domingo, 4 de febrero de 2018

UNA, DOS, TRES.



¿Me querríais leer? A mí no, tengo claro que soy un galimatías, me refiero a una novela mía.

Veréis, tengo una en un cajón. Lleva demasiado tiempo dando tumbos, buscándole un destino y como no le encuentro un camino, me estoy planteando opciones.

Una se llama, sencillamente, botón de suprimir. Si en este tiempo no he logrado encontrar para ella un lugar, será que no se lo merece. No soy tan egocéntrica como para creerme que lo hago todo bien. Ni siquiera medio bien. Que yo crea con todas mis fuerzas en esa novela no significa, para nada, que valga.

Dos, seguir intentándolo. Es la opción de los valientes, pero también es la opción de quienes siguen teniendo reservas de energía e ilusión como para afrontar los reveses que se vayan presentando en el camino. Llevo mucho tiempo protegiendo estas palabras, porque creo en ellas con todas mis fuerzas, pero no sé si me queda energía para seguir con esto.

Tres, autoeditarla. Sé que lo he hecho antes, sé que soy de las personas que abrieron camino a otras en este país cuando empecé a hacerlo, pero... conozco todos los contras de primera mano y tampoco sé si tengo energía para ellos. Además de que creo en esta novela con todas mis fuerzas, y por eso me da mucho miedo dejarla solo en internet excluyendo al resto de mis lectores, muchos de los cuales no lo usan. Solo leen.

Pienso cada día en esto, en qué hacer o no hacer con ella, en si sigo o paro, en si lo intento o la olvido y me centro en la que tengo que revisar, que es romántica y más fácil que confíen en ella. Me he dejado el alma en ella, pero tal vez mi alma no es demasiado atractiva. No lo sé.

Solo sé que estoy muy cansada.

La verdad es que estoy hasta el gorro de las redes, porque sin objetivo, sin poder contar nada, pudiendo solo dedicarme a dar el parte meteorológico y a poner fotos de mi perro (hasta que deje de ser legal, claro), no me motivan en absoluto.

Yo estaba aquí para hablar de libros y hay ya tanto ruido que lo importante no se escucha. Es como un congreso de vendedores donde todo el mundo habla pero nadie se para a escuchar.

Por eso no sé qué hacer.

Pienso y cada cinco minutos cambio de opinión, en una montaña rusa que no es más que el reflejo de este año raro que comenzó el 19 de marzo y que me ha roto la rutina, descolocando lo que tanto esfuerzo y tantos años me había costado.

No se podía predecir, uno nunca puede saber qué día se le romperá el corazón.

Todo esto que pienso supongo que se calmará cuando recupere la rutina.

Algún día.

6 comentarios:

  1. Hay unma frase que creo es muy importante "creo en esa novela con todas mis fuerzas".
    La primera opción ni se te ocurra, piensa en lo que hubiera pasado si lo hubieras hecho siguiendo el consejo de un 'impresentable'.
    La segunda opción me gusta, es la opción de los valientes y que a veces dudes de tu energía no quiere decir que no lo seas. Además tu dices que llevas demasiado tiempo protegiendo esas palabras. ¿Por qué rendirte ahora si has llegado hasta aquí?
    En la vtercera opción no me meto pues yo no conozco ese mundo, pero 'rendirse' y 'tu' las dos juntas a mí no me suenan bien.
    Y tu no sueles decantartte por lo fácil.
    Espero que algún día la leamos

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  2. Mayte, si tú crees en ella, escríbela y publícala como pienses que es mejor. Habrá gente a la que le guste, y gente a la que no, pero así es la lectura.
    Y por favor, POR FAVOR, no dejes de pasarme los partes meteorológicos porque sino me pierdo!!!!
    Besos.

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    Respuestas
    1. Creo en ella más de lo que he creído en ninguna de mis novelas. Y lo raro es que en las novelas que yo creo, enseguida venden mucho, por eso no entiendo lo que pasa con esta. No sé, mientras Amazon sea el caos en el que se ha convertido, no sé si me compensa por ahí y lo de las editoriales de autoedición no me convence nada. Estoy a ver si doy con alguien valiente o me invento o otro camino, que será lo que acabe haciendo.

      Imaginación me sobra!

      Te seguiré informando sobre el tiempo, jajaja.

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