viernes, 24 de abril de 2015

¿EXISTEN REGLAS PARA ESCRIBIR BESTSELLERS?



De entrada tengo que decir que no lo creo en absoluto, que si existieran y fuera tan sencillo, habría más bestsellers que parados en la cola del INEM. Ya sé que es absurdo, pero hoy cuento esto en el blog por una razón. El otro día, en una de mis miles de excursiones investigadoras por Google, tropecé con un artículo que resumía las diez reglas para escribir un bestseller. Pensaba que no iba a ser capaz de encontrar de nuevo el artículo que leí -es algo que me suele pasar, encontrar algo y después ser incapaz de volver a ello-, pero esta mañana parece que los hados me son favorables y aquí está:


¿Por qué lo traigo al blog? Porque, también uno de estos días, empecé a bromear en Twitter con dos amigas sobre alguno de los puntos, y les prometí que buscaría el artículo y resumiría los puntos. En realidad esto es como mis excursiones investigadoras, algo sin ningún valor práctico, pero para pasar el rato sirve. Yo tengo mis peros a algunos de los puntos.

¿Empezamos?

1.- El libro debe ser una novela porque es el género que prefieren los lectores.

Bueno, esto es cierto pero no es una verdad categórica. Ayer mismo, día del libro, tuve la ocasión de tener en mis manos muchísimos ejemplares que sacaron a la calle para aprovechar el tirón del día. No solo había novela entre los más vendidos, de hecho seguía estando un libro que ha sido uno de los más demandados desde hace ya unos cuantos años: El secreto.

Primera conclusión: escribir una novela puede darte más posibilidades para acabar siendo bestseller, pero no hay que descartar otros géneros.

2.- La prosa debe ser sencilla, que permita leer con fluidez. No debe llamar la atención sobre sí misma, interrumpiendo la acción.

Cierto. Las novelas más vendidas de los últimos tiempos no es que sean precisamente literatura, pero claro, es que no es de literatura de lo que estamos hablando, sino de libros que se venden bien, ¿no?

3.- Debe de ser entretenimiento, una obra de la que sea fácil olvidarse y que no afecte a la vida del lector de forma duradera.

Aquí me quedé pensando un poco. ¿Me acuerdo de, por ejemplo, El Código da Vinci? Anda, pues es cierto, apenas recuerdo nada, pero puede ser que yo tengo una pésima memoria o que, desde que lo leí, he leído cientos de libros y este no ha sido de los que he archivado en una de las mejores estanterías de mi mente. Ay, pero también me acordé de El Principito... Las dudas, llegado a este punto, se multiplican. No es que sea fácil de olvidar.

4.-Debe decir lo que la gente ya sabe y acepta, pero no de manera extraña.

¿Entonces para que hago el esfuerzo de leerlo –y el de comprarlo, que no son precisamente baratos-, si ya sé qué me va a contar? No lo sé, sigo dándole vueltas

5.- Las descripciones deben ser breves, alternándolas con detalles del pasado de los personajes y con acción. .

A mí esto, en bestsellers y en general, me parece bien, que no se enrollen. Prefiero que no haya descripciones a esas que son un coñazo, que se dedican a hacer una lista interminable de elementos que decoran el espacio. Ya sé que también están las otras, las literarias, las que te asombran por la capacidad del autor para dibujar con palabras. Pero resulta, mira por dónde, que estas aparecen poco y más bien en libros que no son bestsellers.

6.- Los capítulos no deben pasar de quince páginas. La novela completa debería tener unas 60.000 palabras si es para niños y 100.000 si se trata de una novela de adultos.

Eso lo leí hace años en otro blog, y la verdad es que me he ido fijando en ello. Siento disentir, las novelas juveniles que triunfan son tochos de más de cien mil palabras y algunas de adultos son más cortas. Supongo que las medias nos gustan mucho, pero también se van modificando con el tiempo.

7.- Los capítulos deben terminar con un gancho, una acción no resuelta, un peligro, que se resuelva en el capítulo siguiente.

Ahí estoy completamente de acuerdo. El espíritu cotilla del ser humano impide que nos quedemos con las ganas de saber, a veces incluso renunciando a horas de sueño. No está nada mal que el autor sepa mantener nuestra atención. De hecho, creo que es algo que debe hacer. Un narrador de historias tiene que saber mantener a la audiencia entretenida. Eso, desde los juglares de la Edad Media, lo tenemos claro.

8.- El protagonista no tiene que tener un carácter muy complejo para que el lector pueda imaginarse en su lugar con facilidad.

No me había parado a pensarlo, pero en mi caso no funciona. Prefiero los personajes con peso, que evolucionan, que se debaten en dudas, que sienten… ah, que no es literatura, es un bestseller, se me olvidaba de nuevo.

9.- Una gran campaña publicitaria.

Ayuda. Mucho. Muchísimo. Me atrevería a decir que es algo completamente definitivo. Fenómenos “literarios” actuales no se explican sin esto de por medio, igual que no entiendes que otros libros no hayan salido del anonimato.

10.- Autor/a guapo/a, joven y con una biografía interesante.

Aquí me mató el artículo, pero porque considero que algo de razón lleva, que muchas veces nos dejamos influir por factores externos. Alguien nos parece atractivo y le prestamos más atención que a otra persona gris o anodina, que tiene más que aportar, pero que no se “vende” tan bien.

Conclusión: nadie tiene ni puñetera idea de por qué un libro se cuela en las listas de los más vendidos y permanece en ellas durante mucho tiempo. Puede que haya rasgos comunes, elementos que se repiten y que inducen a pensar que hay determinados factores que propician el encuentro entre el libro y la cartera del lector, pero nada, nada es defintivo.


Mil palabras.

lunes, 20 de abril de 2015

EL MEDALLÓN DE LA MAGIA: COLEGIO LOS ARENALES.

Esta mañana tocaba volver al colegio, en concreto al centro de primaria Los Arenales, en Cantalejo. En él, las dos clases de sexto han hecho una lectura de El medallón de la magia, y hoy hemos puesto en común sus impresiones sobre la historia.

En realidad, en la hora y media que hemos compartido, se ha hablado de muchísimo más. Es sorprendente lo que son capaces de preguntar, no me ha dado tiempo a aburrirme en ningún momento. Creo que todos (y son alrededor de medio centenar) han hablado en algún momento. Algunos, como Natalí, Manuel o Clara, han preguntado muchísimo, demostrándome que se han leído con mucho interés la novela.

Hemos hablado no solo de esta historia, sino de escribir novelas, de cuándo empecé, me han preguntado dónde están mis primeros relatos, si prefiero escribir cuentos o novelas... en realidad son tantas cosas que necesitaría toda la tarde para recordar. Son incansables. Antes de que me hubiera dado tiempo a contestar las dos preguntas seguidas que me había hecho Marta, Carlota tenía la mano subida y, cuando el turno llegaba a Natalia, hacía tanto rato que había pensado la pregunta que se le había olvidado. No importaba, ahí estaba Álvaro, al quite, para lanzar la suya.

He preguntado yo casi tanto como ellos. Al principio, por los personajes, y me ha llamado mucho la atención algo: las chicas eran de Amanda y los chicos de Alonso, salvo Clara San Antolín, a la que le han gustado todos, y Álvaro, que se quedaba con Fray Fantasma. Bueno, un secreto que me han contado al final, Raúl ha dicho Alonso por decir, porque no se ha leído el libro. Todavía...

Les he contado detalles sobre el Siglo de Oro, sobre los escritores de ese momento, hemos hablado de corrales de comedias, de la Inquisición, de los Tercios de Flandes y de los pícaros. En todo momento tenían alguna duda, algo que les apetecía saber, y creo que en ninguna de las charlas en las que he estado hasta ahora había contestado a tantas. ¡Es que apenas se han repetido! Me parece que una pregunta o dos, pero porque alguno hablaba tan bajito que los de la otra esquina no habían escuchado.

Decir que me lo he pasado bien es quedarme muy corta.

Antes de empezar la charla ellos habían hecho un trabajo, un dibujo en el que contestaban a la pregunta: ¿Por qué leer? La respuesta podían incluso buscarla en internet, pero cuando estábamos allí he pedido que me contestasen, todo lo sinceros que pudieran, por qué leen ellos. Ha habido de todo: respuestas bonitas, para salir del paso, repetidas, rápidas... y sinceras.

"Porque me obligan mis padres".

"Porque así me dejan irme a dormir más tarde".

Mientras firmaba algunos ejemplares de la novela ellos han estado ocupados escribiendo versos acrósticos que me he traído a casa.





lunes, 13 de abril de 2015

EL LAZARILLO DE TORMES



Esta no es una lectura nueva, sino una relectura, pero como lo he leído de manera diferente, creo que se merece tener su espacio en el blog.

Todos conocemos la historia de el Lazarillo. Desde muy pequeños nos cuentan en el colegio la vida de este pícaro, las desventuras que le acompañan a lo largo de su vida y los distintos amos a los que va sirviendo hasta convertirse en pregonero de Toledo.

Escrito en primera persona, fue publicado por primera vez en el siglo XVI. A lo largo de sus páginas vamos conociendo al personaje, al que la fortuna parece esquivar, y con él tenemos un perfecto retrato de cómo era la sociedad española en esos momentos. El hambre, las penurias, un ambiente de pobreza y crueldad, va desfilando ante nuestros ojos mientras Lázaro, en primera persona, nos desgrana sus andanzas con el ciego, el clérigo, el escudero, el fraile, el buldero, el capellán y el alguacil. Todos ellos se muestran ante nuestros ojos para ayudarnos a comprender la miseria de un tiempo en el que solo el ingenio ayudaba -y no siempre- a llenar el estómago.

¿Por qué digo que ha sido diferente?

Pues porque ha sido una lectura en voz alta.

En apenas dos días, mi hijo y yo hemos leído él y releído yo, este magnífico retrato social. Por supuesto, la percepción de ambos ha sido completamente diferente. Mientras yo me entusiasmaba con las aventuras de Lázaro (a pesar de que las conozco y no había sorpresa alguna), él no dejaba de resoplar, preguntando a cada rato por qué demonios tenía que leer ese libro con un lenguaje tan complicado. Hemos manejado dos ediciones diferentes, la de Cátedra, llena de notas a pie de página, y otra que venía con un periódico hace años, para poder tener cada uno el ejemplar en las manos. A cada resoplido suyo iba pensando que tenía que escribir este post, algo que tengo pendiente desde hace mucho tiempo.

En realidad quiero hablar de la inconveniencia de recomendar lecturas de clásicos a adolescentes. No se enteran, a menos que tengan a su lado a alguien con la paciencia de ir leyendo a la vez, y que les vaya explicando cada una de las escenas. El lenguaje de otro tiempo no ayuda en absoluto. En el caso de El Lazarillo de Tormes, al menos en la edición que tenemos, muchas veces el autor hace un uso de los tiempos verbales arbitrario,pasando de presente a pasado sin mucha lógica, lo que aturulla aún más la comprensión si no estás preparado.

Los chicos leen poco. Incluso los míos, que leen más que la media, leen muy poco comparado con lo que leía yo a su edad, así que todavía es muy pronto para enfrentarlos a lecturas de este tipo, aunque sean tan sencillas como El Lazarillo. No es el momento, no es oportuno y además es contraproducente porque pueden llegar a pensar que leer es una tortura, cuando tendría que ser todo lo contrario.

Yo creo que tienen que conocer a los clásicos, por supuesto, pero de otro modo. Me sirve mucho más que se cuente la historia en clase, que se desgrane la novela, que se lean párrafos y se explique su importancia. Que se haga un trabajo de "masticar" la obra. Ya habrá tiempo para que vuelvan a ella, para que la lean y la disfruten como lo hago yo ahora cuando regreso a La Celestina, o a una obra de Lope, Y si queremos que lean, que adquieran el hábito, pues que empiecen leyendo Buenos días, princesa, como está haciendo mi hija. No será un clásico, pero se pasa las horas muertas con la nariz entre las páginas del libro y, solo por eso, para mí merece un diez.

Esta novela la incluyo en el reto semi genérico 2015.

jueves, 2 de abril de 2015

ENTRE DOS BANDOS DE LAURA NUÑO


Sinopsis:

A Lucía de Galán, la bella y jovencísima hija del marqués de Luengo, le ha llegado el momento de conocer a su prometido, el duque de LaFontaine, con quien su cruel y malvado padre la obliga a casarse. El apuesto duque no solo es francés, enemigo de la Patria, sino también un feroz cazador de guerrilleros. La disyuntiva se presenta porque la dulce Lucía, siempre preocupada por hacer justicia y proteger a los más débiles, ha estado ayudando a los guerrilleros de Velilla de San Antonio a luchar contra el bando enemigo. Sin embargo, el duque se presenta como un hombre justo y ecuánime, seductor y comprensivo, y ni siquiera pretende hacer uso de sus derechos de alcoba. ¿Podrá alguna vez confiar en él? ¿Se dejará Lucía arrastrar por la pasión que prometen sus ojos? Sus primeros días de casada la empujan a un torbellino de emociones y dudas que amenazan su lealtad y su oscuro secreto. Pero el duque también oculta algo a su joven y chispeante esposa...

Mis impresiones:

No sé desde cuándo está en mi Kindle. Hay novelas que me llaman la atención, las compro y después me enredo con otras y se me olvida por completo que están ahí, esperando. A la novela de Laura Nuño le pasó eso, se fue quedando atrás y fue hace unos días cuando volví a darme cuenta de que la tenía. Me apetecía ahora una historia de esas que te dejan con una sonrisa y me puse con ella.

Entre dos bandos entrelaza varias tramas que encuentran una perfecta resolución al final. La protagonista de esta novela es Lucía, la bellísima hija del marqués de Luengo. Su padre le ha prometido su mano al duque de LaFontaine, un desconocido para ella, al que no ha visto en los tres años que hace que dura su “noviazgo”. Contra todo pronóstico, cuando Lucía se encuentra cara a cara con Gabriel, no nota el rechazo que lleva años anidando en su interior, sino que se siente profundamente atraída por él. El matrimonio de conveniencia, concertado por su padre porque está en la ruina y el patrimonio del duque parece su salvación, se acaba convirtiendo en una apasionada historia de amor entre los dos jóvenes. Gabriel promete a Lucía que le dará todo el tiempo que necesite hasta que se enamore de él, pero en realidad no haría falta porque Lucía ya le ama.

Completando la historia de amor, que es el centro de la trama, Laura ambienta todo en los años de la Guerra de la Independencia, en poblaciones cercanas a Madrid (Arganda, Loeches, incluso Alcalá y Velilla de San Antonio, donde sitúa la finca familiar, Los Humedales). Los guerrilleros que se opusieron a las tropas de ocupación francesa están presentes en la historia, algunos de la invención de la autora y otros reales, como El Empecinado, y su oposición a los franceses tendrá también importancia en la trama.

Los personajes están todos bien desarrollados. El cruel marqués de Luengo, el padre de Lucía, es un maltratador al que su mujer y su hija temen y detestan del mismo modo. Por eso no cuestionan su decisión de casar a Lucía con un extraño; dentro de lo que cabe, la llegada del duque parece un alivio para la muchacha, pues su padre no la tocará para que Gabriel no sea consciente de las constantes palizas que le da desde la infancia. Magdalena, su mujer, que también oculta un secreto del pasado, será sin embargo quien cargue con ello, quien reciba los golpes. Danielle, el ama de llaves amante del marqués, curiosamente actuará de salvadora de Magadalena. Y conoceremos a Miguel, el rudo hombre de confianza de Gabriel, a Antonio, a Juan... Y, por supuesto, los dos protagonistas de esta novela, Gabriel, el duque, y Lucía, que viven una historia de amor dulce, con sabor a chocolate espeso con canela. Si sois románticos empedernidos, algunas escenas os encantarán.

Es necesario llegar al final de la novela para descubrir que el título está perfectamente elegido, aunque tengo que confesar que no me sorprendió el último giro porque yo misma lo hubiera escrito así. La autora va dejando pistas a lo largo de la narración que no se me pasaron por alto y me parecía el final más coherente y el mejor para esta novela.


Felicidades a Laura, la química que ha creado entre los protagonistas es perfecta. Quizá he echado de menos algo más de “crueldad” teniendo en cuenta los tiempos convulsos en los que se desarrolla la trama, pero al fin y al cabo esta es una novela de amor, ¿no?

sábado, 28 de marzo de 2015

KHIMERA DE CÉSAR PÉREZ GELLIDA



Sinopsis:

2054. Tras la Guerra de Devastación Global, la realidad social y geopolítica ha cambiado rotundamente. Los viejos conceptos de la democracia y el capitalismo han sido enterrados por las corrientes transhumanistas y la tecnofagia. El poder se concentra en manos de las grandes corporaciones, sin embargo todavía queda un cabo suelto, un molesto inconveniente que se escapa de las afiladas uñas de la Asamblea: Khimera.

En la arriesgada búsqueda de un enigmático personaje conocido como el bogatyr -héroe para algunos y villano para otros-, están puestas las últimas esperanzas de aquellos que luchan para lograr que el mundo cambie para siempre.

Mis impresiones:

Quería leer esta novela desde que vi el booktrailer y la portada, así que cuando me enteré que se publicaba el día después de mi cumpleaños me dediqué a dejar mensajes por todas partes para asegurarme de que alguien me la regalase. ¡Y lo conseguí! El mismo día 5 de marzo llegaba a la librería y me lo traían a casa a mediodía.

Empecé a leerlo en cuanto terminé de trabajar.

He escuchado por ahí que hay que leer la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, las otras tres novelas de Gellida, para disfrutarla al completo, pero la verdad es que no estoy segura de que eso sea absolutamente necesario. Yo solo he leído Memento Mori (las otras dos las tengo, pero esperando) y la he disfrutado. Es posible que quizá algunos aspectos los haya pasado por alto, sobre todo en el tramo final de la narración, pero es que estoy convencida de que esta es una de esas novelas (pocas) que cuando pase un tiempo volveré a leer, descubriendo muchos detalles que estoy segura de que se me han escapado. No es una novela para leer rápido, pero no puedes evitar que los acontecimientos te arrastren y no puedas parar. Por eso digo lo de una segunda lectura pasado un tiempo y espero que para entonces haya leído Dies Irae y Consumatum est. Podré entonces valorar si esto que dicen importa tanto.

Antes hablaba de la portada que me llamó mucho la atención. Me parece un acierto. La sobrecubierta con solapas, con las letras del título en relieve, es muy atractiva, pero la verdad es que hasta que no empecé a leer no me di cuenta de que un elemento esencial en la historia lo estaba viendo desde el principio en ella. Mi despiste suele ser genial porque me sigo sorprendiendo con todo.  

La edición me parece fantástica; cuando quitamos la sobrecubierta (algo que siempre hago al leer libros de tapa dura, para no destrozarla) encontramos el símbolo de Khimera y el título en letras doradas. No hay autor, ni impresión alguna en el lomo ni la contraportada. Solo un negro que resulta bastante simbólico con el panorama que dibuja la novela.

Dicen que en toda la obra de César Pérez Gellida la música es una protagonista esencial. En el caso de Khimera está presente en la manera de estructurar el relato. El armazón con la que nos presenta Gellida esta historia es un concierto. En él van asumiendo papeles en esa orquesta imaginaria, Rusalka, la soprano, y Frederik Keergaard, el tenor, a los que acompañan el resto de personajes sentados delante del piano o frotando las cuerdas de violas, violines y violonchelos. Con la batuta en la mano, el autor, César Pérez Gellida. Como un buen concierto empieza con un Preludio que enseguida capta la atención del espectador-lector, una leyenda que posteriormente entenderemos en toda su dimensión.

Tras esto, cuatro movimientos, Allegro Assai (2034), Adagio Sostenuto, Andante Moderato y Grave Lacrimoso (todos en 2054), rematados por un Rondó final que se ajustan a la perfección al contenido de cada parte. Dentro de ellos las escenas, como en las otras novelas de César, están situadas espacial y temporalmente.

Creo que aún no lo he dicho: Khimera es una distopía ambientada en un tiempo muy cercano, apenas alejada cuatro décadas de la actualidad, después de que una guerra de dimensiones épicas haya arrasado el mundo tal y como lo conocemos. No sé si en la forma esta novela será profética, como se atreven a adelantar algunos, si este planeta se parecerá a cómo lo recrea César, pero el fondo, las ideas subyacentes que quedan en la mente del lector son tan inquietantemente posibles que provoca cierto escalofrío.

Lo que plantea es un mundo dividido en bloques tras la Gran Guerra de Devastación. Con ese nombre podemos intuir qué es lo que nos cuenta que hemos hecho los seres humanos con nuestro planeta. Después de la guerra a finales de los años treinta, y de la que se conoció como Década Triste, el mando lo tiene la Asamblea, un órgano de gobierno formado por corporaciones empresariales. La democracia y el capitalismo se han superado y ahora se imponen las corrientes transhumanistas que no tienen reparos en traspasar los límites de la naturaleza. Esto tiene consecuencias, entre ellas un importante aumento de las diferencias de clase y la superpoblación. Es este precisamente uno de los que intenta solucionar la Asamblea, a costa de las vidas de los que considera humanos de segunda, sobre todo moradores y duendes, unos seres deformes que han nacido después del uso de gases tóxicos que han propiciado mutaciones genéticas en nuestra especie.

La tecnología lo controla absolutamente todo a través de la Lupa y la libertad ha quedado casi como un recuerdo, aunque quieres viven bien apenas se den cuenta de ello o, como en el caso de Patricia Jones, apenas parezca importarles. El dinero sigue moviendo el mundo (me ha hecho gracia que la unidad monetaria sean los culos) y para la Asamblea solo queda una amenaza que eliminar: Khimera, y más en concreto el último de sus integrantes, el último bogatyr, el único que sobrevivió al que nadie conoce.  Para algunos es héroe, para otros villano, pero todos le buscan por distintas razones.

Pero ¿qué es Khimera? Nos cuenta la novela que fue un proyecto gestado en Rusia, compuesto por agentes superdotados. Todos fueron exterminados; todos menos el bogatyr que intentará frenar el plan genocida de la Asamblea.

La novela, al arrancar, me pareció perfecta. El principio con esa leyenda despertó mi interés, pero una vez entrados en materia, cuando empezaron los datos sobre la Gran Guerra de Devastación, reconozco que me costó centrarme, porque me esforzaba en memorizar y eran tantos los acontecimientos que acabé aturullándome. Hasta que me cansé. Decidí que ya me enteraría más adelante, si era necesario, y si no mala suerte. El caso es que cuando me relaje y empecé a conocer a los personajes, en el segundo movimiento, me olvidé por completo de ese pequeño escollo y mi percepción cambió.

Después de esto la novela se vuelve muy visual y muy rápida, y a medida que vas leyendo muchísimo más. Los fragmentos se van acortando, las escenas cada vez más breves te van empujando a la siguiente y cuesta mucho soltar el libro. El ritmo vertiginoso de los acontecimientos, junto con una escritura sin escollos, sin artificios innecesarios, hace que te sumerjas en ella y cuando te quieres dar cuenta has llegado al final, que por otro lado me parece muy acertado.

Cuando estaba leyendo la última parte no podía dejar de pensar en un autor francés realista, y no porque escriba parecido a César ni porque trate los mismos temas. Me vino a la cabeza porque en su obra los personajes saltan de una novela a otra, apareciendo en ellas en distintos momentos de sus biografías particulares. Balzac, el autor al que me refiero, creó un universo propio y esto también me lo he encontrado en otro autor reciente, Fernando Trujillo. Me gusta la idea y, sobre todo, como es capaz de integrarlos sin que parezca forzado. Si no has leído los otros libros quizá son detalles que se te escapan, pero si sucede lo contrario es todo un acierto y establece cierta complicidad con el lector.

Los personajes de Khimera, como ya comenté, son los intérpretes de la orquesta. Al principio se nos da una breve descripción de cada uno y a medida que avanza los giros que toma la trama van a ir descolocando nuestra percepción sobre ellos. No sabes nada de ellos en realidad hasta que terminas de leer. Kai-Xi ha sido, sin duda, el que me ha sorprendido más. Supongo que a otros les habrá pasado con Rusalka, o con Frederick, o con el mismísimo Benjamin Harding…

Recomiendo esta novela a quienes disfrutan de los thriller, de las distopias y de las novelas que enganchan. No os vais a arrepentir.

Un dato significativo del trabajo bien hecho, no solo en cuanto a la escritura de la novela sino al apoyo que le ha dado la editorial es que cuatro días después de su publicación ya se anunciaba la segunda edición.


Ole por ellos, así se trabaja.