miércoles, 1 de enero de 2014

RETO SERENDIPIA RECOMIENDA 2014: ¿LO LOGRARÉ?




Empiezo el año con un reto. 

Los que me conocéis bien sabéis que no me suelo apuntar a nada porque dispongo de poco tiempo para las redes. Es cierto que puede parecer que estoy mucho, pero eso tiene truco: no apago el ordenador, lo tengo siempre al lado, y suelo contestar al instante para que no se me acumule la tarea y, sobre todo, no se me olvide algo. Mientras, plancho, hago la comida, limpio, bajo a comprar (no, ahí no me lo llevo pero no lo apago)... Incluso a veces preparo disfraces para el cole o escribo y sigue encendido, activada la función de aviso de actividad. Los únicos ratos en los que definitivamente no estoy conectada a este mundo virtual son los que dedico a mi trabajo.

Y no siempre, porque cada vez con más frecuencia tenemos que consultar algo en internet o acudir al aula virtual, así que tampoco me libro. Pero las redes, en ese tiempo, se quedan mudas. 

Cuando se trata de retos, lecturas conjuntas, sorteos… si le robo a los míos más minutos por todo esto acabaré sintiéndome culpable, así que pensé que no iba a comprometerme más. Sin embargo, algo en el reto de Mónica - Serendipia me llamó la atención porque no me obliga a nada más allá de lo que pueda hacer.

¿En qué consiste?

Primero:

Se trata de recomendar tres libros desconocidos o casi desconocidos y decir algo de ellos, una pequeña frase que resuma por qué me han gustado. Después poner un link con la reseña que en su día hiciera de esos libros.

Segundo:

Elegir tres libros entre los demás libros que propongan los blogs para leerlo y reseñarlo. El plazo es amplio, TODO 2014.

Aquí podéis ver la entrada del  Reto Serendipia.

Mis tres recomendaciones:

El caracol de Byron, de Rafael R. Costa. Por la calidad de su prosa, porque me sentí transportada al faro de Byron Bay.

Un bonsái entre tú y yo, de FJ Rohs. Me divirtió, me hizo reír, me hizo pensar. Y me regaló un amigo. ¿Qué más se puede pedir?

Ángeles de cartón, de Miguel A. Mián Ros. Me subyugó la forma de narrar del autor.

Ya sé que voy a mi bola, que leo lo que me apetece en cada momento y que no es precisamente lo que lee todo el mundo. Además, hace una semana que publiqué un post con las mejores lecturas de este año que ha acabado y tampoco ha sido nada complicado elegir.





martes, 31 de diciembre de 2013

MIS DESEOS PARA 2014.



Acaba 2013, las últimas horas de este año se abren paso y se llenan de los preparativos de una noche mágica y es momento de pararse a pensar en lo que ha supuesto este año que se nos va de las manos.

Sería muy largo porque me han pasado tantas cosas que me eternizaría y no es el momento. Ahora es tiempo de deseos, de buenas intenciones para el año que a pasos agigantados se aproxima.

Sé que en 2014 me van a pasar cosas buenas, la publicación en papel de Detrás del cristal luce como una estrella que iluminará febrero pero no puedo dejar de pensar en que hay otras cosas que quizá oscurezcan un poco este momento. En 2013, en casa, hemos sorteado por los pelos la espada de Damocles del paro pero sigue ahí, parapetada tras la puerta, sin mucha pinta de marcharse. Quizá sea lo único que en estos momentos me preocupa seriamente porque no tener trabajo no es solo carecer de ingresos: es instalarse en una intranquilidad que se lleva por delante la salud y otras muchas cosas que sí son importantes.

Resumo mis deseos:

-Salud: para disfrutar de lo bueno y afrontar los contratiempos.

-Amor: porque sin él, nada tiene sentido.

-Dinero: bueno, al menos lo básico para pagar las facturas.

-Éxito: para todos los que quiero, que se cumplan las metas, que aparezcan otras nuevas.

-Tranquilidad: para que las conversaciones se centren en risas y proyectos y no en las malas vibraciones que producen aquellas cosas que se han ido cruzando y que no eran tan felices.

-Justicia: para que de una vez por todas quienes causan daño (de cualquier tipo) a los demás, tengan lo que se merecen.

-Trabajo: sin él, lamentablemente, todo se desmorona.

FELIZ 2014.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LOS DILETANTES DE ANTONIA ROMERO


Sinopsis:

Ada tiene dieciséis años y acaba de perder a sus padres en un accidente. Desde que despertó del coma tiene extrañas pesadillas que la atemorizan y cuando alguien la toca recibe visiones de sus vidas. Su hermana se hace cargo de su tutela y se la lleva a vivir con ella a un pequeño pueblo, cercano a Barcelona. Ada intenta integrarse, y acepta retomar sus clases de piano con Andrew, un misterioso y joven profesor que despierta en ella sentimientos contradictorios. Pero cuando su piel roza la del joven inglés se muestra ante ella un personaje de otra época, un accidente de caballo y su muerte. Andrew ayudará a Ada a recordar lo que ocurrió realmente la noche en que murieron sus padres, le mostrará un mundo de oscuridad en el que cuatro razas de vampiros pueblan la Tierra. Descubrirá que su destino era ser una Diletante y tendrá que aceptar una realidad de la que ya no puede escapar y en la que quizá no pueda sobrevivir.

Mis impresiones:

Siempre digo que no me gustan las novelas de vampiros, aunque me leí enterita la saga Crepúsculo. ¿Por qué lo hice? Bueno, porque una de mis chicas, Estela, llevaba tiempo sin leer y de pronto, al tropezar con Bella y Edward sintió una especial fascinación por ellos y me trajo el primero de los libros a casa entusiasmada. Yo intento compartir las lecturas para que puedan hablar de ellas con alguien y, de ese modo, fomentar su amor por los libros. Me parece mucho más motivador que una simple recomendación así que empecé a leer. El primero reconozco que me enganchó pero de ahí en adelante me costó horrores seguir con la saga y si lo hice fue precisamente para poder compartir impresiones con ella.

Cuando Antonia Romero presentó Los Diletantes yo ya había leído sus dos novelas anteriores, Peso Cero y La Tumba compartida, así que partía con la ventaja de saber que me gusta mucho cómo escribe. Antes incluso de leer ni una sola reseña de la novela sabía que era más que probable que me gustase, a pesar de los vampiros.

Y no me equivoqué.

El planteamiento de la novela que hace Antonia Romero me gustó desde el principio. Ada, la protagonista, aparece como una muchacha normal que ha perdido a sus padres en un accidente de tráfico y que por ello tiene que irse a vivir con su hermana. Ada ha permanecido dos meses en coma, debido a las secuelas, y la conocemos cuando empieza en un instituto nuevo en el que su hermana es la profesora de matemáticas. Nada en ella se sale de lo común salvo las extrañas visiones que tiene cuando toca a alguien, por lo que evita el contacto físico con todo el mundo. Los adolescentes que rodean a Ada son normales, con las mismas inquietudes y conversaciones que me encuentro a diario y el mundo que empezamos a conocer es perfectamente reconocible, lo que para mí es uno de los principales atractivos del libro. Todo empieza a cambiar cuando conoce a Andrew, un joven de veinte años que se convertirá en su profesor de piano, y que aparecerá para ayudar a Ada a recuperar la agilidad de sus dedos tras el accidente y retomar su entrenamiento con el piano.

Pronto, Ada se empezará a dar cuenta de que hay muchas incógnitas en torno a él. Las visiones que percibe con respecto a Andrew pertenecen a otra época y eso desconcierta a la chica tanto como lo que empieza a sentir por él. Ada va descubriendo su propia historia a la vez que el lector porque Antonia elige la primera persona para narrar esta novela, salvo en algunos momentos en los que le narrador se vuelve omnisciente para que los lectores podamos completar el cuadro.

Es interesante cómo Antonia nos presenta a las cuatro razas de vampiros que pueblan el mundo: Los Diletantes, los Cambiantes, los Vetalas y los Vampiros originales y cada uno de los roles que estos tienen dentro de la sociedad sin que los humanos sean conscientes de ellos. Todo está perfectamente construido de manera que la credibilidad en torno a la historia se sostiene.

Me han gustado mucho los personajes, perfectamente perfilados. Ada, la protagonista, va siempre cargada con su iPod y por ello en la novela aparecen constantes referencias musicales que también la perfilan (igual que somos lo que leemos, somos lo que escuchamos) y es mucho más madura que las niñas de dieciséis. Andrew es misterioso pero ejerce una atracción en ella tan grande como en el lector. Sus compañeros de instituto son reales, palpables, tanto que a David, por ejemplo, le pude poner rostro porque conozco a alguien sumamente parecido. Y otros personajes que me han encantado son la hermana de Ada y Verner, el Diletante que tiene como misión proteger a Ada.

La novela pertenece a una saga que se llama El Quinto Sello y es la primera de las cinco novelas que la conformarán. Teniendo en cuenta que la primera novela se llama Los Diletantes, la segunda, Los Cambiantes (ya está disponible en ebook), sospecho que cada una irá enfocada a una de las razas de vampiros aunque… os he dicho que son cuatro, así que en la quinta nos sorprenderá seguro.

No quiero contaros más, sólo añado que ha sido una lectura plenamente satisfactoria y que, a pesar de ser una saga, la novela es autoconclusiva, lo que no quiere decir que no deje con unas ganas tremendas de continuar queriendo saber.


Ahora que la Navidad nos deja un poco de tiempo. ¿No te apetece leer un poco? Puedes empezar por Los Diletantes, por ejemplo.


lunes, 23 de diciembre de 2013

REPASANDO 2013: LOS LIBROS QUE ME MARCARON ESTE AÑO.


Acaba el año y a todos nos da por hacer balance. En este blog, al llegar al final del calendario, me gusta revisar las reseñas que he hecho y pararme a pensar en los libros que más me han aportado.

Mis mejores lecturas.

Este año ha sido extraño en cuando a lecturas y reseñas porque hay un claro desajuste entre unas y otras. Probablemente he escrito muchas menos que en los anteriores pero estoy segura de que he leído mucho más aunque se han ido conjugando varios factores que han desequilibrado esta balanza.

- Algunos libros no me han dicho nada. Esos los he dejado sin reseñar porque mi tiempo es escaso y prefiero distribuirlo en cosas positivas y dejar de lado lo que no me aporta nada.

- He tenido momentos en los que mi atención requería centrarse en otras cosas. Eso ha provocado que se me hayan escapado novelas que sí me han gustado sin poderlas reseñar. Algunas veces las he reunido en una entrada pero otras no he tenido ni tiempo de eso y cuando lo encontré ya era tarde. Si pasa tiempo entre lectura y reseña se me escapan detalles, por eso las hago durante la semana siguiente a terminar la lectura. Pasado ese tiempo es normal que ya no las haga.

- Hay libros pendientes de reseñar. En algún caso porque tengo que hacer una relectura; en otro porque se trata de una colección y quiero hacerlo en conjunto; en otro porque aunque la reseña está a medio hacer y no he encontrado el momento de revisarla en condiciones para publicarla.

- Ha sido un año de muchas lecturas cero. Varios autores me han pedido que leyera sus manuscritos y los analizara y he estado atareada con libros de los que aún no puedo hablar. O que ya están ahí pero sobre los cuales he emitido mi opinión al mismo autor o autora antes de publicar la obra y que no sé si después habrá mutado, por lo que no me atrevo a decir absolutamente nada.

- He terminado una novela y me falta rematar una segunda. En este año la productividad se ha multiplicado. El verano fue un buen momento porque los niños ya son grandes y van solos a la piscina (sin mí, vamos, solos no van que se aburrirían mucho) y me han dejado tiempo para poder escribir con calma. Todas las tardes de un verano dan mucho de sí y he podido terminar una novela que arrancó en mi cabeza en 2010. Ya está registrada y a punto estoy de acabar la siguiente. La primera (ATCLV) es ficción contemporánea y a mí me gusta un montón. La segunda (LCDLF) es romántica y con esta me he divertido escribiendo como no lo hacía desde que escribí Su chico de alquiler.

- Ha sido el año de Detrás del cristal. El 15 de febrero, de madrugada, colgué mi cuarta novela en Amazon y como os he contado en el blog no se apeó del top 100 ni un solo instante desde ese momento hasta el 10 de julio, día en el que Ediciones B pasó a tener los derechos de la novela. Ha sido el año de mi firma con una editorial, ha supuesto un cambio en cuanto a mi propia percepción sobre mi escritura (sigo pensando que estoy aprendiendo pero ahora no me suspendo todo el tiempo como narradora como hacía antes). Detrás del cristal continúa con su magia y aunque en Amazon con el cambio de ASIN apenas volvió dos días al top, en noviembre se coló en el de Fnac y ahí está, esperando paciente a la cita que tenemos el 12 de febrero con los lectores de papel.


Me cuentan hace un año que estaría un día en semejante compañía y me da un ataque de risa.


¿Nos descubrirán? ¿Alguien se llevará el libro a casa, lo leerá, le gustará y lo recomendará? ¿Seguirán confiando en mí?

A saber.

Me hago preguntas pero no conozco ni una sola respuesta. Esto SÍ que es una lotería y no obtener una valoración positiva de tu obra. El esfuerzo puede inclinar la balanza, el talento puede sumar peso pero, para venderlo, ahí os digo que hace falta SUERTE. Voceadores en todas partes, agentes voluntarios (yo no lo puedo pagar) que la soplen y hagan que vuele. Os pediré un retuit, un boca oreja pero, tranquilos, no voy a pedir nada más porque sabéis que ni lo he hecho antes ni lo haré ahora. No es elegante y tampoco me gusta poner a nadie en compromisos más serios.

Y después de este rollo que os he metido, repaso los libros que destaco de este 2013 son los que os enseño a continuación. Podéis llegar a sus reseñas pinchando en el título.

Un bonsái entre tú y yo, de FJ Rohs. Una preciosa historia sobre la amistad de La Sastrería Literaria que me cautivó. No he dejado de recomendarlo desde que lo descubrí y espero que si os animáis a leerlo, os provoque al menos sensaciones parecidas a las mías porque fueron muy, muy agradables.


Diario de invierno, de Paul Auster. No puedo evitarlo, siento debilidad por este hombre. Leo lo que me hubiera gustado escribir en sus libros y éste, su autobiografía, me mostró algunos detalles coincidentes conmigo que me dejaron noqueada. Me ha gustado siempre de él que insista en que nuestras pequeñas decisiones condicionan lo que será nuestra vida porque no puedo estar más de acuerdo. Para bien o para mal.



La protegida Wittman, de Iván Hernández. Iván me ayudó con la portada de Detrás del cristal y tenía pendiente conocerle como escritor, así que poco después de publicar mi novela me decidí a leer algo suyo. Y empecé a lo grande, con su novela estrella. Me gustó su prosa muchísimo. He seguido leyéndole y he descubierto a alguien con un excelente sentido del humor y un talento desbordante. Christie Allien es mi personaje favorito pero… aún no he reseñado estos libros porque me los reservo, de momento. Son tan cortos que quiero hacer algo con todos, o al menos con unos cuantos. Vamos por el tres de momento, y digo vamos porque el día que salen me los leo, cual adolescente impaciente.


Ángeles de cartón, de Miguel A. Mian Ros. ¿Cómo no lo leí antes? Esa es la pregunta que me he estado haciendo durante este año. Me encantó. Y me deprimió. No por el libro sino porque estoy segura de que jamás voy a ser capaz de escribir tan bonito como lo hace Miguel. Lo súper recomiendo.


El alquimista Impaciente, de Lorenzo Silva. Mi única reseña con spoilers. Lo hice porque este libro ya tiene algunos años y me pareció que no le pasaría nada si lo diseccionaba un poco aunque se aleje de mi costumbre a la hora de hacer una reseña. En realidad no descubro con ellos la trama porque los uso para reflexionar en otra dirección. Me apeteció hacerlo así y me gustó la novela pero, sobre todo, me gustó escribir esta reseña.


Algo más que vecinos, de Isabel Keats. Una novela que logra que se te olvide que has puesto la olla a tope y estalle inundando la cocina de guisantes se merece estar aquí. NINGÚN libro de este año ha sido capaz de acaparar mi atención tanto como éste. ¿Por qué? Pues probablemente porque es muy divertido y muchas veces lo que necesitamos de un libro es  eso, divertirnos. Para hacérnoslo pasar mal ya está la vida, que es muy perra…


El caracol de Byron y La interpretadora de sueños, de Rafael R. Costa. Dos novelas del mismo autor que se han ganado por derecho estar aquí. Son maravillosas, me ha pasado con Rafael lo mismo que con Mian Ros: después de leerlos me entran ganas de que me den alguna clase para aprender a narrar porque jamás me aproximaré a ellos, a su forma de acariciar con las palabras.


La caricia de Tánatos, de María José Moreno. No conocía a María José como narradora y empecé por esta novela que me mantuvo enganchada. A pesar de su longitud apenas me duró unos días porque se lee muy bien y la autora logra que te sumerjas en la historia de Mercedes tanto que cuando acaba te quedas con ganas de más.


As de Corazones, de Antonia J. Corrales. Fui una de las primeras lectoras de la novela, de hecho la leí en el ordenador y a pesar de que me gusta muy poco leer aquí me duró apenas dos días en los que DISFRUTÉ leyendo. Ella tenía miedo, no sabía si a los lectores les gustaría su novela pero le dije que no temiera: no iba a ser así. 


Lo que encontré bajo el sofá, de Eloy Moreno. Unas horas me duró, no podía dejar de leer. Es el único libro en años que he cogido y no he soltado hasta verlo acabar. De hecho creo que sólo me había pasado hace siglos con uno de Pérez-Reverte. Lectura satisfactoria del todo y esta vez sin que explotase nada.



Sonríe de Mel Caran. Pues se quedó sin reseñar, por eso no tiene enlace a una reseña, sino a su perfil en Amazon. Lo descubrí un domingo por la noche, justo cuando terminaba una promoción gratuita a la que no llegué a tiempo. Sin embargo, su portada, la primera que tuvo, me llamó mucho la atención e hice algo que recomiendo: descargué el fragmento gratuito. Me dio una rabia terrible que se me acabase el diez por ciento de cortesía que te permite la página y no tuve más remedio que comprármelo. ¡Me encantó! Por su frescura, por lo original del principio. Por esa chispa que tiene. Sin embargo todo esto sucedió a la vez que publicaba Detrás del cristal, los primeros días de locos que viví y se me pasó reseñarlo.

Después conocí a Mel y puedo decir orgullosísima que a día de hoy somos amigas. Como ella ya lo ha contado en su blog creo que puedo decirlo ya aquí: Sonríe saldrá pronto bajo el sello Zafiro de Planeta. ¡No os imagináis lo contenta que estoy! ¡Lo sabía desde que leí ese diez por ciento!

Sólo era cuestión de tiempo que sucediera.



El último de esta lista de libros, por supuesto, Detrás del cristal. Para mí a la fuerza es el libro de mi año (obvio) pero de él no os digo nada más, suficiente paliza os he dado ya.


¡Y lo que os queda!


jueves, 19 de diciembre de 2013

¿CÓMO DEBERÍA DE SER UNA RESEÑA?


Si has llegado hasta esta entrada buscando instrucciones precisas sobre cómo realizar una reseña, te sugiero que dejes de leer porque no las vas a encontrar. Puede que haya quienes necesiten una plantilla que seguir a pies juntillas pero yo ni la uso ni la quiero. Tampoco, claro está, pretendo dar instrucciones.

Yo leo reseñas en la red. A veces lo hago para hacerme una idea de lo que voy a encontrar en un libro, otras porque las ha colgado alguien que conozco y quiero ver su opinión.

Como sabéis, también hago reseñas.

O lo que sea.

Las mías son más un cúmulo de sensaciones que un texto que convierta en cadáver a un libro y le haga la correspondiente autopsia. No destripo, valoro siempre desde la subjetividad de mi experiencia lectora y siempre, siempre, siempre, aviso de ello porque quizá una novela que a mí me ha parecido maravillosa, para otro lector puede ser un tostón infumable y, al contrario, una novela que me ha dejado con malísimas sensaciones, a otro le puede parecer la obra del siglo.

Para hacer esto suelo poner la sinopsis y la portada, mencionar a los personajes con un par de rasgos muy generales, perfilo ligeramente la trama interrumpiendo la narración casi en lo más interesante, hablo del punto de vista del narrador y quizá comento la ambientación. Pero desde luego, lo que no hago (y no porque no sepa hacerlo) es diseccionar el libro detalle a detalle porque con eso tal vez puedo demostrar que soy muy buena analizando textos pero no es mi objetivo.

Yo quiero empujar a la lectura, quiero que los demás sepan más o menos qué pueden encontrar y, por supuesto, quiero que desarrollen su propio criterio. Por eso en este blog no hay apenas reseñas negativas porque yo no voy a recomendar un libro que no me haya gustado. En la vida real no lo hacemos, ¿por qué aquí debería ser de otro modo? Yo no tengo compromisos, por eso también soy más libre de hacer lo que me venga en gana.

¿Qué pasa con un libro después de una reseña demasiado minuciosa? ¿Quién querría leerlo cuando no le hayan dejado nada por descubrir? Yo me lo pensaría…

Para mí una buena reseña es aquella que dice sin decir, que cuenta sin contar, que descorre la cortina para mostrarte un mundo pero que no te destroza nada de lo que allí encontrarás.

Hay muy buenos anfitriones en la red.

Y malísimos.

Exactamente igual que sucede con los libros: los hay buenos, regulares e infumables pero esta catalogación sólo debería dársela el lector.