sábado, 30 de marzo de 2013

CAMBIAR LOS ESQUEMAS


El otro día hice un esquema con lo que tenía escrito de las novelas en las que trabajo. Quería tener la manera de ver, rápidamente, por dónde iba, si había agujeros en la secuencia temporal (me vuelven loca) o hacerme una idea de lo que queda para dar por terminado el primer borrador.

Me llevó unas cuantas horas.

Seguí escribiendo estas novelas como hasta ahora, una de ellas en perfecto orden de lectura (aunque parezca raro no he vuelto atrás, lo que el lector se vaya a encontrar ha ido saliendo de mi cabeza justamente en ese orden) y otra caótica del todo. Como que ya he escrito el final y me falta toda la parte central.

O eso creía…

No puedo hacer viajes en coche por la noche de copiloto. Me quedo callada, concentrada en mis pensamientos, dejando que la música me relaje y me suelen pasar dos cosas. La más frecuente es que me quede dormida y me despierte con un horrible dolor de cuello y la otra es que me deje llevar y mis novelas avancen a pasos agigantados en mi mente.

Ayer, pasó otra cosa.

Venía de Soria, bajo un tremendo aguacero, hipnotizada por los limpiaparabrisas cuando me puse a pensar en el esquema de mi novela. De pronto, el interruptor de las ideas se activó en mi cerebro y éstas empezaron una carrera que ríete tú de la velocidad de los "limpias".

¿Resultado?

Un desastre.

Ahora la novela no empieza donde empezaba, ni como empezaba y un personaje ha mutado de personalidad. A otro creo que lo voy a suprimir y es posible que aparezcan nuevos. Empecé a imaginar el argumento como hago siempre, como un círculo que se cierra y no había manera de hacerlo sin cambiar desde el principio.



Tendré que empezar otra vez, pero no es empezar de cero, es más complicado porque toca poner las piezas sobre la mesa y construir otro puzle nuevo. Ya lo hice con Detrás del cristal, ya me cargué páginas y páginas hasta que me convenció, así que no es la primera vez.

Lo bueno es que no me da ninguna pereza.

martes, 26 de marzo de 2013

CON LAS VACACIONES, EMPIEZA EL TRABAJO



Dentro de un par de días empezarán para mí las vacaciones de Semana Santa. Mi ritmo de vida se invierte del todo porque cuando hay vacaciones, irónicamente, es cuando más trabajo tengo. Sobre todo cuando se juntan con unos días de mal tiempo como los que los pronósticos meteorológicos auguran. Los niños no tendrán ni la oportunidad de irse al parque un rato, así que, sin tener dotes adivinatorias especiales, estoy segura de que habrá más de una pelea por el mando de la tele.

Que romperán algo.

Que discutirán por contarme primero cualquier cosa que se les ocurra.

Son predecibles cien por cien...

Además de todo, tendré que actuar como mediadora en sus conflictos. Para mí las vacaciones son un tiempo especial porque dejo mi trabajo normal, pero asumo otras tareas que se han ido quedando pendientes y, sobre todo, tengo las tardes libres para hacer lo que más me gusta: escribir. Me emociona pensar que tendré cada día cuatro horas por delante, que no voy a tener que irle robando horas al sueño y a la rutina para poner en palabras las historias que llevan mucho tiempo dando vueltas por mi cabeza.

Ya he empezado a calentar motores, ya tengo esquemas de lo que quiero contar y entre ayer y esta mañana he logrado componer un capítulo de la novela. No puedo estar más contenta con el resultado porque a pesar de que era algo difícil creo que he encontrado el tono adecuado, la manera de restarle crudeza a algo complicado sin perder la emoción.

Las vacaciones, de algún modo, ya han empezado entonces.

Que las disfrutéis.

Yo pienso hacerlo.

domingo, 24 de marzo de 2013

UNAS FOTOS.

Estoy leyendo un libro. Por primera vez en muchos meses, uno solo, sin compaginarlo con lecturas obligatorias, sin alternarlo con otro porque se me cuele de pronto en mis deseos y no sepa resistirme.

Voy despacio pero no es porque el libro no se deje, que sí, que es perfecto, es que no tengo tiempo de nada. Ya os contaré lo que me ha hecho sentir, no se va a librar de una reseña.

Mientras termino (a lo mejor tardo, no quiero que se acabe), unas fotos de hoy...






Si pulsas en las fotos, se agrandan.


viernes, 22 de marzo de 2013

CUMPLEAÑOS PREGUNTÓN


En este post, pido comentarios.

Ya sé que es un comienzo raro, sobre todo porque la primera idea cuando me he puesto a escribir ha sido contaros que mañana, 23 de marzo, El espejo de la entrada cumple 5 años en la red. Lo celebraré comiéndome un pastelito y soplando una vela perfumada delante de un espejo. Una ceremonia sencilla para conmemorar una aventura de la que no me arrepiento en absoluto.

Mi regalo de cumpleaños bloguero quiero que sea vuestro comentario, pero no un "felicidades" sino la respuesta a una pregunta que os lanzo.

¿Cuál es el límite que estáis dispuestos a pagar por un libro digital?

En Amazon, el programa de publicación te permite poner el libro a un precio mínimo de 0,89€ y a partir de ahí eres tú mismo quien va decidiendo. Es lo que yo he hecho en este año que llevo desde que el 18 de marzo de 2011 publiqué ahí El medallón de la magia.

Probar.

He subido los precios, los he bajado, he puesto diferentes dependiendo de si era una u otra plataforma. Y no sólo eso, he observado lo que ocurría con otros libros, de otros autores…

Pero me acabo de dar cuenta de que no he hecho una cosa básica: preguntar a quienes realmente tienen algo que decir, los lectores.

La piratería es un hecho, está ahí. Sin ir más lejos, cada vez que abro el blog y miro la manera por la que se entra a él, encuentro que una de las que más se repiten es "descargar gratis… " y cualquiera de los títulos de mis libros. Ante algo así no hay quien pelee y, a pesar de todo, las ventas son posibles a través de Amazon pero supongo que porque el precio es más que competitivo, irrisorio.

La única manera que se me ocurre de luchar contra lo imposible.

Por eso me atrevo a pediros, como lectores sensatos que sois, que respondáis a mi pregunta.

¡Os espero impaciente!

miércoles, 20 de marzo de 2013

LA TUMBA COMPARTIDA DE ANTONIA ROMERO



Sinopsis:

Maite, una joven anticuaria que viene acarreando cierto sentimiento de culpa desde la desaparición en el pasado de un miembro de su familia, va a ver su rutina alterada. Un día llega a su tienda, que dirige con su socio Adrián, un extraño amuleto corazón egipcio, de la época del faraón Akhenatón.

Maite, Adrián y el conocido arqueólogo Mauricio Varona, además del equipo de éste, inician una expedición a Egipto en busca de la tumba de la reina Nefertiti, esposa del faraón. Pero todo se complica con muertes inesperadas, hallazgos de cadáveres, desconfianzas, envenenamientos, identidades desconocidas, que el lector va descubriendo y destapando de la mano de Maite.


Mi opinión:

Éste fue mi primer regalo de este último cumpleaños, que me entregaron unos días antes porque soy una impaciente. Llevaba tiempo deseando leer el libro de Antonia Romero porque ya había tenido el placer de leerla antes. Empecé a conocer su trabajo a través de otra de sus novelas, Peso cero, que me llamó más la atención al principio y que no me decepcionó en absoluto. Tienes su reseña aquí, por si quieres echar un vistazo. Fue uno de los libros que más disfruté este verano.

La Tumba compartida narra la historia de Maite, una anticuaria que de pronto ve su vida envuelta en un doble dilema. Por un lado, un programa de televisión le ha devuelto a su hermano, perdido hace mucho tiempo, y por otro, la llegada de un amuleto a su tienda de antigüedades, que parece más una imitación que algo auténtico, y que desencadena una expedición a Egipto, para tratar de encontrar la tumba de Nefertiti. A partir de ahí su vida sufre un vuelco, se ve envuelta en muertes inesperadas, traiciones, secretos guardados durante años…

El libro está estructurado en dieciocho capítulos, un epílogo y unas páginas finales que rematan la historia de una forma deliciosa. Cada uno de los capítulos comienza con un fragmento de textos de las pirámides y en ellos, Antonia, hábilmente, va entrelazando la aventura arqueológica con los sentimientos de Maite. Los cambios de giro en la historia, sobre todo en la última parte, son constantes, dejando al lector desconcertado en muchas ocasiones, sin saber muy bien a quién atribuirle el papel del "malo".

El mosaico de personajes que nos muestra el narrador en tercera persona es amplio. Conocemos así a Víctor, el hermano perdido de Maite, un hombre normal, con una vida tranquila y estable a quien de pronto todo se le pone patas arriba cuando su hijo Marc, que está viendo la televisión, le cuenta que cree que es él la persona a la que buscan en el programa. Marc es otro personaje que me ha gustado mucho, un chico apasionado con Egipto que a lo largo de la historia tendrá su importancia. Sin pretenderlo sirve de nexo de unión entre la anticuaria y el arqueólogo Mauricio Varona, un personaje que durante el relato fui incapaz de saber si me caía bien o mal. Supongo que ahí está parte de su encanto, de hecho, todos los personajes están muy bien construidos.

La relación de Maite con su socio, Adrián, finiquitada desde hace tiempo para ella al comenzar la novela, y la presencia en su vida de Mauricio, establece un triángulo entre los personajes, apasionados de la arqueología. Los datos que aporta Antonia sobre el antiguo Egipto son amplios y quienes sienten interés por las primeras civilizaciones de la Historia, seguro que los disfrutarán.

Me ha gustado mucho Helena, la madrastra de Víctor, y cómo Antonia ha sido capaz de unir perfectamente dos historias tan aparentemente dispares como la búsqueda de la tumba de Nefertiti con la historia actual del hermano encontrado. En realidad podrían considerarse dos caras de lo mismo, búsquedas del pasado para entender por qué las cosas sucedieron de un modo u otro.

Os animo a que le deis una oportunidad. Además, ya no hay excusa posible. Existe en formato digital pero también podéis, como he hecho yo, leerlo en papel. Desde febrero está disponible en tapa blanda, en Ediciones B.