jueves, 7 de abril de 2011

LOS HIJOS DE LA TIERRA: EL CLAN DEL OSO CAVERNARIO.

Hace unos años me saqué el carné de conducir. Ya sé que un inicio como este para hablar de un libro puede parecer desconcertante pero es que fue ahí, en la autoescuela, donde descubrí esta increíble saga. Estaba mortalmente aburrida entre señales de obligación, de prohibición, horizontales, verticales, luminosas... cuando me fijé en un libro que tenía otra estudiante. Estaba del revés, así que, en lugar de la portada, lo que leí fue la sinopsis. Siempre es mejor una sinopsis que un stop o un ceda el paso. Era El clan del oso cavernario y a mí, como lectora voraz que soy, me apeteció enseguida leerlo. No me lo pensé. Le pregunté a la chica si me lo prestaba cuando lo terminase. Ella me dijo que como teníamos el examen no iba a leer, así que me lo podía llevar. Le prometí firmemente no tenerlo más de una semana y me lo dejó. A los dos días se lo devolví, alucinada porque hacía mucho que no me tropezaba con un libro que me llenase tanto.

El clan... cuenta una de esas historias redondas que son tan poco frecuentes. Empieza con un terremoto que destroza el mundo conocido de Ayla, una pequeña niña cromañón. Se queda sola, perdida, hasta que la curandera de un clan de Neandertales la acoge. Ayla crece entre el cariño de Iza, su salvadora y de Creb, el Mogur y el odio y los recelos que despiertan en otros miembros del clan sus marcadas diferencias. Toda la historia transcurre en uno de los períodos más fascinantes de la historia del hombre, aquel del que sólo sabemos cosas a partir de los vestigios que nos han ido quedando de nuestros antepasados. Sin más herramientas que libros pensados para el estudio y su potente imaginación, Auel crea un mundo fascinante. Ayla, desde el principio, consigue despertar la empatía del lector y hace que su aventura sea la tuya propia.
El libro termina con otro terremoto, una violenta saccudida del mundo que obligará a Ayla a enfrentase a todo sola a partir de ese momento.

Desde entonces he leído esta novela periódicamente. Cuando un libro, y otro, y otro más y no me llenan, voy a la estantería, elijo alguna de las distintas ediciones que tengo de El clan..., y retrocedo miles de años, en una máquina del tiempo mágica que tengo que se llama imaginación.

Me encantan los comentarios, así que te propongo, si lees esto, que me cuentes qué te empujo a leer esta novela, o lo que quieras, en realidad. Mañana hablaré del Valle de los Caballos.

martes, 5 de abril de 2011

AEROPUERTOS FANTASMA

Estaba escuchando en las noticias el montón de aeropuertos que han costado una pasta gansa y que no sirven para nada hoy por hoy, en España, y me he cabreado. Hay miles de familias que no llegan a mil euros al mes, o peor, a quinientos, pasándolas canutas, y los políticos se dedican a emplear los recursos en proyectos estúpidos que no generan nada.

Creo que, ya que han metido la pata hasta el cuello, deberían ir pensando en usos alternativos para esas instalaciones. No es de recibo que, en León por ejemplo, haya un aeropuerto que tenga sólo un vuelo a la semana, y que en Lérida, que pasa otro tanto, a veces hasta se anule por falta de viajeros. Ya que el mal está hecho, que las instalaciones están ahí, bueno sería que se les fueran incorporando otros usos. ¿Por qué no centros comerciales? Ya que se han hecho "aeropuertos para las personas" (debe ser que algunas vuelan, no sé), se les podría dar un uso para las personas. Si la pista está para pasear, añadamosle una sala donde los jubilados puedan echar la partida, aprendan a usar internet, o simplemente tiendas donde se pueda hacer la compra semanal. Total, el aparcamiento ya lo tienen... Quizá sea mejor esta idea loca que dejar que se caigan a pedazos, o que se conviertan en fantasmas gigantes que nos recuerden constantemente hasta donde puede llegar la estupidez humana.

sábado, 2 de abril de 2011

LA CRISIS DESPIERTA EL TALENTO

Siempre me parece lo más lícito citar la fuente de lo que publico si no es de mi propia cosecha. Ya no entro en cuestiones legales, simplemente es ética. En este caso, como en algún otro, me resulta imposible, porque lo he recibido por correo electrónico y no tenía "denominación de origen". De todos modos siempre me parece que las crisis tienen algo positivo: despiertan el talento. Y esto es una muestra de ello.

LA SANTA PACIENCIA


EURIBOR DEVORANDO A SUS HIJOS

EL DESCENDIMIENTO DEL ANDAMIO


LAS MENDIGAS


EL NACIMIENTO DE LA GENERACION PERDIDA

miércoles, 30 de marzo de 2011

jueves, 24 de marzo de 2011

LOS NIÑOS DEL INVIERNO. GILBERT BORDES.


Hay veces que un libro de sorprende, y este es uno de ellos. El punto de partida de la historia es la huida de un grupo de seis niños, de distintas clases sociales y de religiones diferentes, durante la Segunda Guerra Mundial. La Resistencia trata de ponerles a salvo atravesando los Pirineos, pero en el viaje, sus protectores son capturados por las SS y asesinados frente a los atónitos ojos de los niños, que observan la escena desde su escondite. Sin ayuda adulta se ven obligados a sobrevivir en pleno invierno en las montañas, sin la posibilidad de huir, desbaratada ya desde el principio por los soldados alemanes.

Este libro, escrito en presente, te transporta a la dureza del momento que viven. Este tiempo verbal te acerca a la historia como si tú mismo sobrevivieras con ellos. Su distribución en capítulos, marcados cada uno por un día de su periplo, te arrastra con ellos. Y es eso precisamente. Se arrastran por la vida, débiles por todas las carencias con las que tropiezan de repente. Los niños van perdiendo la inocencia y la fe, sufren los estragos del hambre, el frío y la muerte que el autor ha sabido trasladar al lector. El libro te deja con la sensación de que alguien ha apretado la pausa del mundo y se ha olvidado de ellos. Me ha gustado mucho.

Por cierto, sólo he tardado unas horas en leer las 273 páginas. Eso querrá decir algo.