jueves, 5 de enero de 2017

LO QUE OPINAN DE BRIANDA

Os voy a poner la captura de un comentario de Brianda. Me lo dejó Cristina en Facebook y me dijo que lo había puesto en Amazon, pero no aparece. Puede que tarde, o puede que nunca se vea. Como no es la primera ni la segunda vez que a esta novela le desaparecen -como por arte de magia- los comentarios buenos, que se registran ventas y lecturas en Unlimited sigue anclada en el treinta mil -las ventas y lecturas que ellos mismos me reflejan en la gráfica- y que pasan cosas extrañas con el archivo, he decidido guardarme aquí el comentario.

Por si no les viene bien colocarlo, que no se pierda como los anteriores.

Pincha en la imagen si quieres leerlo mejor.















*Editado: la opinión  apareció el dia 6, recortada a gusto de Amazon.

Y no, no pago comentarios, por si alguien lo duda. Ni pido ni pongo por encargo.



martes, 3 de enero de 2017

ESOS SUEÑOS DE MEDIA TARDE



He soñado con una campaña de marketing. Ha tenido que ser que en la comida he puesto salsa barbacoa, porque otro ingrediente extraño no ha entrado en mi dieta de hoy. Lo cierto es que me he quedado dormida y me ha perseguido la portada de un libro que (creo) no he visto nunca antes de que apareciera en mi sueño.

En esta portada se veía a un personaje enmascarado; llevaba una de esas máscaras del Carnaval de Venecia, blanca y con plumas. Y un traje azul, con reminiscencias del siglo XVIII. Hasta ahí, todo normal, podría tratarse de una novela histórica, pero... aquí es donde aparece la campaña de marketing.

Había individuos disfrazados así por toda la ciudad.

A veces estaban dentro de un escaparate. Vivos, siguiendo con la mirada enmascarada (lo que era bastante inquietante) los pasos de los viandantes. Otras veces estaban sentados como copilotos de los coches, daba igual si iban en marcha o permanecían aparcados. Uno, incluso, estaba en Mercadona haciendo la compra. Con una mano empujaba el carrito, mientras que con la otra sostenía ese palito por el que se sujetan las máscaras.

Ha sido muy raro, bastante inquietante, porque te miraban todo el rato, aunque no daban miedo. En el sueño, yo estaba segura de que se trataba de una campaña de marketing de un libro y la verdad es que funcionaba, porque la gente no hablaba de otra cosa.

Me he despertado sobresaltada, pero no ha sido por el enmascarado, es que no llevaba zapatos.

lunes, 2 de enero de 2017

ONCE VECES 2 DE ENERO

Los años empiezan siempre en fiesta, celebrando con la familia y los amigos ese nuevo ciclo al que le hemos puesto como fecha el último día de diciembre. En casa, seguían siendo fiesta el día 2, el día de tu cumpleaños.

Hoy hubieras cumplido 76.

Siempre te echo de menos, no solo los 2 de enero. Te echo de menos los martes, los sábados y los domingos, sobre todo los domingos, aunque no se libran tampoco lunes, miércoles, jueves y viernes. Fuiste mi padre, mi guía en la vida, la persona que me enseñó a ser quien soy, que me llevó de la mano recorriendo el mundo. Me enseñaste a pescar y la geografía de España, a hacer raíces cuadradas y a distinguir los níscalos de esas otras setas que son tan parecidas. Me enseñaste a conducir y no me libré de una buena bronca el día que me fui tan feliz con mis patines y se me olvidó llegar a la hora que me habías puesto. Me enseñaste que para crecer hay que leer, pero también para poder desarrollar el pensamiento crítico, y que no sean otros los que piensen por ti y te conviertan en su marioneta. Me enseñaste que se puede querer con toda el alma a alguien, incluso cuando hace mucho tiempo ya que se ha ido.

Siempre he pensado que tuve una inmensa suerte en que me tocases como padre.

Sé que discutíamos mucho, a veces incluso cuando estábamos diciendo lo mismo, pero he llegado a la conclusión de que era nuestra manera de medirnos y retarnos, un juego entre dos personas que no se podían querer más. Porque también estaban las otras veces. Las que me tumbaba en el sofá y apoyaba mi cabeza en tu hombro, segura y protegida, feliz por tenerte a mi lado.

Hoy es once veces después del 2 de enero y llevo toda la tarde añorándote.

Ya son muchos 2 de enero sin ti, papá.



domingo, 1 de enero de 2017

UN AÑO CARGADO DE POSIBILIDADES



Hacer planes no es muy sensato. A la mínima, un soplo de aire te descoloca lo que tú habías ordenado con todo el cuidado del mundo y, cual piezas de dominó colocadas una detrás de la otra, los sueños se van cayendo.

Por eso, hace tiempo que no planeo.

Voy haciendo un poco lo que me apetece y el mejor ejemplo de eso es este blog. Es un caos, en el que tan pronto te encuentras una reseña, como un relato de una página o una reflexión que se me ha ocurrido a media tarde. En términos de marketing es la peor estrategia que se puede usar, no me canso de leerlo por todas partes. ¿Sabéis algo? Me importa un pimiento.

Ahí, con frase hecha y todo, vulgar hasta el extremo, pero que define perfectamente lo que pienso.

Esta es mi casa, y en mi casa me gusta, muchas veces, pasar las horas en pijama. No ponerme tacones (por amor a mis suelos de madera de verdad, o porque en realidad son una mierda por lo incómodos que son). No pintarme la cara y disfrazarme de otra que no soy yo.

Este año que arranca hoy no me lo planteo. Simplemente lo voy a dejar como una hoja en blanco, cargada de posibilidades. Como este blog, se lo cedo al caos de los deseos repentinos, me niego a volverme previsible y que los martes siempre sean el día de la reflexión y los jueves el de la reseña.

No.

Esa nunca seré yo.

Seré siempre la que es responsable en su trabajo diario, la que cumple con su papel de madre y se esfuerza por otro que me ha tocado en el mundo real, pero aquí, en esta mi casa virtual, reivindico el derecho a hacer lo que me dé la gana. A escribir o no escribir reseñas. A hablar de narrativa o de un paseo con Ulises. A quejarme de nada y dar las gracias por todo. A contar qué tal van mis libros, porque eso en el mundo real no lo hago, salvo pregunta previa y esas no se producen.

Voy a hacerme más fotos y a publicar alguna más este año. Quizá a alguien le extrañe que deje de esconderme, pero ahora ya no me importa. He superado el miedo y se ha ido la necesidad de que no se me viera mucho junto con la salida de mi vida de las personas a las que yo tampoco quiero ver.

Eso, que existen las posibilidades para este año. La posibilidad de que la nueva novela vaya bien (o mal), la posibilidad de escribir otras, la posibilidad de conocer a gente interesante y la posibilidad de desconocer a quienes no merecen la pena.

El 31 de diciembre espero ver qué ha pasado con todo esto, y ver si he llegado a las 400.000 visitas en el blog. Es una burrada, lo sé, pero si lo abandono un poco menos, a lo mejor lo consigo.

Mira, ese es el único plan. Pasar más por aquí. Estar más horas en pijama.

lunes, 26 de diciembre de 2016

DIEZ COSAS QUE APRENDÍ



Este año he aprendido algunas cosas.

1.- No odio las gominolas (de hecho, me gustan, pero no lo sabía).

2.- Puedo escribir borradores de novelas en un par de meses (aunque luego tarde mucho en darles el visto bueno).

3.- La gente que te quiere de verdad no te hace llorar ni una sola vez (y menos por gilipolleces, en todo caso te sujetan cuando te caes).

4.- Los mejores besos del mundo saben darlos mis hijos (esto ya lo sabía).

5.- Estoy muy orgullosa de mi trabajo, con independencia de lo que piensen los demás (por lo tanto, lo que puedan decir me afecta muchísimo menos que en el pasado y no descarto contestar más de lo que lo he hecho hasta ahora).

6.- Dormir más de tres horas seguidas es muy bueno para la salud (aunque se engorde un poco... más que un poco).

7.- Estar sola y callada es tan bueno como acompañada y charlando sin parar (estoy practicando lo primero mucho).

8.- La palabra clave no es necesitar, es compartir (solo quiero cerca gente que quiera compartir).

9.- No pienso dejar de ser yo misma por nada ni por nadie (he dicho).

10.- No tengo miedo a dar un paso adelante apostando por lo que sueño, aunque acabe siendo un tropezón de libro (si no lo haces, nunca sabrás si estaba en tu destino...).

He cometido un montón de errores en 2016 y aquí sigo. En 2017 pienso equivocarme un poco más.