno, ¿cómo ha llegado Daisy a esa insostenible situación?

Alex Markov, tan impresionantemente guapo como hosco, no tiene intención de jugar a ser el novio cariñoso de una cabeza hueca adicta al champán. Dispuesto a domarla a su manera, arrastra a Daisy desde su destacado lugar en la alta sociedad hasta un pequeño circo itinerante.

Pero este hombre sin alma ha tropezado con una mujer que es todo corazón. Antes de que pase mucho tiempo, la pasión los lanzará a las alturas sin red de seguridad...

Edición de bolsillo, 9,95€


Toda la verdad de mis mentiras, Elisabet Benavent

Editorial ‏ SUMA (3 marzo 2017)




¿Puede mantenerse una amistad a pesar de las mentiras?

Una despedida de soltera en autocaravana.

Un grupo de amigos...

...y muchos secretos.



Delirium tremens. E Wolf

Editorial ‏ Wolf Editions (20 abril 2020)



Cristian y Dafne son dos desconocidos que coinciden a bordo de un avión. Ambos piensan que no van a volver a verse hasta que 5 meses después ocurre lo impensable. Él es un jugador de tenis profesional que está pasando por una mala racha. Ella es una estudiante de historia con muy poca paciencia y un grupo de amigas muy peculiares. Podría decirse que nada tienen en común. Que no se soportan, que son lo opuesto. Pero hay entre ellos una molesta e irresistible atracción de la que es difícil escapar... ¿Sucumbirán a ella?

Edición tapa blanda, 10,40€


Dame una y otra cita. Mariela Cavani.

Autoedición 



Lucía lleva alrededor de un año asegurando estar enamorada de su primer novio cuando el que le gusta es otro, Luciano, el chico consentido de la secundaria Eyre y la próxima sensación del fútbol internacional; pero qué pasará cuando ya no pueda resistirse a lo que siente por él, ¿será capaz de vencer sus temores y arriesgarse por amor, o tal vez sea demasiado tarde?

Versión kindle, 2,99€


La protagonista de la historia. Mónica García. 

Wattpad



Creen que ella es la mala. Solo él podrá ver a través de la máscara de perfección. 

Todo el mundo conoce a Sky. Rica, guapa, malvada. Siempre consigue lo que quiere, cueste lo que cueste, aunque con ello lastime a otras personas.

Adam es irresistible. Con esa sonrisita canalla puede alterar hasta a la perfecta Sky. Solo hay un pequeño problema: es el mejor amigo de su mayor rival.

Todo se complica cuando las pequeñas coincidencias hagan que ambos se vean más. ¿Podrá Sky resistirse a sus encantos o caerá en la tentación?

Para leerlo


La jaula. María Codoñer



Editorial libros indie 1 de mayo 2021

Mona Morel es una mujer con una vida peculiar, con miedo al dolor emocional debido a traumas infantiles que anulan sus relaciones afectivas. Vive inmersa en su extraña rutina, de día trabaja en el servicio de limpieza de un hotel, por la noche se dedica a recorrer antros marginales, estrechando lazos con personajes variopintos. Una noche es atacada por un hombre que intenta violarla, pero cae muerto sobre ella sin con su mar la agresiva. Mona intentará continuar con su vida como si ese terrible episodio no hubiese ocurrido. Pero una serie de extrapolar muertes a su alrededor le impedirán olvidar lo. ¿Será cierto que los deseos son peligrosos? ¿Podría la protagonista de esta novela imaginar que algún día desear

Edición tapa blanda 16,00€


miércoles, 6 de julio de 2022

CUARENTA CAPÍTULOS

Llevo 40 capítulos de la novela que estoy escribiendo desde mayo. Si soy sincera, 39 y medio, porque hoy no he escrito nada. Está ahí, planeada la escena, clara en mi mente, pero un imprevisto se ha cargado mi concentración. El imprevisto tiene que ver con mi salud de hierro de mierda, que me tiene todo el día hecha unos zorros y que esta mañana he tenido un accidente.

Esto.


Pues sí, se me han roto las gafas. No he tardado diez minutos en volar a la óptica, porque, aunque tengo lentillas, no me gustan nada. No veo de cerca con ellas, necesito otras gafas sobre las lentillas para poder medio leer y, de pronto, me he dado cuenta de que hoy era miércoles. Si no me daba prisa, las gafas nuevas no estarían listas antes del fin de semana.

Cosas de no vivir en el centro del mundo, sino en la periferia de la nada.

No habré escrito el capítulo 40, pero fijo que me habré probado más de 40 gafas y me he venido con unas que no me gustan.

No es porque no las haya, sino porque mis gafas favoritas son exactamente las que se me han roto. Son de titanio, no pesan, pero son muy frágiles para alguien que lleva cristales especiales como yo. Se rompen con tanta facilidad que hace 9 meses solo desde la última vez que hubo que reparar otro accidente, así que no era práctico seguir usando la montura. Había más como esta, pero todas con el mismo problema, así que me he decidido por unas que me quedan como el culo, pero que no se van a romper porque son fuertes.

Feas, pero resistentes.

La verdad es que no necesito estar guapa, necesito ver.

Estoy disgustada. La verdad es que gafas nuevas justo el día en el que empiezan tus "vacaciones" (esto es una manera elegante de decir que estoy sin trabajo y sin perspectivas) no motiva mucho para ponerte a escribir porque la mente se te va. Tengo que matar a alguien desde hace tiempo y no paraba de pensar en maneras de hacerlo sin dejar huella, no de escribir una escena que no puede incluir muerte, y que tiene que ser especialmente bonita. 

Así que cuando he visto que no era capaz lo he dejado para mañana.

Me he dedicado a seguir con la documentación y a ver fotos. He empezado por las que necesito para recrear la época, pero después he sacado un álbum. Y otro. Y otro. Y no podía parar de pensar que ha habido en mi vida etapas muy bonitas en las que he sido muy feliz. 

Etapas largas en las que no pensaba en matar ni a personajes.

lunes, 4 de julio de 2022

DE GRATITUD

Ya que la última entrada se llama Los ingratos, porque es una reseña de la novela que se llama así, se me ha ocurrido que puedo hablar de lo contrario, de la gratitud.

Es bueno dar las gracias.

A quienes te acompañan cada día.

A quienes te sostienen cuando te estás cayendo.

A quienes no te dejan tirado aunque no tengan tiempo.

A quienes se reservan un minuto para acordarse de tu cumpleaños.

A quienes comparten tus alegrías.

A quienes te abrazan, aunque sea de lejos, cuando tienes penas...

Doy las gracias muchas veces al día, porque la gratitud es algo que siento. Me duele la ingratitud, la encuentro en gente muy, muy cercana, esos que menos te esperas y que, al final, son quienes peor se portan contigo.

Pero no importa.

Sin ingratos, sin ingratitud, lo contrario no sabría tan bien.


sábado, 25 de junio de 2022

LOS INGRATOS DE PEDRO SIMÓN




No debería escribir esto ahora, porque acabo de terminar la novela y las emociones están a flor de piel. Debería dejar que reposen, darles al menos un par de días para que se serene el ánimo y, entonces, sentarme y escribir.

Pero no quiero resistirme.

Muchas veces nos preguntamos si los premios literarios están bien dados, si son producto del marketing o de las conveniencias editoriales o de verdad se los dan a una novela de esas que dejan huella en quienes las leen. Dan un poco de miedo según va el mundo, así que nunca me acerco a uno hasta que no me cuenta la gente en la que confío.

Por eso sabía que todo iría bien con esta novela.

Lo que no sabía, porque no me había molestado en leer la sinopsis, era que es uno de esos textos que te arañan mientras estás dentro de ellos. Que te ponen en la piel de quien la cuenta, y no solo porque -se nota mucho- haya jugado con las mismas cartas que Delibes en Cinco horas con Mario, sino porque hay muchas, muchas frases en esta novela aplicables a una vida, la mía, que ya va por la segunda mitad, o más.

Los ingratos no cuenta una historia lineal de un único narrador, hace lo mismo que los grandes autores de los sesenta, experimenta, se deja llevar, mezcla todo: narradores, tiempos verbales, línea temporal, espacios... Tira de recuerdos que nos pertenecen un poco a los que fuimos niños en los ochenta y, hasta en la escasísima incursión que la novela hace en el presente te puedes encontrar (esa reflexión sobre las mujeres urbanas y las rurales, en mi caso).

David es Currito para Eme y en mi cabeza eran un poco Alex y Mariángeles. Mi hijo y la mujer que lo cuidó para que yo pudiera dar clase. Cuando nos marchamos de ese pueblo, estuvimos un tiempo volviendo. Ella le enseñó, le cuidó, le dio todo el amor que se puede dar a un niño que no es tuyo, pero al que quieres con pasión. Sin dramas ni tragedias, solo con las sencillez de ser ella misma. Esas visitas se fueron espaciando, volviéndose pocas, quedándose al final en nada. No hay casi ni mensajes porque hay prisas y dos vidas que se bifurcaron. Una de ellas, con demasiadas ocupaciones, demasiados frentes abiertos. Otra, que está en esa edad.... Esta novela me ha recordado que hay muchas visitas y muchas llamadas pendientes.

Siempre digo que la mitad de un libro lo componen las palabras del autor, pero la otra la pone el lector. Es eso que siente al leerlo y que es tan único que a veces parece otra novela distinta a la que nosotros diseñamos. Es eso que nuestras palabras le dejan o que le quitan. Este libro me ha dejado un nudo en el pecho y las ganas de decirle a Alex que lo lea. Que no espere a quedarse calvo. Que no aplace más visitas.

El lenguaje de la novela es delicioso. Ni siquiera resultan molestas las constantes repeticiones de datos, porque desde el principio las he sentido como ese recuerdo de Delibes y como parte de la admiración del autor por él. Creo que es imposible acercarse a Delibes y no acabar enamorado de todo lo que escribe e intentar que algo se nos pegue... aunque sea imposible hasta intentar imitar su voz.

El pueblo, la infancia, la tierra... los niños que crecimos como David nos vemos en un espejo literario en el que a ratos asusta un poco mirarse, sobre todo por lo lejos que queda todo eso ya.

No sé qué más decir de Los ingratos. Que el título es perfecto, tal vez que me ha dejado sin palabras.

Se me ocurre algo. En mi labor próxima de jurado de novela (en unos meses estaré en ello)  quiero encontrarme con algo así para no tener ninguna duda de por cuál decantarme. Porque aunque no haya hecho en esta reseña un informe exhaustivo o no me haya entretenido en hablar de los personajes -para eso está leer, para descubrirlos- si tengo estas certezas: la de una técnica exquisita, la de una historia sencilla pero llena de matices, los detalles, la ambientación, el sabor y los olores...

Solo puedo decir una cosa...

Leedla.

Aunque yo no la he leído...

Ya, ya sé que es raro que ahora, después del rollo que he soltado, diga que no la he leído. Entonces... es que la he escuchado.

Y ahora viene la otra historia, la que va a estar siempre ligada a esta novela para mí. Esa que nunca se te olvida como no se me ha olvidado que el kindle lo estrené hace ya una década con Orgullo y prejuicio.

Hace un par de meses, operaron a mi madre de cataratas. La operación fue bien, pero solo fue un ojo. Ahora mismo, con ese ve muchísimo mejor, pero el otro aún no está listo para operar, así que no hemos mejorado tanto. Tiene que cambiarle los cristales a sus gafas progresivas y está haciendo pereza para que no sean un cagarrio (ya le pasó una vez, que compró unas "baratas" y las tuvo que cambiar al poco) se tiene que gastar casi un mes de pensión de viudedad. 

Después de la operación, le empezó a dar guerra la espalda. Seis vértebras aplastadas que durante un tiempo han hecho que su tensión se fuera por las nubes debido a los dolores y que le mandó el ánimo al  suelo. Ha pasado más de un mes en un estado de apatía total en el que ha perdido varios kilos y en los que apenas ha podido leer, que es su pasión y su compañía. Por eso, ayer le conseguí un teléfono nuevo con más memoria que el viejo que tenía y le descargué Audible con mi cuenta de Amazon.

Como se puede compartir, yo también lo descargué en el mío.

Los ingratos ha sido mi primera audionovela de la suscripción y no he podido empezar con mejor pie.

A mi madre no voy a dejarle que la escuche ahora. Lo siento, Pedro, si lees esto, pero está blandita, se siente sola porque no vivo cerca y no quiero que se me desmorone ahora que empieza a reconstruirse. Si la veo mejor en un tiempo, entonces sí, entonces seré yo misma quien busque la novela y le ponga los cascos para que la escuche.

Solo tengo un pero al texto, uno minúsculo, seguro que es un despiste, pero que a mí, durante un rato, me ha sacado de la historia y me ha obligado a retroceder y a hacer una búsqueda para asegurarme que mi memoria está bien. Tiene que ver con  haber vivido ese tiempo que narra la novela. Las primeras elecciones democráticas en España no fueron en domingo, las tres primeras se hicieron en días de diario. Nos encantaba que hubiera elecciones, porque no había colegio, aunque eso se acabó muy prontito. Pero, salvo ese detalle, lo demás me ha parecido perfecto.

«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».

1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.
Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.

Puedes encontrar la novela en este enlace en ebook, aquí en papel y en este otro en audiolibro.

No te vas a arrepentir, pero no te puedo asegurar el que no acabes llorando.

martes, 21 de junio de 2022

SOLO TENGO TIEMPO DE ESCRIBIR

El 4 de mayo a las tres y media de la tarde abrí un Word. Había una historia circulando por mi mente, una idea difusa que algún día quería plasmar en una novela y, como soy una impaciente, empecé. Para escribir esa primera escena necesité documentarme y pronto me di cuenta de que había empezado la casa por el tejado. Sin tener claros los escenarios, la tarea de escribir se complicaba porque tenía que detenerme a cada momento para saber si lo estaba haciendo bien o me estaba perdiendo.

Con esa escena escrita, decidí que no podía seguir adelante.

Los días siguientes, sin embargo, me sentía como huérfana. Mis personajes me reclamaban, así que me senté en el ordenador y empecé a consultar todas las fuentes que fueron cayendo en mis manos. Anoté en una libreta datos dispersos, sin saber si los necesitaría o no. Poco a poco, toda aquella información que me había ido llamando la atención empezó a armar un puzle en mi cabeza y se fue colocando en su sitio.

Con las ideas muchísimo más claras, me volví a sentar a escribir.

Ha pasado poco más de un mes desde entonces y la novela avanza a buen ritmo. A día de hoy, la historia ya ha tomado cuerpo, los personajes empiezan a latir y a comportarse como personas y no son esas primeras marionetas que yo iba moviendo por el escenario. Ahora son ellos los que me arrastran por esta ciudad que no tiene nada de imaginaria y la historia que está saliendo es bonita.

Estoy muy segura.

Mañana, por razones personales no creo que me pueda sentar a escribir, y tampoco lo podré hacer quizá hasta la semana que viene, y por primera vez en mi vida siento rabia. Siempre he sabido aplazar la escritura, no me ha importado parar un poco, pero esta vez... es que yo misma tengo prisa por llegar al final de la historia, quiero leerla. Quiero saber.

He hecho algo que para otros puede ser pecata minuta, pero que para mí es extraordinario, he escrito ya 26 capítulos. ¡26! Y sé que en parte se lo debo a esos ratos después de la cena, en los que me siento sin tener que estar pendiente de nada ya, libre de obligaciones, pero también a las mañanas. Madrugo, paseo con Ulises y después vuelvo a mi mesa y escribo. Me deshago en palabras, dibujo emociones y calles, fiestas y conventos, música y pasteles, y aunque así dicho parezca caótico, este cuadro está quedando luminoso.

No quiero dejar de escribir estos días, así que, tal vez, cambie mis planes, esas primeras intenciones de dejar el ordenador en la mesa. Planeo robarle horas al sueño, porque la verdad es que con esta historia ya estoy soñando.

Con mucho dolor, porque ya llevo más de doscientas páginas, he dejado aparcada otra historia, para cuando sea su momento, porque esto fluye. ¿A que va a ser verdad que lo que tiene que pasar, aunque no te guste, sucede por algo mejor?