lunes, 20 de febrero de 2012

GUIOMAR

Hace cuatro meses tuve que volver a Segovia sola desde Madrid. No había llevado el coche por dos razones: Madrid me supera, demasiados carteles, demasiadas carreteras alrededor para alguien como yo, acostumbrada a asomarse a la ventana y ver sólo campos de cultivo y, además, el coche tenía apenas un mes y yo muy poquito control sobre él. De hecho, me sigue controlando todavía, aunque ya le voy cogiendo el aire a sus miles de botoncitos multitarea.

Así que, en esas condiciones, sólo quedaban dos opciones: autobús o tren. Elegí el AVE. El tiempo se reducía drásticamente y la diferencia de precio, simplemente era ridícula. Después de correr por la estación de Chamartín, porque no sabía ni dónde tenía que ir, logré llegar al andén y acomodarme en un asiento. No me fijé, con las prisas, que esto no es un cercanías y que tenía asignado mi propio sitio. Me senté sin criterio y no me di cuenta hasta que estaba casi al final del trayecto. No pasó nada porque tampoco, a esa hora, había demasiada gente con destino Segovia. Hubiera sido bastante embarazoso.

En el tren, a través de la megafonía, escuché un nombre repetido: Guiomar. Es como han llamado a la estación del AVE segoviana, en honor a Pilar Valderrama, la mujer que se esconde tras los versos del último Machado. Durante el trayecto traté de leer, pero estaba cansada porque la noche anterior había sido muy intensa y se me caían los ojos. Así que, puesta mi mirada en el paisaje mientras no fue un túnel, empecé a pensar en esa mujer. En realidad sabía muy poco de ella, y me propuse investigar. Al llegar, el cansancio, el sueño y quién sabe qué más cosas, desviaron mi curiosidad. Hasta ahora.
Empecé ayer a buscar datos en internet sobre ella, alguna pista que me hablase de la intensa personalidad de una mujer que logró conmover el corazón de uno de nuestros mejores poetas. Pensé que tenía que ser maravillosa, para haber sido capaz de sacar esas emociones de su alma. Machado se dibuja en mi mente como un gran ser humano, y a un gran hombre, deduje, le acompaña una gran mujer. O eso dicen algunos que deben tener el mismo criterio que yo para elegir asiento en el tren…

Bueno, no sé si soy pésima investigadora o he elegido fatal mis fuentes, pero el caso es que me he encontrado con una enorme decepción. Pilar Valderrama, la mujer a quien Machado protegió bajo el pseudónimo de Guiomar, me ha parecido egoísta, interesada, vanidosa, una poetisa de ingenio moderado que trató de aprovecharse del afecto que él sentía para acceder con su obra a lugares vetados a su talento limitado. No lo consiguió, al parecer, no salía en los libros de texto cuando yo estudiaba, que recuerde, salvo por haber sido la "amante". Y así, entre comillas, porque su amor no pasó de unos encuentros en los que solo había palabras. Tampoco en eso fue generosa con un hombre que le entregó su corazón maduro.

Sin embargo, parece que él sí estaba enamorado. Profundamente. Las cartas que intercambiaron fueron más de doscientas (aunque solo se salvaron unas decenas, todas de la pluma de Machado, las suyas se perdieron) y el valor que tienen ni siquiera es literario. Más bien tienen el carácter de documentación, sobre la persona que fue. Como las tenía ella, trató de borrar pasajes que le parecieron comprometidos (aunque ella ignoraba los adelantos del mundo moderno y el poder de CSI) para salvaguardar su honor de mujer casada y católica. Hoy, gracias a esas técnicas, parece que algunos fragmentos se han podido recuperar. La pregunta que encuentro en mis "investigaciones dominicales" también me la hago yo.

¿Por qué se enamoró de alguien con mentalidad tan opuesta a la suya, si lo suyo fue encima un amor que no incluyó lo físico? ¡Quién sabe! El corazón no siempre se deja aconsejar, es enemigo acérrimo de la razón cuando se acelera. No escucha, no quiere escuchar. Late y late, se inquieta y se descompasa sin que su dueño pueda ponerle frenos. Machado amó, de eso no hay duda, pero me quedan muchas dudas sobre las intenciones de ella. Amó, quizá es cierto, pero usó la cabeza y no el corazón. La estación lleva su nombre porque el tren era el medio de locomoción que empleaban para sus encuentros.

Esperaba encontrar otra cosa. Quizá un amor desmedido, lleno de barreras insuperables. Quizá un amor tranquilo, un pacto por ambos lados en igualdad de condiciones. Ya digo, quizá he elegido mal las fuentes y alguien será tan amable, en los comentarios, de contarme otra versión. También he decidido, por mi cuenta, claro, que el honor de que le pusieran su nombre a la estación del AVE, si todo es como encontré, le viene grande.

Tu poeta
Piensa en ti. La lejanía
Es de limón y violeta,
Verde el campo todavía.
Conmigo vienes, Guiomar;
Nos sorbe la serranía.
De encinar en encinar
Se va fatigando el día.
El tren devora y devora
Día y riel. La retama
Pasa en sombra; se desdora
El oro del Guadarrama.
Porque una diosa y su amante
Huyen juntos, jadeante
Los sigue la luna llena.
El tren se esconde y resuena
Dentro de un monte gigante.
Campos yermos, cielo alto.
Tras los montes de granito
Y otros montes de basalto
Ya es la mar y el infinito.
Juntos vamos; libres somos,
Aunque el Dios, como en el cuento
Fiero rey, cabalgue a lomos
Del mejor corcel del viento
Aunque nos jure, violento,
Su venganza,
Aunque ensille el pensamiento,
Libre amor, nadie lo alcanza.
Antonio Machado.

16 comentarios:

  1. El poema es precioso. De esta mujer no conocía nada, pero por lo que dices su amor fue un poquito por interés. Machado debía estar muy enamorado y ella se aprovecho, a ver si descubrimos algo más que nos lo confirme.
    Besos

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  2. Mira que me gusta que me contéis estas cosas. Ni soy aficionada a la poesía, ni soy tan curiosa como para ponerme a investigar sobre alguien que fue importante en la vida de un escritor/poeta.

    Gracias Mayte, porque he leído tu entrada de principio a fin muy atenga y sin perderme detalle.

    Desde luego, como tú dices, que pongan su nombre a un estación le viene grande no, enorme!!

    Un besito.

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  3. Piensa que el amor es ciego. No eliges, es algo irracional.

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  4. Pues yo es la primera vez que oigo hablar de esta mujer así que no puedo aportar mucho más, darte las gracias por esta entrada que me ha permitido conocerla
    un beso!

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  5. A Machado le dolía la necesidad de amar y ella era incapaz de hacerlo. Sucede muy a menudo. ¿Qué página has leído? ¿la de Gibson? si es así, tampoco te fíes demasiado. A ese hombre le encanta encuadrarnos a los latinos en general en una tragedia griega.

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  6. Sí que es verdad, Dácil, el amor es completamente ciego. Deberían representarlo con un pañuelo en los ojos, como a la justicia... mejor de esa no hablamos.

    Félix, he mirado lo que decía Gibson y algunas otras fuentes, pero como tampoco es seguro que unos no se copien a los otros no sé qué pensar. Por eso quería que si alguien sabía algo, me orientase. A ver si la pobre era una bellisima persona y me ha parecido una bruja con escoba.

    Marga, nos quedaremos con lo importante, que es el poema de Machado. Por cierto, hoy, día de trámite legal, he vuelto a su casa, pero no he podido pasar la verja. No me acordaba que los lunes cierran.

    Sandra, de vez en cuando viene bien, para despejar la cabeza, ponerse a pensar en cualquier cosa. Y es más entretenido un poeta que el IPC, que a mí de toda la vida me ha parecido un coñazo.

    Tatty, yo sabía de su existencia porque en un libro sobre Segovia (que regalaron en la caja de ahorros hace siglos) se habla de los autores que tienen relación con la provincia y muchos datos curiosos. Creo que un día tengo que hacer una entrada sobre ello. Os sorprendería la intensa vida cultural segoviana de principios del siglo XX.

    Un beso a todos

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  7. Con lo poético y hermoso que es el seudónimo que le puso Machado y lo prosaica e interesada que dicen fue esta señora. Un beso.

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  8. Primero te felicito por haber elegido el tren en lugar del coche. Después por tu crónica tan descriptiva de tus andanzas. Como todas las tuyas. Y por último te cuento que algún día me gustaría investigar bastante sobre la vida de Machado. Le he seguido los pasos en muchas ocasiones, sin proponérmelo, y es una figura que, aparte de sus poemas, me llama mucho la atención. Sevilla, Madrid, Segovia, la impresionante Baeza especialmente, y su tumba en Collioure (un pueblo precioso) son los sitios que me han hablado de él. De Guiomar poco más puedo decir de lo que tú sabes. En un futuro te contaré. ¿Vale? ¡Un besazo!

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  9. Por tus palabras, Koncha, deduzco que habías leído lo mismo que yo. La verdad es que empecé a buscar datos esperando encontrar a otra cosa.

    Un beso

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  10. En Segovia, por un par de euros, puedes visitar la pensión donde vivió cuando era profesor de francés en el instituto. Es el único sitio donde vivió que se conserva. Me fijé en un detalle: la mesa donde comían en la pensión era idéntica a la que tenía yo en mi casa alquilada de Turégano (los dueños tenían una tienda de antigüedades y la casa era un muestrario de enseres pasados de moda pero que me encantaban).

    Y el tren... si supieras los viajes que he hecho en él... De Azuqueca a Alcalá ida y vuelta todos los días durante cinco años por lo menos, aunque es verdad que donde vivo ahora no hay ninguna línea cerca.

    Un beso

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  11. De esta mujer no conocía nada, salvo el amor que Machado sentía por ella. Así que me he llevado una auténtica sorpresa cuando he leído tu entrada. No esperaba que fuera así. Nunca mejor dicho que el amor es ciego...
    Lo que no llego a entender es por qué la estación tiene su nombre...
    Besotes!!!

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  12. Pues lo mismo me pasó a mí, Margari. Yo llegué a pensar que no estaba entendiendo nada de lo que leía, me parecía imposible. Ya ves que he llegado a dudar de mis fuentes.

    Lo de los nombres... a mi instituto le pusimos Arcipreste de Hita en votación polpular (se llamaba simplemente Instituto de Bachillerato Mixto II y sonaba muy cutre) y tampoco tenía mucho sentido, salvo que Hita está en Guadalajara... No creo que ninguno de los estudiantes nos leyéramos el Libro de Buen Amor.

    Sin embargo, pensándolo mejor, le han puesto Guiomar, no el nombre de la persona real. El personaje en lugar de la persona.

    Un beso

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  13. Yo tampoco puedo aportar nada nuevo porque me era desconocida esta señora, pero te agradezco la entrada porque me has enseñado algo mas sobre Machado y he disfrutado con su poesía que me encanta. Por otro lado no veo nada extraño que la persona real que era Pilar Valderrama no se acomode para nada a la Guiomar que nos canta Machado, al fin y al cabo sus palabras las dictaba el corazón y ya sabemos que el corazón tiene razones que la razón no entiende.
    Hay que ver lo que puede dar de sí un viaje en tren. Un momento perfecto para dejar que la mente divague por lo temas mas absurdos o inesperados. Lo que mas me maravilla es que luego pongas manos a la obra y bucees en busca de datos. A mi seguramente no me hubiera alcanzado la curiosidad mucho mas allá de la salida de la estación y el caso es que luego me cuentas la historia y me encanta leerla pero lo de la investigación como que me da pereza.
    Besos

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  14. Hace años estuve en la pensión que citas, Mayte, porque Segovia es una ciudad que me encanta y he ido varias veces. Creo que es la única casa que se visita en España de las que vivió Machado porque en Baeza se puede hay recuerdos del aula en la que dio clase, pero no donde habitó. En Soria tampoco recuerdo casa alguna. Te puedes acercar al cementerio a ver la tumba de Leonor... pero a mí me da un poco de yuyu ese sitio. Parece ser que se está intentando crear una casa-museo. Bueno, ya me callo, es que con los temas de poesía (y más si se trata de este maestro del género) me lío y no puedo parar. Un beso.

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  15. Perdón, antes se me ha colado un "se puede" que no hay que tener en cuenta. Quise decir: "En Baeza hay recuerdos..."

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  16. Acabo de toparme con un interesante libro de consulta para los estudiosos de Machado: "Epistolario". Recoge todas las cartas conocidas del poeta, incluídas las 36 dirigidas a Pilar de Valderrama entre 1929-1932. Es una edición anotada de Jordi Doménech. Edit. Octaedro. Seguro que tú lo conoces, Mayte. Voy a investigarlo. Besos.

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