sábado, 4 de febrero de 2017

LA HISTORIA DE CAS DE LAURA SANZ



Sinopsis:

De manera accidental, Eli, una chica de clase alta, familia acomodada y portada de revistas, conocerá a Cas, un hombre que no pertenece a su mundo y que no la tratará con guantes de terciopelo, algo a lo que ella está acostumbrada. A pesar de sus diferencias comenzarán una aventura fugaz que pronto se convertirá en algo más. Pero la realidad, las mentiras, algunas malas decisiones y un turbio asunto en el que se verán envueltos lo complicarán todo.

Mis impresiones:

He esperado unos días para hacer esta reseña y no porque no haya leído la novela: al contrario, la leí hace unos días, antes de que Laura Sanz la publicase y, mientras lo hacía, sabía que acabaría aterrizando en el blog. Los que me seguís, sabéis que no hace mucho leí la primera novela de Laura, La chica del pelo azul, una novela de fantasía que plantea un viaje en el tiempo. Me gustó mucho cómo la autora se movía entre las palabras, y me planteé no perderla de vista.

Luego empezó la sucesión de serendipias. Una amiga común. Laura que conoce a mi madre (yo aún no la conozco a ella). Las dos nacimos en Guadalajara...

Yo qué sé, el caso es que acabé leyendo el borrador y sumergiéndome de lleno en esta historia en la que, como bien ha dicho alguien "ni el tipo duro es tan duro, ni la chica frágil es tan frágil". 

Cas es mecánico de motos de una isla. Eli es una asidua de las revistas del corazón, de vacaciones con sus amigas. Viven en dos mundos separados por millones de prejuicios, pero una mala maniobra al aparcar los pone frente a frente y se desata algo insospechado entre los dos. Primero, probablemente, solo se trata de curiosidad. Después, quizá sorpresa por lo que ambos son capaces de sentir por alguien que es casi un desconocido. La novela cuenta una historia de amor con sus vaivenes, con secretos que no se cuentan porque es posible que su romance no llegue a más que un rollo de verano, pero ambos acabarán superados por sus sentimientos.

Alrededor de los protagonistas, más personajes: las amigas de Eli, sus insoportables padres, ese novio, Lalo, que no hay por dónde cogerlo y los hermanos de Cas: Jan y Till, para los que Laura se reserva dos novelas más que nos ha prometido para los próximos meses.

No os voy a contar más de la novela, no procede; solo os diré que es romántica, que no es empalagosa, que asume el riesgo de una protagonista no demasiado convencional (ya sabéis, a mí me gusta el riesgo) y que cumple con creces con lo que promete.

Y ahora os cuento algo más.

Una sorpresa para mí.

Al principio de la novela, en esa página que nos reservamos para las dedicatorias o los agradecimientos, mi nombre.

Me emocionó, no creo merecerme ese honor que hasta ahora no me había concedido nadie. Solo estuve ahí los últimos días, aportando algo no es más que apoyo para no salir flotando o caerte de golpe cuando te sucede lo que le ha pasado a Laura con esta novela: ponerte en el número uno de Amazon al día siguiente de publicarla. Y ahí sigue, una semana después, con mayoría de excelentes opiniones (y alguna, como es normal, un poco regular, pero no le podemos gustar a todo el mundo. Incluso a veces nos ponen pegas que no tiene el libro, pero son gajes del oficio y cosas de estar arriba).

Le deseo lo mejor con esta novela, que siga dándole tanto como esta primera semana. Sé que cuando suceden cosas así, sientes que te crecen alas...

viernes, 3 de febrero de 2017

UN MONSTRUO VIENE A VERME DE PATRICK NESS



Sinopsis (extraída de Amazon):

Siete minutos después de la medianoche, Conor despierta y se encuentra un monstruo en la ventana. Pero no es el monstruo que él esperaba, el de la pesadilla que tiene casi todas las noches desde que su madre empezó el arduo e incansable tratamiento. No, este monstruo es algo diferente, antiguo... Y quiere lo más peligroso de todo: la verdad.

Maliciosa, divertida y conmovedora, Un monstruo viene a verme nos habla de nuestra dificultad para aceptar la pérdida y de los lazos frágiles pero extraordinariamente poderosos que nos unen a la vida.

Mis impresiones:

Este libro no es mío, es un préstamo. Un regalo de otra persona que, al final, he leído yo primero. Supongo que como mucha gente, llegué a tener conciencia de él a través de la película de Bayona (película que no he visto, por cierto). Ha sido una lectura intensa, de esas que despiertan tantas emociones que yo, la que no llora con los libros, se ha descubierto con lagrimones por la cara, quizá porque todos alguna vez nos vemos en la tesitura de vencer al monstruo y no resulta complicado empatizar con Conor, el pequeño protagonista de la historia.

El libro que tengo en mis manos tiene un prólogo del director de cine, un prólogo bellísimo del que algunas frases danzaron mucho rato en mi cabeza.




Un monstruo viene a verme, además de una película, tiene otra historia a su alrededor, una que a mí me sorprendió porque tampoco conocía. Vale, lo pone en la portada, pero hasta que lo leí las palabras de Patrick Ness dentro, no fui consciente de a qué se refería. Esta novela está basada en una idea de otra autora, Siobhan Down, de la que tampoco sabía nada. Como se puede comprobar, mientras leía este libro casi todo era nuevo para mí. Siobhan murió cuando tenía los personajes, el inicio de la novela, pero no le dio tiempo a escribir la que habría sido la quinta de su historial. Patrick Ness recibió el encargo de completar esa novela, pero dudó, porque no sabía si estaría a la altura. No era cuestión de imitar su voz y no lo intentó: solo pensó en escribir algo que a ella le hubiera gustado leer.

(Aquí hago un inciso. Este verano escribí otra de esas novelas que siento impublicables y esto que os cuento me la devolvió a la mente, porque es casi la misma premisa.)

La historia de la novela es sencilla: un tejo, transformado en un árbol monstruoso que cobra vida, le va contando historias a un niño, que no está pasando por su mejor momento. Todas parecen incoherentes a ojos de Conor, historias en las que nada sucede de acuerdo a la lógica y que siempre le acaban enfadando. Sin embargo, a Conor el monstruo no parece darle tanto miedo como la pesadilla que lo persigue desde hace meses y busca refugio en él, es quien acaba convocando su presencia, quizá para no sentirse tan solo. Porque hay algo que le está haciendo crecer a marchas forzadas, su madre está enferma de cáncer y las cosas no pintan nada bien. Él se siente mal, no solo en casa, no solo por la relación que tiene con su abuela o con su padre, figuras por las que no siente tanto apego como por su madre, sino en el colegio, donde no soporta dos cosas: la lástima que demuestran, sobre todo los adultos, y el acoso de Harry y sus amigos.

Sin embargo, la aparente sencillez argumental de esta historia se vuelve de una profundidad emotiva por la manera de estar narrada. Conor no tiene miedo al monstruo que viene a verle cada noche a la misma hora, tiene miedo a su propia pesadilla, una pesadilla de la que no saldrá si no es afrontándola.

Un apunte solo: yo no veía una película mientras leía. Me pasa a veces, que hay libros que son tan visuales, que tienen tantos elementos en los que apoyar la imaginación que encuentro una secuencia de imágenes en mi mente lista para darle la forma de un film. Pues en este caso, no. Quiero ver la película de Bayona porque me resulta curioso cómo ha podido transmitir todo lo que transmiten (vale, me repito, pero llevo un rato pensando en un sinónimo y no me sale) los diálogos entre Conor y el tejo, o con su abuela, o con su madre. Quiero ver si es algo más que efectos especiales (creo que sí, por lo que me han contado).

Pero eso ya será dentro de unos años, cuando la pongan en la tele.

A mí lo de ir al cine me queda muy lejos.

miércoles, 1 de febrero de 2017

MICROMADRUGADA



Siempre digo que la peor manera de acabar una historia es dejarla en puntos suspensivos. Colgando del último, aferrada a él, se queda la esperanza. La de que un día esa persona regrese y nos volvamos a sentir arropados en aquella historia que nos llenó tanto. Pero no te engañes, con esa secuencia imperfecta, con ese final que no sabes si lo ha sido, se marchan también la felicidad completa, las risas tontas, los besos en el pelo y las dichas compartidas.

Los planes.
El futuro.
Los sueños.
Los deseos.

No te engañes.

La vida no es una novela que se pueda reescribir para que todo encaje. La vida fue y los días dulces se marcharon. Se fueron incluso las tormentas y ya no queda nada.
Ese abrigo verde colgado del perchero de unos puntos que, en el final de una historia, nunca deberían ser suspensivos.

Por el bien de tu corazón.

domingo, 29 de enero de 2017

HARRY POTTER Y EL LEGADO MALDITO

Basada en una historia de J.K.Rowling. John Tiffany y Jack Thorne.



Sinopsis:

Ser Harry Potter nunca ha sido tarea fácil, menos aún desde que se ha convertido en un atareadísimo empleado del Ministerio de Magia, un hombre casado y padre de tres hijos. Y si Harry planta cara a un pasado que se resiste a quedar atrás, su hijo menor, Albus Severus, ha de luchar contra el peso de una herencia familiar de la que él nunca ha querido saber nada. Cuando el destino conecte el pasado con el presente, padre e hijo deberán afrontar una verdad muy incómoda: a veces, la oscuridad surge de los lugares más insospechados.

Mis impresiones:

Siempre digo que en el blog solo aparecen los libros que me gustan muchísimo, pero hoy voy a hacer una excepción a medias. No puedo decir que no me haya gustado, volver al universo Potter es algo que me apetecía, pero me ha descolocado bastante. No sé si encaja en esa norma propia de solo poner lo que recomiendo sin pensar a quienes me quieran escuchar.

¿Y por qué entonces está aquí?

Pues porque creo que necesito poner en palabras escritas las sensaciones contradictorias que he tenido con esta obra. Tal vez para, yo misma, entender.

Empiezo por la sinopsis. Con las palabras que aparecen en ella, desde luego no se hace ningún spoiler de lo que sucederá en el escenario, aunque tampoco imaginé de qué iba. No he leído una sola reseña antes de ponerme con el libro, porque no quería condicionarme. La sensación al leer esa sinopsis fue que la historia giraría en torno a Harry y su hijo Albus, pero... no necesité leer muchas páginas para darme cuenta de que Harry no pasa de ser un secundario en todo esto. Los verdaderos protagonistas serán Albus, su hijo, y Scorpius, el hijo de Draco Malfoy, un par de marginados que acaban convirtiéndose en los mejores amigos, algo curioso teniendo en cuenta la pésima relación de sus padres cuando estuvieron en Hogwarts.

No quiero desvelar la historia, es mejor que la conozcáis por vuestra cuenta, que decidáis si os gusta o no. La trama juega con viajes al pasado y cómo, el alterar pequeños detalles, altera el presente de manera inevitable. Juega con la posibilidad de que Voldemort pudiera retornar y pusiera de nuevo en peligro el mundo de la magia.

Lo que me ha resultado difícil de entender ha sido la evolución de los personajes. Ron es idiota; ya era un poco bobo de adolescente, pero lo de adulto es de traca. Harry ha perdido su chispa. A Hermione, tampoco la reconozco y lo de Draco, pues mira, eso sí me gusta, porque tengo la sensación de que su evolución está justificada en la obra, aunque es como un doble salto mortal. Lo que quiero decir es que no los he reconocido.

A lo mejor al madurar no nos parecemos en absoluto a los adolescentes que fuimos, es posible.

La parte "técnica" es quizá la que menos me ha convencido. El discurso, sobre todo al principio, me parecía demasiado inconexo. Creo que a los fans muy fans o a quienes se han leído los libros hace poco no les pasará, pero yo hace años que no vuelvo a ningún libro de la saga. Se dan cosas por supuestas que a mí creo que se me han olvidado.

Luego llegamos a que esto es una obra de teatro. A mí me gusta leer teatro, de hecho me gusta tanto que mis primeras obras (de esas que tengo en cajones) eran obras de teatro. Una de ellas incluso la ensayamos en el instituto. El teatro tiene sus reglas para ser escrito y en esta obra algunas caen fulminadas (no sé si por algún hechizo).

La primera, las acotaciones. Al principio de la obra las hay, pero a medida que avanzamos se van haciendo cada vez menos frecuentes y las que aparecen, las que no lo hacen entre paréntesis, no son acotaciones teatrales, son otra cosa. Más literarias.

Voy a hacer un spoiler, no leáis si os ponen de los nervios, pero lo necesito como ejemplo:

En la página 28, hacia el final, hay una acotación que es absolutamente literaria:

"Se produce un silencio. Un silencio total y profundo. Un silencio que se agazapa y se retuerce, herido en su seno."

Ahí me imaginé a mi misma como directora de escena (ya sabéis que tengo mucha imaginación), dando instrucciones a los actores y a los técnicos de sonido: "Quiero un silencio total y profundo, uno que se agazapa y se retuerce, herido en su seno). Y me da la risa. Absoluto silencio, ¿no? Esto es teatro, no es novela, tampoco estamos en el género lírico, que yo sepa. No es necesario este tipo de frases, a menos que seas Valle Inclán y esto se llame Luces de Bohemia, pero no es el caso.

Hay otras zonas de la obra similares y muchas más en las que, si fuera la directora, echaría de menos acotaciones mucho más concretas. No sé si está escrito así para captar lectores que no están acostumbrados al teatro, si está publicada para aprovechar el tirón de la saga y prepararnos para la película (porque creo que acabará habiendo película).

En cualquier caso, algo muy bueno tiene: mi hijo se la leyó en día y medio sin obligarlo. Eso ya es un logro por el que merece estar aquí, porque aunque no me haya convencido del todo, sí me admira el tirón que tiene y la capacidad de conseguir que los chicos lean.

miércoles, 25 de enero de 2017

UN PEQUEÑO ANTICIPO...



Dentro de unas horas, cuando llegue la media noche, Entre puntos suspensivos estará disponible para su lectura digital. También lo estará para que podáis hacer una valoración de la novela, así que llegaré a esa otra etapa en esto de la escritura: el momento en el que sube el telón, los focos se posan en tu rostro y empieza el espectáculo. Para mí es un momento de nervios, no sé si encontraré silencio y plena atención del público, o los silbidos llenarán la sala incluso antes de que pueda pronunciar las primeras palabras.

(Lo digo por lo del otro día, igual no me dejan ni empezar antes de decir qué les parece)

Hace cuatro años que vengo publicando a principio de año y este es el primero en el que estoy sorprendida del montón de novedades que se presentan. Ganarse la atención de los lectores está quizá más complicado que nunca, pero no voy a dejar de intentarlo.

Porque quiero contaros una historia.

Porque me apetece que, mientras la leáis, vuestros problemas personales se hagan humo y solo os preocupéis de seguir lo que les pasa a Paula y a Javier. Le decía a una amiga que mis objetivos con esta novela son tres: entretener, hacer reír y emocionaros un poquito.

Espero conseguir alguno.

Os dejo con la primera escena de la novela. Para ir abriendo boca:


Capítulo 1
«Lo más valioso no es lo que tengo, sino a quién tengo.»
Anónimo

La puerta del despacho del inspector Muñoz se abre de golpe, alentando a una ráfaga de aire que hace que los papeles que reposan desordenados en su mesa salgan volando y aterricen en el suelo. El inspector, treinta y dos, pelo muy corto, ojos negros y brazos tan musculados que tiene que mandar que le hagan las camisas de encargo, se pone furioso. Tiene advertidos a todos en la comisaría que, antes de poner un pie en sus dominios, al menos se tomen la molestia de llamar con educación. Está a punto de gritar a quien ha osado entrar así; sin embargo, su primera intención muta al ver a la mujer que se acaba de sentar frente a él, sin haber sido invitada.
            —¿Vas a seguir mirándome con cara de idiota? —le pregunta ella.
Javier Muñoz espanta el desconcierto, deja de lado el comentario mental que ha hecho sobre lo que opina de lo bien que le queda el vestido que lleva y se cuelga la placa de manera imaginaria, recuperando el aplomo que ha volado con sus papeles. O más bien con la visión de quien tiene delante. Desde luego no es alguien a quien esperase en su despacho esta mañana.
            —Ya veo que has aprendido a llamar antes de entrar.
Lo dice con ironía, con intención de molestar a la visitante que ha provocado que los documentos del caso que estaba revisando se hayan mezclado por el suelo. Es uno que está a punto de prescribir, al que quiere echar un último vistazo antes de darle carpetazo. Ahora, cuando ella se vaya, tendrá que volver al principio. Es lo que esta mujer provoca siempre, desorden en su vida. Altera lo que creía listo para dejar en la estantería de los asuntos terminados y le obliga a regresar a un pasado del que nunca se ha deshecho del todo.
Con aparente tranquilidad, escondiendo de sus ojos la tormenta que se está formando en su cabeza, Javier empieza a colocar las hojas dispersas y se agacha para recoger del suelo las que han acabado allí. Cuando lo hace, desde debajo de la mesa, mira los zapatos de su visitante, las medias que realzan la perfección de sus largas piernas y observa perplejo cómo se levanta y sale del despacho. Unos toques impacientes en el cristal de la puerta le ponen en alerta y se levanta demasiado rápido, tanto que no puede evitar darse un golpe con el tablero de la mesa.
—¿Puedo pasar? —grita ella, desde fuera del despacho, tan fuerte que media comisaría tiene que estar mirándola.
            —¡Quieres no armar escándalo! —replica él, levantándose mientras se frota la cabeza.
Javier abre. A la vez que la deja entrar, lanza una mirada reprobatoria al exterior del despacho que provoca una reacción inmediata en sus compañeros de trabajo. Todos se apresuran a parecer muy ocupados. Después, cierra con cuidado, intentando retomar el control de la situación.
           —Me puedo sentar, ¿verdad? —pregunta la mujer. El tono está cargado de la misma ironía que minutos antes ha empleado él con ella.
           —¿Qué quieres, Paula? Me imagino que esta no es una visita de cortesía.
Con un gesto le indica la silla.
           —No —dice ella—. No es una visita de cortesía. Necesito tu ayuda.
Javier se apoya en el borde de la mesa, de pie, buscando una posición que la intimide. O, quizá, una en la que no acabe siendo él intimidado por ese vendaval que tiene delante. Se cruza de brazos y la mira a los ojos, intentando averiguar qué clase de ayuda puede necesitar Paula para haber aterrizado en su despacho.
          —¿Has matado a alguien? —le pregunta.
          —Eres idiota, idiota perdido. No estoy de broma.
          —No me digas más; has cambiado de idea y me vas a dejar a Valeria todos los fines de semana. Los necesitas para irte de viaje con ese novio italiano que tienes ahora. ¿Cómo se llamaba? ¡Andrea! Sí, bonito nombre para un tío…
         Paula se impacienta y además no cree que sea momento para meter a su hija en la conversación, ni tampoco a su pareja.
          —¿Ya?
          —¿Ya, qué?
          —Que si ya has dicho la tontería de turno y me vas a dejar hablar.
          —Habla.
         —Mi padre ha desaparecido.

Para saber más.... Entre puntos suspensivos