lunes, 8 de marzo de 2021

LA SOCIEDAD LITERARIA DEL PASTEL DE PATATA DE GUERNSEY

O UN LIBRO EXCEPCIONAL LLENO DE DETALLES EXCEPCIONALES.

El título del post era tan largo que he tenido que optar por ponerlo dentro de la entrada porque no cabía. Y es que esta pequeña historia es eso, una excepción tras otra, un libro excepcional.

Permitidme que cuente esas cosas que me fueron llamando la atención.

La primera de ellas es que en la portada aparecen dos nombres. Lo primero que uno piensa es que fue un libro escrito a cuatro manos, algo que no es tan extraordinario, pues hoy en día quien más y quien menos ha escrito con otras personas. Yo misma, al principio de publicar, compuse un relato que está colgado en este blog con un autor. Fue muy divertido, porque teníamos que coordinar las partes, tan satisfactorio que después volví a repetirlo.

Ya no he vuelto a tener tiempo ni a nadie que lo tuviera para acompañarme, pero creo que es una de esas cosas que me gustaría hacer con una novela. Solo por ver qué saldría.

Los dos nombres que aparecen en la portada son Mary Ann Shaffer y Annie Barrows. La primera, editora y bibliotecaria, escribió este único libro que nunca se publicó mientras ella vivió. A terminarlo la ayudó su sobrina Annie, también escritora, y que fue quien puso todo su empeño para que las palabras de su tía no se quedasen en un cajón.

Gracias, Annie, es una verdadera delicia de libro.

Otra de sus cosas excepcionales es que se trata de género epistolar. A veces los autores nos decantamos por introducir cartas en novelas con narrador externo, porque en ellas se puede jugar a dejar que los personajes se expresen con su propia voz. Sin embargo, en menor medida se encuentran libros únicamente construidos a base de cartas. No digo que no existan, claro que los hay, y muchos, pero no es, por lo general y salvo excepciones, el género favorito del público. Eso sí, cuando un libro encuentra el tono en las cartas, son una delicia. Como estas que intercambia Juliet Ashton con los habitantes de Guernsey, una de las islas del Canal. El tono humorístico matiza la dureza del contenido, pues las misivas recuerdan los años de la ocupación nazi. Es una manera de contar las cosas que no se ahorra nada, pero lo enfoca de modo que el lector, aunque sabe que hay muchísimo dolor detrás, acaba leyendo con una sonrisa.

¿Acaso eso no es magia?

De este libro se ha hecho una película. Me parece excepcional porque si fuéramos capaces de contar los libros que se publican al año, nos daríamos cuenta que, porcentualmente, muy pocos acaban en la pantalla. Ni en la grande ni en la pequeña. Para mí, el resultado fue bastante pobre, he sentido mil cosas maravillosas leyendo el libro y con la película estuve a puntito de dormirme en el cine, pero eso es lo de menos. Alguien se sintió tan fascinado por sus palabras que decidió invertir en ellas y convertirlas en una historia visual.

Extraordinario.

No todo el libro son cartas, también se incluyen notas y telegramas, correspondencia mínima que hace avanzar la acción y que sirven también de motor para que el relato no pierda ritmo. A las cartas largas suelen seguirles otras más cortas que te empujan a seguir leyendo. Cuando te quieres dar cuenta, ya no te queda libro entre las manos.

¿Sabiduría de editora? ¿Don? ¿Casualidad? Ni idea, pero el resultado es magnífico.

Los personajes son deliciosos. Yo, que debo ser un poco rara, no consigo poner caras en mi mente a los personajes de ficción. Son emociones, olores, sensaciones. Muchos me gustan porque me recuerdan al mar, a un pastel de chocolate, al olor de mi hija o al amanecer entre los pinos, pero también los hay grises. Uno, en concreto, una mujer de Guernsey llamada Adelaide Addison, podía verla en mi mente: vestido negro, gesto adusto, nariz al techo y paso decidido para imponer su visión. Es la mala entre unos personajes adorables y yo no podía parar de reír cuando aparecía porque, más que mala, me resultaba patética, una inquisidora de pacotilla como muchas de las que nos rodean todavía en la actualidad, de ese tipo de gente que opina que todo el que no tenga su misma opinión sobre las cosas está completamente equivocado.

Genial el retrato.

Y la isla, qué voy a decir de la isla y de su historia, de la particular odisea de sus habitantes en aquellos momentos tan duros. La descripción alterna los recuerdos de los habitantes con la visión de Juliet. Un pasado de playas rodeadas de alambres de espino, otro más lejano de lugares donde sentirse libres. El mar y el cielo que es capaz de transformarlo. El olor y la vida de sus habitantes que encuentran en los libros no solo una manera de escapar de lo que les puede suponer saltarse el toque de queda una noche, sino esa paz y ese consuelo para los tiempos difíciles, esa manera de huir cuando no hay otro lugar al que escapar.

Libros que se disfrutan, que se leen y releen, sin competir a ver quién lleva más o quién lo termina más rápido. Qué tiempos aquellos en los que la vida no era una competencia.

Se lo recomiendo a la gente con sensibilidad y sentido del humor, a los que amen la literatura -hay multitud de referencias literarias- y a quienes disfruten con las historias que no necesitan sangre para reflejar el dolor. Te lo hace llegar de manera muy suave, pero igual de contundente. Lo sientes porque sabes lo que pasó en los primeros años cuarenta y, a veces, yo diría siempre, es más impactante una casa desnuda de paredes que la explosión de la bomba que la dejó así.

Yo encontré una edición de bolsillo que en papel me costó 6,95€. Muy bien invertidos, por cierto.


domingo, 7 de marzo de 2021

DIECISIETE PÁGINAS

Un prólogo.

Un capítulo.

Seis escenas.

Una carta.

Un par de docenas de personajes.

Ocho mil palabras.

Diecisiete páginas.

Un objetivo: 2023.



viernes, 19 de febrero de 2021

MANEJAR LA FRUSTRACIÓN




Una de las cosas que hay que aprender a manejar cuando decides publicar un libro es la frustración. Casi más que las palabras, casi más que el marketing, hay que saber cómo enfrentarse a muchos de los contratiempos que nos vamos a ir encontrando.

No es nada sencillo.

Conozco gente que se ha rendido, que se ha dicho un día que no tenía necesidad de pasar por esto, ha recogido los bártulos y se ha ido a su casa a ser feliz. Conozco gente que ha requerido de tratamiento psicológico, porque no es nada fácil no tomarse como personales algunas de las cosas que nos llegan a través de los libros (algunas son personales, siempre hay gente que usa lo que más duele para hacer daño a otros, es una de las leyes más antiguas de la selva, y esto es una selva).

Conozco a gente que va y viene, que desaparece cuando ya no puede más y regresa cuando le puede eso que tenemos todos dentro, que nos hace vibrar cuando estamos escribiendo, aunque sea una simple entrada de blog.

Conozco a otra que se quiere ir siempre, pero que no termina de hacerlo porque le puede la responsabilidad de compromisos adquiridos, y va ensanchando sus espaldas y cargando con cada vez más peso. No sé qué será de ellos cuando sea tanto que acaben vencidos. 

Nunca te dicen que, cuando escribas, lo primero que tendrás que aprender es a manejar la frustración, esa que deriva de que cualquiera, de manera anónima y en apenas cinco minutos -o tres, a veces no hacen falta más-, tiren todo tu trabajo de años con media docena de palabras que algunas veces son hasta mentira. Gente que no te conoce, pero opina, que es gratis y está al alcance de todos.

¿Por qué lo hacemos?

Me lo pregunto todos los días tres o cuatro veces, y en mi caso ni siquiera es por las recompensas externas. Sí, me leen. Sí, me llega mucho de lo que hago sentir, pero a veces escribimos para quienes queremos y de las personas que más quiero solo me lee una. 

Sé que si escribes me entiendes.

Sé que si solo lees, tal vez no.

Sé que somos seres raros que no sabemos trazar líneas y no rebasarlas si sabemos que nos hacen daño, pero es que hace tiempo que siento que esto es como una adicción: por mucho que sepas que te va a matar, no la abandonas.

Por mucho que sepas que eres carne de francotiradores, sigues.

MI PORTÁTIL Y YO

 


Si alguien viera mi portátil seguro que podría carita de pena. Está roto por setecientos veinte sitios: una esquina, se abre la zona de la pantalla, se me han borrado la mayor parte de las letras, no funciona la batería (ni encuentro repuestos), no va el wifi, me apaño con un USB externo que hace esa función, no va bien la cámara, he roto ya tres veces el cable que conecta la pantalla con el teclado...

Y seguro que me dejo cosas.

Podría decir que no estoy contenta con él, que me ha dado muchos problemas, pero estaría faltando a la verdad: mi portátil es la caña. Si está así es porque lo tengo desde septiembre de 2014. No ha sido un ordenador mimado, de esos que se tienen pero no se tocan, qué va... De él han salido montones de novelas, las que están publicadas y las que tengo en espera. He escrito varios cientos de entradas de este blog. He pasado muchas horas haciendo promociones en las redes sociales. He charlado con amigos. He visto comentarios. He lidiado con enemigos (bueno, esto es un poco hiperbólico, hay gente que me ha ido poniendo zancadillas una detrás de otra, pero no tienen entidad de enemigos, pobrecillos, bastante tienen con lo tontos que están...)

Y no me ha dado un solo fallo de los importantes.

Sigue siendo rápido, sigue teniendo un montón de memoria (los archivos de texto, que es lo que yo hago, no ocupan apenas) y quisiera seguir con él para siempre. Con todas sus taras, con sus miles de defectos, pero me gustaría no tener que estar embarcada en la tarea de buscarle sustituto.

Lo he hecho estos días.

De hecho, me compré otro, muy cuqui, que tuve que devolver a los dos días porque se ponía borrosa la pantalla.

He decidido retomar la búsqueda, aunque yo no soy de buscar aventuras, solo acabo embarcada en ellas por accidente, porque no queda más remedio o porque a veces uno necesita renovar el aire porque se ahoga y abre las ventanas un rato largo. No querría cambiar mi portátil, pero se va haciendo necesario.

Aunque duela desprenderse de todo lo que ha significado para mí.

lunes, 8 de febrero de 2021

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE TENER UN KINDLE FLASH EN AMAZON

 Creo que a estas alturas no hay que explicar qué es un kindle flash de Amazon para los libros digitales, pero por si acaso queda alguien que no lo sabe es una promoción que dura 24 horas, en la que un libro se reduce de precio hasta en un 80%.

Esto tiene unas ventajas, como es que se produzca un incremento brutal de las ventas, lo que va a repercutir en las posiciones del ranking de Amazon (a más ventas, más cerca de los cien primeros que son los únicos libros que se ven) y, por supuesto, más motivación para el autor porque ve que su trabajo no cae en el olvido.

Las ventas llegan porque Amazon envía a diario un correo a sus clientes informando de estas ofertas. Nada de lo que pueda hacer un autor, spam o promoción pagada, puede superar a día de hoy la efectividad de estos correos.

Igual salir en la tele, pero ya sabemos que en este país solo crean lectura los libros de planeta...

Hasta hace relativamente poco, el kindle flash diario era de una sola novela, de manera que si resultabas elegido era como si te hubiera tocado la lotería. En mi primer kindle flash con una novela autoeditada, que es de la que yo puedo tener datos, se descargaron casi mil ebooks. Una pasada, ¿verdad?

No sé cómo, con las cifras que tengo (las que veo y las que me manda la editorial, en los perfiles estos de Instagram cuando alguien comparte mi novela, el ochenta por ciento de los comentarios dicen que no les sueno de nada...).

A lo que iba, que me disperso.

Desde hace tiempo, Amazon ha puesto 4 novelas diarias en esta promoción, por lo que la cosa se reparte un poco. En este caso sé que no se llega a los 500 así como así, lo sé por datos indirectos, no porque me haya sucedido. 

Pero es que, como a la plataforma le da igual que el libro sea tuyo o de otro, lo que está haciendo desde hace tiempo es incrementar el número de flash diarios. De 1 pasó a 4, a de 4 a 10 y estamos ya teniendo algunos días de 11. A ellos les da exactamente lo mismo, pero a nosotros, como autores, no sé si empieza a no compensarnos.

Me explico.

Cuando tienes un kindle flash, los siguientes días se produce una caída lógica de ventas y posiciones. (Eso no sucede tanto si junto al flash tienes kindle unlimited, Prime Reading y una oferta de precio, que es como decir que la novela va dopada, pero esto es excepcional, así que lo obvio).

 Si has conseguido entrar en el top 100, igual te mantienes dos o tres días, si has llegado a la parte alta, y sigues vendiendo algún ejemplar, pero si no ha sido así el caso, olvídate de vender nada en un par de semanas, porque la gente que lo estaba "esperando" o que tenía curiosidad, ya se ha hecho con él y si no has conseguido ser visible (y con 11 es complicado), la has cagado Maripili... Otra vez te lo tienes que currar muchísimo para recuperar la posición en la que estabas.

Vale, que sí, que has vendido igual lo que no ibas a vender en meses, pero a veces un kindle flash te quema una novela. (Y también pasa con Prime Reading, pero de eso ya hablaremos).

Otra cosa que sucede cuando tus ventas proceden de compras compulsivas como estas es que no se lee. Se queda ahí, muchas veces pendiente para los restos. Si tú estás aquí por dinero, felicidades (oye, hay un altísimo porcentaje de gente autopublicando a los que se la sopla la literatura y eso hay que respetarlo). Si tú estás aquí porque amas la escritura y quieres compartir tu historia, pues igual no es tan bonito.

A lo mejor también te cae algún comentario procedente de esas lecturas, pero por experiencia te digo algo: tanto cuando la has tenido en kindle flash baratísima como cuando la has regalado (aquí pasa mucho más), prepárate para que también llegue alguno malo. Hay quien disfruta machacando el trabajo de otros (esto no sé si respetarlo yo mucho).

¿Compensa entonces un kindle flash? Regular. Si caes en uno de cuatro y te ponen con ensayos rarunos, pues a lo mejor sí. Si te ponen un día de 10 con novelas, es posible que vendas unos poquitos y tu novela se condene al olvido.

Con tu beneplácito, porque diste tu consentimiento.