lunes, 16 de enero de 2017

SORTEO DE SU CHICO DE ALQUILER EN PAPEL

Con motivo del lanzamiento de mi nueva novela, Entre puntos suspensivos (para lo que quedan menos de diez días) he decidido organizar un sorteo en el blog. Para participar es requisito indispensable comprar la novela en digital antes del 15 de febrero, día en el que se cerrará el sorteo.

Guardad los comprobantes de compra, porque os harán falta en el caso de resultar ganadores.

Ahora viene cuando os preguntáis por qué demonios el requisito es comprar la novela si estoy organizando un sorteo. Bueno, pues porque en realidad esto va al contrario. Voy a tener un detalle con las personas que se hagan con la novela estos días, y ofrecer la posibilidad de conseguir en papel un libro que hasta hace un par de días era una rareza, porque ya no estaba a la venta en papel: Su chico de alquiler.

Sortearé dos ejemplares en papel de la primera novela que escribí. Esa muy loca que comparte personajes con Entre puntos suspensivos, la novela que se publica estos días de la mano de HQN, primero en digital y después en papel.





La manera de distribuir los puntos

Un punto por compartir el enlace del sorteo en público en Facebook, Twitter, Instagram, Google +... Me tenéis que dejar los enlaces para que pueda comprobarlo. Uno por cada red social, claro. Tenéis que ponerlos en los comentarios del blog.

Uno por decir que PARTICIPAS en el sorteo en un comentario en el blog, lo necesito para asignar el orden de los puntos. Recordad que si ganáis deberéis tener en vuestro poder el comprobante (un correo, una captura de pantalla...)

Uno más por ser personas humanas. Es que no se me ocurren requisitos.


El sorteo lo realizaré después del lanzamiento de la novela en papel, la semana siguiente. El nombre del ganador lo publicaré en las redes y tendrá una semana desde el día que se realice el sorteo para reclamarlo.

Para los demás, si no habéis leído Su chico de alquiler y os apetece tenerlo... pues os lo regalaré en digital si participáis. Igual que para el sorteo, tendréis que mostrarme un comprobante de compra de Entre puntos suspensivos. Solo tenéis que decirlo.



domingo, 15 de enero de 2017

LA MALA EDUCACIÓN DIGITAL. TEST.



A todos nos gusta que nos digan que somos personas educadas y correctas, que nuestros padres hicieron un buen trabajo con nosotros, pero eso no siempre es posible. Nuestras acciones nos delatan y, hoy en día, es en las redes donde más lo hacen. ¿Tú eres un maleducado digital?

Si la mayoría de tus respuestas son afirmativas, algo estás haciendo muy mal...

1.- ¿Escribes en los muros ajenos? 

Eso es como si entrases en casa de alguien que no conoces y le abrieras la nevera o los cajones de la mesilla. Ya, si encima de escribir lo haces poniendo enlaces de algo que quieres vender eres el colmo de la mala educación.

2.- ¿Etiquetas a tus contactos sin ton ni son, aunque lo que pones no tenga  que ver directamente con ellos o con su trabajo? 

Los jarrones con flores y las frases chulas hace mucho que no son bien recibidos. Mucha gente tiene reparos en quitar la etiqueta: piensa que tal vez solo la mantienen porque son más educados que tú.

3.- ¿Metes a gente de manera indiscriminada en grupos? 

¿Te imaginas que fueras el dueño de una tienda y empujases a la gente para que entrase en ella? Pues se siente exactamente igual. Una invasión a la intimidad que deberías tener en cuenta.

4.- ¿Mandas solicitudes de amistad y, cuando te aceptan, envías de inmediato un privado pidiendo a esa persona un me gusta para tu página o un enlace para venderle tu producto? 

Mal, mal, mal. Vas derechito al infierno digital, o sea, directito al bloqueo. Y con toda la puta razón.

5.- ¿Envías privados de manera persistente a personas que apenas conoces? 

Esto se ve también muy mal y puedes jugarte que te dejen de seguir. Tú mismo.

6.- ¿Entras en hilos para polemizar? 

Esto molesta mucho, y es también objeto de bloqueo, pero además masivo. No solo te caerá el de la persona a la que has invadido su post, sino también muchos de los que estaban comentando en el mismo. Malo, malo…

7.- ¿Copias cadenas indiscriminadamente, comprometiendo a los demás? 

Las cadenas son caca, no se hace. Las personas sensatas pasan de ellas, por muy buenas intenciones que tengan.

8.- ¿Compartes fotos de niños enfermos (o de adultos, o de perros) sin comprobar si lo que dicen es realmente cierto? 

Esto es muy feo. Si encima pides un Amén al final, puede que acabes achicharrado en el infierno digital por siempre jamás.

9. ¿Aceptas la amistad de alguien pero, al instante, le escribes un privado amenazando con que si te pide un me gusta o lo etiquetas lo bloquearás?

Como carta de presentación no me dirás que no es bastante cutre.

10.- ¿Alguien te pide un like para su página y se lo das, pero lo quitas a los cinco minutos?

Cobarde...


¿Conoces alguna práctica más? ¿Te molesta la mala educación en las redes? ¿Eres un modelo de educación exquisita o metes la pata a veces como todo hijo de vecino?

viernes, 13 de enero de 2017

BOOKTRAILER DE ENTRE PUNTOS SUSPENSIVOS





Javier, Paula, la desaparición de Mario y un viaje donde tendrán que enfrentarse a eso que sienten.

Puedes comprarla aquí Cuesta 2,89€, y es una historia cerrada y completa.

Dentro de trece días, estará disponible en tu lector digital.


¡Nos leemos!

miércoles, 11 de enero de 2017

ARRIESGAR

En un género como es romántica, es muy complicado salirse del guion, porque todo está cerrado desde antes de comenzar a escribir la novela. Es así, es lo que espera el lector, y tú como autor tienes que tenerlo muy claro. Apostar por un final diferente te puede sacar de esas expectativas y tumbar todo el trabajo, por mucho que te creas que has escrito una maravilla de novela.

Partiendo de eso, los cimientos de la historia, que están tan claros y que los tengo tan claros, los dejo así. El armazón se moverá en lo previsible. Pongamos un ejemplo en el que una casa sea nuestra novela: en la mía, si abres el grifo del agua caliente, saldrá agua caliente.

No sé si me explico.

A partir de ahí, a partir de que las luces se enciendan al dar al interruptor y que el agua salga por los grifos, sí tengo elementos con los que puedo arriesgar y, aunque soy consciente de la comodidad de no hacerlo, yo lo hago.

Con los personajes.

Con los detonantes.

Con los detalles.

Es ahí donde me distancio, en el color de las paredes y la decoración de esas habitaciones imaginarias. Y lo hago porque creo que, aunque la base sea la misma, siempre podemos aportar matices.

En Detrás del cristal me atreví con un detonante de locos y os pedí paciencia para entender las razones por las que eso sucedía. La tuvisteis y la novela gustó mucho, me lo recuerdan casi a diario. Entre puntos suspensivos, por un parte, se parece, porque apuesto por una protagonista poco convencional. Poco de novela romántica y más de andar por casa, de la vida real que nos rodea. Incluso cuestionable pero ¿es que acaso no se puede cuestionar uno todo?

¿Es un riesgo?

Enorme, pero sin riesgo nada cambia. Todo se estanca y se repite en bucle.

Donde no arriesgo es en la escritura, esa la he masticado hasta decir basta para que resulte fluida (repito mucho esta palabra), para marcar mi propia distancia con algunos textos que se están haciendo pasar por novelas y que hacen daño al género. Para intentar que esto no sea el todo vale en el que se está convirtiendo.

Pero eso, decidme que os diga, ya no está en mis manos, está en las vuestras, en elegir lo que queréis leer y lo que os molesta ver escrito.

lunes, 9 de enero de 2017

UNA SERIE DE CATASTRÓFICAS DESDICHAS DE LEMONY SNICKET



Aunque he buscado, no he encontrado una sinopsis, así que me voy a limitar a copiar las primeras líneas, que creo que definen muy bien de qué va esta novela:

"Si estáis interesados en historias con un final feliz, será mejor que leáis otro libro. En éste, no sólo no hay un final feliz, sino que tampoco hay un principio feliz y muy pocos sucesos felices en medio."

Así, con esa premisa rotunda (y que se mantiene a lo largo de toda la narración) el autor nos adelanta lo que vamos a encontrar en este primer libro de la serie, titulado Un mal principio. Mal principio para los personajes, mal desarrollo y mal final, pero en los hechos, no en la narración. Porque todo en este libro son eso, hechos desafortunados que viven los tres hermanos Baudelaire.

¿Por qué lo he leído ahora si es un libro que se editó en España a principios de siglo? ¿Por qué lo he leído, si encima se trata de una novela orientada en principio a un público juvenil? ¿Por qué lo he leído si ya sabía que todo iría mal desde las primeras líneas?

Bueno, ya os he dicho mil veces que si contase las cosas que me pasan, me darían para una biografía extensa y que, probablemente, tachasen de fantasiosa, así que esto, lo que pasó para que aterrizase en la lectura de un libro que me costó encontrar porque está descatalogado casi, me lo voy a guardar. Habrá que dejar algo para las memorias, por si algún día me convierto en alguien importante de quien el mundo desee conocer su pasado.

(Después de escribir esto me estoy descojonando de risa (habla bien)).

A lo que voy. Este libro, Un mal principio, es el primero de una serie de literatura fantástica. Tuvo su réplica en el cine y quizá su éxito o su popularidad quedó eclipsado porque coincidió en el tiempo con Harry Potter, y la verdad es que hay un abismo entre ambas historias. No quiero decir que esta no cumpla, al contrario, es una muy buena historia, pero más por el planteamiento literario que por la originalidad de la trama. Pero no es el mundo de J.K. Rowling, no tiene ni de lejos su encanto.

Lo que más me ha gustado de la historia son las continuas interrupciones que se hace el narrador a sí mismo, explicando lo que significan determinadas palabras en el contexto en el que las usa. Es muy original y me ha sacado más de una sonrisa. En lo demás, esta saga cuenta las aventuras de tres niños, Violet, Klaus y Sunny Baudelaire. Viven felices con unos padres que los adoran, hasta que un día una desgracia se cierne sobre ellos: mientras están solos en la playa, disfrutando del día, se declara un incendio en su casa y sus padres mueren. Según el testamento, el pariente más cercano tendrá que ocuparse de ellos hasta que Violet, que tiene 14 años, sea mayor de edad y pueda gestionar la inmensa fortuna que les han legado sus padres.

Y ahí es donde empiezan los problemas.

El pariente más cercano (geográficamente) es el Conde Olaf, un ser extraño, malvado, que se las hará pasar canutas a los tres niños, porque las personas que los rodean parecen no darse cuenta de lo mal que están viviendo. Para hacerse con la fortuna y deshacerse de los niños cuanto antes, ideará un plan malvado que incluye chantajes sentimentales, engañar a una juez y una obra de teatro.

Una de las cosas más interesantes de esta novela es la caracterización de los personajes. Snicket (que en realidad es un seudónimo del verdadero autor) no deja mucho espacio a la imaginación del lector, sin ser pesado, da datos precisos de cómo son cada uno de ellos. En ese sentido, el malvado Conde Olaf será al que mejor lo presente, con ese halo de fantasía que es importante para una novela como esta y todos los detalles extraordinarios que lo rodean (incluidos sus amigos actores, que son también bastante... inquietantes).

Los lugares en los que transcurre la acción es imposible situarlos en un tiempo concreto, pues tan pronto hablan de carruajes de caballos por calles adoquinadas y antiguas mansiones con torres imperfectas (inclinadas) como aparecen elementos como unos walkie talkies o luz eléctrica. Es fantasía, así que cabe todo lo que podamos imaginar, y el público objetivo son niños, que no se van a cuestionar absolutamente nada en cuestiones de verosimilitud.

El autor pone a los protagonistas en constantes aprietos y el lector, sobre todo creo que si se trata de un lector adulto, disfruta con la lectura. Quizá es porque siempre deja un pequeño espacio para el humor un tanto oscuro o que desdramatiza todas las situaciones de aprieto en las que los coloca.

Si cae en vuestras manos uno de estos libros, aunque seáis adultos, no lo descartéis. Yo creo que merecen la pena.