domingo, 9 de abril de 2017

ABRIMOS UN CAMINO

A los primeros que se nos ocurrió publicar libros por nuestra cuenta en Amazon se nos denominó Generación Kindle. No sé si una generación literaria se puede articular alrededor de un hilo tan débil: no existen puntos en común, ni edades parecidas, ni circunstancias comunes. No tenemos las mismas preocupaciones vitales, ni siquiera entendemos la literatura del mismo modo. 

Lo único en común fue abrir un camino nuevo para llegar a los lectores.

Hace mucho que no leía sobre esto, sobre la Generación Kindle, pero a raíz de un relato en un blog se me ha ocurrido buscar en Google y aparece una entrada en la Wikipedia. No deja muy claro sobre quienes formaron parte de esto, quizá porque fue tanta gente que nadie se ha atrevido a dar nombres. Seguro que porque siempre habría alguien que se sentiría molesto porque lo dejasen fuera. O porque cada uno ha seguido una trayectoria diferente. 

Solo quería dejar constancia de que estuve allí desde el principio. No con una, con tres novelas en 2012.


martes, 4 de abril de 2017

PROS Y CONTRAS

Hace unos días, regalé la primera novela que publiqué en Amazon en marzo de 2012, en aquellos tiempos remotos del principio de la autoedición en esta plataforma, cuando formaba parte de lo que se llamó Generación Kindle. Era El medallón de la magia, junto con la otra que completa esta historia, Brianda, fueron objeto de un regalo.Un regalo mío a quien se quisiera acercar a ellas, porque era mi cumpleaños y me apetecía tener un detalle con los lectores, celebrarlo de este modo. Eso no es, como no me canso de leer por ahí, un "autopirateo", palabreja tonta donde las haya, ni tampoco es un modo de aumentar mi vanidad, como tuvimos que escucharle Mercedes Gallego y yo a un personaje que nos acusaba de perjudicar al sector editorial por regalar nuestras obras.

Eran un simple regalo.

Porque puedo hacerlo y porque quiero.

Así de sencillo.

Regalar una novela tiene sus pros y sus contras. El pro es que vas a encontrar lectores. Algunos, la inmensa mayoría, se la descargarán y jamás van a abrirla. Tenemos -todos- cierta tendencia a acumular las cosas que nos dan gratis. Si no, miraos las manos cuando salís de cualquier Feria. Volvemos cargados con una bolsa con los objetos más variopintos que, en la mayoría de las ocasiones, acaban en el cubo de la basura. Pero hay otro pro y es tropezar con alguien que sí se anime a abrir sus páginas, que se encuentre cómodo entre ellas y llegue hasta el final y, entonces, habrás encontrado un lector.

Así, de este modo, yo llegué a una lectora que en este mes se ha leído cinco de mis siete novelas. Para mí eso ya es objetivo cumplido, una maravilla porque esta novela ha reclutado lectores y son más difíciles de encontrar que las setas en un tórrido mes de verano.

El contra es que, inevitablemente, los piratas hacen su agosto. Al día siguiente de la promoción, varias páginas ofertaban gratis mis libros, algo contra lo que ya me niego a luchar, porque no es a mí a quien corresponde, sino a las personas que deberían legislar esto, perseguir a los que se lucran del trabajo de otras personas. Y uno más: los comentarios negativos.

Me llegó uno para El medallón de la magia.

Ante la estupidez del argumento empleé mi derecho, porque lo tengo, de puntualizar. Nunca, jamás, voy a entrar a decirle a un lector nada si no le ha gustado la historia, pero si su comentario negativo no tiene esa justificación o alguna de peso, sí voy a hablar. Porque me parece sumamente injusto que tenga que mantenerme callada ante la estupidez de otro y porque creo que defender mi trabajo también es mi misión, más en un caso como este que se trata de una novela que no tiene una editorial detrás.

Veréis, la crítica era... ¿absurda? Si hay algo contra lo que peleo cada día en el trabajo es con la capacidad para emitir juicios razonados que se sostengan, para enseñar a leer y a no decir idioteces. ¿Por qué no debería poder decirle a alguien que se equivoca cuando está tirando por tierra mi trabajo? Insisto, no era una apreciación subjetiva, no era ni siquiera como la otra crítica negativa que tiene esta novela que estaba justificada y a mí me ayudó muchísimo como autora. Ni siquiera como un matiz de una que tiene Brianda, en la que la lectora dice que quizá la portada no anima a leer la historia, y eso es algo que me planteo valorar porque quizá lleve hasta razón.

No. Era otra cosa.

Valoraba como algo negativo que es infantil. Una novela que lleva desde marzo de 2012 sin cambiar de categoría en Amazon: está en infantil. Por que lo es y eso, que ya está en el envoltorio de la novela misma, no creo que pueda juzgarse como algo negativo.

¿A qué viene eso en la crítica? ¿La persona que lo ha descargado no sabe leer? Y no me vale el argumento de que ha pagado por ella y, por lo tanto, tiene derecho a decir lo que le dé la gana porque me apuesto lo que queráis a que no lo ha hecho: se la regalé yo poniéndola gratis. Esta novela llevaba meses sin tener un comentario, este llegó justo tras regalarla, así que no se trata de una compra.

Dos y dos, de toda la vida, son cuatro.

Pero bueno, es que también se puso número 1 de descargas gratis, que ya me diréis qué mérito tiene eso salvo el que yo me divirtiera un rato mirándolo. Y hasta eso, según está el panorama hoy en día, genera piques tontos en mucha gente que te rebotan de las maneras más variopintas. Supongo que ese comentario buscaba más perjudicar mi reputación como autora que valorar de verdad esta novela.

Pero es que, además, esta obra, a pesar de ser infantil, tiene mil cosas escondidas entre el texto que, quizá, una persona que no es capaz de fijarse en la catalogación tan obvia que tiene, habrá pasado por alto. No se habrá dado cuenta de que, insertadas en la narración, hay referencias históricas. No son profundas porque es un libro infantil, lo he dicho mil veces, se lo escribí a mi hijo cuando era pequeño. Aparecen personajes históricos como Velázquez o Quevedo mencionados, libros como El Quijote, reflexiones sobre la inutilidad de las guerras, lugares emblemáticos del Siglo de Oro como Zocodover en Toledo o la iglesia de San Ginés en Madrid. Juego con unos versos acrósticos y presento un tribunal que jamás debería de haber existido, que condicionó la vida de miles de personas en la época: la Inquisición. Todo, insisto, de manera sutil, una excusa para poder hablarle a mi hijo de todo ello y que empezase a aprender, todo aderezado de tal manera, envuelto en una historia sencilla que un niño pudiera seguir con soltura, sin perderse en esa otra historia que está en la superficie, la de Amanda y Alonso, un soldado tan peculiar que hasta me lo han copiado en una serie de muchísimo éxito. Bueno, no creo que lo hayan copiado, creo más bien que llegamos a la misma conclusión, solo que yo lo hice muchos años antes.

Y lo publiqué.

Esta novela iba bien cuando la puse a la venta, a pesar de que no cumplía el perfil para resultar un éxito en la plataforma, pero también tuvo su tropezón inicial con una reseña cobarde y maliciosa que frenó las ventas sin decir nada de nada de ella, con una indirecta que significaba: oye, no la leáis que es una mierda, y que poco consiguió en el mundo real porque, en paralelo, estaban sucediendo otras cosas mágicas, el montón de veces que ha sido elegido por profesores de instituto como lectura para los primeros cursos de la ESO.

Fíjate tú por dónde...

Me apetecía contar esto, reivindicar lo que es mío, dejar claro que podéis decir lo que queráis de una novela que escriba: que no os ha conmovido, que no la recordaréis, que no os ha dicho nada, que no es buena... pero en ningún momento me voy a quedar callada cuando critiquéis algo sin sentido que forme parte de su misma esencia.

Porque es mía y porque yo la defenderé.

Sé que hay gente que no admite que el autor se explique, que diga lo que pretendió, pero me da lo mismo. Soy una escritora de la calle y esta novela, como otras tres que tengo, solo me tiene a mí.

jueves, 23 de marzo de 2017

CUMPLEAÑOS

A última hora de hoy me acuerdo de que estoy de cumpleaños doble. Por una parte, este blog, El espejo de la entrada, llega a sus nueve años de vida digital. Por él han pasado resúmenes de novelas, acontecimientos destacados de mi trayectoria literaria, relatos, reflexiones, noticias...

El otro cumpleaños es el de mi primera novela en Amazon, El medallón de la magia. Lleva cinco años en la plataforma. Ha cambiado varias veces de portada, la he subido varias veces (sí, a mí también me denunció algún cliente por dejarme tildes, algo que tiene guasa habiendo lo que hay) y me ha dado muchas alegrías y lecciones.


martes, 14 de marzo de 2017

LIBRERÍA MOLAR: MADRID. 17 DE MARZO DE 2017.

El viernes os espero. Será una tarde de besos y abrazos, de poder poner caras y recuperar sonrisas con las que me he cruzado en otro tiempo. Será el día de presentaros a mi última criatura, de entregárosla en manos a los que todavía no la conocéis y compartir impresiones con quienes sí la habéis leído.

No tengo que contaros que estaré nerviosa, porque seguro que os habéis dado cuenta.

Ni que decir que echaré de menos a mi padre, que estoy convencida de que, de poder estar, sería el primero en sentarse en primerísima fila.

Será el viernes 17, a las siete y media, con Mercedes Gallego como anfitriona y una preciosa librería como escenario.

Quedáis todos invitados.










viernes, 10 de marzo de 2017

EL LIBRO DE MEMORY DE PETINA GAPPAH



Sinopsis:

"La historia que me has pedido que te cuente no comienza con la conmovedora fealdad de la muerte de Lloyd. Comienza un día de agosto de hace mucho tiempo, cuando el sol me abrasaba la cara y yo tenía nueve años, y mi padre y mi madre me vendieron a un desconocido. Digo mi padre y mi madre, pero en realidad fue mi madre..."


La narradora de El libro de Memory es una mujer albina que languidece en la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, en Harare, Zimbabue, donde está encarcelada por asesinato. Como parte de su apelación, su abogada le pide a Memory que escriba a una periodista americana interesada en su caso todo lo que sucedió tal y como ella lo recuerda. En su país la pena de muerte es preceptiva en casos de asesinato, y Memory escribe literalmente para salvar su vida. A medida que se despliega la narración de su vida, cuajada de un sorprendente sentido del humor, sabemos que ha sido juzgada y condenada por el asesinato de Lloyd Hendricks, su padre adoptivo. Pero, ¿quién era Lloyd Hendricks? ¿Por qué Memory no siente remordimientos por su muerte? Y, ¿sucedió todo tal y como ella lo recuerda?



Moviéndose entre las barriadas de los negros pobres y las zonas residenciales de los blancos ricos, entre pasado y presente, Memory va tejiendo un relato fascinante en el que se entrelazan el amor, la obsesión, la inevitabilidad del destino y las trampas de la memoria.



NOVELA FINALISTA DE LOS PREMIOS BAILEYS WOMEN’S PRIZE FOR FICTION Y PRIX FEMINA 2016.


Mis impresiones:

La primera noticia que tuve de este libro fue en el momento en el que lo tomé entre las manos. Lo siguiente que me dijeron es que era una historia dura, pero que estaba narrada con un tremendo sentido del humor, desdramatizando en todo momento la situación por la que pasa la protagonista.

Memory se nos presenta como una reclusa de la prisión de máxima seguridad wn Chikurubi, en Harare, Zimbabue. Es albina y está condenada a muerte por el asesinato de un blanco. La narración de esta historia corre a cargo de la misma protagonista, una primera persona que va contando, de manera desordenada, las circunstancias que la han llevado allí, a esperar una sentencia de muerte. Lo hace porque le han pedido que le cuente a una periodista americana su historia. Su abogada ha pensado que quizá eso, contar todo según ella lo recuerda, pueda ayudar en su apelación.

Escribe, como dice la sinopsis para salvar la vida.

La crudeza de la prisión está presente en esas líneas que va componiendo poco a poco, pero la visión de Memory siempre deja un poso de ironía que hace que tú, como lector, te encuentres en algún momento sonriendo ante lo que te cuenta, aunque si lo piensas un poco no tiene nada de gracioso.

Memory, como su nombre, bucea en la memoria, rescata los recuerdos de infancia de su barrio pobre, donde vivía con un padre muy especial y una madre que siempre estaba aquejada por terribles dolores de cabeza. Narra las carencias, pero del mismo modo pone una luz especial en los momentos felices, cuando se vestía con el traje de Navidad, los momentos en familia que para ella son su mejor tesoro. Recuerda a sus hermanas, habla también de un hermano que no conoció, porque murió antes de que ella naciera, y también de la pequeña, que se ahogó en un cubo. Notas en su narración que hay algo que le duele de manera especial, y es haber sido vendida por sus padres a un hombre, el mismo por el que la acusan de asesinato, un hombre blanco que se convierte en su mentor y que le da una educación diferente a la que le correspondería a ella.

La protagonista, además, como dije antes, es albina. En África, ser albino no es fácil, no solo porque la piel se llene de ampollas a la mínima que le de el sol (razón por la cual en esos momentos que recuerda de la infancia se queda mucho tiempo en casa) sino por las supersticiones ligadas a estas personas. Su condición de albina, sin embargo, supone una ventaja en la cárcel. El miedo de las demás a que las mire a los ojos le permite tener una celda para ella sola.

A pesar de que la narración es en primera persona, hay suficientes diálogos para que no se haga pesada. Además, el personaje principal, la manera en la que la conocemos, su ironía y su sentido del humor, junto con una narración muy buena, te obligan a avanzar. Lo que pasó con el hombre que la compró va a apareciendo solo con breves pinceladas de vez en cuando y eso empuja a seguir leyendo. Incluso todos los datos históricos que de vez en cuando salpican la narración tienen un buen tratamiento, que provoca que no se hagan pesados, como a veces sucede en algunas novelas.

Lo dije en alguna parte, el planteamiento, la persona narrativa, la misma exquisita narración me recordaron un poco al libro de Elena Ferrante, pero con la diferencia abismal de que Memory no me cae mal. A pesar de lo que haya hecho, en ella no detectas el rencor y la mala uva de la narradora de esa otra novela. La empatía es posible aquí y aunque no entiendas cientos de palabras que aparecen en el dialecto de la zona, da lo mismo, no interrumpen el sentido.

La historia está estructurada en tres partes que, aunque las titula como sus tres hogares en orden cronológico, no serán estos protagonistas exclusivos. Como digo, la narración no es ordenada y, sin embargo, sí tiene la capacidad de que el lector la ordene en su mente. Y la forma de expresarse, cuidada, pero sencilla, hace que la lectura sea fluida todo el tiempo, a pesar de las muchísimas frases que salpican la novela en otro idioma y de las que es posible prescindir de su significado.

Y al final, el giro.

Simplemente sorprendente.

Os la recomiendo, es una historia interesante, diferente y bien escrita, una delicia de libro que se me hubiera pasado por alto si no me lo hubieran puesto en la mano.