martes, 1 de abril de 2014

DESDE QUE LLEGÓ AL PAPEL...

Reseñas publicadas desde que Detrás del cristal apareció en papel.




Reseña de Detrás del cristal en Lectura y Café. Febrero, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en El buho entre libros. Febrero, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en ¿Te gusta leer? Febrero, 2014.

Reseña Detrás del cristal en Mis historias y otras documentaciones. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Cientos de Miles de historias. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Los libros de Dánae. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal por Puri Estarli. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Los libros que me cuentan. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Los libros de Dánae. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en El mundo de Saandry. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Estrellas y Páginas. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en La Isla de las Mil Palabras. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en El rincón de los libros perdidos. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Mi pasión por los libros. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Detrás de la pistola. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Mis lecturas y más cositas. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en El rincón de Leira. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en La biblioteca de Ángela. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en El club de las Escritoras. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Leyendo en el Bus. Marzo, 2014.

Reseña de Detrás del cristal en Mis viajes y lecturas. Abril, 2014.

sábado, 29 de marzo de 2014

CÓMO ESCRIBO


Cada uno tiene su propio método de escritura, algo con lo que se siente cómodo e identificado y que le permite avanzar en las historias. Me he estado preguntando qué es lo que hago yo y es un poco caótico, la verdad. De hecho creo que en cada novela varío las estrategias, en función de lo que me apetece o de lo que me pide el cuerpo.


Su chico de alquiler la escribí a mano y en pasado. Después la pasé al ordenador, haciendo algunos cambios y sólo un montón de años después decidí cambiar el tiempo de la narración. Toda la novela fue reconducida, del pasado al presente y aproveché para actualizarla. En el momento en el que la escribí un teléfono móvil era ciencia ficción e internet algo a lo que no tenía acceso todo el mundo. Es la que sufrió un cambio más radical de todas.

La arena del reloj fue escrita desde el primer momento en el ordenador. Para ella me apoyé en la grabadora que conservaba de mis tiempos de locutora de radio. Fue quizá la más tecnológica, escribía con los cascos puestos, dándole a la pausa, llamando a mi padre por teléfono cada dos por tres para preguntarle cosas. Es un tiempo que costó por las circunstancias pero que recuerdo con cariño porque me hizo vivir con intensidad sus últimos meses, apretando ese lazo que siempre fue fuerte entre los dos hasta el punto de que siento que siempre está conmigo.

El medallón de la magia la escribí toda seguida, del principio al final, utilizando el ordenador. Ni siquiera la separé por capítulos en archivos distintos, fui uno detrás de otro. Cuando terminé y la leí necesité recolocar una parte pequeñísima de la historia, el primer capítulo es el último que escribí. Me documenté para los pequeños datos históricos que contiene y todas las notas están en un cuaderno de tapas rosas, casi todos relacionados con el Siglo de Oro y que sigo usando para la segunda parte, que digo yo que terminaré algún día. Otra que estoy escribiendo seguida, sin pausas, arrastrando cada vez que guardo el archivo todos los capítulos.

Detrás del cristal la empecé a mano. Después la pasé al ordenador y la abandoné años. Luego la retomé. Borré ochenta páginas de un plumazo porque estaba segura de que había errado el camino. Un día la retomé y salió sola pero cuando se la di a mis lectores cero me comentaron todos lo mismo: no estaba terminada. La historia que la distanciaba de una novela romántica al uso no la había terminado de contar. ¡Llevaban toda la razón! Era la primera vez que una de mis novelas pasaba un juicio antes de ser publicada y si lo pedí, pensé que lo sensato era pensar en lo que me habían contado. Varios fragmentos fueron escritos al final y otros modificados. Estuve haciendo correcciones hasta el día antes de publicarla. También escribí a mano algunas escenas que están en un cuaderno naranja que es para verlo. Empieza con párrafos de la novela, sigue con ejercicios de vectores, hay notas de la novela que acabo de terminar, incluso algún capítulo entero. Correcciones de erratas del medallón, alguna canción, frases para analizar, un eje cronológico, un relato corto, unas cuentas, apuntes para crear un marcapáginas, proyectos de novelas, la reseña de un libro, apuntes sobre narración, resumen de ventas de amazon…

La que acabé en el verano ha sido escrita a saltos, desordenada. Teniendo clara la estructura pero ya no he tenido un único archivo sino uno por cada capítulo. Tengo un esquema en unas cartulinas que me ayudó a organizar la información.


Así que, si me paro a pensar cómo escribo, la conclusión es... que escribo como me da la gana.

¿Tú cómo lo haces?

jueves, 27 de marzo de 2014

ERRAR EL CÁLCULO

Cuando no se manejan certezas sino aproximaciones corres el riesgo de errar el cálculo. Lo que tú creías se transforma en lo que es y te descoloca por completo porque los indicios, que otras veces te ayudaron a encontrar el camino, esta vez han servido de tan poco que el sendero se ha terminado en un precipicio al que no sabes si asomarte o saltar.

O darte la vuelta.

No estoy acostumbrada a interpretar tan mal las señales.


Me retiro a reflexionar.


martes, 25 de marzo de 2014

INTERPRETAR UNA NOVELA: CÓMO ABORDAR UNA RESEÑA.


En los últimos años han proliferado en internet blogs que analizan novelas desde el punto de vista del lector y muchas veces me pregunto si hay normas a seguir para hacer este análisis. Muchas veces las reseñas se hacen desde la subjetividad más absoluta, como es mi caso, valorando las sensaciones que produce el texto en quien se acerca a él. Se quedan en las emociones que ha conseguido remover, dando quizá pequeños apuntes sobre la técnica utilizada por el autor. Evidentemente no hay reglas fijas para analizar una obra literaria pero existen determinados aspectos que pueden hacer del análisis algo más profundo.

Esto que planteo lo he recogido de aquí y de allá, de lo que veo y de algunas pautas escritas que pueden resultar interesantes para los reseñistas.

  • Autor y época del mismo.
Muchas veces nos paramos en el nombre del autor, sin analizar su biografía, su contexto cultural, donde nació... Esto, aparentemente banal, no lo es en absoluto. Conocer las circunstancias del autor cuando componía el texto ayuda a comprenderlo mejor. Ya hablé en el blog de la necesidad de conocer el contexto del autor para saber el por qué de determinados fragmentos del texto. Ilumina la interpretación y la enriquece.

  • Personajes.
El análisis, tanto el protagonista como el antagonista, es una de las cuestiones que no se pasan por alto. Los personajes son la base de la novela y ver su evolución a lo largo de la misma puede ser tan interesante como la misma trama. Podemos fijarnos en si son planos o redondos, si se aprecian en ellos cambios significativos a lo largo del relato.

  • Época en la que transcurre la novela.
Muchas veces nos encontramos con que la novela no transcurre en el momento histórico que está viviendo su autor y podemos analizar el acierto (o desacierto) del mismo al recrearla, del mismo modo que si lo que nos presenta es una historia contemporánea a la escritura. En este caso el valor de la novela, bajo mi punto de vista, se eleva porque la literatura es un reflejo de su tiempo. Por esa razón es frecuente utilizarla para comprender el periodo histórico en el que fue escrita. Sin querer le doy más importancia a las novelas que retratan la sociedad del tiempo del autor porque estoy convencida de que la experiencias vividas en primera persona tienen una correspondencia más intensa en los textos.

  • Estructura.
Podemos pararnos a pensar si la novela está armada en capítulos, si utiliza recursos con el flash back o la anticipación y analizar ese armazón que el autor ha urdido. Hay novelas en las que la estructura es esencial para su comprensión.

  • Ambientación.
Otro elemento clave son los escenarios por los que se mueven los personajes. Se puede hacer un análisis de si son reales o ficticios y en qué medida son capaces de sustentar la verosimilitud de la trama. Hay novelas en las que la ambientación ejerce un efecto mágico, que es un elemento que por sí mismo se puede casi convertir en un "personaje".

  • La sociedad.
Al igual que se construyen los ambientes se recrean las sociedades. En las contemporáneas podemos ver cómo se refleja la sociedad del momento y en aquellas fantásticas que crean mundos inexistentes podemos pararnos a analizar si lo que plantean podría darse hipotéticamente.

  • La mirada del autor.
Su visión del mundo, si es optimista o pesimista, se ven irremediablemente en cada párrafo. La voz narrativa, esa que nos permite reconocer el estilo tal y como se reconoce a un cantante, por ejemplo, puede ser otro elemento más a analizar. Si solo hemos leído una obra de él apenas podemos ser conscientes de esto pero si se trata de alguien con quien repetimos podremos observar si la narración sigue determinados parámetros que nos pueden indicar la procedencia del mismo.


Se puede hacer de mil maneras más pero estas pautas pueden ser un comienzo.

sábado, 22 de marzo de 2014

21 DE MARZO EN LA LIVRERÍA: BAJO LOS TILOS Y DETRÁS DEL CRISTAL.

              El viento revuelve mis cabellos y la calidez de los rayos del sol me recuerda que acabamos de entrar en la primavera. Al salir de la estación Madrid me recibe con ese cielo azul que tanto me gusta y me invita a un paseo tranquilo antes de la visita a La Livrería. No me niego, esta ciudad ejerce un poderoso atractivo sobre mí, una seducción mágica a la que no deseo resistirme.

               Dejo que la melodía de la ciudad me acompañe y transito por calles que no conozco mientras espero a que me recojan Vio y Félix. Después, cuando mis cicerones particulares vengan por mí nos encaminaremos juntos a recoger a María José Moreno y la pequeña troupe que formamos, una vez calmadas las exigencias de nuestros estómagos, estará lista para el espectáculo literario, ese momento que a mí me resulta tan contradictorio. Es verdad que me gusta que lean lo que escribo pero me cuesta hablar de ello en voz alta mucho más de lo que parece. Hoy estoy segura de que va a ser complicado más porque los nervios me han hecho madrugar de más y a la hora que empezará, las seis, seguro que tengo muchísimo sueño.

               La Livrería nos espera con las puertas abiertas, con Pepa tras la barra-mostrador, sonriente como siempre. Poco a poco el local se va llenando de gente y en menos de media hora la vida hierve en cada rincón, las palabras dichas se mezclan con las escritas y firmamos algunos libros porque hay gente que se tendrá que ir antes de que acabe el acto.

               Hay saludos.

               Hay besos.

               Hay caras que hace mucho que no veo y otras que se presenta por primera vez pero a las que ya conozco de otro modo. Sin darme apenas cuenta estamos sentadas en el pequeño sofá de la sala donde se reúne el club de lectura. Pepa arranca y después es mi turno de presentar a María José. Me salto algunas cosas que tenía previsto decir, me doy cuenta, me pongo nerviosa y le doy un premio literario. Incluso me quedo en blanco con el nombre de la protagonista de su novela Bajo los tilos porque me da por pensar, de pronto, si es Elena o su hija María y se me olvida que no estoy escribiendo, que cuando hablas y te están escuchando atentamente las pausas quedan raras.

Me pongo más nerviosa aún.

María José tira su libro al dar una pequeña patada a la mesa.

Al poco, la imito.

Quizá los nervios nos están acechando, no hay que dejar ningún resquicio por el que puedan colarse porque son traicioneros, capaces de arruinar las mejores jornadas. Respiro profundamente y suelto el aire poco a poco, sin que se note mucho, mientras me empiezo a relajar.

               Entonces es María José la que toma la palabra y se centra en Bajo los tilos. La escucho hablar y me encanta su tranquilidad, la seguridad que transmite, el saber estar delante de la gente que supongo que le dan los años al frente de una clase, las conferencias y, sobre todo, ese carácter sereno que tiene. Le hacen preguntas, responde, se ve que la novela se ha hecho un hueco en sus memorias lectoras y han sabido sacarle un partido interesantísimo.

               No sé cuánto tiempo pasa, ahora me toca a mí hablar de Detrás del cristal y también contesto sus preguntas. Hablan de la capacidad del libro para obligarte a leer sin descanso, de los personajes. Incluso me preguntan con cuál me quedo y me sale Pablo del alma. Más preguntas y muchas fotos y llega el momento de firmar libros, de atesorar recuerdos en forma de fotografías que llegan desde todas partes. Pido perdón a Tomás Gallego, al pobre se lo puse difícil de verdad porque me resulta casi imposible no cerrar los ojos cuando siento la luz del flash acercarse a mis ojos. Se defienden como leones, intentando mantenerme lejos del primer plano fotográfico.

               En un momento me escapo y me siento atrás, con el maestro. Encuentro un rato para charlar con Rafael R. Costa y le pido "un autógrafo", en realidad es un dibujo que esboza en un momento, un autorretrato que me guardaré como un tesoro. Hablamos y no soy consciente ni siquiera de que hay una cámara inmortalizando el instante, está Tomás disparando pero creo que en ese momento, para captar mi atención, debería haberme tirado la cámara a la cabeza.

Fotografía de Tomás Gallego.

Fotografía de mi móvil. Dibujo original de Rafael R, Costa.

               Cuando subo arriba... todo se vuelve confuso. Sé que hablo con mucha gente, hay fotos, hay saludos y firmas pero soy incapaz de colocar mi mente en la posición en la que me lo devuelva todo tan nítido como para poder contarlo bien.

Mayte Esteban, María José Moreno y Lidia Herbada.
Fotografía de Tomás Gallego.

Con Marina Collazo.
Fotografía de Tomás Gallego.

Con Mercedes Gallego, que estuvo todo el tiempo a mi lado.
Fotografía de Tomás Gallego.



               Vamos a tomar algo antes de la despedida y cuando monto en el coche me doy cuenta de lo cansada que estoy. Ahora toca volver a la realidad pero antes necesito reponer fuerzas porque estoy exhausta. 

La mayoría de las fotos que acompañan esta entrada las he tomado prestadas de las que realizó Tomás Gallego por dos razones: la primera es que son fabulosas y la segunda que mías no tengo nada más que media docena y no están demasiado bien.