miércoles, 2 de noviembre de 2022

MISMOS INGREDIENTES, DISTINTO RESULTADO

A veces se me ocurren reflexiones mientras espero en la charcutería a que me atiendan. Mientras veo cómo van cortando el queso o el jamón de york -y contando las lonchas, que no sé por qué lo hago, pero lo hago-, mi mente divaga.

El otro día, más de lo normal.

No estaba la charcutera de siempre, así que fue otra persona la que me atendió. Me dio el mismo jamón, el mismo queso, el mismo peso, pero ya allí noté que algo no iba como siempre y, cuando llegué a casa y desenvolví mis paquetes, nada era igual.

¿Por qué, si había comprado lo mismo, lo sentía distinto? Analicé las lonchas, todas igualitas, miré el peso el el recibo, perfecto. ¿Entonces? Enseguida me di cuenta de por qué me había llegado ese inquietante pensamiento a la cabeza: no estaba envuelto igual.

Mi charcutera hace este trabajo con una profesionalidad exquisita. Coloca las lonchas justo en el centro del papel encerado y, cuando termina, lo pliega de manera que, cuando llegas a casa, nada se ha descolocado. Incluso lo puedes volver a plegar tú, cuando saques lo que necesitas, y seguirá perfecto. El otro día, al llegar a casa, el jamón de york amenazó con irse al suelo y el queso... el queso se había pegado de una manera que era imposible separarlo.

¿Y por qué traigo al blog una reflexión sobre comida, si yo suelo hablar de libros? Pues porque mis conexiones neuronales deben de estar entrenadas para que, cuando hacen contacto, conduzcan los pensamientos a esa parte del cerebro en la que me siento más feliz, y de pronto pensé en libros.

Como lo oyes.

Pensé que muchas veces leemos libros que tienen exactamente los mismos ingredientes que otros pero, mientras unos nos hacen disfrutar, hay otros en los que, sinceramente, nos planteamos el abandono cada cinco minutos.

Recordé una de las últimas novelas que tuve en mis manos y cómo, cuando llegué al 60%, después de varios días de penosa lectura, decidí que hasta ahí, que tengo muchos libros pendientes y muchas ganas de tener tiempo para ellos y no podía seguir dejando pasar los días enredada en aquella historia que, si bien lo tenía todo para gustarme -me conozco-, me lo había presentado tan mal que se me resbalaba todo el tiempo. 

Como el jamón de york mal envuelto.

Tanto que acabó cayéndose al pozo de los abandonos.

Y hoy, que he dado con otro libro que prácticamente se ha construido con los mismos ingredientes, me he dado cuenta de la importancia que tiene la presentación. En este libro, la autora ha procedido con el mimo de mi charcutera. Los personajes, que se movían en un cliché, ha sabido presentarlos de una manera tan extraordinaria que parecen originales. La trama, que no difiere de otras, tiene detrás un pulso narrativo de esos que, cuando llegas al 60%, lo que piensas más bien es que no quieres que se te acabe.

Este libro es La hipótesis del amor, de Ali Hazelwood.

Habían hecho tanto hype en las redes que no me había planteado leerlo, pero hubiera sido un error. Lo estoy disfrutando como una enana, me encanta la frescura, la capacidad de este libro para -por supuesto, si te gusta el género romántico contemporáneo- agarrarte de la pechera y no soltarte. Es de esos en los que estás buscando ratos para leer y, a la vez, intentas esquivarlos un poco para disfrutar más tiempo de las sensaciones que te provoca.

Olive y Adam, siendo quizá lo más opuesto, resulta que encajan a la perfección. La historia, como ellos, tiene una frescura que creo que tiene que ver mucho con la mesura con la que se nos presentan los hechos. Nada de súper dramas estilo new adult, que no puedo con ellas, -porque siento que juegan entre elevados niveles de azúcar en sangre y crisis existenciales absurdas que creo que mi etapa vital ha superado, además de sexo demasiado experimentado para la edad que se presupone a los personajes-, sino situaciones muy locas a las que la autora ha sabido dar forma lógica dejando que veamos los pensamientos de Olive todo el tiempo, pero sin escribir en primera persona. Ya sé que a mucha gente le encanta, pero a mí me cansa muchísimo leer una novela de más de cien páginas con este narrador.

Al menos, una novela romántica.

Tiene su puntito de drama, no lo niego, pero no se recrea en él. Gracias, Ali, de verdad. 

No sé cómo acaba porque estoy aquí, escribiendo en el blog para no irme corriendo a leerla y tener algo que hacer esta noche, cuando no tenga sueño, pero ya sé, sin temor a equivocarme, que va a ser una de mis lecturas románticas de este año. 

A pesar del hype.



También me ha llamado la atención la sinopsis de otra que ha generado expectación, pero he ido a mirar en redes si era cierta o solo la veía porque esta se ha dado solo en el círculo que me muevo. Es lo segundo, fuera de ahí está generando interés entre cero y nada. Me esperaré un tiempo para leer el fragmento gratuito y después decidiré si la leo, porque no me suele gustar cómo la autora soluciona las novelas y creerme lo que se dice ahora me parece que sería cometer el error que ya he cometido varias veces.

Cuatro, en concreto.

Pero hay que darle una oportunidad, igual ya ha aprendido a envolver el jamón del york.

lunes, 24 de octubre de 2022

YA NO SER, SOLO ESTAR

 Estaba leyendo una publicación de Facebook, una de esas emocionantes y raras que no parecen de postureo y que te hacen soltar una lágrima, cuando me he dado cuenta del tiempo que hace que yo también solo estoy. Que ya no soy ni siquiera donde siempre fui.

Supongo que la vida es eso, un escenario donde las función se acaba, las luces bajan y el telón se cierra. Con una ovación o silencio, eso es algo que nadie alcanza a ver.

En la publicación, el autor hablaba de su abuela. Se descosía el alma sin pudor y dejaba echar un vistazo dentro de sí mismo a cualquiera que pasara por allí, supongo que porque necesitaba mucho hablar y ser escuchado. Ser un momento, el placebo efímero de un post en una red social que generase reacciones porque a veces hace mucho frío cuando solo estás. 

Hace tiempo que su mundo se empezó a desdibujar y solo queda él en la foto familiar. Las sillas silenciosas al lado de su mesa son testigos de que, cuando las emociones le superan, necesita gritar bajito, escribirle al aire que echa mucho de menos. Al mundo, a su mundo, ese que vive dentro de sí mismo y cuyos rescoldos calientan su pecho aunque la verdad, la dura verdad, es que a su alrededor siga haciendo mucho frío.

Necesita un momento para sentir que es y no solo que está.

Y yo lo entiendo. 

Vaya si lo entiendo.











martes, 11 de octubre de 2022

SOBRE ACOSO Y DEMÁS, SIN FECHA DE CADUCIDAD

Cuando escribes una novela necesitas documentarte. 

Si es histórica, los libros, las hemerotecas, revistas especializadas... son una fuente de recursos muy buena que te ayuda a centrar la novela y a contextualizarla. Incluso, a veces, algunos hechos concretos los puedes usar para redondear el marco de lo que estás contando. Así fue en La colina del almendro, cuando cuento el ataque que sufrió La Venus del espejo, el cuadro de Velázquez, en la National Gallery de Londres por parte de una sufragista justo antes de la Primera Guerra Mundial.

Si la novela es contemporánea, también lo necesitas. Es mucho más sencillo porque los escollos que te encuentras son menores. Aunque solo sea porque vives en el mundo, hay cosas que sabes. Por ejemplo, la memoria te puede ayudar a centrar si en un determinado año existían los teléfonos inteligentes (aunque puedes asegurarte, debes hacerlo, de hecho) o si existe una carretera que conecte dos lugares. Sabes cuánto puede durar un viaje, pero si echas mano de Google Maps igual eres más concreto.

Hace un año me estaba documentando para Sin fecha de caducidad, la novela con la que he ganado el Premio Internacional de Novela HQÑ. Además de todos esos detalles menores, hubo uno al que le presté mucha atención: cómo denunciar el ciberacoso. Aprendí, por ejemplo, que es la palabra correcta para hablar del acoso entre adultos (siempre que no haya cuestiones sexuales) y que no es lo mismo que el ciberbullying porque ese es el que se ejerce sobre menores.

Mi personaje sufre ciberacoso. Para saber cómo se debía conducir leí todo lo que cayó en mis manos relacionado con el tema y cómo trabaja el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Pero, por si acaso eso no era suficiente, tengo un amigo que es casi mi hermano que es miembro del cuerpo y también hablé con él. 

Por desgracia, no es fácil denunciar el acoso. 

Se tiene que mantener en el tiempo, por ejemplo. Dos veces no es suficiente para considerarlo acoso aunque dos veces puedan llevar a una persona al suicidio dependiendo de la situación emocional en la que se encuentre. Esta investigación me dio las pautas para saber cómo proceder con el personaje. Las otras, las necesarias para construirlo de manera que pareciera verosímil también las documenté, pero en ese caso no me hizo falta la Guardia Civil.

Alba S. Kent fue víctima de bullying en el instituto y vuelve a sufrir ciberacoso de adulta. Esto también es un patrón que se repite, las víctimas no reaccionan con celeridad para parar los pies a los abusadores y eso provoca que se crezcan y sigan. Eso provoca que pueda repetirse en su vida.

Pero es que no es fácil. A la dificultad de reunir las pruebas está la otra, la de aceptar en público que no has sido capaz de pararle los pies a una persona o a un grupo de personas que están ejerciendo sobre ti una presión insoportable. Tampoco es fácil reconocer que te afecte, hay siempre quien opina que no es para tanto. Tampoco es fácil ser víctima. Si no reaccionas, no creas que se cansan: puedes pasarte años sufriendo. Si alguien te defiende, es posible que sufra las consecuencias si no se la agarra con papel de fumar. No vale una  respuesta visceral, porque entonces eso es violencia y encuentras que el maltratador es victimizado.

Y la víctima de verdad, mientras, se puede estar muriendo de dolor. Y, tal vez, planeando su muerte real.

Ha pasado demasiadas veces.







lunes, 10 de octubre de 2022

CERRADO POR DECEPCIÓN

Esta mañana cerré una historia por decepción. Pero no de las pequeñas, de las gordas de verdad, de esas que de pronto te preguntas qué demonios has estado haciendo en los últimos años para no darte cuenta de que estás haciendo el tonto.

Sin remordimientos, hice una selección y le di al botón de borrar.

No quedan ni pruebas de lo bueno, o de lo que al menos yo consideraba bueno. Lo he borrado y espero que esto dé un resultado positivo. Lo espero por una experiencia que tuve en 2015; harta de que una persona me tomase el pelo y se pensara que yo estoy en la misma categoría de un pañuelo de papel (que se usa y se tira) hice lo mismo que he hecho hoy y, oye, mano de santo.

De esta historia apenas me acuerdo y esa persona lo único que me provoca es una profunda compasión. A veces nuestras elecciones son tan catastróficas que lo único que dan es pena.

Hoy también he borrado y espero que, de aquí a siete años, ni me acuerde de esto.

Me he tomado una cerveza para celebrarlo.

domingo, 9 de octubre de 2022

CONGRESO VIRTUAL DE NOVELA ROMÁNTICA 2022



Del 24 al 28 de octubre se celebrará el segundo congreso virtual de Novela Romántica. Como en anteriores ediciones, este congreso está enfocado tanto a autores como a lectores del género, y tiene como principal objetivo el trazar unas líneas de información sobre aspectos destacados del proceso de escritura, así como explotar las opciones de publicación y promoción.

El programa de este año tiene dos temas relacionados con el proceso más importante, las escritura: La creación de una escaleta, los tips de corrección y errores más comunes, el eneagrama para la creación de personajes o los clichés del género romántico.

También hay una charla interesante, llamada Acompañamiento emocional para escritores. En este mundo hay que prepararse para el éxito y el fracaso y ninguna de las dos opciones es sencilla de gestionar, así que creo que es un tema muy importante.

Después hay un grupo de conferencias dedicadas al marketing tales como: Cómo crear un club de lectura y un club de escritura, crear una estrategia de marketing y Facebook, Google y Amazon Ads.

Creo que hay algunas mesas muy interesantes para escritores, tanto si ya han publicado como si están pensando en ello.

Las masterclass serán conducidas por 26 profesionales (amplía la foto y los verás), entre escritores y personas que se dedican al marketing en redes, y prometen sorteos, descuentos o una caña virtual con los autores que participan en el congreso, entre otras cosas.

Si quieres más información, contacta con ellos a través de su Instagram: @congresonovelaromantica