sábado, 9 de abril de 2016

SORTEO DE UN EJEMPLAR EN PAPEL DE LA CHICA DE LAS FOTOS

Hoy vengo a contaros que en un blog, Con Aroma a Libros, este fin de semana sortean un ejemplar en papel de La chica de las fotos, ejemplar que llegará a manos del ganador o ganadora, firmado por mí.



Quizá os preguntéis por qué no he hecho yo misma este sorteo y os lo voy a explicar. Yasnaia, la administradora del blog, fue la primera persona que leyó la novela, antes de que tomase la decisión de presentarla al concurso que cada año organiza Harlequin. Se me había ocurrido que, por la temática de la historia, por el modo en el que estaba escrita, podía encajar en el perfil, pero era solo una idea mía. Como os he dicho mil veces, yo no soy el mejor ejemplo de lectora del género, de hecho hasta hace poco ni siquiera me llamaba la atención. Por eso, y porque es mi amiga y ella tiene más libros románticos a sus espaldas que yo, le pregunté a Yasnaia cuando la acabé, qué le parecía si la mandaba.

Ni dudó en darme el último empujón tras leerla.

Le pedí que no le contase a nadie que me había presentado y ella mantuvo el secreto. Creo que el día que me confirmaron que había sido finalista dio tantos botes como yo.

El caso es que cuando llegó el momento de plantear este sorteo, con su blog recién nacido, se me ocurrió que era una manera de devolverle la confianza que puso en mí, el apoyo en todos esos meses y el comernos las uñas juntas (metafóricamente hablando). Y que no dudó sobre la idea de presentarla al concurso, cosa que yo sí, que soy una duda con patas.

Por eso, para participar, tendréis que pasar por su blog. Es sencillo, solo tenéis que pinchar en este enlace:


Tenéis que daros prisa, porque es un sorteo expres NACIONAL que finaliza el domingo 10 de abril, así que decididlo ya. No tiene nada de complicado, porque así lo hemos decidido. ¿Que hay que hacer? Compartir públicamente la foto del libro (os la podéis llevar de la que incluyo en esta entrada) en el muro de Facebook diciendo que participas en el sorteo y seguir el blog, Con Aroma a Libros. Tenéis que dejar un comentario en su blog para que Yasnaia os pueda incluir en la lista.

Nada más.

Yo, si queréis después contarme qué os ha parecido la historia, estaré encantada de escucharlo, si me mandáis una foto con él, presumiré de lectores, pero eso ya es totalmente optativo. Y si ya tenéis el libro, no importa, apuntaos igual y lo regaláis. Ya sabéis eso que dicen, regalar un libro es regalar diversión, compañía, el recuerdo del lugar donde lo leíste... quien regala un libro, regala amor.

¿Os animáis?

¿Me ayudáis a difundirlo en las redes?



miércoles, 6 de abril de 2016

FLORES CORTADAS (PRETTY GIRLS) DE KARIN SLAUGHTER


Sinopsis:

Flores cortadas un thriller psicológico sofisticado y escalofriante en el que, mezclando turbios secretos, fría venganza y una inesperada posibilidad de absolución, nos presenta a dos hermanas que, tras haber perdido el contacto, han de unir fuerzas para desvelar la verdad acerca de las espantosas tragedias que, separadas por veinte años, destrozaron sus vidas.

Hermanas. Desconocidas. Supervivientes.

Han pasado más de dos décadas desde que Julia, la hermana mayor de Claire y Lydia, desapareció sin dejar rastro a los 19 años. Algún tiempo después, ellas dejaron de hablarse y tomaron caminos opuestos. Claire se ha convertido en la decorativa y ociosa esposa de un millonario de Atlanta. Lydia, madre soltera, sale con un expresidiario y se esfuerza por llegar a fin de mes. Ninguna de las dos, sin embargo, se ha recuperado del horror y la tristeza de su tragedia compartida: una herida atroz que se reabre cruelmente al morir asesinado el marido de Claire.

La desaparición de una joven y el asesinato de un hombre de mediana edad, separados casi por un cuarto de siglo. ¿Qué relación puede haber entre ambos hechos? Tras alcanzar una tregua precaria, las hermanas supervivientes miran al pasado en busca de la verdad y comienzan a desenterrar los secretos que destruyeron a su familia y a descubrir una posibilidad de redención y venganza allí donde menos lo esperan.


Mis impresiones:

Llevo unos días impactada con esta novela. No son los hechos que cuenta, sino la enorme habilidad narrativa de Karin Slaughter, autora a la que no conocía de nada, que ha sido capaz de arrastrarme por las páginas de esta novela, de absorberme con su lectura de un modo casi tan brutal como los horribles crímenes que plantea.

Las protagonistas de esa historia son las hermanas Carroll, Julia, desaparecida en 1991, Claire y Lydia. La desaparición de Julia cuando era una adolescente destrozó a la familia. La incertidumbre de no saber qué había sido de ella acabó con la relación de ambas, con el matrimonio de sus padres y les ha hecho vivir en una mentira enorme, que es la que irán desenmarañando en la novela, décadas después.

El detonante es el asesinato de Paul, el perfecto marido de Claire, por parte de un delincuente común. Claire y su esposo sufren un atraco en el que él muere y el día del funeral tres extraños entran en su casa a robar. Parece un delito común, una banda que se dedica a leer las esquelas para saber qué casas estarán vacías y desvalijarlas en ese momento, pero pronto Claire descubrirá que hay mucho más detrás de ese hecho. Y necesitará a Lydia para que le ayude poner sobre la mesa todos los asuntos oscuros que va descubriendo.

Los personajes de la novela están muy bien perfilados. Todos, la verdad es que aquí evolucionan hasta los secundarios. Tienen su presente y su pasado, luces y sombras, todo narrado con sencillez, aunque también son frecuentes las frases esas que a mí, de vez en cuando, me da por anotar.

Flores cortadas hace alusión a las jóvenes a las que una panda de degenerados secuestran, violan y asesinan, a lo largo del tiempo. El objetivo es tan turbio como grabar la tortura para después distribuirla a otros que encuentran placer en el sufrimiento de los demás. Sin embargo, de este libro a mí lo que me ha sorprendido, para bien, es la capacidad de su autora para, página tras página, descolocarme. Porque, con una enorme maestría, monta un escenario para derribarlo al instante. Y me hace dudar. Y me descoloca. Y me deja pensando si seré capaz de anticipar lo siguiente.

Y no.

Casi hasta el final estuve dudándolo todo, sospechando de cada uno de los personajes. Muestra lo justo para que el lector no se sienta engañado, pero te engaña y lo hace tan bien que creo que es una novela que disfrutarán, y mucho, todos aquellos a los que los thriller les apasionan.

Yo los leo. Como leo romántica sin que se me caigan los anillos, o best sellers cuando me da la gana, o clásicos porque me encantan. Sin embargo, no todos logran captar mi atención. Algunos se pierden en detalles escabrosos, otros se me van por las ramas e incluso en alguno de mis fracasos lectores recientes, hasta yo fui capaz de conocer la identidad del asesino y anticiparme a todo lo que iba a suceder en las cien últimas páginas. En esta novela, a cada página girada mis sorpresas iban en aumento. El interés no decaía, quería llegar al final de las 486 páginas.

Tengo que decir que hubo un momento de desconcierto, pero es que estaba tan metida en la historia que se me olvidó un pequeño detalle. O grandísimo, no sé. Veinte páginas antes del final, mi marcapáginas decía que me quedaban muchísimas más. No veía sentido a que faltase tanto, porque intuía que la conclusión de la historia tenía que estar cerca, a no ser que la autora hiciera una de sus piruetas con triple salto mortal y me dejase otra vez con cara de lela. Pero no, era mi natural despiste que me hizo olvidarme de algo que pone en la contraportada, en un círculo rojo, destacado, pero que se me había pasado por alto. La novela incluye la precuela, Arrancada.

Y ahí descubrí por qué llevo equivocándome con el título varios días. Cuando me preguntaban cómo se llamaba el libro me salía Flores arrancadas. Pero no, eran cortadas, y no era consciente de que había mezclado los dos. La precuela es la historia de Julia, la mayor de las hermanas Carrol, que he dejado para leer en otro momento, porque necesito leer algo mucho más ligero ahora.

Lo único que no me ha terminado de convencer es la facilidad con la que descubren las contraseñas de los ordenadores, pero con todo lo positivo de la novela, esto se lo perdono.


Si os gusta el género, si queréis ver una lección magistral de escritura, ni lo dudéis. A por ella.

Quiero darle las gracias a María Eugenia por regalármela. Dijiste que me iba a gustar y no te equivocaste nada.

¡Muchas gracias!

lunes, 4 de abril de 2016

EL ARTE DE TITULAR



Esta mañana me he levantado con el ánimo de registrar la última novela que he escrito. Antes de hacer el registro definitivo en Cultura, siempre hago otro en la red, un doble registro que me deja más tranquila, sobre todo porque ese lo puedo repetir sin tener que trasladarme y sin costo, si decido hacerle a la historia algún cambio de última hora.

El caso es que he ido tan ufana, he abierto el sitio y entonces es cuando me ha entrado el pánico. ¡Lo primero que necesito es un título para la novela!

Cuando empecé a escribirla, lo tenía. De hecho creo que es la primera vez que lo hago así, empezar por un título, que me pareció de lo más llamativo, para luego contar una historia que le encajase como anillo al dedo. Una tarea sencilla, puesto que a estas alturas se supone que, con tantas novelas a mis espaldas (las que habéis visto y otras tantas que no) debería de haber aprendido algo y moverme con cierta soltura por las tramas.

Pues no, sigo en proceso de aprendizaje y cometiendo errores (y dando gracias, porque aprender es lo que más me motiva en esta vida).

Completé el proceso de escritura del borrador en mes y medio, todo un record para mí, que soy lenta por naturaleza, pero antes de terminarlo ya sabía que el título lo había tirado yo misma por la borda y que tendría que pensar en una alternativa. No servía para la historia por varias razones que me guardo (y me guardo el título, no sea que un día de estos sí encuentre la historia que case con él).

Por eso, por mi torpeza, llevo toda la mañana dando vueltas a la cabeza, buscando las palabras a las que se pueda asociar esta historia que ha salido de mi imaginación (y a la que ya he dado tres repasos a pesar de que me prometí que me iba a estar quieta un tiempo). Y no solo es que no se me ocurra, es que me estoy empezando a poner nerviosa, porque necesito registrarla con algo más original que lo que se me ha ocurrido como emergencia: Sexta novela. Ahí, haciendo alarde de inventiva y de ganas de romper las ventas...

Si es que...

He mirado todo lo que he encontrado por la red sobre titular y creo que hasta me he aprendido los consejos: pocas palabras, que sugiera pero no cuente, fácil de recordar, que si llego al nivel de desesperación 10 use un verso como título, que me salga del alma o del interior de la novela... Pero nada. No ha servido ni la tormenta de ideas, el folio que he llenado de palabras que tienen algo que ver con el libro. Titular, me he dado cuenta, es un arte y creo que no todo el mundo lo tiene.

¿Cómo lo hice las otras veces?

Me he puesto a pensar y hay tres novelas de las que no recuerdo cómo se me ocurrieron. Hay una que surgió en un fogonazo, sentada en el mismo sitio en el que estoy ahora, Detrás del cristal. Hay otra en la que solo tenía una hora para pensar y lo que hice fue sentarme a escribir un epílogo. Ahí, en el momento en el que dejé que las palabras fluyeran desde dentro, surgió: fue La arena del reloj. En una de las no publicadas, esa que siempre digo que igual se queda en un cajón o cualquier día haré una tontería con ella (no lo tengo claro), un amigo me dijo que lo buscase en la novela, que seguro que yo misma lo había escrito sin darme cuenta. Y era cierto, ahí estaba, entre las palabras que conformaban esa historia y le iba como anillo al dedo, aunque no sea corto precisamente. Pero, ¡qué más da! Solo es una novela, no un tratado para sellar la Paz definitiva en el mundo. Una novela de Mayte Esteban, ya ves tú, una desconocida que entretiene su tiempo en inventarse historias en los ratos libres que hay entre hacer la comida y trabajar. No importa en absoluto.

 Seguiré pensando mientras hago cualquier otra cosa, igual el truco está en relajarse.

sábado, 26 de marzo de 2016

ESE NARRADOR MENTIROSO

Llevo desde ayer enfrascada en una "lectura ligera", una de esas novelas que elijo entre otras de más entidad para distraerme, para no sentirme atascada. Para que no empiece a cundir el pánico dentro de mí, pensando que mi lista de libros que deseo leer sigue engrosándose y yo no avanzo.

Me está pasando una cosa con ella que ha hecho que, aunque me queda menos de un 10% para terminarla, tenga que parar a reflexionar sobre ella. Que mejor que aquí, en mi espejo, donde voy anotando todo lo que tiene que ver con lecturas y escritura.

Creo que estoy teniendo un problema con el narrador de esta novela.

Es uno omnisciente, ese que todo lo sabe, que lo controla todo, que cambia el foco de un personaje a otro cada dos por tres y te ofrece todos los ángulos posibles de la historia. No es testigo, es parte, aunque no sea narrador protagonista, como cuando el autor elige contar la historia en primera persona. Es un narrador que conozco bien porque lo he usado muchas veces, porque es el narrador que suele aparecer en las novelas que más me gustan.

En esta novela me tiene descolocada.

Llevo un 90% de la novela intentando averiguar qué es lo que pasa, por qué, si es un narrador que me convence siempre, por qué en esta novela no. Y ahora, a un porcentaje mínimo de terminar de leer la historia, he apagado el kindle a la vez que ha sonado un "ya lo sé" mental. Y he venido corriendo a mirarme en el espejo, para anotarlo, para que esto me sirva de recordatorio cuando sea yo la que escriba una historia.



Este narrador es un mentiroso.

No el omnisciente en general, sino este en concreto. Me está mintiendo desde el principio y eso era lo que me descolocaba. Un narrador omnisciente puede ser cualquier cosa menos mentiroso, porque entonces la novela se desarma.

¿En qué me ha mentido? Bueno, en sus apreciaciones sobre la protagonista de la novela. Me la describe como una mujer resuelta, valiente y decidida, una heroína de novela en toda regla, pero cada vez que ella abre la boca, cada vez que protagoniza una escena, la veo tonta, insegura, despistada, veo como mete la pata como una campeona y resulta hasta cómica en su torpeza. ¿Por qué el narrador me intenta colar unas virtudes que son desdichas por el diálogo a cada momento? Si me hubiera dicho de ella esto mismo que acabo de descubrir, creo que me encantaría. Porque una protagonista imperfecta no tiene nada de malo, al contrario, pero un narrador mentiroso, eso ya son palabras mayores.

Por eso, he venido al espejo a tomar unas notas, a decirme en voz alta que cuando escriba tenga mucho cuidado con las cosas que le hago decir al narrador. Que si quiero dibujar una protagonista valiente y decidida, tendré que ponerla a prueba, pero con retos muy, muy serios. Y si no lo consigo y me sale torpe, despistada e imperfecta, tendré que obligar a mi voz narrativa a que no mienta.

Le hago (me hago) quedar como un idiota.

miércoles, 23 de marzo de 2016

OCHO AÑOS TRAS EL ESPEJO

Nunca sabemos qué cosas de las que hacemos nos cambiarán la vida. A veces, los pasos firmes, planeados con esmero, se desinflan tras el primer soplo y otros, unos que ni siquiera te planteas que signifiquen algo, lo cambian todo.



Hace ocho años di un paso sin pensar. Me inventé, en una tarde aburrida de fin de semana, un espejo en el que mirarme de vez en cuando. Un rinconcito íntimo en el que podría conversar conmigo misma, puesto que tampoco sabía, en ese momento, que podría hacerlo con alguien más.

Ese espejo, con el tiempo, fue reflejando solo una parte, la que tiene que ver con mi pasión por la lectura. Un día, además, comencé a hablar de la otra gran pasión: escribir. Y otro, más inconsciente aún, se me ocurrió que podría probarme a mí misma, ver si era capaz de conseguir publicar una novela, una historia salida de mi imaginación y documentar el proceso para que no se me olvidase, tanto si lo conseguía como si no.

Esos tres puntos son los que articulan este modesto blog, que sigue activo por una razón: me ayuda a ser el registro de lo que voy viviendo, de los líos en los que me acaba metiendo esta mente inquieta y experimentadora que tengo. Siguiendo las entradas reconstruyo los pasos que he dado, revivo los libros que he leído, incluso sé, aunque nunca haya dejado constancia del título, los que me han decepcionado. Sé quién fui y quién he acabado siendo, veo cómo en algunos momentos he perdido la inocencia, pero siguen persistiendo esas ganas inmensas por dar un paso más, por probar.

Y si me estrello, mala suerte.

Y si acierto, sonrío.

Debería celebrar estos ocho años haciendo algo especial, pero la verdad es que se me había olvidado que era hoy y no he pensado en nada. De cara a mí misma, quiero hacerme una promesa: si la vida no me pone ningún obstáculo, estar aquí dentro de 365 días.